El atractivo del poker es el doble nivel de interacción que se produce entre los jugadores. Su indudable éxito actual, a diferencia de otros juegos, estriba en saber manejar adecuadamente la dualidad entre la jugada que tienes, y la que simulas tener ante los demás jugadores. Es decir, el éxito reside en buena medida en saber engañar al contrincante, y muchas veces, mantener ese engaño hasta el extremo. Sumamente divertido.
Antiguamente, los diferentes rituales de juego tenían que ver con apelar a la Diosa Fortuna con el propósito de esperar la gracia de ser el designado y por ende el afortunado, y sentir con ello como el jugador era congratulado directamente con lo divino. En la actualidad, si bien permanece esa cuestión, se le añade otro elemento muy atractivo como es que, si no eres el agraciado, hacer como si lo fueras con el fin de camelar al contrincante, y con ello conseguir el botín, ya que la gracia no la posees. Capitalismo puro; antes de que Lutero lo sintetizara, haciendo que quien ganara la partida, más allá de lo justo, fuera el “elegido” por los dioses.
En el juego esta capacidad es una habilidad, en la vida es una hipocresía. Y no establecer una diferencia entre estos dos ámbitos, creyendo que la vida es un juego, es un cínico planteamiento que está en la base de la impostura habitual y generalizada.
Cualquier espacio o medio en el que hay una relación de poder, es muy dado a practicar el que una cosa es lo que se pretende, y otra lo que realmente se hace. Suele ser una de las principales estrategias de quien ostenta la responsabilidad de decisión para esconder las auténticas intenciones. Las campañas electorales son todo un ejemplo variopinto del ejercicio de estas facultades sucias y turbias.
Esto en las ciencias humanas se conoce como “agenda oculta”, y agrupa el conjunto de propuestas no explicitadas verbalmente que recogen las intenciones de un sujeto en una acción o actividad dada. Casi siempre la existencia de dicha agenda pretende hacer creer hacia el exterior una intención diferente a la que se demuestra, escondiéndose los propósitos reales. El discurso y el curso de las cosas. ¿En la escuela, cuál sería la agenda oculta?
Los objetivos de instruir, socializar y evaluar, a ninguno nos parecerán negativos, si bien son tan amplios y tan ambiguos que bajo su paraguas cabe un amplio abanico de posibilidades de muy distinta índole, y solo el substrato práctico puede desvelarnos la auténtica naturaleza que subyace a tan sublimes pretensiones.
Lo cierto es que la instrucción se sustenta sobre un Principio de Realidad, pues lejos de cuestionarse o dudar sobre el objeto de lo instruido, lo hace sobreentendiendo que las “cosas son así” o que “las cosas son como son”, soslayando cualquier otra posible interpretación, perspectiva o punto de vista, que difiera de la versión única establecida. Si, como bien indica la Psicología, la forma en que son entendidas las cosas es consecuencia de la actividad consciente derivada de la subjetividad de cada uno, ¿cómo es posible ofrecer una única versión de los hechos? En lo relativo a la Historia, ¿no cabrían interpretaciones diferentes de la invasión árabe de Iberia, el descubrimiento de la agricultura, el origen de Europa o las causas de la Segunda Guerra Mundial? Y si, en relación con el desenvolvimiento de la ciencia, por sistema sucede que determinados descubrimientos desdicen, cuando no aniquilan, lo afirmado previamente con rotundidad, ¿cuántas veces nos tendrá que pasar esto, para cuidarnos de dogmatizar con la última versión de los fenómenos?
La Realidad es tan subjetiva como cambiante, y la pretensión educativa de ofrecer una versión única y definitiva no tiene sino el fin encubierto de conducir al educando hacia una cosmogonía común, ya preestablecida. Y otorgarle un papel cognitivamente pasivo. Pensamiento único (pseudo-fascismo).
Igualmente la socialización se considera uno de los más preciados bienes del mundo de la enseñanza y el modelo formativo. Este paradigma envuelve formas relativas a la educación no formalizada relacionadas con las interacciones personales y grupales, la asunción de valores colectivos y ciudadanos, y el manejo de situaciones en la cotidianeidad. Observado con más detenimiento, el devenir de la socialización se dirige al doble objetivo de liberar a los padres del peso formativo y facilitar la adaptación del menor al medio social del que participa. Dejando de lado las graves consecuencias que está teniendo lo primero, sobre la adaptación al medio, al grupo y a la sociedad como bien en sí mismo, los datos nos ofrecen una perspectiva preocupante si contemplamos el cada vez mayor número de acosados escolares, el incremento del absentismo y el elevado nivel de conflictividad en las aulas. Seguramente todo ello sucede por la interpretación que se hace de este paradigma, en la que el individuo debe someterse al grupo renegando muchas veces de su individualidad, más que el tratar de que los grupos hagan los esfuerzos necesarios para que todos puedan sentirse que pertenecen a él. Como parece ser de esta manera, de lo que en realidad estaríamos hablando es de todo un proceso de homogeneización del individuo y de una siniestra adaptación por sometimiento. Homogeneidad (pseudo-fascismo).
El último de los objetivos indicados es el de evaluar los procesos de aprendizaje, lo que habitualmente se hace mediante pruebas y exámenes. Hacia él se dirigen todos los esfuerzos relacionados con el modelo educativo, pues es el fin máximo al que pocos adultos se substraen, marcando el índice de éxito o fracaso del proceso de escolarización académico y no académico. Su importancia radica en la proyección futura de los alumnos, y en la consecución de los objetivos perseguidos socialmente, como son la profesión, el nivel de poder adquisitivo, la clase y el estatus social. Cuando la neurociencia ya nos ha demostrado con suficiencia que hay varios factores significativos que influyen en el rendimiento, y no digamos en los exámenes, la escuela sigue perpetuando un sistema basado en la evaluación cuantitativa de los alumnos. No se tienen en cuenta, ni los ritmos de aprendizaje, ni los diferentes niveles de de desarrollo personal, ni la diferente madurez personal de los individuos, ni las cualidades capacitivas no contempladas, ni la subjetividad de los estados emocionales. Y todo culmina cuando la persona que no alcanza los estándares establecidos la catalogamos como “fracaso escolar”, escondiendo lo que todos sabemos que es: un fracasado, al que estamos condenando a vivir con ese cartel etiquetador. Pero este sistema no parece interesarle demasiado todo esto, sino por el contrario, remitirse al objetivo homologador que subyace a toda intención educativa al uso. Homologación (pseudo-fascismo).
Y a sabiendas que ningún docente quiere formar parte de un sistema con esta categorización, todo esto se debe decir para seguir aclarando el debate sobre el modelo de escuela que queremos tener para este siglo XXI; una escuela en la que se olviden de una vez por todas los ideales decimonónicos centroeuropeos y anticuados, y se cristalice un sistema de aprendizaje nuevo a la luz del Conocimiento científico y humanista que desde hace tiempo se tiene sobre la naturaleza del ser humano.
Gracias Carlos por este texto, por invitarnos a un debate tan esencial como el que planteas.
A lo largo y a lo ancho de muchos lugares diferentes de esta tierra nuestra tan bella, subyace de forma activa nuestra inquietud creciente por la clase de escuela, la calidad del conocimiento y sobre todo, qué es lo que entendemos por él.
A muchos nos gustarían cosas bastante básicas y que están ahí, a la luz del día, y con poco «coste».
— Que los que aprendamos ( los pequeños, medianos y grandes- guíados -y guías) no nos sintamos ni víctimas ni verdugos.
— Que durante las primeras etapas del aprendizaje, hasta los 7 años
( dependiendo de los ritmos biológicos de cada cual y de los contextos) se potencien las cualidades innatas de los pequeños aquello que todos tenemos dentro. Esto coincide además, con la etapa en la que se va formando el Sistema inmune, se van afianzando las estructuras corporales, y se va construyendo la futura red neuronal en los sistemas nerviosos centrales y autónomos. Pues empecemos por enseñar autonomía.
Para ello, bastaría una enseñanza que a través de la experimentación en las Artes:
La danza, -movimiento- conocimiento del cuerpo, físca de los límites
La pintura ( percepción del color y geometrías, teatro- dramatización en grupo, mimo, la música- el contacto con los ritmos, la esencia de los instrumentos
La poesía- música, conocimiento del lenguaje propio y el de las otras culturas
El canto, apreciación del potencial de la propia voz, polifonía de las voces de los otros, el canto de los pájaros, el de los árboles
El manejo del cuerpo en la creación ( contacto con el barro, escultura, artesanía, )…
…se experimentara en el aprendizaje de lo que ahora llamamos matemáticas, física, biología, filosofía, naturaleza… .
Se conectarían con su propio paisaje y apreciarían las diferencias del universo de los otros en clases cooperativas que no sólo dejarían de ser competitivas sino que potenciarían el reconocimiento del otro en su especial maravilla y unirían a los grupos.
Los maestros serían los que más aprenderían con los talentos de esos pequeños artistas.
Habría espacios que facilitarían el aprendizaje de la verdadera economía, la economía del » vivir bien con menos», la economía aplicada al disfrute de lo gratuíto sin torturarlo, como es la redistribución de los recursos, la importancia del agua, el repartir los alimentos, saber cocinar con la energía del sol, con cuatro hierbas..
Y estas enseñanzas necesitarían apoyarse transversalmente en la Psicología y la filosofía. ( entendiendo por supuesto las corrientes más humanistas y modernas de estas dos categorías). Necesitaríamos psicólogos en las aulas, expertos en respiración y en lo que podría llamrse ética o filosofía moral o me da lo mismo el nombre, incluiría el conocimiento de las religiones, de otras culturas, de otras formas de intercambio con la naturaleza y con la vida, que existen fuera de nuestras «tribus»)
Maestros, que ayuden a entender las relaciones familiares, personales, físicas, que sean la cuerda a la que agarrarse en momentos de desequilibrio o distensión, que les enseñen a conocer las emociones y a distingirlas de los sentimientos y percepciones.. que descubran que la enfermedad puede tratarse sin medicamentos con un conocimiento profundo de las causas de los desequilibrios cuando estos se den. Que concilien como ellos saben.
Y sobretodo necesitaríamos demostrarles y demostrarnos que hay que disfrutar en el aprendizaje, es decir, que no valen puntos. Lo que vale es el descubrimiento de que los conceptos no son abstractos, ni las leyes, que esas leyes de las ciencias están en la materia y en el aire; en los universos de dentro y de fuera.
Cuando ellos las experimenten no necesitarán de ninguna memoria de repetición, se sabrán todas esas fórmulas porque las han probado, en grupos y con ellos mismos.
Así, a la vez que se reconocen en la diferencia, aprenderían el verdadero significado de lo común? No lo se, si que se que sería posible, que sería económico, y sobretodo, quizás fuesen ellos, esa generación del presente-futuro, la que sea capaz de enseñarnos con su arte y su sonrisa, a esta población de humanos egoísta y envejecida que no aceptó-acepta su decrepitud, que le tiene tanto pánico a la muerte que vendió-vende su alma al diablo:
» Economics are the method: the object is to change the soul»
http://www.margaretthatcher.org/document/104475
Hola!
Me resulta interesante este artículo. He publicado un resumen en:
http://nuevosistemaeducativo.blogspot.com.es/2015/10/la-agenda-oculta-de-la-ensenanza-es.html
Slds, Vicente
Por falta de tiempo imposible comentar, aunque el artículo en sí tiene un «contenido» muy interesante para pensarlo despacio; Aparte de lo que la escuela enseña nos deberían educar parala paz, igualdad entre personas- en derechos, fraternidad y actuar con justicia con nosotr@s mismos y con los demás; claro que todo suena muy útopico e imposible con el «Armado Social Establecido», pero somos seres sintientesy pensantes, y..todo es sususceptible de crítica y cambio; venimos al mundo equipados en un nivel humano que esta sociedad se empeña en destruir en base a valores falsos, dicursos vacíos, ilusiones ruinosas, máscaras engañosas, todo en el «fondo» para nada;
De aquí a un tiempo tod@s nos vamos, nadie vuelve que se sepa-, nada nos pertenece, nada es «nuestro» ni aunque lo «compremos»..y..la vida en el fondo, debería ser más sencilla, libre, con paz..
todo esto, aparte de las mates y demás nos deberían EnSeÑaR..sí, por qué no?-
Algunas palabras salen juntas/ cuestión del móvil que así las pone.ok?-