Se piensa en el método científico como una forma certera de obtener conocimiento; aunque en realidad no existe tal método, sino un conglomerado de prácticas y estrategias vertebradas en torno a un esqueleto común: el empleo sistemático de la experimentación, la medida y la razón. La observación controlada y reproducible de los fenómenos, la búsqueda de regularidades,  la propuesta de hipótesis verificables, el establecimiento de leyes expresadas en términos matemáticos, la emisión de teorías, el uso de modelos… todo ello configura eso que se conoce como Ciencia.

A medida que se sigue esta forma de proceder se van obteniendo datos, se encuentran relaciones entre ellos y se obtiene una visión y una explicación más completa de los hechos conocidos. La ciencia crece, al igual que lo hacen sus aplicaciones y, supuestamente, el control que tenemos sobre nuestro medio.

Aplicando el método científico se genera ciencia. ¿Cabría pensar en la existencia de un proceso similar para el Arte? ¿Se podría hablar de ciertas formas de actuar y de pensar que conducen a la creación artística; es decir, aplicando un método es posible generar Arte?

Cuando se pregunta a los artistas sobre su método, sobre la sucesión de pasos que les han conducido a la creación de sus obras, no se obtiene una respuesta concreta. Suelen hablar de su forma de trabajar, de sus rituales, sus manías y sus rutinas, de situaciones y de estados que propician o dificultan su trabajo, de inspiración… pero no es posible extraer de estas conversaciones un método tan reproducible como puede llegar a serlo el método científico.

La obra de arte es racionalizable pero no surge de la razón. No se puede sistematizar, aunque haya sistemas y técnicas que la hacen más posible. Si el artista no es capaz de enumerar la secuencia de pasos que le ha conducido hasta el resultado final, posiblemente sea porque esta secuencia no existe, porque el proceso creativo no ha sido lineal sino transversal, entretejido y con bucles en el tiempo.

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Fuente: http://museodealtamira.mcu.es/

Cuando los paleontólogos intentan dilucidar sobre lo que se considera humano y lo que no, las expresiones artísticas se admiten como una de las evidencias más claras de la presencia y de la acción de los humanos de otro tiempo. Las pinturas rupestres, las figuras talladas, la disposición de abalorios y utensilios en una tumba son creaciones intencionadas que no pueden vincularse directamente con la supervivencia. Cierto es que las manifestaciones artísticas, lo mismo que las manifestaciones religiosas, pueden explicarse en términos de cohesión de grupo, de biología social, de ventaja evolutiva adquirida mediante el empleo de símbolos; pero esta explicación no parece suficiente para justificar la capacidad que tienen estas obras de conmover, de despertar las emociones miles de años después. Ignorar esto es empeñarse en elaborar una visión simplista, por muy complicada que esta sea, del hecho humano.

Lamentablemente, esta es la visión sobre la que se construyen los sistemas educativos actuales; todos ellos fundamentados en el uso de la razón y tratando de encontrar una forma científica de educar; es decir, buscando un método racional que garantice el aprendizaje. Aunque, como ya apuntan las neurociencias, no hay aprendizaje sin emoción y el Arte está más cercano a ella que la razón. No basta con el manejo racional de las emociones, eso que se conoce como inteligencia emocional, que solo palia pero no resuelve la gran ineficacia de nuestra forma de educar. El Arte y la Ciencia son dos formas diferentes de buscar, de obtener conocimientos. Una se apoya en la emoción y la otra en la razón. Pero hay razonamiento en lo artístico y emoción en lo científico. El gran problema de nuestras escuelas es ignorar que esta interrelación existe, actuar como si no existiera.

Lo que llamamos pensar consiste en la traducción de nuestras sensaciones y emociones en palabras y en el uso de estas palabras siguiendo las reglas del lenguaje con el que hayamos aprendido a hablar y de la lógica en la que se nos haya educado. Convertimos nuestras vivencias en un relato para darles forma, para adquirir la falsa ilusión de que podemos manejarlas. Interpretamos el mundo hablando y creemos que así lo podemos controlar.

El Arte interpreta y traduce la realidad de otra manera. Es una forma de comprender y hacer más manejable aquello para lo que no son suficientes las palabras; y por eso emplea el trazo, los colores, las formas, los sonidos, el movimiento y el ritmo, entre los múltiples recursos expresivos que tenemos a nuestro alcance. Desde este punto de vista, el proceder artístico es más globalizador y, posiblemente, impacta más en nuestra biología y produce aprendizajes más duraderos.

En las escasas ocasiones que se habla de incorporar el Arte en la escuela, inmediatamente se piensa en incluir más dibujo, música o danza, por ejemplo, en lo que allí se hace; se piensa en la creación y los resultados y se da por supuesto el proceso. Pero la esencia del hecho artístico no son sus obras sino la forma en que se llega a ellas. Y eso es lo que debería enseñarse: la actitud, el proceder y los requisitos necesarios para colocarse en disposición de que las musas lleguen.

10 comentarios

10 Respuestas a “El método artístico”

  1. Inés dice:

    Se agradece el razonamiento emocionado.

    Sería imposible para muchos científicos enseñar la maravilla de los seres, por dentro, por fuera, la materia, la vida y la muerte… sin usar la emoción en lo que transmiten, el arte es una ciencia de conocimiento del mundo exterior y del propio, que no puede sino ser expresada.
    En la ciencia lo más importante es descubrir lo pequeños que somos, lo inmenso de lo ignorado, lo maravilloso de la cooperación frente a la competitividad, la energía de activación que pulsa el movimiento de la vida.. el latido del mundo y nuestra impotencia de atadura porque hemos vuelto a ser proscritos casi como en los tiempos de Galileo.. Porque decir que consumimos planeta y medio, es subversivo… que hemos sobrepasado los límites del buen vivir, que estamos enfermos.. que solo podemos frenar … esto va en contra de cualquier método productivo.
    Nuestros responsables políticos en materia de férreo control educativo hacia eso que ellos llaman calidad, excelencia o empoderamiento.. no se han marchado. Se han ido a promover más test pisas a la OCDE…que nos nutre con alimentos que dan más hambre.. alentando lucha y desigualdades; desconectando al ser de la naturaleza que lo sostiene.
    Se requiere sumisión para que se pueda hacer negocio de entretenimiento, clasificación y desinformación… mientras siguen los planes del imperio.. que se cae sí o sí.
    Pero siempre queda el arte y la búsqueda de muchos a los que nos debemos, que nos imploran que enseñemos a vivir y a ser dentro de la incertidumbre.. aquellos que empiezan a ser héroes o que ya han tenido que serlo, los que empiezan a buscar y buscarse.. Tanta gente bella que lucha por entender..desde cualquier lugar.

    https://en.wikipedia.org/wiki/Words_and_Pictures_(film)

    Saludos

  2. Adam Smith dice:

    Enrique,

    1. No hay método artístico. Hay talentos sobrenaturales específicos que sólo llegamos a reconocer si las personas que los tienen están dispuestos a esfuerzos y sacrificios extraordinarios (condición necesaria para que en algún momento los aceptemos como genios). En los deportes profesionales esa idea se valida diariamente. En las artes (incluyendo la literatura que usted excluye en su entrada) lo vemos menos seguido pero explica que unos pocos hayan sido considerados genios en la historia de la humanidad. No importa cuánto se gaste en desarrollar los talentos naturales de la gran mayoría porque lo más que se conseguirá es que sus obras (deportivas o artísticas) sean reconocidas sólo por sus prójimos inmediatos. La característica distintiva de la especie humana es el alto grado de diferenciación entre los individuos de la especie y una diferencia biológica notoria es que unos pocos tienen talentos sobrenaturales para jugar con un balón o para representar de alguna forma su percepción de la realidad. Hoy vemos ejércitos de resentidos liderados por políticos falsos que quieren eliminar las diferencias entre humanos, pero como no pueden conseguirlo, optan por reprimir sus manifestaciones–jamás habrá igualdad en ningún sentido sustantivo porque esas diferencias siempre existirán y, lo más lindo, es que aumentarán.

    2. La reforma de la educación (desde la cuna hasta graduarse de adulto) hoy se discute en todo el mundo porque ha quedado claro lo poco que sabemos sobre la naturaleza humana y en particular sobre cómo transformar un recién nacido en determinados tipos de adulto (ni siquiera tenemos claro cuáles son esos tipos, algo que atribuyo a la gran diferenciación entre humanos). La masificación de la educación escolar y el rechazo creciente de la familia tradicional destruyeron la tecnología que permitió la formación de una minoría de la que usted y yo formamos parte, pero no ha habido reemplazo y parece que muchos políticos están más interesados en terminar esa destrucción que en buscar nuevas tecnologías. En ese contexto, la preocupación por el arte es y seguirá siendo mínima.

    1. Enrique Sánchez Ludeña dice:

      No creo que haya talentos sobrenaturales, sino talentos que tenemos todos en distinto grado de desarrollo.
      El artículo no aboga tanto por la creación artística, por el producto, como por la actitud y los procesos que conducen a ella. De las tres vías de conocimiento que dispone el ser humano (la ciencia, el arte y la mística) solo se nos está educando en una; y al referirme a la educación artística o mística no estoy pensando en clases convencionales de pintura o de religión, sino en situaciones que nos acerquen a este tipo de experiencias y vivencias, o que al menos no las dificulten. No se trata de que todos y cada uno lleguemos a ser Newton, Velázquez o Santa Teresa, sino de que desarrollemos al máximo el potencial que tenemos de llegar a serlo. Esto nos hará, sin duda, seres más completos.

      1. Adam Smith dice:

        La Unión Soviética, Cuba y otros países comunistas mostraron que existen muchos talentos sobrenaturales. Lo hicieron a través de una búsqueda y selección intensa entre menores de pocos años a los que luego sometieron a programas extremos, lejos de sus padres. Por supuesto, en ningún país libre los padres aceptan entregar los hijos para ese fin. Aunque lejos de los extremos comunistas, en países libres, algunos padres buscan intensamente nuevos Messi y Nadal (muy raramente algún Borges o Picasso). Lo mismo ocurriría en las artes si los padres de los futuros artistas pensaran que sus hijos podrían ganar mucho intentándolo. Yo sí creo que existe mucho talento específico muy por encima del promedio, pero que pocos padres e hijos están dispuestos a incurrir en el costo altísimo de aprovecharlo. Aunque me gustaría que hubiera muchos más genios, jamás propondría intervenciones de los gobiernos para que eso ocurra.

        Aunque el artículo no abogue por el artista-genio como producto, sí aboga por el adulto como producto de la educación. Hoy vivimos en sociedades que han consagrado la educación ESCOLAR como obligación de los padres (no como derecho social), obligación que se cumple sólo con la asistencia compulsiva a escuelas públicas o privadas autorizadas, desgracia agravada porque políticos falsos son los que están a cargo del sistema. Y no se puede decir que sólo se está educando a los menores en una única vía de conocimiento. En el largo camino para graduarse de adulto –es decir, capaz de tomar y ejecutar decisiones de manera independiente pero siempre dentro de las restricciones propias de los humanos– la formación ética y técnica de los infantes y adolescentes sigue necesitando mucho de las humanidades que usted ignora y agregaría de las ingenierías entendidas como habilidad para usar conocimiento especializados (las artes que preocupan a usted también contribuyen a la formación técnica). El éxito de la educación se refleja en la calidad de los adultos en cuanto actores no en la cantidad acumulada de conocimientos, cualquiera sea el tipo de estos conocimientos. Hoy los profesores universitarios viejos se asombran de ver que la gran mayoría de adolescentes (o pre-adultos) no tiene la base para graduarse de adultos en los plazos que eran comunes en sus tiempos de estudiantes universitarios—peor, muchos de esos adolescentes jamás se graduarían si se aplicaran los criterios de graduación de sus tiempos. Aunque me gustaría que hubiera muchos más artistas-genios, mi preocupación es la mala educación escolar y su reforma no pasa por formar más y mejores artistas sino por hacer a los padres responsables principales de la formación de sus hijos lo que requiere una oferta de educación escolar mucho más variada que la que existe hoy día (problema común a todos los países aunque en distintos grados).

  3. Manu Oquendo dice:

    Me han gustado mucho tanto el artículo de Enrique como el como el comentario de Inés pero quizás debamos llevar el manido tema de las emociones a su justa medida. Me temo que también estamos viviendo una burbuja emocional.

    Por ello voy a hacer unos apuntes rápidos a ver si sintéticamente consigo explicarme también desde mis intuiciones y las cosas que «siento».

    No sé si ya lo comentamos aquí, pero en 1975 tres académicos muy importantes aconsejaron a la Trilateral repensar el sistema educativo occidental porque ya entonces había un cierto exceso de universitarios y de la forma que Occidente había organizado la Producción no iba a haber suficientes empleos con la real exigencia de dicha formación.
    Era, creo recordar, la Recomendación 5ª de las siete de este informe.

    http://trilateral.org/download/doc/crisis_of_democracy.pdf

    Desde entonces, sin prisa pero sin pausa hemos asistido a dos fenómenos.

    A) La degradación de todos los Sistemas Educativos de Occidente.
    B) La promoción divulgativa del mundo emocional y la paralela devaluación de los rasgos de racionalidad del ser humano. El Lóbulo Frontal baja de cotización y sube la de alguno de los Parietales con la Amígdala cerebral al mando. Esto ya pasó en la Ilustración cuando el Romanticismo.

    Uno es de natural desconfiado y encuentra estas cosas muy, pero que muy raras.

    Todo ello recordando experimentos que demuestran que el paso de la memoria sensorial a la memoria permanente (que luego necesitará nuestro módulo frontal para sus procesos de Discernimiento) no se produce sin esfuerzo consciente o a través de algún tipo de experiencia traumática que la fija.

    En relación al arte creo que es algo muy importante en la construcción de tres cosas.

    1. Nuestro Capital Simbólico. Personal y social.
    2. Nuestra memoria compartida.
    3. Nuestra vida espiritual. De nuevo Individual y Colectiva.

    El Arte son capaces de producirlo Personas con Excepcional Maestría en algún Oficio y que a través de ello son capaces de establecer comunicación y lazos culturales con nosotros.

    Un buen amigo, pintor impresionista bastante caro, se ríe un poco de su oficio explicando que pintar las Meninas eran Proyectos que Solo los Emperadores podían pagar y que el Impresionismo se desarrolló con el ascenso social de una burguesía que necesitaba cuadros en las paredes pero sin tener las paredes ni el dinero para pagar «Meninas».

    Fue la Industrialización del arte pictórico. Luego nosotros sentimos «emociones» que nunca estuvieron en la mente de sus autores.

    Saludos

    1. Adam Smith dice:

      Hola Manu,

      Sí, hoy asistimos al boom de las emociones, tanto en lo que se refiere a su importancia en la explicación científica de nuestras acciones como a su explotación y manipulación en interacciones sociales de interés público (en las interacciones que no son de interés público las emociones siempre han sido y siguen siendo explotadas y manipuladas pero privadamente). Los medios de comunicación hace tiempo que han sido tribuna para esa explotación y manipulación, y más recientemente para presentaciones populares de explicaciones científicas.

      El arte generalmente se ha visto como expresión de las emociones de los artistas pero no como intento de explotar y manipular las emociones de los espectadores. En cambio, la política generalmente era vista (o ¿soñada?) como oportunidad para el liderazgo racional de los políticos, pero hoy sólo es oportunidad para explotar y manipular las emociones de los votantes. Y por supuesto la proximidad de elecciones nos deja ver lo lejos que los políticos pueden llegar en esa explotación y manipulación.

  4. Loli dice:

    Cuando un niño pequeño se fascina con todo aquello que llamamos fantasía, imaginación, cuando lo vive e incluso cuando nos habla de esas vivencias «mágicas», nos hace gracia, y hasta nos vivifica. Mientras tanto ya le estamos preparando las cotas y alambradas encumbradas en el racionalismo, para que esa fantasía (y el cerebro límbico con ella), quede pronto aprisionada, y relevada al mundo de lo onírico, si le es posible.

    Cuando un anciano, nos cuenta vivencias que se supone no ha vivido…y la fantasía quere hacer su aparición…nos ponemos en alerta y le colocamos una etiqueta médica, atolondramos todos sus cerebros…y volvemos aún más desquiciado su funcionamiento bioquímico…luego nos quedamos tan «panchos».

    Me pregunto sí, a lo mejor, ese anciano, no tendría que llegar a crear «lagunas» para luego bucear en ellas en busca de tesoros, «fábulas»…o realidades más profundas, que el mundo racionalista y secuencial en el que se ha tenido que desenvolver le ha impedido vivir.

    Seguramente no es baladí «acogotar» y «neutralizar» vías neuronales, como hacemos con los niños, desde el modelo educativo y social.

    Cuando, a partir de aproximadamente, los siete años, se entra de lleno en el mundo racional y de la lógica,aprisionando el mundo de los sueños, de lo analógico….las emociones…no encuentran caminos, se acumulan, se camuflan….

    Este aprisionamiento, entiendo que tiene consecuencias…..las fisiológicas son una de ellas.

    Nos atemoriza el deteriodo cognitivo en la vejez…..pero es posible que la fomentemos desde, que, cuando el niño está en un período de desarrollo neuronal espectacular, como nunca más lo va a tener, nos dedicamos a conducirle hacia el racionalismo y corregir su pensamiento mágico.

    De adultos entramos en una dinámica que finalmente adquiere una inercia, con la que nos desenvolvemos y sobrevivimos en el modelo.

    El arte,seguramente, rompe esa inercia…in-erte…. y busca caminos para liberar, el cerebro límbico, en cierto modo.

    El método artístico que propone Enrique, quizás sea la clave, para entre otras cosas….a, quizás, no temer la senectud…no temernos a nosotros mismos. A lo mejor ya no se crearían «lagunas» donde bucear….no harían falta.

  5. Adam Smith dice:

    Hoy El País publica este artículo

    http://elpais.com/elpais/2015/09/03/ciencia/1441275344_788315.html

    que informa sobre esta investigación científica

    http://www.sciencemag.org/content/349/6252/aac6284.abstract

    referida al descubrimiento de una ley (patrón de conducta) que gobernaría la relación entre depredadores y presas. El artículo incluye una foto tomada de la información provista por McGill University sobre la investigación donde aparecen unos leones aprovechando su presa, un búfalo. En las líneas que acompañan a la foto no se dan los nombres de los leones y por lo tanto no puedo saber si uno de ellos era Cecil, el león que se volvió famoso cuando semana atrás un cazador de EEUU lo mató. Esa fama fue producto de una expresión fuerte de indignación, es decir, de la típica explotación y manipulación de las emociones. Lo más grotesco se dio en los medios españoles porque en un principio se sospechó de que el cazador era español (¿el Rey Juan Carlos?) y entonces poco se dijo sobre Cecil, pero tan pronto quedó claro que era de EEUU, los medios no dudaron en montar un show de indignación, mostrando la podredumbre del periodismo. Todo fue tan grotesco que el cazador tuvo que esconderse porque recibió amenazas de muerte por parte de unos nuevos depredadores humanos, esos que dicen amar tanto la naturaleza que aceptan la reducción de la especie humana por cualquier medio (sí, por cualquiera) para impedir su destrucción. Hoy somos tan ricos que nos podemos dar el lujo de preocuparnos por la naturaleza —esa misma que por miles de años nuestros antepasados intentaron conquistar primero para su sobrevivir y más recientemente para disfrutar de la vida. La preocupación extrema por la naturaleza —esa que le da prioridad absoluta sobre la humanidad— refleja la hipocresía típica de quienes hoy quieren controlar a los demás con cualquier excusa y son dignos herederos de la minoría de inquisidores totalitarios que en nombre de alguna gran causa no dudaron en matar.

    La misma podredumbre de los hipócritas que explotan y manipulan las emociones de la masa la observamos estos días en relación al tema de los refugiados. Mientras los millones (sí, millones) de refugiados que habían estado escapando de los inquisidores islámicos se contuvieron fuera de Europa no había crisis, pero cuando cientos de miles de esos refugiados trataron de buscar una nueva vida en Europa y otras partes y fueron rechazados porque implicaban un cambio súbito en la relación numérica con las poblaciones locales, entonces esos hipócritas comenzaron a plantear controles para determinar cuántos refugiados deberían ser aceptados en distintas partes. Por ejemplo, El País hoy informa que el PSOE ha determinado mágicamente que España debe aceptar a 4.288 refugiados. Hoy Cecil ha sido desplazado por el pequeño Aylan y los nuevos inquisidores totalitarios en todas partes del mundo piden el paredón para quienes no estén de acuerdo con ellos (la sumisión de los burócratas nacionales e internacionales para servir a esos inquisidores causaría risa si sus consecuencias no fueran terribles). En fin, otro caso más que recuerda la amenaza permanente a la libertad que representan los hipócritas que explotan y manipulan las emociones de la masa, en particular de los muchos “emotivos” que conviven con nosotros y que viven lamentando la racionalidad del mundo moderno.

  6. Remedios dice:

    Estoy completamente de acuerdo con D. Smith, en la permanente e hipócrita manipulación emocional a la que la ciudadanía en general está siendo sometida desde hace decenios. Ese juego malévolo de instarnos a todos el rechazo de las cosas que nos perjudican, y el olvido sobre las cosas que no incumben a nuestras vidas, es directamente perverso, como la gran parte del periodismo actual.

    La utilización de estos recursos internos, es lo que creo que hace al autor del artículo al defender la necesidad de la inclusión de estos aspectos en las dinámicas escolares, para reforzar todo el conjunto de mecanismo y hacer más consistente, y menos manipulable, ese parte esencial del ser humano.

  7. Yo creo que la experiencia científica, artística o mística podría describirse como un encuentro que impacta en nuestro pensamiento convencional, una revelación que irrumpe en nuestra consciencia ordinaria de realidad. Y para que esto suceda se precisa algo que difícilmente puede ser propiciado por método alguno: aventura.

    Un método es un protocolo de actuación, diseñado a priori y basado en la repetición, para caminar sintiéndose seguro por los incómodos paisajes de la incertidumbre. Mi repugnancia infantil por los métodos encontró expresión cuando al llegar a los diecisiete dije que los métodos, como las escopetas y las leyes, los carga el diablo, pues son concebidos por el miedo. Miedo al vacío, vértigo a la disolución de la consciencia en lo desconocido.

    Habitualmente llamamos científicos, artistas o místicos a quienes se desempeñan en el seguimiento de una determinada escuela metodológica establecida de manera consensuada en uno de esos campos, disfrazando vocaciones sagradas de oficios colegiados. Pero yo creo que la estrategia de someter los datos a las estadísticas y los modelos, someter los colores y las formas a las fronteras de una superficie cuadrangular o someter los pensamientos a una orden de silencio dictada por un guardia interior no sólo no garantiza, en modo alguno, la experiencia de un encuentro, sino que casi la dificulta en grado sumo. Y sin encuentro no podemos hablar de ciencia, ni de arte, ni de mística, sino de impostura.

    La misma manera de proceder que hoy me ha traído un encuentro puede conducirme al fracaso mañana, por la sencilla razón de que no soy hoy el mismo de ayer. Las variables que inciden en mi naturaleza física, anímica y psíquica son infinitas, los factores que ayer propiciaron que se armonizasen los múltiples ritmos de mi naturaleza biofísica y sutil me son en su mayoría desconocidos, por no decir completamente desconocidos.

    Por otra parte, educar significa literalmente conducir a alguien por un determinado camino. Por eso, en mi opinión, ninguna metodología educativa puede ser completamente aceptable, porque aplicando un modelo nadie puede llegar a saber lo que cada persona necesita en cada momento de su vida para aproximarse a su destino. Por lo tanto considero tarea imposible, en las circunstancias habituales de la vida, pretender enseñar a alguien a ser científico, artista o místico.

    ¿Cómo proceder entonces para dar la bienvenida a los recién llegados a la vida, o cómo ayudar a que los que andan por ella errantes se reencuentren con su propósito interior y no se pierdan de sí mismos? No lo sé. Pero creo que quizás sólo quien abre sus propios caminos esté legitimado para dar testimonio.

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