Admirar al personaje

Eduard Pernkopf era nazi, y se ufanaba de serlo, hasta el punto de que su clase de Anatomía en la Universidad de Viena la daba orgullosamente vestido con su uniforme de las SA, organización de la que era miembro, y como decano de la Facultad de Medicina requería que los profesores y alumnos acreditaran su linaje ario, llegando a despedir a 157 de los 197 trabajadores de la institución. Tal era su convencimiento en la fe nacionalsocialista que en un discurso pronunciado unos días después de convertirse en decano instaba a sus colegas a implementar en su enseñanza y poner en práctica las políticas nazis de higiene racial. Un angelito…

Pero su comportamiento en la facultad no le habría hecho pasar a la historia: no hizo nada que no se hiciera sistemáticamente en todas las universidades del Reich, y claramente Pernkopf no fue el único intelectual nazi, ni mucho menos el más importante -posiblemente ese título le pertenece por derecho propio a Heidegger-  pero sí dejó un legado que aún ahora provoca sentimientos encontrados y dudas éticas, ya que Penkropf creó un Atlas de Anatomía fabuloso, que ha sido utilizado en la formación de personal médico durante años en todo el mundo, pero con unos orígenes un tanto oscuros.

Trabajando durante 18 horas al día diseccionando cadáveres mientras un equipo de cuatro ilustradores (tan nazis como él: las primeras ediciones están llenas de runas y esvásticas) creaba las imágenes, el equipo del médico austríaco no tenía ningún problema en conseguir materia prima: cuerpos sin vida de disidentes políticos, judíos, gitanos y homosexuales estaban siempre esperando a que las expertas manos de Pernkopf mostrasen a sus artistas los secretos del cuerpo humano y a que estos los inmortalizasen en forma de magníficas ilustraciones de un detalle inaudito.

Pernkopf comenzó su atlas en 1933, el primer tomo se publicó en 1937 y en 1941 sacó el segundo volumen… dicen que a veces la morge de la universidad estaba tan llena de cadáveres que tenían que retrasarse las ejecuciones, porque el equipo del doctor no daba abasto con las disecciones, hasta el punto de que una investigación de los años 90 confirmó que al menos 1.377 cuerpos de ejecutados durante el nazismo fueron utilizados para crear el atlas.

La peculiaridad de este atlas de anatomía es que detalla “el camino de los nervios”, lo que hace que se siga usando en la actualidad , sobre todo en el mundo anglosajón, en el ámbito de la neurocirugía.

De que Pernkopf era “malo” no hay ninguna duda, de que su obra es buena (y útil) tampoco, y de que para traerla a la luz se hicieron cosas inadmisibles, creo que tampoco nadie lo cuestiona… y ahora vienen las dudas éticas: ¿todo vale? ¿debe utilizarse este atlas, o habría que dejar de usarlo y publicarlo, aunque siga siendo útil para salvar vidas? (de hecho, creo que ya no se publica, pero de este punto no estoy seguro).

En este caso en concreto yo tengo pocas dudas: el mal está hecho y ahora la obra puede hacer bien. Si un neurocirujano en la actualidad puede realizar una operación con éxito gracias a las ilustraciones que cinco seres deleznables, pero muy buenos en lo suyo, hicieron hace 85 años diseccionando el cadáver de alguien asesinado por los nazis yo me trago mis dudas éticas, pero no lanzo ese libro a la hoguera.

Pero claro, aceptar este tipo de hechos consumados olvidando de donde vienen las cosas y cómo se han conseguido nos puede llevar a dar por buenas también otras cosas aún más salvajes, como los experimentos que llevaron a cabo los médicos nazis en los campos de concentración, por ejemplo. De hecho, el código de Nuremberg, que incluye el principio de consentimiento informado y las normas obligatorias para la investigación médica, nace a partir del descubrimiento de las barbaridades que hacían los médicos de los campos de extermino…

Y todo este rollo que os estoy contando viene a cuento de mi estupefacción ante el amor incondicional que han demostrado millones de personas en todo el mundo hacia alguien que murió hace unos pocos días: Diego Armando Maradona.

Me refiero a cómo mientras en algunos casos la escasa calidad ética del creador contamina la obra (el Atlas de Pernkopf es fantástico, pero aun así se piensa en prohibirlo…), en otros casos la ejemplaridad del personaje es totalmente olvidada ante la magnitud de su obra: el gol ante Inglaterra hace que todo el mundo olvide al Maradona drogado, al dopado, las fotos con menores, las acusaciones de maltrato… Será un ejemplo como futbolista, pero no sé si merece colas kilométricas ante su féretro.

Naturalmente, dios me libre, no estoy comparando a Maradona con ningún médico nazi, ni con ningún nazi, aunque no sea médico, pero lo cierto es que, por muy buen futbolista que fuera, que no lo dudo, su trayectoria personal no sé si lo hace tan digno de ese amor, y eso es lo que me hace preguntarme ¿hasta qué punto debemos admirar incondicionalmente a gente con vidas, como poco “poco ejemplares”? ¿Dónde acaba la obra y empieza el ser humano? No pongo en duda que Maradona, con su fútbol, hizo feliz a mucha gente, pero de ahí a deificarlo…

Y Maradona para mí no es de los peores; aunque, por lo que sé, destrozó su vida y la de unos cuantos a su alrededor (tampoco estoy muy puesto en su vida, el futbol y lo que le rodea no es santo de mi devoción), pero me llama la atención que a gente como, por ejemplo, Roman Polanski, culpable confeso de violar a una niña, se le pueda seguir mirando con admiración y respeto. Desde mi punto de vista, Polanski solo debería haber rodado videos domésticos desde la cárcel a partir de 1977….

Posiblemente ante los hechos consumados: el Atlas de Penkropf o las películas de Polanski, poco se puede hacer, y no estoy proponiendo que se queme “La muerte y la doncella”, pero no creo que valga todo y, desde luego, tenemos que tener muy claro que la obra no justifica al personaje y que ser un gran director de cine no debería librarte de la cárcel y ser un gran futbolista no debería impedir que olvidemos algunas de las fotos de Maradona en Cuba para tratarlo como a un Mesías que nos deja.

5 comentarios

5 Respuestas a “Admirar al personaje”

  1. Loli dice:

    Tengo que reconocer que, al menos para mí, el artículo de Raúl ha abierto un melón, importante e incómodo…muy incómodo.

    También me invade la sensación de que, seguramente, tratados de Bioética contemplen todos estos supuestos, y más posibles, sin que una parte importante de esos estudios y conclusiones, salgan excesivamente a la luz.

    Una parte importante de avances, muchos dentro del campo de la Medicina, y más posteriormente en el de la Embriología y más recientemente ya lo estamos viendo en temas como la Genética, incluyendo las denominadas “vacunas de última generación”, han tenido su origen en prácticas y experimentaciones que, de no haber obviado las grandes incógnitas y misterios aún ni remotamente resueltos en todos esos campos, nunca se hubiesen abordado, a mi modesto entender, igual estoy equivocada.

    Y todo ello no deja de ser…inquietante.

    Grandes descubrimientos y avances tecnológicos que han permitido salvar vidas y mejorar otras muchas han venido de la mano de la conculcación de los más básicos derechos a esa vida, a su integridad física y/o moral de otros muchos seres humanos….sin su conocimiento y sin su consentimiento también, un montón de veces, posiblemente.

    ¿Cómo hacer?.

    ¿Renunciar a todo lo conseguido y desarrollado y empezar de cero?, pero, ¿cuántas vidas, cuántas posibilidades de mejora de esas vidas habría que sacrificar para ello?.

    ¿Poner de manifiesto un reconocimiento de esas “víctimas” inmoladas en aras de una ideología, de la ciencia o por el “bien de la humanidad”, dependiendo un poco del contexto histórico en el que se han producido, y la situación ética dominante?.

    Un tema demasiado escabroso, punzante, que nunca se saca a debate ni a divulgación, que se despotencia, más bien, el interés por ello.

    En la UCIs de los hospitales se salvan un motón de vidas, otras no es posible, y otras se mantienen en un cierto “estado”, jamás lo llamaré “vegetativo”, porque no somos vegetales, lo siento.

    Todo ello con un sentido, dependiendo los momentos, las circunstancias….

    También se aplican, utilizan y…prueban, muchísimas ténicas que no son más que aplicaciones de la Física clásica (mecánica, termodinámica, fluidodinámica) a situaciones clínicas.

    De ahí se sacan muchos estudios, conclusiones y nuevas técnicas que se pueden exportar fuera de la Medicina y la Sanidad a otras áreas como la aerodinámica, industriales de todo tipo y también militares…en fin, a muchos otros campos.

    Creo que estamos muy lejos aún de poder realizar avances sin una intervención, a veces muy ciega, sobre la Naturaleza.

    El problema es no reconocerlo, y encima empoderarse por ello, creo.

    También disfrazar esa ignorancia a base de ideología ignorante, lo que nos ha llevado a la Humanidad a cometer grandes atrocidades, atrocidades que siempre parecen tener consecuencias, aunque parezca difíciles de detectar porque estamos estancados en la inmediatez binaria causa-efecto.

    Entiendo que no vale de nada quemar estudios válidos aunque hayan que han tenido su origen en actos tan deleznables como los descritos en el artículo.

    Pero también creo que, a lo mejor, ya va siendo hora de ponerlo de manifiesto, de ser conscientes de dónde nos vienen ciertos “avances”, hacer un reconocimiento de ello, homenajear a esas víctimas sacrificadas al ser conscientes de ello, y preguntar y decidir, por las formas y modos en los que se está llegando a otros avances en todos los campos, sobre todo, entiendo, por los que más directamente afectan como campo experimental necesario, al ser humano, en toda sus etapas de vida.

  2. O'farrill dice:

    Efectivamente no hay que confundir las cosas. Unos buenos resultados no implican que los medios sean también buenos. Se puede dar un gran «golpe» o robo con unos magníficos resultados, pero constituye un delito.
    La verdad es que no he entendido bien porqué se ha recurrido al médico alemán de ideología nazi, cuando tenemos más cerca ejemplos más sofisticados de esterilización femenina para evitar el crecimiento de la población (sobre todo de los pobres), de destrucción de las familias y el fomento de los «géneros» que no pueden reproducirse (por el mismo motivo), de ampliar los plazos de aborto para los embriones de supuestos discapacitados, de reducir la población de mayores (según el FMI y sus acólitos en el camino globalista: porque ya no aportan nada y son un gasto), de crear conflictos innecesarios, enfrentamientos, crisis y sufrimiento entre poblaciones en aras de la «democracia mundial»….
    «El fin no justifica los medios» era antes el lema de muchos, ahora parece que se ha invertido y el fin distópico y deshumanizado que se pretende, justifica los medios para conseguirlo: primero se corrompe, luego se reacciona contra esa corrupción para obtener el poder, más tarde se justifica la corrupción propia (ya se sabe: el fin sí justifica los medios) y finalmente se asienta el poder total sobre la población mediante la propaganda o por medio de la coerción (para los negacionistas-racionalistas-herejes-disidentes) para los que no se doblegan. Todo un mundo de intenciones (fines) maravillosas para un «mundo feliz» con unos medios totalitarios.
    Un saludo.

  3. pasmao dice:

    Buenas noches Raúl

    Bien traído el dilema ético.

    Hay otros intelectuales/científicos de talla (el carnicero en cuestión no es de talla pero me parece un caso muy bien traído, después entro en el tema) que «convivieron» con los nazis, además de Heidegger. Así de memoria me vienen dos a la cabeza que han tenido un destino muy dispar, dependiendo de si convenía o no convenía:

    – Carl Schmitt … enviado a galeras, mucho mas por molesto que por nazi
    – Konrad Lorenz.. a quien se le llegó a dar el premio Nobel en 1973

    También tenemos a Von Braun. Al que USA le debe su programa espacial. Pero al que considero (opinión muy subjetiva) de talla menor respecto los anteriores. Por cierto Von Braun también salió muy bien parado. Misterios de la operación paperclip.

    Es muy interesante que haya puesto a un científico menor para ilustrar su texto porque son los dioses menores quienes nos ponen a priori en la realidad. Al fin y a la postre la mayoría somos menores.. y los genios de verdad se cuentan con los dedos de la mano.

    Lo mas importante de su texto deviene si lo pasamos a pasiva, es decir, ¿cuantos diosecillos menores quieren pasar a la posteridad (normalmente las cosas van por ahí) a base de saltarse las reglas, y luego una vez saltadas justificar que ese romper las reglas era necesario porque eran una limitación a su genialidad ?

    Porque el silogismo de esa gentuza, que quiere llevarnos a una nueva Edad Media opera de la siguiente manera:

    – Yo soy imprescindible, ergo las reglas del juego aplicables a los vulgares mortales no son de aplicación en mi caso.

    – Pero dado que en el fondo soy mediocre, aunque no quiera reconocerlo, la manera reafirmar lo anterior es no seguir las reglas del juego; y si me pillan en vez de asumir las consecuencias, exigir que no me sean aplicadas porque de ello se deduce mi «imprescindibilidad» (de la que se deriva mi genialidad).

    Lo peor es cuando se da el salto del nivel individual al grupal. Asociaciones de perturbados que miden su poder por cómo son capaces de saltarse las reglas que operan sobre el resto. Y es en eso en lo que estamos y en lo que nos lleva a esa nueva Edad Media, con castas a las que se les permitirán cosas que al resto les estarán vedadas.

    Anticipos ya los estamos viendo por ejemplo con el caso catalán, donde unos delincuentes miden su poder de cara a su klan por cómo son capaces de cachondearse de las Leyes españolas. O en Vascongadas con todo lo relacionado con ETA.. O con nuestro vicepresidente cuando habiendo dado positivo se presenta en un consejo de ministros sin mascarilla, la fiestojota, etc. Fuera también hay casos a manta..

    Lo importante es que muchas veces estos temas, que se podrían tratar de forma «discreta» por los propios interesados (son mediocres pero no tontos) no lo es, porque la exhibición de su impunidad es lo que les da el estatus de imprescindibles.

    A nivel «macro» lo veremos en Enero con la famosa reunión en Davos, con el «anhelado» reseteo, donde de una manera despótica se pretende obligarnos a pasar por el aro («por nuestro bien»), porque si. De la misma manera en que se organizan las cosas en China actualmente, por ejemplo.

    Respecto el debate ético de si debemos aprovecharnos de los conocimientos generados en circunstancias «confusas» opino lo mismo que usted. El problema es si los mediocres actuales, que cada vez tienen mas poder, aprovecharán esa filosofía para perpetuarse en la confusión y justificar la necesidad de un estatus personal o social (casta) que les de bula para saltarse las reglas (por nuestro bien) cuando toque.

    En el caso de los genios de verdad, esos que ahora no existen, casi nunca el problema ha sido (en mi opinión) que necesitaran saltarse las reglas porque limitasen su genialidad, si no que su inadaptación al mundo de los «vulgares mortales» les impedía entender cómo funcionaban esas reglas tan comunes para el resto. Tanto es así que en algunos casos (no pocos) han fallecido casi en la indigencia y su genialidad sólo ha sido reconocida a posteriori

    Y respecto a lo que ha comentado LOLI, que me parece encomiable a priori. Analizado mas fríamente yo creo que sería contraproducente. Me imagino todos esos actos, monumentos, .. rodeados de las «autoridades» que se quieran hacer la foto de los que ellos han contribuido previamente a masacrar.. y me da un repelús.. Porque no les quepa duda de esos actos para lo que servirán, visto el mundo en que vivimos es para exonerar de culpa a los verdaderos culpables. Sólo hay que recordar el funeral de Estado por las víctimas del COVID para hacerse una idea de lo que van estas cosas.

    Una pena que una idea tan honorable acabe en algo así.

    Un cordial saludo

    1. Loli dice:

      Estimado Pasmao

      Quizás no me haya expresado bien en mi comentario.

      Desde luego que no estoy pensando en escenarios tan lamentables como el representado por el Gobierno en su supuesto homenaje a las víctimas del COVID, además ellos no estaban pensando en eso…según el diseño elegido para ello, creo que estaban más bien pensando en esa reunión tan….especial, de Davos.

      El daño está ahí, no hay posibilidad de devolver la vida y la dignidad a los asesinados, me refiero a los casos expuestos por Raúl en su artículo, y a los de los comentarios.

      Lo que planteo es que seamos conscientes de ello, que nos enteremos de donde vienen los avances de los que nos beneficiamos, sobre todo en el tema médico-biológico, el que tienen que ver con la integridad del ser humano, también en todo lo demás, claro, pero creo que especialmente en el que nos atañe directamente, desde la concepción hasta la muerte.

      Cuando hablo de «homenaje», lo planteo desde el punto de vista de consciencia, es decir, que la manera que tenemos de rendir tributo y reconocer el sacrificio al que fueron sometidos tantos inocentes es precisamente ese, buscar, indagar, reflexionar sobre todo ello a lo que accedemos y demandamos como medios para «curarnos», o asegurarnos, si es que se puede, la salud, y conocer de donde viene, su historia, que es la nuestra, luego obrar y decidir, sí pero, abriendo esa consciencia lo más posible.

      A eso me refería.

      Un saludo

  4. R. Estévez dice:

    La disección de cadáveres es la base de todos los textos de histología y anatomía humanas. Hay muchos muy buenos desde antes y después del caso citado. la primera edición del más famoso de todos ellos, «Anatomía» de Grey, data de 1858 y sus derechos para edición USA que ya va por la edición 42 se vendieron en 1900. Si tienen oportunidad compren una edición de esta obra porque incluso con los dibujos manuales es un trabajo de extraordinaria calidad e interés. Hoy día se usan más los libros con placas fotográficas de los tejidos y sus numerosas capas pero el trabajo de aquellos estudiosos fue verdaderamente remarcable y constructivo.

    Creo que el fondo de la cuestión que plantea el autor es si el fin justifica los medios.

    Y la plantea en una sociedad en la cual los criterios morales se establecen por el Poder que también se ocupa de borrar del mapa cualquier fuente de criterio moral que le sea ajena o que no esté bajo su control.
    Esta situación –completamente divergente de la filosofía Kantiana que propugna la existencia de Imperativos Morales Universales reconocidos por todas las mentes humanas normales– es la que nos lleva a aceptar barbaridades como los 100,000 abortos anuales en España y los cientos de millones que la supuesta luz moral de Occidente ha llevado y lleva a cabo como si esto no fuera una barbaridad bastante peor al menos en números que cualquier holocausto.

    Con el agravante de que, como en el Gulag Comunista o en los campos de Exterminio Alemanes, estos cuerpos humanos sean usados para la explotación sin límites y, tras su muerte, como materia prima para productos de consumo. Es el caso de algunos productos cosméticos fabricados a partir de fetos abortados porque para esta sociedad el sexo tiene mucho más valor electoral que la vida.

    En fin, que felicito al autor por traer una cuestión moral a la palestra. No es frecuente hoy día y hemos de aprovecharla para aplicarnos el cuento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza Cookies propias para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, supone la aceptación de la instalación de las mismas. El usuario tiene la posibilidad de configurar su navegador pudiendo, si así lo desea, impedir que sean instaladas en su disco duro, aunque deberá tener en cuenta que dicha acción podrá ocasionar dificultades de navegación de la página web. política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies