¿Es posible una educación gratuita y sin interferencias de los poderes públicos?

Se dice que, en Francia, durante la Tercera República (1875-1940), el ministro de Educación podía saber qué página estaba estudiando cada niño de once años en ese momento sin más que mirar el reloj. Hasta ese punto llegaba el férreo control de la educación por los gobiernos en aquella época. Había, al menos, dos poderosos motivos para ello: por una parte, inculcar un sentimiento de unidad nacional en el que basar un Estado fuerte y centralizado y, por otra, que ese sentimiento tuviera un enfoque laico a fin de erradicar la influencia de la Iglesia y así eliminar su peso histórico como poder político.

Mucho ha llovido desde entonces y, aunque los acontecimientos han discurrido de distintos modos en cada lugar, lo cierto es que el afán de los gobiernos por controlar la educación sigue siendo una constante en muchos países.

En España no solo es así, sino que, incluso, cada vez que un partido llega al Gobierno produce una nueva ley educativa. Y a veces más de una. Desde 1980, ya se han aprobado ocho leyes. Sin embargo, pese a tanto interés por regular la educación, hay aspectos esenciales de la misma que apenas se abordan.

Por ejemplo, los programas que se vienen impartiendo desde hace mucho tiempo en las escuelas, diseñados y tutelados por las autoridades educativas, están concebidos, en gran medida, para que los niños puedan integrarse con éxito en el mercado laboral cuando sean mayores. Y muchos padres aplaudirán ese objetivo.

Sin embargo, los perfiles laborales que, en el pasado, podían haber servido de referencia a los planificadores de los currículos educativos, cada vez tienen menos validez dada la velocidad a la que están cambiando los requisitos formativos de los empleos que demandan las empresas. Es más, se estima que dentro de 15 o 20 años más de la mitad de los trabajos a los que podrán aspirar los niños actuales no existen hoy en día. ¿Se nota esta difícil perspectiva laboral en el diseño de los currículos? ¿Se nota al menos en el enfoque pedagógico que se practica en las aulas?

Parece lógico que, con un futuro laboral tan indefinido, las escuelas tendrían que dedicar una parte sustancial de su tiempo en actividades con las que los niños aprendieran a desarrollar sus capacidades para poderse adaptar bien a entornos laborales novedosos y cambiantes, como puedan ser su creatividad, innovación, perseverancia y capacidad para hacer frente a la adversidad, entre otras.

En realidad, del sistema educativo deberíamos esperar mucho más.

Ante el proceso de alienación, uniformización y elementalización social que están produciendo las redes sociales y muchos de los medios de comunicación masivos, es fundamental que las escuelas sean capaces de formar en la capacidad de reflexionar, de captar la complejidad de la realidad, de evitar adoctrinamientos y de profundizar en la continua búsqueda y ampliación de las propias verdades.

No solo eso. Ante un futuro cada vez más marcado por el mestizaje étnico y cultural, fruto de una inmigración creciente, es imprescindible que en las escuelas los niños aprendan a convivir con naturalidad en contextos donde las diferencias de costumbres y creencias van a ser cada vez más habituales.  

Son numerosas las cuestiones a las que debería intentar dar respuesta nuestro sistema educativo. Sin embargo, ante muchas de ellas es difícil saber, con seguridad, cuál debe ser el enfoque pedagógico adecuado. Por eso, lo más lógico sería que cada centro escolar tuviera la libertad para llevar a cabo su propio enfoque y, asimismo, los padres pudieran escoger el centro que más se aproximara a sus ideas.

Este es el principal motivo por el cual no tiene ningún sentido seguir con un sistema tan centralizado y controlado políticamente, en el que las líneas maestras del programa docente, incluso las que afectan a la forma en que se organizan y gestionan los centros escolares, vengan marcadas desde unos pocos despachos del Ministerio y las consejerías de educación de las Comunidades Autónomas. ¡Como si en esos despachos hubiera más posibilidades de acertar con lo que se necesita!

Lo que se requeriría, a la vista de los desafíos que tiene ante sí el sistema educativo, es un modelo general ampliamente descentralizado y en el que, por tanto, las interferencias políticas o simplemente centralizadoras fueran mínimas. Un modelo bastante distinto del que se viene imponiendo ley tras ley.

El problema, para empezar, es que la idea que se tiene de la educación pública está asociada a un modelo bastante reduccionista, según el cual la única educación que merece ese título es la que se imparte en las escuelas que son propiedad del Estado, por profesores reclutados, pagados y gestionados como funcionarios y que imparten sus clases siguiendo las directrices de sus autoridades educativas. Un modelo, por cierto, muy rígido y restrictivo, en el que los directores de esos centros apenas tienen autonomía para llevar a cabo sus propias ideas.

Hay, sin embargo, otros posibles modelos con los que se puede definir y organizar la educación pública, y que podrían mejorar la calidad de la misma. De hecho, en otros sectores de actividad del país hay multitud de organismos que también son 100% propiedad del Estado y cuyos gestores disfrutan de mucha más autonomía que los directores de las escuelas públicas para gestionarlos como mejor les parezca y para, por ejemplo, seleccionar y contratar a sus empleados.

¿Pero, qué es lo que realmente hace que la educación pública sea importante? Desde mi punto de vista, no es ni el régimen de propiedad de los centros ni el régimen laboral con el que se gestionan, sino otras dos características. En primer lugar, que es una enseñanza gratuita para las familias, al estar financiada por el Estado. Y, en segundo lugar, que en ella se intenta garantizar una igualdad de oportunidades a los niños, junto con otros derechos.  

Pero, para garantizar a los padres la gratuidad de la educación de sus hijos y la igualdad de oportunidades con que van a ser tratados, no es necesario que las escuelas a las que los llevan tengan que ser propiedad del Estado ni que sus profesores sean funcionarios. Las dos características citadas pueden ser igualmente garantizadas en escuelas privadas, que estén financiadas con dinero público y con las cuales las autoridades educativas establezcan los acuerdos pertinentes, tal como evidencia el actual modelo de colegios privados concertados. 

No tengo espacio en este artículo para analizar a fondo los principales elementos de este debate, pero, en mi opinión, la clave del mismo no está en quiénes deben ser los propietarios de los colegios a los que van los niños gratuitamente, porque ese es un problema que tiene fácil solución. En este sentido, el debate educación pública o educación privada desenfoca la cuestión. La clave está en que las autoridades educativas renuncien a definir qué programas deben impartir los colegios y cómo deben hacerlo, dejando que sean los centros (de propiedad pública o privada) los que lo hagan.

La clave, en definitiva, es que los poderes públicos renuncien a controlar la educación, más allá de unos mínimos imprescindibles. ¿Por qué se resisten a dar ese paso? ¿Por asegurar que se imparten los ingredientes ideológicos que en cada momento y lugar se consideren políticamente prioritarios? ¿Para evitar que, si se retiraran, su espacio lo ocupasen otros poderes ideológicos y, principalmente, la Iglesia? ¿Para evitar posibles conflictos laborales con sectores del profesorado que puedan inquietarse ante cambios en su estatus funcionarial? ¿Por miedo a un posible desgaste electoral si la opinión pública interpreta cualquier cambio en el modelo actual de escuela pública como un retroceso o una pérdida de derechos? ¿Por pura inercia en la gestión pública? ¿Por una combinación de todo esto?

El caso es que, mientras las cosas sigan como están, los representantes del Estado en el ámbito educativo, están ejerciendo un poder que no les corresponde sobre la formación que deben recibir los niños. Y, para colmo, el debate sobre educación pasando, una vez más, de puntillas sobre todas estas cuestiones.

3 comentarios

3 Respuestas a “¿Es posible una educación gratuita y sin interferencias de los poderes públicos?”

  1. O'farrill dice:

    Precisamente es la Educación la clave que sustenta el arco ideológico y cultural de una sociedad. De ahí que los poderes se orienten hacia el control férreo de las mentes infantiles desde el primer momento.
    Y lo hacen a través de los gobiernos y organizaciones supranacionales, fundaciones, etc. que pululan por todas partes regadas con el dinero de los contribuyentes.
    Nuestra Constitución expresa claramente como «derecho» en el artº 27.1/2: «Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana….. etc.etc», pero…. ¿quien hace caso a la Constitución?
    Para empezar el respeto a la lengua oficial del Estado (artº 3.1) que indisolublemente debería ir unido al sistema educativo ya vemos para qué sirve: para nada.
    Pero entremos en lo que cada cual puede pensar sobre el papel que la Educación debe jugar en la sociedad. Nada más ni nada menos que el «pleno desarrollo de la personalidad humana». Es decir la libre elección individual de su propia formación como personas. Estaríamos ante un modelo autodidacta en el que la Educación pasaría por la libertad individual para desarrollar su propio proyecto de vida, de cultivarse y prepararse según su propio criterio….
    ¡Ah, no… eso no…faltaría más…! Ningún poder está dispuesto a que esa preparación pueda suponer un peligro latente de gente que piense y opine por sí mismo. Hay que adoctrinarlos, tanto en la moral que interese como en la ciencia que convenga con sus límites….. pero, sobre todo, en el sometimiento a quienes se han autoproclamado dueños del mundo, poderes salvajes (Ferrajoli) que impongan normas a los demás. No para ellos.
    Hace ya bastantes años, en las «clases» que daba a mi hija para compensar el desastre educativo existente, se me ocurrió preguntar en el Ministerio correspondiente quien revisaba los textos educativos para evitar errores garrafales en sus contenidos. La respuesta es que las «editoriales» eran libres para ofertar unos textos u otros y los centros eran libres igualmente de elegirlos. Incluso cada profesor tenía una especie de bula para dar a cada materia la orientación que prefiriera. Así empezaron a surgir las propagandas políticas y las ideologías más surrealistas en el mundo de la Educación.
    Todo ello iba parejo a la multiplicación de «especialidades» y títulos de lo más esperpéntico. Había que crear titulados aunque no supiera para qué o a pesar de que presentaran una ignorancia supina sobre su titulación. Así, preguntado un ingeniero de caminos por lo que era «Geotecnia» ponía cara de póker o a una profesora titular quien era la «Pasionaria», responder: «creo que era la patrona de no sé qué pueblo….».
    Educación va ligada a Cultura. Un «mix» pelogroso para cualquier poder porque el conocimiento es el arma más poderosa. Por eso se hace falsa Educación, se evita la Cultura de verdad y se procura mantener al personal ajeno a la realidad científica y cultural. Y, lo más grave, el personal se deja manipular.
    En cuanto a la formación funcional o preperación para el ejercicio de actividades profesionales u oficios, Occidente lo lleva crudo. Ya no hay más actividades que aquéllas impuestas por un falso ecoloogismo surgido de organismos mantenidos en gran parte por dineros e intereses particulares.
    Los viejos maestros (esa es la palabra), son sustituidos por máquinas o doctrina dogmática. Lo hemos visto cuando eran más necesarios en las crisis creadas a nivel mundial. Todavía estoy esperando que alguien me diga cómo no se aplica la IA con sus inmensas posibilidades para aclarar muchas de ellas.
    Los recursos y riqueza de las naciones (Smith) se han sometido a normas que permiten su uso a unos y se prohibe a otros a pesar de la escala planetaria que se pretende dar a los problemas presuntos y predicciones apocalípticas de la propaganda mediática….
    Ante todo eso… ¿qué podemos decir de la Educación del futuro?. Es más… ¿seguirá existiendo el propio concepto de Educación? Las muestras más inmediatas es que se habrán ido por el sumidero los conocimientos, los talentos, los proyectos y las libertades de una sociedad cada vez menos deseosa de aprender y desarrollar su propia personalidad. Es más cómodo que cualquier poder te «cosifique».
    Un saludo.

  2. M. Oquendo dice:

    La respuesta a la pregunta de D. Manuel es que sí es posible pero no es fácil. Esta ley ya se hizo en España (Otero Novas 1980) y el Ministerio llegó a tener los cheques impresos para que cada familia pagase al colegio de su elección.
    Como se sabe no llegó a estar operativa por la oposición de varios grupos entre ellos un sector de los colegios privados. Para tomar nota.
    Ni que decir tiene que la izquierda y sus aliados separatistas no quieren ni querían un modelo de libertad.

    La otra cuestión que quiero traer es que en realidad las leyes de educación solo han sido Socialistas y Separatistas. PP hizo la Ley WERT que se introdujo muy lentamente y nunca llegó a estar completamente funcional.

    En España la educación pública está en manos de la Izquierda y del Separatismo. Con los resultados consabidos. Ojo, yo creo que el PP es partido de Izquierdas. Ellos mismos lo dicen «Votamos con los socialistas el 88% de las leyes». González Pons en las últimas europeas.

    La cosa ha sido así.
    1980. UCD no llega a entrar en vigor por golpe de estado del 81 y victoria PSOE 82
    1985 PSOE
    1990 PSOE
    1995 PSOE
    2002. PP entre en vigor el curso del 2003 y la paraliza Zapatero en 2004
    2006 PSOE
    2013. PP Ley WERT entra poco a poco en vigor (Primaria y partes de FP en 2015 y resto a partir del 2017.
    2020 PSOE
    https://www.diariodenavarra.es/noticias/actualidad/nacional/2020/11/20/leyes-educativas-espana-logse-lomloe-ley-celaa-708754-1031.html

    Es decir para bien o para mal lo que hay es fruto de la Izquierda y Separatistas.
    Como bien saben los mayores del foro un bachiller del fanquismo con examen de Estado (orales) era mejor que un doctorado actual y ningún bachiller europeo es capaz de aprobar el ingreso en la Politécnica de Shangai.

    Estamos como estamos (Toda la UE peor que Corea del Sur en generación de patentes) por muy buenas razones.

    Saludos y gracias

  3. pasmao dice:

    Excelente análisis Don Manuel

    Comenta usted “En primer lugar, que es una enseñanza gratuita para las familias, al estar financiada por el Estado. Y, en segundo lugar, que en ella se intenta garantizar una igualdad de oportunidades a los niños, junto con otros derechos. “

    Respecto que sea gratuita para las familias, obvio. Pero respecto la igualdad de oportunidades… habría que repasar el peso de la educación en la igualdad de oportunidades, de unos años atrás a ahora. Porque existe un problema claro y obvio de meritocracia. Ergo es natural que el interés por la educación haya disminuido en la sociedad. ¿Qué necesidad hay de tener una buena educación si ello no va a redundar en un prestigio social? Es más, pareciera a veces que es más un debe que un haber.

    Conviene recordar el chiste que corría en la época de Franco, donde al inútil de la casa le hacían ministro y al decírselo a su madre; ésta en vez de alborozarse, se llevaba un sofocón. Porque lo de que era un inútil sólo lo sabían en la casa, pero entonces se iba a enterar toda España.

    Ese chiste ahora no tendría sentido. La madre estaría encantada de que su hijo inútil tuviera por fin un buen acomodo. Y su entorno social poco más o menos que la admiraría por ello.

    Conviene recordar que entonces la enseñanza pública si suponía un contrapeso de calidad a la privada, siendo en muchas ocasiones superior. Y conviene recordar como la cosa empezó a degenerar con aquella huelga de PNNs y lo que vino después. En aquella Santa Transición.

    Repasando la lista que tan oportunamente nos ha expuesto Manu se puede observar no solo que la mayoría de los cambios han ido de la mano del PSOE, sino que los del PP (bastante descafeinados) han sido normalmente al final de sus legislaturas y que han estado en vigor poco tiempo. No ha tenido prisa nunca el PP en cambiar las Leyes de educación, no la misma que Zapatero en 2004, por ejemplo.

    Conviene destacar el peso que las Taifas tienen en su aplicación. Y como algunas con menos presupuesto, Castilla y León, consiguen mucho mejores resultados que otras como en las Vascongadas o Cataluña.
    Por cierto, dentro de poco llevaremos 8 años de gobierno del PP en Andalucía, y no se han visto cambios a mejor reseñables en su nivel educativo.

    También se comenta, dentro del PP, la necesidad de un único examen de EVAU o Selectividad, en toda España. Pero donde dijeron digo ya empiezan a decir Diego. Un único examen debería de ser: Todos a la vez, sobre un mismo temario, en el idioma común y con las mismas preguntas. Y corregido fuera de cada Taifa. Demasiado peligroso.

    Por lo demás, y saliendo de temas políticos, una verdadera educación si las autoridades la toleraran es ahora mucho más fácil que nunca. Con el “home schooling” ese. Mas un cheque escolar digno de ese nombre. Y es reseñable ver como muchos colegios concertados tienen pánico de ello. Cuando deberían de ser sus máximos defensores. Podrían tutelar las homeschooling, que serían más unas clases de apoyo, y ayudar a socializar a los niños cuando no estuvieran en clase. Pero acostumbrados a pastar de una subvención a muchos eso les parece muy arriesgado.
    Otro capítulo largo y extenso lo tendríamos con los profesores.
    Cuando mis hijas iban al colegio pánico me daba tener que tratar con ellos, vistas sus carencias y su disponibilidad para con un modelo educativo (por competencias) que a mí me creaba muchas suspicacias. Por cierto, era un colegio concertado (religioso) y con “prestigio”. Pero peor lo pasaba en las reuniones de padres, cuando veía al resto de padres completamente identificados con ello.

    Las cosas no ocurren por casualidad y Don Enrique Sánchez en este mismo medio hizo un artículo que lo explicaba muy bien

    https://www.otraspoliticas.com/?s=entetanimiento

    Un cordial saludo

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