¿Cuánto tiempo podemos aguantar sin emitir un juicio? ¿Y cuánto sin posicionarnos? ¿Cuánto tiempo puede pasar una persona sin saber qué opina?

Hay pocas cosas que nos generen más desasosiego que no saber. Por eso emitimos juicios pasando por encima de este insignificante detalle que es el conocimiento, pero al dictar nuestra sentencia ya nos creemos que sabemos algo. “Al menos sé que estoy en contra, y esto me deja mucho más tranquila”.

Es como si carecer de opinión, de alguna manera, estuviera debilitando nuestra identidad, y ESO SÍ QUE NO.

¿Cuánto tiempo disfrutó Bretón de la presunción de inocencia frente a la opinión pública? ¿Cuánto Bárcenas y algunos miembros del PP para los que no apoyamos al partido? ¿Cuánto el PSOE  en el caso de los eres para los que no apoyamos al PSOE? ¿Cuánto Zimmerman tras matar a aquel chico negro de un disparo?

Hace unas semanas, TVE1, muy comedidos ellos, titularon un reportaje de Informe semanal: “Bretón, la cara del mal”, sin contar todavía con el veredicto. ¿Para qué queremos el veredicto oficial si nosotros ya tenemos uno? Porque ahora resulta que todos analizamos las pruebas y actuamos como jueces en nuestro día a día, mientras nos tomamos una cerveza fría frente al televisor y comentamos la jugada.

Al margen de que en algún momento se aclaren unas u otras informaciones, nosotros ya hemos decidido quién es culpable, unas veces informándonos y contrastando contenidos, pero otras muchas, leyendo titulares de medios con intereses propios, políticos, económicos o, simplemente, desquiciados en la batalla de las audiencias.

Lo que llamamos “opinión pública” consiste en que alguien decide qué debemos pensar y algunos de nosotros, como somos muy obedientes, así lo hacemos. Se trata de un condicionamiento progresivo que se va tejiendo desde los medios, pero  los medios son personas, tanto los que coinciden con nuestra ideología como los que no; personas con más o menos conocimiento, formación, volubilidad o ambición profesional. Personas que en muchos casos, de forma nada inocente, se dedican a arrastrar a la población hacia un terreno de arrogante ignorancia.

Y casi nos alegra que se confirme lo que ya pensábamos, por muy mal que deje eso a la situación del país o del mundo entero, porque es más importante tener razón a que se desmientan hechos terribles que nos demuestren que siempre estuvimos equivocados.

Compruebo que últimamente, más que posicionarnos lo que hacemos es hincarnos.

Porque si hay algo todavía más difícil que abstenernos de emitir un juicio, es sin duda cambiar de opinión. Y tras esto, admitir que nos hemos equivocado.

De repente, parece que la comunicación con los demás está solo basada en anunciar nuestra opiniones, sin pasar antes por compartir nuestras dudas.

Una vez leí que si dos personas piensan igual, al menos una de las dos no está pensando. ¿Qué ocurre entonces cuando todos opinamos lo mismo? ¿Está pensando alguien?

La opinión pública no existe, existe la opinión individual, e imagino que nuestra tarea consiste en vislumbrarla en este embrollo mediático de dudosas intenciones.

14 comentarios

14 Respuestas a “CULPABLE”

  1. Crítica dice:

    Bueno, creo que como miembros de una comunidad, más o menos amplia, tenemos necesidad de posicionarnos sobre los grandes temas que surgen.

    Coincido en que ese posicionamiento presenta dos graves deficiencias: la primera, esencial , es quién y cómo se decide cuáles son los grandes temas. Es evidente que son los medios de comunicación los que imponen ese primer filtro y deciden, por ejemplo, que los deshaucios, la degradación medioambiental, la pobreza galopante, grandes temas que debieran preocuparnos como sociedad, no ocupen, sin embargo, las portadas diariamente con un seguimiento a su evolución y a las medidas concretas o ausencia de medidas para remediarlos, preguntando a los gobiernos en ruedas de prensa que piensan hacer al respecto. Basta contrastar las portadas de los periódicos de diversas tendencias políticas para constatar que son los medios los que nos ofrecen, generalmente masticados y digeridos, aquello que debe ocuparnos y preocuparnos.

    La segunda se deriva de esa falta de conocimiento que solemos tener por la forma en que nos llegan esos temas, más cercana a la opinión o valoración ética, política, social, del que lanza el mensaje, que a datos objetivos, información, que podría ayudarnos a formar nuestra propia opinión. La «información» parte así, de base, adulterada pues no sólo deciden por nosotros los grandes temas sino que nos envían la manera adecuada de interpretarlos en función de la particular visión y valores de quien emite la información.
    Esa adulteración puede llegar a extremos realmente llamativos de manipulación, ofreciendo sólo los datos que interesan para sostener la tesis que interesa al informador y ocultando, menospreciando, tergiversando, aquellos otros que contradicen el mensaje político que interesa lanzar. Porque en última instancia todo se reduce a lanzar un mensaje político determinado, es decir, no es periodismo sino propaganda.

    El ciudadano, con su propia ideología política, con su propia opinión, pacientemente formada a través de los medios, siempre será proclive a creer las informaciones que apuntalan esa ideología y a desechar aquellas otras que la debilitan, entrando así en un círculo vicioso de difícil salida. No es fácil, sobre todo cuando están los ánimos caldeados y el debate subido de tono, pararse a reflexionar sobre las propias creencias e informaciones que uno dio por buenas sin demasiado análisis y sin embargo esa continua revisión de nuestro «disco duro» se antoja imprescindible para poder desarrollar esa facultad tan maravillosa que es pensar en libertad con el sólo sometimiento a la razón pero también a una ética, unos valores, que debemos defender aún por encima de nuestros propios intereses. Sólo así podremos hablar de nobleza y libertad.

  2. Reflexión muy acertada.

    A mi modo de ver en este asunto de la opinión pública se mezclan varias cosas.
    Primero la necesidad de una justicia más rápida para que no pase tanto tiempo desde que se descubre un presunto crímen y el juicio. Con los casos de corrupción por ejemplo resulta ofensivo todos los años que pasan hasta que se termina una instrucción y más aún para un veredicto. Esto es algo que comento en mi post Injusticia sobre ruedas http://wp.me/p2fW1E-ji

    Por otro lado la necesidad urgente de que los medios ofrezcan información objetiva y reduzcan la proporción de opinión de su línea editorial. Ejemplos como el que se recogen en el texto son la evidencia de que los medios con sus actos generan opinión cuando deberían simplemente dar información. También he hablado un poco de este tema en mi último post, desinformación como información http://wp.me/p2fW1E-kD

    Un saludo y encantada de leeros 😉

  3. Manu Oquendo dice:

    Como Bárbara es periodista y experimentada me abstendré de discrepar con alguna de sus afirmaciones. Por ejemplo cuando dice que la opinión pública no existe. Que lo que existe es la opinión individual.
    Voy a aceptarlo –por prudencia– pero es fácil comprobar que los animales actuamos de forma muy diferente cuando estamos solos que cuando nos encontramos en un grupo. Los grupos existen e influyen en nuestra conducta.
    No sé si esto se extiende a nuestros procesos lógicos conscientes pero parece hacerlo a niveles reflejos y emocionales.

    Estoy más de acuerdo cuando dice que «hay algo todavía más difícil que abstenernos de emitir un juicio, es sin duda cambiar de opinión. Y tras esto, admitir que nos hemos equivocado».

    Pero no coincido en lo que dice el texto que «una vez» leyó la autora: «que si dos personas piensan igual, al menos una de las dos no está pensando».

    «¿Qué ocurre entonces cuando todos opinamos lo mismo? ¿Está pensando alguien?..» se pregunta.

    Puede ser que estemos pensando todos y que todos lo hagamos correctamente. De hecho –si ante las mismas circunstancias pensamos lo mismo– me parece que es lo normal. La prueba de que tenemos una cierta inteligencia y la usamos de vez en cuando.

    Somos complicados pero, afortunadamente, no tanto.

    Saludos

  4. José Luis Carrillo dice:

    Siguiendo con tus debates tan aparentemente simples por lo cotidianos que nos resultan, pero que en mi “opinión” sirven para tomarnos el pulso y fijarnos un poquito de qué pie podemos ir cojeando en nuestro cotidiano caminar, y aún a riesgo de caer en la posible “trampa” que pones para entrar en las estadísticas de las preguntas que planteas, pues nada, me voy a “posicionar”.

    La verdad, es que estoy de acuerdo en casi todos tus planteamientos, (aunque lo digo con un cierto complejo, por si acaso soy yo el que no piensa). Pero es cierto que cuando apareció en nuestras vidas la “prima de riesgo” yo me encontré opinando de ella como si la conociera, es decir, sin tener ni puñetera idea de lo que significaba, ahora como ya parece de la familia y aunque sigo sin tener nada claro que rollo se trae con el alemán ese (me refiero al bono), pues la verdad es que ya no opino, seguramente porque al ser de la familia, no conviene sacar a relucir los trapos sucios de uno y de los suyos, por aquello de la imagen.

    Lo de “cambiar de opinión”, es al menos, complicado, ya que posiblemente se relacione con lo de “cambiar de chaqueta”, etiqueta que si te ponía alguien durante y después de nuestra guerra incivil, habías perdido todo el crédito que pudieras haber tenido en el grupo que seguía con la misma chaqueta, es decir, eras un “chaquetero, traidor, lame culos” y cosas así en el mejor de los casos. Es decir, que cambiar de opinión, tiene al menos dos vertientes malas, una, que dejan de hablarte los que hasta esos momentos opinaban como tú, y la otra, que tienes que pedir perdón al nuevo grupo al que llegas, por no haberte dado cuenta antes de tu error. Es evidente que con tanto ajetreo, uno ni se pare a pensar que la vida es un cambio permanente.

    En cuanto a lo de la “opinión pública” que quieres que te diga, si tú conoces mucho mejor que yo a esos voceros que se dedican a difundir opiniones en el personal, de un mismo asunto, cada uno guiado por sus propios intereses y cuando piensan que ya han calado lo suficiente, hablan de esa opinión pública como si fueran sus representantes o les perteneciera. Porque, es que yo también creo, (que le voy a hacer), que es imposible que dos personas piensen lo mismo, de la misma manera que es imposible que puedan ver el mismo color, oír el mismo sonido o sentir la misma sensación al tocar algo, porque las circunstancias, las memorias, los intereses, las necesidades que están incidiendo en ese momento, son distintos y cambiantes en todas las personas aunque lo hagan con la mejor de sus intenciones, que no suele ser precisamente el de los medios de comunicación.

    Creo que ni siquiera una idea o una opinión sobre algo o alguien, si han sido pensadas previamente podrían coincidir en dos personas, aunque el final fuera el mismo. Otra cosa sería eso que dicen algunos libros de El Pensamiento Instantáneo, que como no sé nada de el, prefiero no opinar.

    Saludos a todos.

  5. DUENDE dice:

    ¿ Es la opinion General, valida?

    Creo que cada caso es diferente y hay situaciones que provocan lecturas trascendentales que los seres humanos somos capaces de leer detras de la simple apariencia de unos hechos.

    No me he encontrado a nadie que no tuviera clara la culpabilidad de Breton, ¿Porque?, en mi animo de urgar en el desarrollo del pensamiento en muchas conversaciones me he posicionado en una posicion de duda al respecto, y solamente el gesto de las personas con las que estaba en ese momento delataba culpabilidad.

    Quizas los que se han gestionado el conocimiento del caso tiran de los demas, en eso estoy de acuerdo, pero la ley, la justicia de los seres humanos, ¿ acaso no trasciende lo meramente legal o construido por estados y goviernos?.

    Quizas hay ocasiones donde todos pensamos lo mismo y realmente sea lo mismo, ¿ o no?.

    abrazos

  6. DUENDE dice:

    Perdon por mi error ortografico, le pido al moderador que lo corrija, gracias.

  7. Alicia Bermúdez dice:

    ¿Cuánto tiempo puede pasar una persona sin saber qué opina?, pregunta Bárbara.
    Toda la vida. Algunas personas — o muchas, no tengo datos — pasamos toda la vida sin saber qué opinamos y preguntándonos, constantemente, con qué elementos de juicio contamos para encontrar la postura en que instalarnos. Dudando siempre de todo y sospechando que cualquier noticia que nos llega de qué está pasando en el mundo ha sido, antes de estar en los papeles o en las ondas, cuidadosamente cocinada al gusto del que nos la va a proporcionar.
    Así que a lo mejor sí. A lo mejor, en el mismo instante en que algo susceptible de ser enjuiciado nos alcanza, nos posicionamos, nos colocamos en ese lugar tan incómodo — incluso inquietante — en el que cualquier postura va a colocar un nudo en el centro del pecho y una especie de garra atenazando la garganta.
    Y opinamos… Pero, ¿qué opinamos?
    Algunas personas — o muchas, que no tengo el dato —, que el mundo es un lugar bastante invivible en pugna irresoluble entre manipuladores y manipulados.
    En el caso concreto que menciona, el de José Bretón, resultaba pavoroso conectar la radio, o la televisión, o leer la prensa, y percibir el regocijo con el que — al amparo de la muletilla de “la presunción”, fuese de culpabilidad o de inocencia — las gentes, en su mayoría, acariciaban la idea de que (como en efecto sucedió) fuese condenado.
    Que hubiera sido declarado inocente hubiese supuesto una gran frustración, una enorme sensación de fracaso porque un criminal sin cara, y sin nombre, y sin una expresión y unos gestos delatores de cómo es ese alguien a quien estamos juzgando, puede ser cualquiera.
    Y cualquiera desea no que el mal no exista — que “qué me importa el mal si no soy quien lo hace ni quien lo padece” — sino tenerlo localizado y poder señalarlo como algo externo, ajeno al “yo”.
    Y, a Manu, creo que no tienes razón del todo. Que es verdad que cuando dos personas piensan igual es que alguna de las dos no piensa. Lo que sí creo que ocurre es que jamás se da que dos personas piensen exactamente igual, del mismo modo que también es difícil que sus pensamientos sean, todos, totalmente antagónicos.
    Todos nos hemos encontrado frente a personas con las que, ante un planteamiento hecho a grandes rasgos, hemos estado de acuerdo o discrepado absolutamente. Y luego, hurgando un poco con la uña, nos hemos percatado de que… Bueno, tú eres hombre de Ciencia y de ciencias, y creo que la Ciencia sostiene que un mismo punto no lo pueden estar ocupando dos partículas.

  8. Gema. dice:

    y ahí vamos las personas con todo nuestro paisaje de formación a cuestas, nuestras creencias, pensamientos y sentimientos, opiniones y acciones, y creyendo que cómo son hipernuestras son las mejores y las únicas válidas, y más importantes que por supuesto, el de al lado, que ese, el de al lado está algo «chalado».

    y ahí van los mass-media, los formadores de la opinión mediática, intentando meternos en la cabeza todo aquello que es del interés de «ellos», claro!, sino para que tanto esfuerzo!!,

    y aquí estamos las personas, nosotr@s, las de a pie- o en coche, altos y bajos, con empleo-sin él, con mas-menos dinero, mas-menos guap@s–según «la norma, del momento», de clase o sin ella, con estudios o sin ellos, de un color de tez o de otro, etc…..
    y aquí estamos las personas con nuestros líos internos-externos, y con nuestras opiniones personales que damos cómo únicas hasta que entramos en relación con otros e interaccionamos, entonces, lo nuestro ya no era tan grave..que lo del otro parece más..y mi opinión se tambalea porque no era tan cierta como yo creía…y..el trabajo-parece no es para siempre»»….

    y nada!…caminemos y aprendamos sin límite!!, como una posible salida a tanta crisis, y sigamos caminando y con los ojos muy abiertos..porque la que viene es buena, y bueno es saber, que podemos redescubrir muchas cosas de nosotros mismos que nos quedan por hacer y hacer sentirnos bién;

    y yo me pregunto…aparte de ser ese hombre culpable de sus acciones llevadas a cabo, que por supuesto, es el primer y único responsable…
    la sociedad, o sea todos nosotros…tenemos algo que ver en que eso haya pasado así y no de otra manera??,
    por supuesto no acuso a nadie de nada..es una pregunta que me hago a mí misma…por darle un poco a la perola, (cabeza),—

    que yo, cuando no tenga pa´comer…fijo..que algo haré..y quizás esta «sociedad», no lo apruebe……
    eso sí, matar!!—nunca!!!

  9. Iñaki dice:

    Lo de la degeneración de Informe Semanal es de Juzgado de guardia…¡país!

  10. Kacho dice:

    Es cierto que se busca una opinión a la que adscribirse sin cuestionarla, en un acto en el que se mezclan la pereza y la protección de sentirse parte de un grupo. Somos capaces de cambiarnos la chaqueta sin mover un músculo de la cara, y es en la defensa de las opiniones ajenas adoptadas donde se encuentra mayor vehemencia. Precisamente porque son ideas que no se entienden, que se asumen por su sonoridad, enmudeciendo a otras más moderadas. Ideas que solo se pueden defender mediante demostraciones de fe más que con el desarrollo de argumentos que la sustenten.

    Muy bien traído, Bárbara. el hecho de ser algo que muchos percibimos destaca el acierto de artículo.

    Un saludo.

  11. DUENDE dice:

    Kacho, no veo las cosas asi, la pregunta en este caso seria :¿No es cierto que en este caso concreto el defender otra opción es tan claramente imposible y contra natura que se hace muy complejo defender,incluso, la posibilidad de inocencia?.

    Se que este comentario puede parecer simplista pero en mi entender, y solo desde mi punto de vista, es un claro ejemplo de verdad revelada donde la naturaleza nos pone de acuerdo en un camino paralelo al puramente jurisprudencial.

    Abrazos.

    1. Kacho dice:

      Duende, no centraba el comentario en el caso de Bretón, pero me gusta que hagas esa pregunta porque se puede reformular. Después del veredicto popular inmediato a lo impactante de la historia (padre mata a sus hijos), ¿no se antoja imposible la posibilidad de inocencia?

      Saludos

  12. Gema. dice:

    y sigo preguntandóme….y fue él sólo y él sólo–solísimo…el único ejecutor o quizás esos chiquillos pudieran no haber muerto??….

    y sé porqué me lo pregunto,

    aunque…tanta pregunta no les devolverá la vida…

    pero, esa persona- responsable de sus actos..con sus propios hijos?, por ahí tira muy de lo social..que debería mirarse-revisarse con lupa..

    sé de lo que hablo–y sé quienes me entienden;

    aunque..de todas todas un acto criminal con dos seres absolutamente indefensos por pequeños y por el posible afecto infantil que pudieran tener a su padre, es eso–un acto criminal..que ya está la justicia para juzgarlo, claro!!.

    dejo claro, que esta opinión es propia y muy personal.

  13. Rocío dice:

    cuando uno no sabe qué pensar, dónde posicionarse, qué opinar… le viene tan bien que alguien lo haga por él…. no hay más misterio que éste… en este caso… triste

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