
Según una encuesta del European Council on Foreign Relations, la victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas fue vista de forma negativa desde Europa y por parte de sus algunos aliados tradicionales como Corea del Sur, mientras que fue recibida de forma positiva por muchos otros países, desde la India a Arabia Saudita, Rusia, China o Brasil.
Me siento bastante identificado con ese sentimiento europeo, dado que las formas y el contenido de las propuestas de dignatario americano rompen décadas de entendimiento trasatlántico, abandonan los usos diplomáticos, ponen en riesgo la economía y la seguridad internacionales además de utilizar de forma cotidiana las amenazas, los insultos e incluso las mentiras.
Sus pretensiones de incorporar Groenlandia, el Canal de Panamá e incluso Canadá a los Estados Unidos vienen acompañadas por su propuesta de convertir Gaza en un resort de lujo, lo cual es una burla para los 45.000 muertos en el conflicto. La amenaza de aplicación de altos aranceles a China y a aliados tradicionales como Europa, Canadá y México ha hecho que, de forma chocante, la China comunista haya denunciado a EEUU ante la Organización Mundial del Comercio por incumplir los acuerdos de libre intercambio de mercancías. Como guinda a los desplantes y a las malas formas diplomáticas cabe poner el humillante encuentro en la Casa Blanca con el presidente ucraniano Zelenski, por no hablar de las múltiples condenas judiciales que ha tenido el dignatario americano.
Tump me recuerda a ese abusón del colegio que, el primer día de clase, en el recreo, te da una torta sin razón aparente solo para que sepas con quién estás tratando.
La pregunta que me surge es qué razones han llevado a una mayoría clara de estadounidenses a votar a una persona con este talante y auparlo a la presidencia de la nación más poderosa del mundo, cómo es posible que un pueblo que ha dado al mundo grandes avances científicos y tiene insignes intelectuales elija a un político como éste.
Lo primero que podemos analizar es quién ha dado la victoria a Trump y al partido republicano, qué es lo que ha cambiado con respecto a elecciones anteriores.
Una de las características que se repiten en las elecciones americanas es que los votantes con menor nivel educativo votan preferentemente republicano y los que tienen estudios universitarios votan mayoritariamente demócrata. En estas elecciones se ha repetido esta división pero mucho más acusada que en ocasiones anteriores lo cual ha favorecido a los republicanos.
De forma similar han votado históricamente más a los republicanos los hombres que las mujeres así como los blancos que los negros e hispanos. Sin embargo en estas elecciones los porcentajes de voto se han modificado parcialmente a favor del partido de Trump queriendo decir con ello que aquellos sectores que votaban mayoritariamente republicano lo han hecho en mayor porcentaje y los que votaban demócrata lo han hecho en esta ocasión en menor medida. Incluso se ha dado un vuelco en los hombres hispanos que, a diferencia de otras elecciones, han decantado su voto por los republicanos.
En Estados Unidos, al igual que en otras democracias, los resultados suelen estar bastante igualados por lo que pequeños cambios suponen que el resultado se decante por un partido o por otro y, en este caso, han dado la victoria a Donald Trump.
¿Qué razones han llevado a la mayoría de los americanos a votar republicano?
Todo parece indicar que la principal razón ha sido la economía. Los consumidores americanos han tenido un incremento de la inflación en los últimos años habiendo subido los precios entre 2020 y 2023 tanto como en los diez años anteriores. La realidad es que, aunque la inflación está solo en el 2,4% la percepción de los votantes es que los precios estaban más controlados cuando Trump fue presidente en su anterior legislatura.
El efecto de la inflación se ha notado no solo en la compra de bienes de consumo y en la cesta de la compra (que ha afectado especialmente a las minorías raciales), sino de forma significativa en el precio de la vivienda. En este último caso han confluido la disminución de la oferta disponible (el número de casas en venta ha disminuido de 2 millones en 2012 a 1 millón en 2022) con el aumento de los tipos de interés, que ha hecho que se tenga que pagar más por los préstamos.
Otra de las razones fundamentales en la decisión de los votantes ha sido el control de la inmigración, que se nutre del miedo al extranjero y a que disminuya la disponibilidad de puestos de trabajo, lo que viene amplificado por el problema económico mencionado anteriormente.
Es de destacar que, contra a lo que uno pudiera pensar, los latinos compraron la promesa electoral de detener la inmigración irregular y hacer una deportación masiva de indocumentados. Como anécdota cabe contar que en el condado tejano de Starr, con el 97% de población hispana pero que fue epicentro de muchos problemas migratorios recientes, ganó el partido republicano por primera vez.
Lo cierto es que Trump basó su campaña en prometer controlar la inflación y detener la inmigración, mientras que los demócratas no incidieron tanto en estos temas, que eran los que realmente preocupaban al electorado. El candidato republicano conectó mejor con el electorado.
Con frecuencia se vota no a favor de un candidato sino en contra de otro. En el caso de Biden, según las encuestas previas a las elecciones, solo el 28% de los americanos consideraban que su país fuera en la dirección correcta y menos del 40% aprobaban la gestión del presidente. Con unos datos así nunca un partido ha sido capaz de ganar las elecciones en ese país.
¿Fue tan mala la gestión de Biden? El ex presidente tuvo que lidiar con las consecuencias de la pandemia del COVID, desarrolló un ambicioso programa de infraestructuras, el retorno a EEUU de sectores manufactureros importantes, la ley Chips para reducir la dependencia de su país en la fabricación de semiconductores, una ley de armas, leyes antimonopolio y otras muchas que han convertido a Biden en uno de los presidentes más importantes en materia legislativa. El problema es que el efecto de muchas de estas acciones, como en el caso de las infraestructuras, no dará fruto hasta dentro de unos años.
Independientemente de esto, la imagen de un Joe Biden deteriorado física y mentalmente en los últimos meses desanimó a muchos votantes y perjudicó sus expectativas, y no solo las suyas, sino las de su sucesora Kamala Harris, que tuvo que hacerse cargo de la candidatura de forma precipitada.
¿El hecho de que la candidata demócrata fuera mujer y de color jugó en contra de sus opciones de triunfo? Es posible que esto hay influido, aunque no hay datos sobre ello, pero Trump ha conseguido trasladar la imagen del hombre fuerte que, en opinión de muchos, requerían las circunstancias. Harris, por otra parte ha tenido una imagen gris y erró al centrar su discurso en temas como la democracia y las energías alternativas, que no eran las preocupaciones esenciales actuales del electorado.
Lo que no han conseguido los demócratas es activar el voto anti-Trump que movilizó a amplias capas de la población en 2020 y logró derrotar al republicano. El hecho de que este candidato haya sido condenado por 34 delitos y tenga 3 procesamientos (entre ellos el del asalto al Congreso) no ha pesado suficientemente en el voto (es significativo que los escándalos influyen cada vez menos en la decisión de los votantes no solo en EEUU sino también en el resto del mundo, lo cual nos llevaría a otro tipo de reflexiones).
No es ajeno a la victoria de Trump el auge de los movimientos populistas y ultraderechistas en todo el mundo. Es un fenómeno que vemos en las elecciones europeas y en otros muchos países, lo que lo convierte en una tendencia general.
Como indicaba en un reciente artículo, el poder del relato lo ha utilizado mucho mejor el republicano que su oponente. Su discurso, basado en mensajes simples, ha calado mucho mejor en amplias capas de la población. El mensaje ha sido “¿Cuándo estabas mejor, hace 4 años cuando yo gobernaba o ahora con los problemas de inflación e inmigración que tenemos?” y esas simplificaciones funcionan para mucha gente.
Por otro lado, la confianza en la credibilidad de los medios de comunicación ha disminuido de forma drástica, especialmente entre los votantes republicanos, en que ha pasado del orden del 50% en los años 80-90 al 12% en la actualidad. ¿Cómo se informan estos ciudadanos? En gran medida mediante unos medios cada vez más polarizados y unas redes sociales que destacan las noticias escandalosas y nos dan solo la información que nos reafirma en lo que ya pensábamos, que no nos cuestiona. Trump ha sabido aprovechar este efecto y además alimentarlo.
La situación actual es que el nuevo presidente americano va a tener un poder mucho mayor que sus predecesores al tener mayoría en las dos cámaras legislativas con el riesgo, que advirtió Harris, de un nuevo autoritarismo democrático. Además, quizá por ser el último mandato según la limitación constitucional, parece que el dignatario norteamericano tiene prisa por poner en marcha todas las medidas que tenía pensadas.
El hecho es que Trump va a ser el presidente de la nación más poderosa del mundo durante los próximos años y, aparte de analizar la situación, no nos queda más remedio que adaptarnos y reflexionar sobre qué acciones deben tomar nuestros dirigentes para obtener lo mejor de la situación (o que al menos nos perjudique lo menos posible).
Buenas tardes Don Francisco, para gustos los colores. Me habría gustado mas una columna que, aún disintiendo de lo que opino, hubiera ahondado mas en unas razones que se salieran del estandard en los medio al uso.
No me apasiona Trump, pero después de ver al complete el «evento» del Viernes pasado en la Casa Blanca, pienso que Trump era sincero cuando manifestaba su indignación acerca de esa posible III GM, y que a los que se reunieron en Londrés después eso les traía al pairo.
Y ello, independientemente de que Trump sea mas o menos matón o del genocidio en Palestina, marca una muy significativa diferencia.
Francamente, no creo que en la práctica a la hora de avasallar, ciscarse en las reglas, y comportarse de una manera imperial haya muchas diferencias entre esos USA que añora y los de Trump. Sólo que Trump dice claramente lo que por ejemplo Biden/Obama vendián de manera bonita a través de USAIDs variados.
La única diferencia es que Trump no lo quiere guerras mediante, no considera a Rusia un enemigo, y sabe que los USA están de capa caída y que algo tendrá que hacer, aunque dudo que que con la inercia que tienen los acontecimientos pueda hacer algo.
Si Biden/Obama destrozó la economía USA no fue por el COVID, sino porque las medidas que el establishment implementó, esos encierros absurdos y ese terror generalizado, destrozaron la economía (y no soló la economía). Y se hizo a exprofeso porque desde las oligarquías que protegían a Biden así se quiso. La «oportunidad» de aprovechar el COVID para ese reseteo social global se cargó la economía, porque ello era lo que se buscaba.
Lo inesperado era que Trump se pudiera presentar otra vez y que luego ganase. Eso es lo que trastocó esa hoja de ruta demencial.
Lo que no acabo de entender es como una vez sabido que Trump se presentaba el personal pensó que el partido demócrata podía ganar. Biden, ya muy tocado en el 2020, era imposible que se pudiera medir con él, pero pese a ello las luminarias del partido Demócrata aceptaron que se presentase a la reelección. Con meses para haber puesto otro candidato, uno de verdad. Después y llegados al primer famoso debate estaba claro que Trump iba a ganar. Después del atentado (el primero) aún mas. Y en esa huida adelante, lo de Kamala, lo mas mediocre que tenían en la casa, lo mas que aseguró. Podrían haber obligado, con tiempo, a obligar a dimitir a Kamala y poner a una Vicepresidencia con empaque para que cuando Biden se fuera (porque era evidente que se tendría que ir) haber tenido una cierta chance. Pero en el Partido Demócrata estaban tan sobrado de si mismos que pensaban que con su maquinaria corrupta (como se ha visto con el USAID, el FBI, etc..) se bastaban con un candidato muy mediocre contra Trump. Porque necesitaban de mediocres a los que se pudiera controlar.
Y precisamente por eso ganó Trump. Porque el que votó a Trump sabía que votaba. Gustase mas o menos. Pero los que no querían votarlo sabían después de 4 años con Biden que lo que había con Kamala era otra marioneta mas en manos de una camarilla que a saber a que intereses respondería.
Y lo mismo pasa con Vance.
No sólo es cuestión de populismo, o de maneras mas o menos chuscas, se trata de que el votante sepa que está votando. Y solo ver al candidato de la CDU desdiciéndose en 24h de lo que dijo sobre el control de fronteras en Alemania está muy claro porque unos suben y otros bajan.
A mi no me preocupa que el personal se informe por las RRSS. Mucho peor es el discurso uniforme, escrito al dictado, de los medios generalistas que sólo sirven para justificar a sus subvencionadores.
Un saludo
Al parecer mi comentario sobre este tema no ha tenido suerte, probablemente por torpeza mía o porque la censura externa al blog no le haya parecido apropiado.
Como era bastante extenso, voy a tratar de sintetizar lo siguente:
1.- El respeto a la decisión de los estadounidenses en su elección presidencial.
2.- El respeto a las intenciones de Trump que apuesta por la paz, mientras Europa siempre tan brillante, apuesta por la guerra ¿contra quien?
3.- Los 800.000 millones de euros que, con la excusa de la guerra (igual que lo hicieron con otros problemas creados por ellos mismos), la UE y sus estados miembros van a acabar por destruir las economías europeas.
4.- Los muchos «relatos» que simultáneamente intentan sabotear una paz prevista en el proyecto de Trump, haciéndose cómplices de las consecuencias.
5.- La ignorancia o desconocimiento de lo ocurrido en Ucrania que es una autocracia oligárquica por donde se pierden las ayudas recibidas.
UN saludo.
Casi para cualquier europeo Trump es un perdonavidas muy alejado de la imagen de un político; sin embargo le han votado 77 millones de norteamericanos y habría que desgranar alguna de las razones para hacerlo.
EEUU aporta dos tercios de los gastos en defensa de la OTAN; este hecho que se mantiene por acuerdos históricos ha permitido que Norteamérica lidere la geoestrategia mundial, mientras Europa aporta bastante menos presupuesto militar y han apostado mas por proyectos relacionados con el Globalismo, el Wokismo y la Transicion Energetica, que ahora están siendo muy cuestionados por la gente que está viendo estas políticas como una ficción paralela con una opinión muy polarizada
Imaginemos un granjero de Wisconsin que en su declaración de impuestos observa que un porcentaje importante va destinado a gasto de armamento para defender a Europa o para rearmar a Ucrania, país que no sabe ni señalar en el mapa y le es ajeno por completo, todo esto en un tiempo en el que ha perdido poder adquisitivo por la inflación, además de como comenta O,farrill, habría que conocer los motivos de los distintos agentes que intervienen en esta guerra, y este no es foro para hacerlo.
Otro dato curioso que demuestra la dependencia de Europa a los EEUU, es que casi el 50% de los frustrados atentados terroristas en Europa, han sido abortados en base a la información facilitada por la inteligencia americana, en concreto en este momento le ha negado el flujo de información geoestratégica a Ucrania, básica para afrontar la guerra que mantiene con Rusia (hay miedo al terrorismo y al islamismo radical y que pueda producirse otro 11S), todavía hay gran diferencia de tecnología con Europa donde se están produciendo atentados últimamente con frecuencia.
Tengamos en cuenta que la superficie de Europa, con sus aproximadamente 50 países, geográficamente cabría dentro de los EEUU, para darnos cuenta de las dimensiones de las que hablamos, comparar recursos naturales, alta tecnología etc. es absurdo, por lo que pesan mucho mas las decisiones tomadas desde EEUU, que de cualquier otro país del que en cuestiones importantes nos hemos hecho dependientes, quizás por eso nos cuestionamos porque se vota a Trump, porque las consecuencias de hacerlo están cambiando el orden mundial.
Las políticas de Trump van encaminadas a adelgazar los gastos del Estado por diversos medios, y esto le ha producido gran popularidad entre sus votantes, ademas de la investigación que se está realizando sobre las inversiones de la USAID, pero como contrapartida, el despido de cerca de entre millón y medio y dos millones de funcionarios está produciendo reacciones en su contra.
Habla también de proteger la industria nacional mediante aranceles a otros países, todavía estarían por ver sus resultados, pues estos aranceles los usa a modo de chantaje, habrá que esperar la reacción de los países a los que se dirigen, pero este relato en principio sumó votos en su campaña.
Sobre inmigración plantea devolver inmigrantes ilegales a sus países de origen, empezando por expulsar a 17.500 con antecedentes penales, algunas de estas propuestas son compartidas por muchos otros países que adoptan una postura cínica, y están alojados en la inacción pues no han afrontado el problema de una manera seria y valiente.
En fin podríamos seguir buscando razones de porque le han votado a Trump de forma tan mayoritaria, o porqué no deberían haberlo hecho
Pero a lo que desde luego no estamos acostumbrados es que nos presenten esas propuestas por un pistolero como si esto fuera una película de vaqueros.
Un abrazo
Hola Rafa.
Interesantes reflexiones las que compartes.
Una diferencia que creo muy importante entre EEUU y Europa, y que le da gran ventaja a la primera, es que en ese país hay una cadena de decisión única, un presidente único que, como se está demostrando en estos días, toma decisiones en representación de toda su nación. Europa se ha construido a partir de muchas naciones que además son muy celosas de su propia autonomía y esto ralentiza cualquier decisión y las hace más complicadas.