Hace unos días se publicó el caso de una empresa, fabricante de equipos, que había anunciado su plan de sustituir a casi 1,3 millones de trabajadores por robots. Aparte del hecho en sí, lo más impactante es que la noticia no se refería a una empresa de Alemania o EEUU, donde los elevados salarios explican la necesidad de avanzar en la automatización para ser competitivos en un mercado global. No. ¡Se trataba del fabricante chino Foxconn! Si esto sucede en China, con legiones de trabajadores dispuestos a trabajar por salarios ridículos, ¿qué nos espera en el mundo rico?

Pero este es solo un ejemplo más de los muchos que van saliendo en este sentido. A estas alturas parece imparable el proceso de sustitución de personas por robots, o sistemas de inteligencia artificial, en diversos ámbitos de la actividad económica. No obstante, las estimaciones en cuanto al número de empleos que pueden verse afectados difieren. Unas son más pesimistas, como la del Instituto Brueguel, que estima que en España afectaría al 55%, mientras que otras son más optimistas, como la OCDE, que reduce esa cifra al 12%. En lo que todos coinciden es que también aparecerán otros muchos empleos que hoy ni existen, aunque no tantos como los que se destruirán. Parece, pues, que estamos ante un escenario en el que, en unos años, solo en España varios millones de personas pueden encontrarse con que los robots les dejen en la calle.

No está claro qué harán los gobiernos y las empresas para hacer frente a este desafío. De lo que más se habla es de la reducción de la jornada laboral, para repartir el trabajo que quede, y de instaurar una renta básica universal, que garantice a todos una mínima supervivencia. No obstante, con ser crucial cómo se va a resolver la subsistencia económica de los afectados y cuáles serán sus consecuencias en la economía nacional, este desafío presenta otros ámbitos importantes a los que también hay que ir buscando solución. Por ejemplo, en un artículo reciente apuntábamos en este blog la necesidad evidente de reformular nuestro sistema educativo. Entre otros motivos porque, como decía una experta refiriéndose al caso español, el 65% de los estudiantes de primaria trabajarán en empleos que todavía no existen.

Entre los aspectos a considerar, uno, muy importante, es el del tiempo libre. Parece evidente que este proceso de robotización implicará que muchas más personas se encontrarán con más tiempo libre o, incluso, con todo su tiempo libre. A primera vista puede parecer que no se trata de una cuestión particularmente inquietante, puesto que, entre jubilados y desempleados, en España ya hay millones de personas sin trabajar. Sin embargo, habiendo similitudes obvias, también hay notables diferencias en la actitud de quienes esperan encontrar pronto un empleo, o de quienes están convencidos de estar en la última etapa de sus vidas, y la de aquellos que se ven sin ninguna perspectiva de actividad laboral teniendo gran parte de sus vidas por delante.

Se plantea entonces el debate de qué uso le darán estas personas a tanto tiempo libre. ¿Qué consecuencias tendrá para ellas? ¿Y para el conjunto de la sociedad?

Lo primero que se nos viene a la cabeza son algunos de los riesgos que esto conlleva. Quizás los más graves sean los psicológicos. Disponer de un empleo relativamente estable nos proporciona, además de ingresos, confianza de cara al futuro. Nos hace sentirnos autosuficientes e independientes. Pero, sobre todo, hace que nos sintamos útiles, ante la sociedad y ante nosotros mismos. En definitiva, nuestra autoestima personal está muy ligada a tener una ocupación laboral. Hemos construido un tipo de sociedad en el que, no solo vemos mal no tener un trabajo retribuido, sino que además hemos hecho de ese trabajo nuestra principal vía de realización personal. Es evidente, por tanto, que su pérdida con carácter definitivo acarreará graves problemas psicológicos (depresiones, soledad, etc.) a mucha gente.

Hay también un riesgo de infantilización, elementalización o embrutecimiento, si ese tiempo libre se ocupa mayoritariamente en esa gama de distracciones banales que ofrecen las televisiones, redes sociales, videojuegos, etc. Es una forma de pasar el tiempo que conduce a una sociedad aburrida y sin ilusiones.

Por supuesto, no se trata de problemas nuevos o por venir, puesto que, en cierta medida, ya existen en la sociedad actual. De hecho, en una encuesta del CIS hecha en 2015, entre las múltiples respuestas que se daban a la pregunta de ¿en qué suele emplear su tiempo libre?, un 70% contestó ver la televisión y un 43% navegar por Internet, redes sociales, chats, etc.

Naturalmente, uno puede pensar que cada cual es muy libre de emplear su tiempo en lo que le dé la gana. Pero, si lo vemos desde un punto de vista de evolución futura de la sociedad, de la esperanza por caminar hacia un mundo mejor, que haya un porcentaje cada vez más amplio de la población deprimida, elementalizada, aburrida o sin ilusión, constituye un lastre, un peso muerto, para cualquier avance. Para los gobiernos quizás sea un alivio tener distraída con estas cosas a mucha gente que, de otra manera, podrían estar protestando y creándoles problemas. Pero, a largo plazo, no cabe duda de que esto es una grave hipoteca para el futuro colectivo.

Por eso, es necesario apostar por aprovechar las oportunidades que también brinda la disponibilidad de mucho más tiempo libre. Por ejemplo, muchas de estas personas podrían dedicar parte de ese tiempo a actividades de voluntariado y solidaridad. Aparte de las ayudas concretas que presten a otros y aparte de que la necesidad de sentirse socialmente útiles se reoriente eficazmente, lo más interesante es que sería una oportunidad para que creciera y se extendiera una cultura social basada en la solidaridad, en el compromiso con los demás. En una sociedad tan extremadamente individualista (por no decir egoísta) como la que tenemos y, por otra parte, tan acostumbrada a que el Estado, el Gobierno y, en definitiva, las instituciones, nos lo resuelvan todo, un cambio de esta naturaleza sería fundamental.

También es importante que ese tiempo libre se emplease en el enriquecimiento personal. Por ejemplo, en adquirir un mayor conocimiento, aprender a pensar por uno mismo y desarrollar un afán por saber y descubrir algo de lo mucho que ignoramos. No es solo una cuestión de acumular lecturas y erudición sobre lo que otros han dicho; se trata, más bien, de leer con espíritu crítico, hacerse las preguntas que no se hacen en esos libros, buscar nuestros acuerdos y desacuerdos con lo que cuentan e intentar esbozar nuevas ideas a partir de las reflexiones que nos suscita su lectura. Ponernos en condiciones de escribir libros o artículos con lo que hasta ahora nadie ha dicho o cuestionado.

El enriquecimiento personal también pasa, por ejemplo, por desarrollar la sensibilidad artística, en el campo de la música, la pintura, la literatura u otros. Se trata de explorar ese mundo de sensaciones que no depende del intelecto y que, sin embargo, es esencial para desarrollar otras partes de nuestros cerebros. Y así, se podrían citar más ejemplos.

La cuestión es cómo se estimula todo este desarrollo personal. Hay personas que lo llevan dentro, como si hubieran nacido con ese motor. Otras han tenido la suerte de crecer en ambientes familiares que se lo han fomentado. Pero hay que reconocer que esta sociedad apenas se interesa por promover este tipo de cosas. Sin embargo, ante el desafío que tenemos, habría que tocar todos los palillos para que se activasen en la mayoría de la gente.

Uno de ellos es, indudablemente, el de la educación que se imparte en las escuelas. Sustituir el modelo educativo actual, basado en que los niños memoricen datos e interpretaciones como si fueran verdades absolutas, por otro en el que aprendieran a investigar y cuestionar esas verdades, en el que se familiarizaran con las diversas versiones e interpretaciones que hay sobre cualquier hecho, en el que desarrollaran sus propias hipótesis y aprendieran a reemplazarlas más tarde por otras… sería un cambio revolucionario. Y fundamental para afrontar la etapa de incertidumbres a la que nos estamos enfrentando.

Pero la educación no es solo cosa de profesores. También es decisivo el papel de los periodistas y los medios de comunicación. Si estos siguen apostando por distraer tontamente a sus audiencias, mal vamos. En cambio, si por lo menos algunos asumen que tienen una responsabilidad social, podrían ser de gran ayuda para hacer realidad el cambio que se requiere. Para ello, desde luego, sería fundamental que los gobiernos y partidos políticos tomaran conciencia del problema y reclamasen de los medios de comunicación ese nuevo papel. Pero, teniendo en cuenta cómo vienen actuando la mayoría de nuestros políticos, esperar esto de ellos puede ser ilusorio. Salvo que se vaya creando un estado de opinión en una parte cada vez mayor de la sociedad que lo reclame. Como un efecto bola de nieve. Y en los esfuerzos necesarios para iniciar ese efecto, la sociedad civil puede ser decisiva.

38 comentarios

38 Respuestas a “¿La robotización nos llevará a una sociedad más enferma?”

  1. EB dice:

    Por supuesto que no.

  2. pli dice:

    ¿Y dinero para costear las actividades del tiempo libre? Prque a menos gente trabajando, más subsidios sociales, pensiones, rentas, etc a repartir, con lo que el no-trabajador deberá subsistir con rentas de miseria. ¿Alguna alternativa posible a quedarse en casa viendo la tele con las luces apagadas?

    1. Carmen dice:

      Siempre me sorprenden este tipo de planteamientos. Personas que dicen llevar una vida de lo más aburrida por falta de recursos económicos. Vivimos en un país en el que el grueso de la población tiene acceso a Internet y con ello a un sinfín de posibilidades formadoras con nulo coste, por no hablar de la cantidad de museos, edificios históricos, paseos o excursiones disponibles, de un nivel muy alto que muchas veces ni valoramos ni llevamos a disfrute, simple y llanamente por no hacer un mínimo de esfuerzo intelectual.
      Nos sometemos a nosotros mismos al absurdo que supone intentar creer que ir al cine a ver una película que apenas nos entretiene o a cenar a un restaurante o de compras, es esa porción de estímulo que nos hace falta para que el resto de nuestra vida monótona tenga sentido.
      No me extraña que con estos planteamientos, la toma de antidepresivos o ansiolíticos esté tan extendida

  3. RBCJ dice:

    Interesante al respecto
    https://www.creditwritedowns.com/2013/07/the-wastefulness-of-automation.html
    La verdad todo el contenido merece la pena . Me remito al final .If the owners and operators of the machines kept for themselves all the proceeds from robot production, the state could not for long provide enough income to the rest to enable them to buy the goods and services produced by the elite….but if most of the elite’s money were taken from them by the state to provide incomes for the leisure class so that they could buy goods and services, why would the elite bother to produce anything? It seems to me that fully automated production and a world in which few people work for a living is not in the interests of capitalism or of capitalists. So maybe Chris is right. Maybe capitalists DO need a large labour force. Their survival depends on it.
    Saludos

    1. EB dice:

      Gracias por hacerme reír. Sí, la Sra. Coppola gusta –como ella mismo lo dice– escribir sobre cualquier cosa sin saber de qué está hablando. No le critico su ignorancia porque todos sabemos poco y sólo sabemos poco sobre unas pocas cosas. Pero si insiste en escribir a pesar de su ignorancia, ojalá se tome el tiempo para entender algo de lo que se discute sobre el tema y no descansar en una única referencia (en este caso de otro que también escribe sobre muchas cosas a pesar de su ignorancia). Para hacerlo corto, le recomiendo a usted que lea los comentarios que escribí al último post de Isaac Salama en este blog:
      http://www.otraspoliticas.com/politica/los-hombres-maquina

  4. Loli dice:

    Entiendo que «escribir sobre cualquier cosa sin saber de qué está hablando», puede no ser ni serio,ni formal en un foro «especializado» en algún tema.

    Entiendo, también sin embargo, que hacerlo, anteponiendo y reconociendo de antemano, la ignorancia subyacente ante múltiples temas, en un «foro generalista» que por serlo, facilita podernos expresar, cada uno desde nuestros muchos o escasos conocimientos en diversas materias, o inclusive mínimos en prácticamente todo, es asimismo lícito y loable.

    Loable, porque indicaría, a mi modo de ver, una manera, un intento de expandirse, de admitir la ignorancia y también de mostrar la actitud, la intención de hacer algo por transformar esa carencia, que se proyecta en nuestra existencia como lastre, en algo dinámico e impulsor, con la mirada puesta, a la vez, en que esa actitud sea útil, en la manera de lo posible, y desde la humildad de nuestros desconocimientos, en una tarea ilusoria: aportar «algo que les sirva a otros».

    Conocer mucho de algo, pero ser incapaz de vislumbrar su relación con todo lo demás, y además haciendo un filtro de tupidas redes en el manejo de una determinada herramienta, como es la Economía, por ejemplo, queriéndole dar el inapropiado título de Ciencia, y hacer de ello las lentes con que juzgar el resto de vicisitudes y circunstancias que rodean, mueven, condicionan y dinamizan la vida del ser humano, es también, me parece, una manera de parcializar y vaciar muchas veces de contenido, una actitud que podría, sin embargo, aportador y enriquecedora.

    Una actitud valiente y necesaria, es admitir la ignorancia, pero no quedarse plegada a ella.

    Foros como éste, dan cobertura, me parece, a expresarse desde esa humildad.

    El desprecio como parte importante dentro de un determinado discurso, no indica, precisamente, que se esté en posesión de las capacidad asociativa y de relación, que toda ciencia, que toda investigación, que toda profundización en cualquier tema y materia, se necesita , para ser capaces de explorar nuevas posibilidades, desde la voluntad, desde luego, de querer hacerlo.

    Un saludo

    1. EB dice:

      Loli, la humildad requiere un escepticismo sano. Le recomiendo leer regularmente

      http://www.skeptic.com/eskeptic/17-01-25/

      Y recuerde que es muy distinto escribir un artículo que comentar un artículo. Si el escritor no muestra intención de informarse adecuadamente antes de escribir, no puede pretender que los lectores lo tomen en serio. El comentarista sólo tiene que destacar lo bueno o lo malo del artículo, y si destaca lo malo probablemente sea porque el escritor ignoró algo que podría haber verificado sin mayor esfuerzo antes de circular su artículo.

    2. Alicia dice:

      A mí me parece, Loli, que EB se refiere al autor del artículo a que remite el enlace de RBCJ, y tengo la sensación de que tú no te estás refiriendo a su comentario a dicho artículo. O quizás la que se ha hecho un lío soy yo, pero en vuestra conversación encuentro algo que a mi criterio no concuerda.

      1. Loli dice:

        Hola Alicia:

        Puede que sea así, pero aún si se refiere al autor/a al que se remite el enlace, y que escribe reconociendo su ignorancia, creo, y eso es lo que trato de exponer, que no hay porqué impedir su libertad para expresar su opinión, para manifestarse sobre algo.

        Porque, sobre todo, alguien que se atreve a compartir de esa manera su ignorancia, de algún modo está pidiendo caminos y senderos para subsanarla, y creo que, en el actual modelo de pensamiento en el que nos movemos, donde la «apariencia del dominio sobre conocimiento» , más que el conocimiento en sí mismo, parece que es lo que importa, esa es una actitud valiente.

        Pero importa, el aparente conocimiento del que hablaba en el otro párrafo, no para ofrecerla a los demás, a esos que, al parecer, aún declarándose ignorantes, tienen la «osadía» de manifestarlo y exponerlo, sino precisamente, para declarar su «poder» sobre el resto, y no solo eso, sino aprovechar los foros donde se expresan, para declarar esa supuesto «dominio del saber» desde la humillación y el desprecio.

        Porque….en la ignorancia….nos movemos todos.

        Aquello que llamamos conocimiento, el «ser experto» en una determinada materia ¿podría ser también descrito, en general, con una definición más precisa como: «niveles de ignorancia» en esa misma materia, o áreas de un campo determinado en los que dividimos lo percibido?.

        A lo mejor si atajamos aquello que creemos conocido y aprendido con ese concepto, nos expresaríamos de forma más verdadera, más humilde, y mucha gente empezaría a ver que se abren, que otros tratan de abrir, espacios donde todo el mundo tenga la oportunidad de crecer.

        1. Andrés dice:

          Hola Loli,

          Disculpe que tal vez dé mi opinión en donde no se me había solicitado. 🙂

          Pero me parece que hemos nacido en una cultura que suele valorar más el saber todas las respuestas, que del disfrutar descubrir preguntas.

          Esto se enseña desde el aula. ¿Cuántas veces hemos visto la escena escolar de: ¡Que levante la mano quien se sepa tal o cual?

          Y… ¿Cuántas menos veces hemos visto la escena de: ¡Chicos!, ¿Qué es parece si nos hacemos preguntas sobre el tema X? ¿Qué se nos ocurre? ¿Cómo lo veis? ¿Qué cosas podríamos preguntarnos?

          Creo que si nos damos tiempo de verlo en diferentes niveles, parece que es mucho mejor ayudar a promover una cultura, que promueva descubrir preguntas con curiosidad y apertura, en lugar de buscar acaparar datos, fuentes, citas.

          Los datos fuentes y citas, me parecen valiosos, pero siempre dentro de un contexto de curiosidad y cuestionamiento abierto.

          Un saludo.

          1. Loli dice:

            No tengo que disculparle nada, al revés, creo que si algo se agredece siempre son apuntes capaces de sumar y de querer aportar.

            Y, estoy totalmente de acuerdo con Ud.

            Un saludo

  5. Loli dice:

    La in-formación me sugiere…seguir una determinada línea, seguir la formación de algo ya elaborado….no perseguir el conocimiento necesario para proceder a una “formación propia”, y la verdad, no merece, seguramente tanto mérito quien pretende investirse del “afán informativo”.

    Los criterios para valorar un comentario pueden ser muy aleatorios, y desmostrar el interés formativo o meramente “in-formativo” del que realiza tal valoración.

    Muchas veces, es difícil distinguirnos, ante nosotros mismos, la necesidad de mantenernos firmes y prepotentes en aquello que pensamos nos ha procurado un cierto reconocimiento a algún nivel, que permitirnos la sana apertura, a la duda, a asumir la relatividad de nuestras observaciones, y a la obstinación con la que defendemos nuestros pretendidos “conocimientos”, aunque finalmente tengamos que plegarnos al hecho de que casi todo lo que reconocemos en el sentido de “ir en formación” va en contra del propio concepto, y muchas veces se compone y recompone de la constante fragmentación, y recombinación de los mismos elementos, todo con tal de mantener nuestra “egocéntrica” prepotencia sobre el resto.

    ¿Qué criterios son más válidos para enjuiciar un artículo?, ¿la información invocada desde un determinado punto de vista, y reivindicada como la única y real, o abrirse a la posibilidad de que nos estén contando algo nuevo?.

    Porque, pienso, que aunque ni siquiéramos nos pareciera que hemos encontrado ese guiño nuevo, o un ángulo más insospechado sobre algo, el simple hecho de abordar temas desde la intención de aportar nuevas visiones sobre las cosas, es ya digno de ser leído y respetada esa intención.

    Desde luego, solo eso, abre más horizontes, llama a las posibilidades de todos, independientemente de su lugar de salida, a explorar las capacidades de su crecimiento.

    Solo eso, ya es enriquecedor, ya es importante, porque intenta subsanar la trágica carencia de la búsqueda impulsora en el que nos sumerge, el ritmo adormecedor, monocromático, del funcionamiento cotidiano en nuestro modelo social.

    En general, los artículos de este blog, creo de verdad, que llegan muy bien avalados desde los méritos de sus elaboradores. Pero sobre todo, y por encima de ello, hay algo que ya bastaría para prestigiarlos, es y la intención de realizar el esfuerzo de su trabajo para y por la razón de ofrecer algo nuevo, impulsor y dinamizador, a la gente, desde cualquier “estatus”, donde piensen,… donde pensemos, que se encuentren….., que nos encontremos

    Para ello, un importante ejercicio de generosidad, es necesario, y en algo puedo estar de acuerdo en su comentario, Sr EB, es distinto escribir sobre algo para imponernos sobre los demás, que para abrirles espacio, desde lo que consideramos nuestro valioso conocimiento.

    Tan distinto, que se nota a la legua, y sí, en ese aspecto, le admito que, esa persona incapaz de ofrecer nada fuera de su única forma de mirar el mundo, no debería pretender ser tomada en serio.

  6. EB dice:

    Manuel, me ha extrañado mucho que usted se preocupara por los robots y sus consecuencias para la salud de los humanos cuando estamos en medio de una crisis grotesca de paranoia entre los progres. Esto es, entre esos muchos progres hipócritas que hoy lloran porque ven que sus ambiciones y sus esfuerzos se están viniendo abajo para alegría de todos aquellos que íbamos a ser sus siervos. Estos días, ante tanta paranoia (para quienes prefieren leer en español es suficiente con leer El País, cueva de paranoicos delirantes –aunque tranquilizados por las caricias de Rajoy), uno no puede dejar de reírse y celebrar su caída, que ojalá no sea transitoria. No hay vacuna ni cura contra la paranoia progre así que tendremos que esperar un gran cambio generacional.

    1. Manuel Bautista dice:

      Estimado EB,

      Es cierto que a mí me interesa mucho más reflexionar sobre los grandes cambios que se están produciendo en la sociedad, en el mundo en general, no solo desde las perspectivas habituales sino, también, desde las que puedan pasar más desapercibidas.

      Veo que a usted le preocupa mucho la hipocresía (“Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”, según el diccionario de la Real Academia Española) y no es que a mí no me preocupe, pero me parece que es un defecto generalizado en la sociedad. No creo que sea un monopolio de los políticos y menos aún de los progres (como usted llama, me figuro, a las personas de “izquierdas”).

      Creo que, en definitiva, la hipocresía es un recurso del individuo cuando no se siente capaz de defender públicamente “su verdad”. Y aunque las más de las veces, eso se debe a la falta de confianza y seguridad en sí mismo, en el mundo de la política se debe a la simple conveniencia táctica de no perder votos.

      Lo que habrá que preguntarse es si la democracia, con sus votaciones periódicas, no estará incentivando una especie de pacto implícito entre votantes y políticos, según el cual “tú no me das disgustos y me cuentas lo que yo quiero escuchar, y yo te voto en las próximas elecciones”. Y, obviamente, este tipo de pacto es básicamente hipócrita.

      Un saludo,

      1. EB dice:

        He entendido su post como una preocupación por la salud de la humanidad y no como un análisis de la robotización (para mi y muchos otros economistas, parte de la nueva ola de cambio tecnológico que bien puede ser analizada tomando en cuenta la larga historia de este cambio). Para la salud de la humanidad, por desgracia uno no puede ignorar a la política, de igual manera que para la educación de la humanidad uno no puede ignorar a la política.

        En este siglo, los políticos pretenden ser «decisivos» en la salud y la educación de la humanidad, a mi juicio porque se han dado circunstancias favorables para que así sea (cambio demográfico en el caso de la salud, cambio cultural relativo a la familia en el caso de la educación). Y si a eso le agregamos otras actividades en que los políticos quieren seguir siendo «decisivos» (digamos actividades de fácil control territorial –recuerde que el territorio siempre ha definido a las jurisdicciones políticas), mi preocupación principal hoy es entender cómo ha cambiado la política y cuáles han sido sus consecuencias. Por supuesto, la política es una actividad «profesional» muy competitiva, hoy mucho más a nivel intra-territorial que a nivel inter-territorial. Uno no puede ignorar que el recurso a la violencia ha sido tradicionalmente el medio preferido de los políticos para lograr el premio de la competencia, y aunque hoy la persuasión es el medio más usado no necesariamente es el preferido. Esas pocas ideas, ojalá le dejen claro los puntos de partida de mi análisis de la política (esto es sólo un comentario a su post y no un Tratado de Política).

        En cuanto a la hipocresía, si bien ocasionalmente es un recurso defensivo en los términos que usted plantea, la hipocresía que preocupa es la ofensiva, es decir, aquella usada por ambiciosos de poder y riqueza para engañar a los demás (también recurren mucho a la mentira). Los ambiciosos en algún momento encuentran límites a lo que pueden hacer y entonces deben plantearse si usan la violencia para eliminarlos o si recurren a la mentira y la hipocresía para evadirlos. La historia de los políticos progres siempre ha estado marcada por la necesidad de eliminar o evadir esos límites. Hoy esa necesidad les presenta desafíos enormes que sólo pueden hacer frente los «revolucionarios», no los progres acomodados que han estado gozando del poder por décadas ni tampoco los progres nuevos que quieren ya mismo su tajada de la torta.

        1. EB dice:

          Manuel, no culpemos a la democracia que es sólo un principio y en su esencia un principio bueno. Como lo puede leer hoy en BBC y The Guardian, además de muchos otros medios progres y paranoicos, el problema está en los políticos hipócritas que dicen amar a la democracia pero son tan falsos como los revolucionarios del siglo 20, aunque por suerte parecen haber aprendido la lección y se contienen en sus amenazas de violencia (o quizás sea porque están gozando como chanchos los tajadas de poder que todavía tienen).

  7. Andrés dice:

    Estimado Manuel,

    Muy interesante su artículo. Si bien, como ha comentado RBCJ y pli, un tema a comentar sería ¿Que se haría con las ganancias económicas de utilizar los medios robóticos y automatizados?
    Porque si las ganancias son sólo centralizadas fuera del alcance social, resulta posible que se generen personas desempleadas, en lugar de «con tiempo libre».
    Por otra parte es importante re-plantearnos, lo que significa empleo o trabajo.
    ¿Nos podemos replantear como sociedad e individuos, lo que actualmente se considera empleo o trabajo remunerado?

    Si miramos el mundo, veremos que hay demasiadas cosas por hacer, demasiadas cosas por arreglar, en el nivel social, económico, ecológico, etc. Todos esos temas pendientes requieren una gran cantidad de trabajo. Sin embargo es curioso que en medio de tantas actividades y retos por realizar, aún estemos hablando de desempleo, de desocupación.

    Con un cambio cultural y sobre todo de percepción personal, esas personas con tiempo libre, podría participar en actividades diversas, creativas, restauradoras del medio ambiente, de la cultura, de la justicia social, desigualdad. Cosas que actualmente no se consideran útiles como para generar alguna remuneración monetaria.

    Indudablemente, también podemos replantearnos lo que es el dinero, para qué se utiliza, y la forma en que a éste lo generamos. En última instancia, el dinero simboliza y representa un «permiso social» para realizar algo que considera socialmente valioso, así como un medio abstracto para facilitar cierta contabilidad de recursos dedicados a una u otra actividad.

    Podríamos simplemente replantearnos lo que actualmente consideramos socialmente valioso y por consecuencia, nos estaremos replanteando lo que actualmente consideraríamos labores no remuneradas.

    Un saludo,

    1. EB dice:

      No me cabe duda que nos podríamos replantear miles de cosas y de hecho muchas personas en todo el mundo lo hacen de manera permanente sin tener que esperar que algo grande ocurra. El cambio tecnológico, incluyendo la robotización, es parte de ese replanteo permanente, y ojalá que se acelere porque es la base del bienestar material, algo que molesta a muchos que ya gozan de ese bienestar y temen perder su estatus social si los más pobres mejoran el suyo (hoy se habla de desigualdad pero hace 40 años se hablaba de pobreza, cosas muy distintas).

      En todo caso, no debe sorprender que en países envejecidos se haya estado perdiendo el interés por replantearse la vida y en particular por el cambio tecnológico. Vivimos una transición demográfica donde por primera vez las generaciones viejas que no han ahorrado suficiente en sus primeros 65 años de vida deben preocuparse de cómo vivirán los 20, 30 o 40 años que les quedan por delante (problema agravado por el miedo al dolor y la muerte, lo que implica un gran aumento en la demanda por sanidad) y no sorprende entonces que los viejos defiendan el estatus quo. Peor, en algunos países envejecidos, los políticos progres quieren seguir atrayendo a la juventud (cada vez menos importante para ganar elecciones) porque son los únicos que todavía pueden ser engañados por su discurso falso y entonces les prometen acceso gratis o subsidiado a bienes e incluso una renta básica sin trabajar. Sí, los que generan riqueza no pueden sostener a sus viejos que no ahorraron, a la juventud engañada y a la estructura burocrática del Estado de Bienestar. No debe sorprender que en esos países pocos se replanteen qué hacer con sus vidas.

      1. EB dice:

        Y leyendo recién este párrafo final

        «En fin, el artículo muestra que las normas sociales pueden afectar comportamientos que a su vez van a desencadenar en diferencias de género en el mercado laboral. ¿Cómo lo solucionamos? Supongo que podríamos pensar en intervenciones cuando los niños son muy pequeños, por ejemplo, ¿deberíamos evitar todos estos cuentos de princesas que se casan? Food for thought.»

        del post http://nadaesgratis.es/irma-clots/the-good-wife

        debo agregar la pretensión de algunos elitistas de cambiar las normas sociales como si fuera gratis, esto es, por simples imposiciones de los gobiernos (sí, eso es lo que significa «intervenciones» para esos elitistas) que los demás aceptaremos alegremente. Todas estas intervenciones que aisladamente parecen razonables y fáciles de hacer cumplir terminan causando risa porque suponen que los «beneficiarios» (es decir, los demás) están esperando que los «iluminados» los iluminen. Los únicos beneficiarios son en realidad los «iluminados» porque se apropian de recursos públicos para beneficio personal (hoy muchos de los fondos de investigación para las «ciencias sociales» se malgastan en «justificar» propuestas de intervenciones).

        Los cambios culturales en todo el mundo tienen lugar espontáneamente y poco pueden hacer los iluminados y sus intervenciones para «controlar» esos cambios (aunque la justificación sea para acelerarlos). Precisamente el tema del post referido antes es un buen ejemplo de este punto y explica la frustración de muchas mujeres iluminadas porque no hay suficiente ayuda pública para satisfacer sus deseos (no hablo de satisfacer demandas porque la palabra demanda se debe usar sólo cuando hay disposición a sacrificar algo para satisfacer un deseo).

    2. Manuel Bautista dice:

      Estimado Andrés,

      No he abordado el aspecto económico de esta cuestión porque ya se está tocando en muchos otros sitios. Por eso, me ha parecido más interesante darle algunas vueltas a una de las consecuencias de la robotización que menos se analiza.

      También le digo que yo no tengo nada claro cuál es la mejor solución a este desafío, desde el punto de vista económico. A mí me gusta más la fórmula del reparto del trabajo que la de la renta básica universal. Sobre todo, porque esta segunda es difícilmente financiable (salvo que hablemos de cifras ridículas para dichas rentas).

      En todo caso, me parece evidente que el Estado tendrá que aumentar los impuestos a las empresas robotizadas, para intentar sacar más ingresos. Pero, dicho esto, me surgen muchísimas más preguntas que respuestas. Por ejemplo, si ayer el ministro de Hacienda, Montoro, reconocía en el Parlamento que el año pasado se recaudó 20.000 millones menos que en 2008, y que prácticamente todo ello se perdía en el Impuesto de Sociedades, o cambian mucho las normas fiscales y la forma de actuar de la Agencia Tributaria, o las perspectivas de aumentar sustancialmente los ingresos públicos de las empresas robotizadas son bastante oscuras.

      Por lo demás, estoy de acuerdo con lo que plantea en su comentario. Habrá que ir a un modelo en el que socialmente se dé mucha menos importancia a si el trabajo es retribuido o no, y en cambio se valore mucho más si el trabajo (no retribuido) sirve para el bien colectivo. Aunque también habría mucho que discutir sobre lo que consideramos que es útil para el bien colectivo y lo que no lo es. En fin, que el tema va a dar mucho que hablar.

      Un saludo y muchas gracias por su comentario, Andrés.

      1. Estimado Manuel,

        Muchas gracias por sus comentarios. Entiendo lo que me comenta, yo tampoco mencioné el aspecto económico para sugerir que convenía que lo hubiese incluido, sino para aportar posibles ramificaciones futuras sobre el tema. Su artículo, realmente me parece muy bueno e interesante en muchos sentidos.

        Por otra parte, a mí también me parece que el reparto del trabajo debe ser la solución. Una renta básica universal, sin un trabajo asociado, parece que negaría el hecho de que los derechos llevan asociadas obligaciones. Y cuando esto hasta puede ser observado en el mundo natural, no parecería buena idea dejarlo de lado en un modelo social.

        Y estamos totalmente de acuerdo en que no resulta obvio el definir aquello que es bien colectivo y no. Parece que aquí hay gran espacio para la creatividad, para la investigación formal, incluso para el cuestionamiento de reglas y patrones social y personalmente establecidos.
        Pareciera que una sociedad avanzada, entendería que por lo general no se puede clasificar mediante reglas simples, si una actividad es buena para el bien colectivo o no. Se requiere que la sociedad fomente criterios dinámicos, flexibles y cambiantes para entender cuando algo está siendo útil para el bien colectivo, en cada momento dado.
        Y sobre todo, entender que el bien colectivo social, suele dejar espacio para un replanteamiento social continuo.

        Un abrazo y saludos,

        Andrés

  8. Loli dice:

    Es verdad que, sobre todo en Europa, la Europa del Estado del Bienestar, finalmente ha procurado, en vez de una sociedad envejecida y motivada, una sociedad donde la población cada vez más en aumento, de personas “viejas” (de viajeras, no es un término despectivo), sin mayores estímulos que el ocio.

    Un ocio al que se encarga de alimentar con sus productos de entretenimiento (la mayoría banales), ese mismo Estado de Bienestar.

    Sin embargo, no veo aquí que el problema sea que esa población no se haya aprovechado de las ventajas de la confortabilidad propocionada, aparentemente, por unas instituciones garantistas, para “ahorrar”.

    Es como redujéramos todo a la “economía”, y el ser humano se pudiera definir y describir solo en base a su capacidad de gestionar “billetes”, “papeles”.

    En fin, simplificar de ese modo, no solo al ser humano, sino la vida misma, como mínimo, también causa “risa”, si no arrastrara, ese concepto, una forma de pensar que peligrosamente contempla a las poblaciones como números, o artilugios, no como personas.

    La vida es mucho más compleja, y aunque se aplique una herramienta, como es la de la Economía, intentando seguir un enfoque complejo, si solamente contemplamos todo desde una única herramienta, no ya siquiera desde una Ciencia, pues…nos vamos a quedar un poco “cojos».

    Si la mentalidad que debe alumbrar la vida de un ser humano, es acaparar de la manera más habilidosa posible, aquellos bienes que piense le depararan una vida confortable, en un futuro que desconoce, pues desde luego, se dejará de buscar y explorar todo aquello que quizás si dinamice la vida, el aumento perceptivo y sensorial que igual se desplegaría con fuerza, y de verdad creo que la edad no es un impedimento, si nuestros sentidos no estuvieran tan atrofiados, o continuamente desbordados por mensajes sobre necesidades que finalmente puede que no lo sean tanto.

    No me parece que el problema tenga su origen, o su consecuencia, en “viejos” que no han ahorrado, acaparado, sino, más bien, en un sociedad “transversal” de todas las edades, que no sabe desplegar.

    Y, creo que del artículo se quiere desprender, también, que de eso se trata, de empezar a explorar nuevas posibilidades, no en las que emplear el “tiempo libre”, sino en “vivir de verdad” en eso que llamamos “tiempo”.

    Va a ser, está siendo ya, imposible contemplarnos en un futuro tal y como lo habíamos planeado.

    Nos hemos “establecido” en una concepción de nosotros mismos que no responde a la realidad, y será necesario seguir creciendo…aunque se sea pensionista y no se esté en “activo”…¿es que deja de “moverse” alguien cuando deja de trabajar? ¿es aquejado por alguna suerte de parálisis motora?.

    Muchas veces, la mayoría, pienso que lo que paraliza es “el trabajo”, tal y como lo tenemos construido en nuestro modelo social.

    1. EB dice:

      Decir que un sillón es más cómodo que una silla para una persona, no significa reducir la vida a la comparación silla-sillón sino hablar de una de las pocas cosas que uno sabe, y en particular no implica hablar o hacer juicios sobre lo que las personas hacen o no hacen con la silla o el sillón. Lo mismo pasa con lo que uno puede saber como economista, esto es, como persona con conocimientos especializados sobre pobreza-riqueza y su importancia para todas las personas, independientemente de lo que cada persona haga con su pobreza o riqueza. Si alguien quiere ignorar esa importancia, no hay problema alguno, pero no se sorprenda que una gran mayoría de personas piensen que su pobreza o riqueza sí condiciona y mucho «cómo viven sus vidas».

      No me considero experto «en vivir la vida de verdad» pero sospecho que cada uno pensamos distinto sobre lo que eso significa y no me extraño que muchos se dediquen a tratar de descifrar el misterio de «vivir de verdad» (por cómodo que sea el sillón, la decisión de a qué dedicar el tiempo que paso en el sillón depende más de las acciones alternativas que de la comodidad). Y hablando de cómo paso el tiempo, me preocupa mucho cómo la gente dedica horas a distintas actividades porque algunas de estas actividades son fuentes de riqueza, o por lo menos de escapar de la pobreza. Los economistas hemos escrito mucho sobre el uso eficiente del tiempo porque si queremos ser ricos tendremos que dedicar bastante tiempo a generar riqueza. Sí, simplificamos y dividimos el tiempo disponible a cada persona entre actividades que generar riqueza y actividades que implican disfrutar de la riqueza, cualesquiera sean estas actividades.

      Hace mucho que los economistas reconocemos que la herencia de un capital físico (máquinas, construcciones, etc.), de un capital humano (capacidades naturales y adquiridas de las personas), y de un capital social (conocimientos y normas sociales) son importantes para cómo cada persona aprovecha tanto las horas dedicadas a trabajo como las horas dedicadas al ocio. Nuestra preocupación principal es la productividad de las horas dedicadas al trabajo porque pensamos que cuanto mayor la productividad del trabajo, menos horas le dedicaremos al trabajo y por lo tanto más al ocio. Los economistas serios queremos entender cómo la gente toma sus decisiones y cómo sus decisiones dependen de aquellas herencias y también de las circunstancias individuales (o colectivas en el caso de organizaciones). Usamos todos esos conceptos para tratar de entender qué ha pasado y qué está pasando pero sin que esos conceptos impliquen qué deberían hacer los no-economistas, y en particular los gobiernos (por supuesto, algunos justifican sus propuestas de políticas públicas en ese conocimiento pero sus propuestas nunca se reducen a ese conocimiento porque de lo contrario serían propuestas inútiles, algo que usted puede apreciar en las «peleas» entre economistas pocos serios que quieren vender humo).

      Comete usted un grave error en pensar que el ahorro es vulgar acumulación de cosas (acaparar). Desde siempre los humanos hemos ahorrado, es decir, guardado algo para satisfacer necesidades futuras porque sabemos que cosas malas pueden pasar y que nuestros trabajo futuro no genere suficiente para satisfacerlas. Y desde hace algunos siglos hemos ahorrado también para que nuestro trabajo futuro sea más productivo. Hoy no ahorran aquellos que no pueden por circunstancias extremas y aquellos que no quieren porque esperan que en cualquier emergencia futura «los demás» los ayudarán. Hoy los viejos enfrentan una situación grave porque no ahorraron lo suficiente (jamás pensaron sobrevivir 20 o más años) y deben depender de «los demás» y en particular de políticos que les prometieron una vida tranquila hasta la tumba.

      En pocas palabras, si quiere pensar tranquila cómo «vivir su vida de verdad» no ignore su riqueza ni tampoco el sillón.

  9. Rafa dice:

    Hace poco tiempo, he hecho amistad con un jubilado de una gran empresa eléctrica española; en este momento tiene 65 años, peró terminó la relación laboral con la empresa a los 59, percibió la liquidación pertinente y ahora cobra la pension del estado.

    Su formación es la de ingeniero de caminos, y ahora dedica su tiempo libre a un voluntariado donde imparte clases en un centro estatal, también participa en un grupo de teatro aficionado, además de tener 4 hijos y varios nietos, a los que se dedica con la intensidad afectiva que esto requiere, además de ayudar pecuniariamente a algunos.

    Cito este caso, cada vez mas frecuente en nuestro pais, porque se dá la paradoja de que por la actividad a la que dedica su trabajo, dar clases y prepararlas, enriqueciendose personalmente, no cobra y sin embargo es remunerado por una actividad que ya no realiza, pensionista.

    Podríamos decir resumiendo que trabaja sin cobrar y cobra sin trabajar.
    Si a casos como este unimos la cantidad de desempleados que producirá la robotización que se cita en el artículo, podemos concluir que yá el empleo y el salario, no son directamente proporcionales.

    Entonces cabe preguntarse, no yá por el tiempo libre, que será un problema distinto en un principio para los chinos por ejemplo, que para los europeos.

    Si nó, de donde van a salir los ingresos, en caso de que se reduzca tanto el empleo.
    De esa subvención universal que se propugna ?.

    Y si la mano de obra (fuerza de trabajo ), con la que hasta ahora, se producen ingresos, en gran medida por empresas deslocalizadas, por contratos de fabricación con paises del tercer mundo, a coste mínimo con beneficios máximos para las empresas occidentales, si los ingresos por turismo, dependen más que del buen hacer de los políticos, del miedo a actos terroristas en los paises receptores, cambia en sus circunstancias, si los paises donde se desarrolla el trabajo dejan de fabricar a costes bajos y se niegan a trabajar por salarios de miseria.

    Para no extenderme mucho, si los ingresos del estado y los particulares, ya no dependen tanto del esfuerzo y del trabajo de todos.

    Efectivamente se producirá tiempo libre, pero quizá tengamos que dedicar ese tiempo a un esfuerzo común, en un mundo nuevo para el que no estamos preparados.

    Por tanto el cambio en la cultura, y la educación que propone Manuel Bautista, con el que estoy de acuerdo, que a través del arte, de la ciencia o de nuestro quehacer diario, deberiamos estar realizandolo yá, debe empezar hoy, pues de otro modo, cuando lleguen esos cambios, será demasiado tarde, y

    » Que Dios nos coja confesados «.

    Un abrazo

  10. Sedente dice:

    Me temo que el problema no está tanto en robotizar procesos industriales y en cómo ésto afectará al grueso de la población por la pérdida de trabajo o aumento del tiempo de ocio, si no en que las empresas capaces de incluir esa robotización en sus procesos ya han sido robotizadas en su concepción particular y podríamos decir «egoísta» para enriquecerse y crecer.

    Lo vemos a diario.

    Una industria o sector estratégico que se vea amenazada por la pérdida de ingresos sin alcanzar un crecimiento «agradable» a sus números (en realidad no importa quiénes sean los beneficiarios) o por la falta de competitividad con respecto a sus competidores hará lo que sea necesario para corregir ese déficit.

    Es decir, el beneficio (el número) está robotizado en su concepción y prima por encima de las necesidades, problemas o circunstancias de las personas afectadas.

    De muestra un botón.

    Año 2014.

    Incremento del P.I.B español respecto al año 2013: 11.391 millones de euros

    Beneficio de las tres grandes eléctricas en ese año: 7.125,5 millones de euros
    Beneficio de los grupos bancarios que operan en España: 9.834 millones de euros
    Beneficio del grupo Inditex: 2.501 millones de euros

    Solo estos tres grupos generan una descompensación con el P.I.B total de España de -8.069 millones de euros.

    Como es fácil entender, la gran masa de la población (decenas de millones de personas en nuestro caso) ha perdido riqueza en beneficio de estos tres grupos más, además, algunos otros que o tampoco pueden permitirse pérdidas en sus balances pues están también robotizados o aquellos pocos que han tenido, digamos, suerte por ganar algo.

    A ésto se le puede llamar perfectamente: «La falsa pirámide».

    ¿La solución?
    Subsanar el egoísmo implícito en la robotización de las empresas en favor del total de la población.

  11. Manu Oquendo dice:

    En 1978 se instaló Igor en mi empresa. Fue en las oficinas centrales, en un pueblo de Connecticut.
    Para instalar Igor, producido experimentalmente en Palo Alto –un laboratorio de la misma compañía– hubo que acondicionar todo el edificio incluyendo ascensores, pasillos, estafeta de correos, puestos administrativos y mesas de secretarias. Precisamente fueron éstas las que bautizaron al robot cuya función era distribuir el correo físico entre el entorno y la Organización interna así el tráfico interno de esta y con el exterior.

    Anteriormente había 1×2 turnos de ayudantes humanos que dos o tres veces al día llevaban a cabo esta labor y que fueron sustituidos por 2×2 turnos de ingenieros gestores/programadores de Igor.

    El acondicionamiento del edificio también significó crear una red de comunicaciones por debajo de la moqueta que pudiera interactuar bidireccionalmente con Igor.

    Ya por aquel entonces, en aquella compañía, había un embrión de correo electrónico y máquinas que evolucionaron muy rápidamente a lo que hoy conocemos. Ethernet fue un derivado de la red «Sub-Moqueta» que daba y recibía señales del mamotreto Igor.

    A mi modo de ver la robotización tiene un impacto complejo en el empleo y si quien desarrolla la automatización eres tú ese impacto es o puede ser positivo. Lo normal es que lo sea.

    El problema y muy grave es si tú solo aportas «comprar el robot». Entonces prepárate.

    Porque tienes un problema del copón y no solo económico, de gap de conocimiento (este es el capital más importante de cualquier sociedad) y de externalidades de los efectos sociales de la innovación.

    Lo dejo aquí porque a buen entendedor sobran aclaraciones.

    1. EB dice:

      Hola Manu, su comentario me ha sorprendido porque los que hemos vivido el proceso de adaptación a la computación pudimos aprender cómo el esfuerzo de adaptarnos nos permite aprovechar algo para mejorar nuestras vidas. Sí, yo recuerdo bien mi primer gran trabajo de computación (la investigación estadística en apoyo de mi tesis doctoral en 1971-72, algo que mis nietos se ríen cuando les cuento porque les parece de tiempos de los dinosaurios) y cuanto ha cambiado la computación y mi trabajo desde ese entonces (fíjese que el principal problema sigue siendo la manipulación en la preparación, recolección y análisis de los datos por los humanos). Jamás habríamos llegado al bienestar material que hoy gozamos si no hubiera sido por nuestra capacidad y por nuestro esfuerzo para adaptarnos. Sí, siempre hay quienes por un motivo u otro (no pueden o no quieren) fracasan y no se adaptan, pero también siempre hay una mayoría absoluta que sí lo hacen y terminan celebrando el cambio. Lo mismo pasará con la robotización.

      Usted ha mostrado una profunda preocupación por el mundo en que vivimos –un mundo que sigue cambiando y en que nadie puede esperar que los cambios sean de su agrado. Habiendo seguido durante los últimos años el griterío español clamando y reclamando cambios radicales ya mismo (no lo llamo debate porque sólo han sido gritos), los lamentos ante la expectativa de cambios por la audacia de Trump y unos pocos más me causan risa. ¿Qué esperaban? ¿Que el mundo cambiaría según sus deseos, según sus diagnósticos y pronósticos, por su sabiduría y su superioridad moral? El orden social –cualquiera sea el tamaño del grupo humano a que hagamos referencia, desde la villa hasta el Planeta Tierra– no es resultado de los deseos de unos pocos totalitarios sino consecuencia espontánea de interacciones sociales. Que en algunos casos esos deseos tengan «mucha» influencia no niega esa idea (quienes tengan dudas que estudien las experiencias de la USSR, la China de Mao, la Cuba de Fidel, y tantas otros Estados fracasados).

      No hay que buscar conspiraciones para explicar lo que está ocurriendo. La explicación debe centrarse en movimientos sociales «promovidos» por grupos formales e informales y que pronto entran en conflicto entre ellos. Si en el origen de la humanidad las tribus se formaron espontáneamente, hoy hay grupos que quieren formar nuevas tribus para pelear por el poder y la riqueza, pero no la tienen fácil y pronto nos confundimos sobre los bandos en lucha. Los partidos políticos que por décadas habían sido los grupos que formaron tribus dentro de un orden global marcado por los estados-nación están siendo superados por nuevos grupos, pero no de una única manera sino de acuerdo con las circunstancias de cada estado-nación y de las relaciones entre estados-nación. España es un buen ejemplo de un estado-nación que jamás ha podido superar sus tribus viejas y hoy parece que tampoco lo hará por la vejez de su población (cualquiera que sepa bien la historia del País Vasco entiende «el agotamiento» de la vejez, algo que Cataluña no quiere aceptar quizás porque ha sido «territorio de paso» para muchos).

      En resumen, no se asuste por la confusión en que hoy vivimos. Las mismas fuerzas que nos han permitido adaptarnos, generando una multiplicidad de órdenes sociales que coexisten de igual manera que coexistimos a nivel individual, terminaran prevaleciendo. Ojalá el esfuerzo por entender qué está pasando nos ayude, pero no nos extrañemos si nuestras explicaciones del pasado y el presente no satisfacen nuestras expectativas.

      1. Alicia dice:

        Maravilloso, EB, este escrito suyo. Me gusta y reconforta su visión esperanzada, y la comparto. Los humanos tenemos una capacidad de adaptación prodigiosa ¿Por qué no confiar en ella y en las posibilidades, los mecanismos aunque a veces sean inconscientes o impensados, de que disponemos para remontar dificultades y retos?
        A veces nos pasa, creo, que lo que queremos no es superarnos ni avanzar, sino que el esfuerzo, las energías que sería beneficioso el aplicar para saber y entender qué pueda haber de positivo y ventajoso en lo nuevo, los malgastamos en el afán de quererlos ignorar y desterrarlos.
        ¿Qué es entonces el progreso por el que por otra parte tanto suspiramos?

  12. Rosae. dice:

    Cómo dispongo de poco tiempo el artículo lo leí a «matacaballo» y los comentarios de parecida forma..

    De las sociedades industriales y post/industriales a la sociedad tecno-digital-robótica..
    si la tecnología produce casi todo (que casi así será), las personas disponen más de su TIEMPO (de Vida)…lo que se haga con él..cada cual vería..o no?-

    Sí la maquina produce sin empleados y estos no «cobran» por desempleo, que van a consumir?-
    Ese modelo económico no sólo está en quiebra sino que o se toma con la «seriedad» pertinente o, cómo en cascada o bucle, la «crisis» se va a Agudizar totalmente y quien avise lo contrario vayaal oculista..

    Y, claro cómo dice Gorbachov/ ni mucho menos la solución es la «Militarización de la Política», la precariedad generalizada, los contratos basura etc…
    falta un «replanteo» en el enfoque de los derechos de las personas, serio, y una condiciones económicas que lo Acompañen…para la «generalidad»..claro..

    Que las personas van a tener tiempo libre?….bueno, pregunten a una «ama de casa»..de que es eso del tiempo-libre;
    Qué se necesita: reeEducación/ para los nuevos tiempos…pues eso..»campos de empleo»..que hace falta «sanar» el planeta: pues eso..»más campos de empleo»…ETC.

    Desde luego Cómo seres humanos tenemos mucho que enmendar, así que siddisponemos del tiempo y la tecnología y la «buena disposición» mucho queda por hacer..
    que la revolución tecnológica ya es imparable: pues sí..
    ahora queda le revolución humana: pero la de verdad, la Real…sin «medias tintas» ni parches estroboscópicos-!!!

    Es decir, más conciencia y menos guerras.

    1. Manu Oquendo dice:

      Estimado EB.

      Como sabe, mi vida ha transcurrido en el mundo de la cibernética y en algunas de las corporaciones que han creado todo lo que hoy usamos. El Igor del ejemplo anterior nació en PARC que sin duda recuerda. Lo mismo con todo el resto de artilugios hasta los procesadores de 64 bits de DEC que posibilitan la creación de realidades virtuales.

      Por ello veo estas cosas sin excesiva preocupación si la cuestión se maneja en los términos que describo en mi post.

      Make or Buy? En temas estratégicos la prioridad siempre «Make».
      Y por ello los países deben retener esa parte de soberanía. Para preservar la de sus ciudadanos. Todos los países. Esto, con los naturales retrasos, lo permitía el mundo de Bretton Woods. En cada país europeo había por lo menos un fabricante nativo de Ordenadores. Hoy no queda ni uno solo. Toda Europa es dependiente de tecnología y Software ajenos. Es decir: un estatus colonial nos guste o no.

      El modelo Oligopólico vigente en un escenario globalizado y sin mutualización me parece inviable y creo que estamos presenciando en directo cómo se va rompiendo.

      Las Instituciones creadas tras la caída de Bretton Woods ya no sirven, nadie tiene la receta y por tanto hay que reinventar porque no hay a quien copiar y el Imperio no está para dar muchos consejos. Bastantes problemas tiene.

      Mi posición intuitiva es que hay que encontrar un equilibrio entre libertad total (de tráfico de mercancía, trabajo y finanzas) y autarquía total y que esto debe ser al nivel de país o pequeños racimos de países.

      Es decir, nada de imposiciones imperiales: que cada país o grupo de países busque libremente su escala y sus acuerdos.

      Me consta –desde hace al menos siete años– que las cúpulas de las naciones europeas son perfectamente conscientes de la disyuntiva y hasta ahora, por presión geopolítica de Washington, no se han atrevido a moverse. ¿Con Trump será otra cosa? Quizás… ya veremos. Nos pilla en muy mal momento. Estamos muy débiles es decir, estamos como quería Brzezinski.

      En el modelo globalizador se termina siempre en manos de un ramillete de Monopolistas y todo el control está fuera de las Naciones. La gente deja aún más soberanía a cambio.

      Por ejemplo, lo que está pasando con «La Nube», y los otros artilugios de Red Controlados por un solo controlador ignoto e irresponsable es para hacérselo ver.

      ¿Cómo se pueden poner todos tus sistemas «Mission Critical» en esas manos?
      Nadie con dos dedos de frente lo va a aceptar. De entrada Inglaterra se da el bote. Y ya hay más a la cola. Lógico.

      En Europa y USA, los ciudadanos de clase media trabajadora, han empeorado estos últimos 40 años (hay que sumar Deudas que siempre se eliminan de la ecuación)

      En resumen, robotización: Sí, pero tengo que tener la posibilidad de fabricarlos y no estar obligado a comprar a………..

      Saludos cordiales

      PS: Una cosa que este escenario permite es comenzar a hacer planificación estratégica al nivelo de cada país. Hoy hasta eso se ha perdido.

      1. EB dice:

        Hola Manu,

        En su primer comentario usted dice “El problema y muy grave es si tú solo aportas “comprar el robot”. Entonces prepárate.” En el segundo comentario dice “Make or Buy? En temas estratégicos la prioridad siempre “Make”.
        Y por ello los países deben retener esa parte de soberanía.” Tomo ambas ideas como centrales a lo que usted quiere decir en sus comentarios.

        Si entiendo correctamente lo que usted está diciendo es que el gobierno —en particular el gobierno nacional— debería tomar la decisión de promover la producción de algunos bienes estratégicos en su jurisdicción y negar la compra en otras jurisdicciones. Por cierto, todos los gobiernos producen o promueven la producción de algunos bienes y servicios demandados en su jurisdicción —incluyendo algunos esenciales a las funciones que justifican su existencia, como otros que por algún motivo especial o accidental se fueron agregando a los primeros. De su comentario, sin embargo, no me queda claro por qué el gobierno tendría que promover la producción de algunos bienes estratégicos. La historia está repleta de experiencias en que los gobiernos promueven producciones por razones “estratégicas”, incluyendo alimentos, fuentes de energía, manufacturas varias y algunos servicios. Estas experiencias, sin embargo, nos enseñan que más allá de alguna circunstancia extraordinaria que habría justificado esa promoción en algún momento, los incentivos para promoverlas se mantienen por mucho tiempo, indicando más bien “la captura” del gobierno por algún interés especial (sea el interés de los productores, de los trabajadores, o de algunos consumidores, además por supuesto de algunos políticos y sus cómplices). Si mañana alguien me dijera que el gobierno español va a promover la producción de robots me reiría porque su costo sería alto en relación a la alternativa de comprarlos fuera de España. Peor, no olvidemos que hoy el gobierno español da grandes incentivos al uso de robots a través de regulaciones e impuestos al trabajo humano con la excusa de proteger y favorecer a los trabajadores y no parece haber evidencia de que empresas españolas hayan aprovechado esos incentivos para producir robots. Siempre he estado dispuesto a escuchar buenos argumentos para promover la producción de algún bien o servicio en una determinada jurisdicción política —argumentos que vengo escuchando por más de 60 años, comenzando en la Argentina de Perón donde muchas cosas eran estratégicas y se promovía su producción y pasando por China donde estuve asesorando sobre la transformación de grandes empresas estatales, por supuesto todas “estratégicas”, pero el único argumento bueno sigue siendo la imposibilidad de comprar afuera más barato (por razones de espacio y tiempo no entro en la discusión de las teorías de Raúl Prebisch y tantos otros economistas que han apoyado esas promociones).

        Guste o no, los argumentos para sostener que los gobiernos deben promover la producción de algunos bienes y servicios “especiales” son conocidos pero fáciles de rechazar. Siempre queda el argumento final de que el pueblo soberano está dispuesto a pagar el precio —por alto que sea— de consumir bienes y servicios nacionales (o provinciales o municipales). No tengo problema de que se plantee al pueblo soberano la consulta sobre si efectivamente está dispuesto a pagar ese precio. Sí, la preferencia por lo nacional o lo local tiene un costo y bien sabemos que cuando ese costo es alto ningún gobierno consultará al pueblo soberano. Por favor, si usted conoce alguna consulta seria que se haya hecho a los españoles sobre ese asunto, le agradeceré la referencia.

        En su segundo comentario usted intenta relacionar lo anterior a su preocupación por la posición dominante (usted habla de oligopolio) de empresas extranjeras en algunos mercados globales. Quizás el caso más claro sería el mercado del petróleo por la colusión de los productores en OPEC pero esta colusión es entre gobiernos productores (sea a través de empresas estatales o de empresas privadas subcontratadas). En todo caso la OPEC nos enseña que el problema importante se genera cuando los gobiernos nacionales de las casas matrices de las grandes empresas “acuerdan” con las empresas el tipo de participación en otros países (recuerde que el mercado global de cualquier bien o servicio está en alguna medida fragmentado por las intervenciones de los gobiernos nacionales). Para evaluar este problema uno necesariamente tiene que centrarse primero en mercados específicos y segundo en gobiernos nacionales que parecen seguir políticas sistemáticas para lograr esos “acuerdos” (este no es un problema nuevo porque algunos gobiernos, por ejemplo el francés, parecen haber seguido este tipo de políticas por décadas y hoy el gobierno chino parece imitar esa práctica). No niego el problema pero sospecho que su importancia es menor que la que usted supone.

  13. Luis dice:

    De acuerdo que es ilusorio esperar desde las esferas del poder algo que pueda “sonar” a emancipación o liberación y, por tanto, pueda suponer cualquier mejora en la capacitación o simple disposición de las personas, para afrontar las incertidumbres que como “melones” ya se nos vienen presentando por los horizontes.

    Bien al contrario, se suelen potenciar actividades irresponsables y pasatiempos banales que conducen fundamentalmente al debilitamiento de las gentes (facilitando pastoreo).
    En este sentido cabe recordar lo que nos decía Zygmunt Bauman relativo a que las redes sociales son una trampa, porque recortan las posibilidades de interacción real entre las personas, disminuyendo así, sus capacidades o habilidades sociales. En vez de luchar contra el individualismo y la soledad que genera, se nos ofrece un mundo virtual en el que las relaciones interpersonales resultan más cómodas y fáciles, haciéndonos creer que nos sentimos un poco mejor. La trampa nos la clarifica el paso del tiempo, cuando ya todo resulta más difícil de rectificar y nos percatamos que esas capacitaciones sociales, esa socialización real tiene mucho más que ver con las interacciones “normales” que se producen como resultado de los diferentes tipos de encuentros que se dan entre las gentes, y en los que es más difícil eludir dificultades e incluso imposibilidades de entendimiento que, para poder superar, nos impulsan a encontrar vías de acercamiento alternativas.

    Ya sé que no podemos dejar de “movernos” para ayudar a que todo cambie, y también sé que bien poco podemos esperar de aquellos que se empeñan en tenernos como en una mecedora, en movimiento constante pero ilusorio, porque no modifica el punto o lugar en que se sitúa. Para esperar que se produzcan cambios con avances atractivos parece que solo nos quedan los “Milagros” y, si no crees en ellos, Casablanca.

  14. Alicia dice:

    Ejemplo de problema de niño pequeño en la clase de párvulos:
    Un empresario tiene 10 trabajadores a los que paga 1000 euros a cada uno, y cotiza 200 por cada uno (pongo las cantidades a ojo, pero para lo que quiero platear vale) y decide substituirlos por un robot.
    Pues, muy bien, que cotice cada mes 2000 euros.
    Es verdad que tendrá que amortizar el robot, igual que el dueño de un restaurante tiene que amortizar las mesas y las sillas y las servilletas, pues que lo amortice con los 10.000 euros que se ahorra cada mes en salarios.
    Puesto que su beneficio no ha de verse dañado porque se supone que lo que ha de proporcionarle el tal beneficio es el artículo que produce (sean zapatos o destornilladores o sombreros de tres picos), ¿qué problema puede representar para nadie que la mano de obra sea reemplazada por robots?
    De acuerdo que habría muchas más personas desempleadas que no cobrarían un salario….
    ¡Pues renta básica para todo el mundo y tan contentos!
    Que todo sean robots y los humanos tan felices a cultivarnos y a crear y a ser todos artistas ―y que lo estoy diciendo en serio aunque a mi modo ― si bien (o más bien mal), me temo, siempre habrá “peazotrozos” que por muchas facilidades que se les den seguirán siendo “peazotrozos” que no contribuirán a hacer ni una pizquita mejor el mundo en el que habitan, pero, al menos, que vivan o vegeten o echen tallos a cuenta y a costa de las máquinas, y no de sus congéneres que, bien pensado, de quién serán en realidad congéneres determinados especímenes, que ni de los humanos, ni de los animales, ni de las máquinas que, encima, como suelen ser inteligentes pero no sé si diseñadas para no ser descaradas, protestarían con mucho desparpajo “a este/a tiparraco/a no lo/la quiero yo ni en mi familia ni en mi especie”, así que…
    Pero que, a lo que voy. Estoy humildemente dispuesta a admitir que he argumentado muy mal. Pero, por favor, que alguno de vosotros (articulista o comentarista) tenga la amabilidad de explicarme por donde (o por cuántos “dóndes”) falla el argumento en cuestión.
    Ah, y por favor, explicaciones todas las que quieran dárseme (si es que atendéis a mis súplicas) pero clases de catecismo, de esas que abogan por que los “peazotrozos” también tienen derecho a la vida porque también ellos son hijos de Dios, no. Que eso ya me lo sé, pero nadie me negará (sin mentir) que son un incordio bastante penoso de soportar.
    Y, otra cosa: a la pregunta que da título al artículo de Manolo mi opinión es que no, que para nada tiene por qué ser la robotización lo que nos lleve a una sociedad más enferma de lo que viene estando por sus propios medios perfectamnente naturales y sin más artificio ni sofisticación que la inteligencia y el raciocinio que la,,, adornan.

  15. Alicia dice:

    Un matiz, el que aporta Manu al comentario de EB, que una no estaba sabiendo ver ni, por tanto, considerar.
    Qué bueno y qué bonito es ese trueque, ese ir y venir de aclaraciones y observaciones que, a los que tan sólo conocemos ambigüedades de tantas materias como aquí se tratan, nos muestran maneras de cómo apreciar los distintos detalles que ofrece cualquier panorama que pueda ser contemplado.
    A este paso llegaré a ser culta algún día. Antes de abandonar este mundo cruel, quiero decir…

  16. Rosae. dice:

    La revolución humana Cómo tal no la entiendo como que alguna entidad o estado tuviera que «darla» o «promoverla» aunque no estaría mal que, se dieran «pautas»…
    Pero que nos vamos a pedir ‘peras’ al ‘limonero’..

    Es algo que parte más bien de cada cual, en el interior de cada cual..
    y desde ahí: el sentir- pensar- obrar..
    tod@s sabemos que es «hacer bien» o «hacer mal» etc…
    hay un registro interno- o- conciencia que nos «avisa»…las señales (internas) están, otra cosa es que nos des entendamos de ellas…

    la tecnología bien aplicada, va a resolver mucho si no lo está haciendo ya!!
    Pero ahí andamos los «humanos» entre guerras y refugiados, hambrunas y enfermedades..

    entre la educación y la conciencia, va el futuro, y si el «trabajo» pertenece al pasado no pasa nada…a nuevas cosas..y nuevos «aprendizajes»;
    Esperemos no querer igualar a las maquinas robotizando-nuestras- vidas…
    porque, somos «seres humanos», aunque a veces..no lo parezcamos.

    saludos varios, incluso para los contrarios.

  17. RBCJ dice:

    El Consejero Delegado de Microsoft en una entrevista del Financial Times
    Satya Nadella, Microsoft, on why robots are the future of work
    The technology chief executive is future-proofing his own employees
    He says: “I think it is the coming together of liberal arts and sciences that are going to keep the human creativity and ingenuity [alive] in an age where machines are intelligent.”
    https://www.ft.com/content/7a03c1c2-e14d-11e6-8405-9e5580d6e5fb

  18. Rafa dice:

    De siempre ha sido una aspiración humana, construir máquinas que ayuden al hombre en su trabajo, pero nunca hasta ahora con la intención de que le sustituyeran.

    La robotización en si misma, no tiene nada de perverso, si no tuviera la intención de cambiar un robot por uno o varios trabajadores.

    Desde la fabricación de Pinocho, hasta la actual de robots altamente tecnologizados, el hombre ha intentado librarse de los trabajos mecánicos.

    El problema desde la revolución industrial, o quizá antes, es que hemos tratado no solo de hacer máquinas que ayudaran al hombre, sinó que hemos fabricado el hombre-máquina, esto es, un individuo con una mentalidad mecánica, siempre de utilidad.

    De alguna manera, olvidándonos de los trabajos artesanos, por mor de la demanda, con la justificación de la eficacia para conseguir lo que hemos llamado «un estado de bienestar», hemos mecanizado el mundo, y además no solo le hemos mecanizado en su trabajo, sinó tambien en su tiempo libre, creando una sociedad del ocio, donde también se pretende decirnos lo que tenemos que hacer.

    Sin tener en cuenta que lo más importante, es el desarrollo personal del individuo, sea o no con robots u otro tipo de máquinas

    Un abrazo

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