Solemos confundir el pensamiento con la razón, con la capacidad de razonar, pero el pensamiento es algo mucho más amplio. Hay pensamiento aunque no seamos conscientes de él. Y no se piensa solo con el cerebro que tenemos en la cabeza, sino también con el cerebro intestinal, con el cerebro cardiaco y con tantas otras asociaciones de neuronas que están distribuidas por nuestro organismo.
El cuerpo piensa de múltiples maneras y casi todas son más inteligentes que aquella que llamamos pensar. Si nuestra razón tuviera que tomar todas las decisiones que hacen posible que nuestro organismo funcione según lo que está sucediendo en cada momento -que el corazón se acelere, que tomemos aire más o menos rápido, que segreguemos esta o aquella hormona, que se dilate nuestra pupila, que salivemos-, si tuviera que hacerlo, sería tal la confusión, serían tantas las contradicciones, que moriríamos en poco tiempo.
Intuir y emocionarse son otras maneras de pensar; son pensamiento instantáneo, global. Y también conducen a la certeza. Se podría decir que a veces, que muchas veces, son más certeras que las conclusiones a las que nos lleva un razonamiento, aunque no seamos capaces de explicar por qué, solo intentar expresarlo mediante el arte.
Decía Francisco de Goya que el sueño de la razón produce monstruos: “La fantasía abandonada de la razon, produce monstruos imposibles: unida con ella, es madre de las artes y origen de sus marabillas” . Y decía Cervantes: “La razón de la sinrazón, que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura” . Y tanto uno como el otro venían a decir lo mismo: que la razón enturbia el entendimiento con sus juicios, con la manera binaria que tiene de pensar. Verdad o mentira, justo o injusto, o malo o bueno.
Y con esto no quiero denostar el papel de la razón. Pero todavía somos excesivamente herederos de la Ilustración, de sus ideas acerca de la importancia de la razón y el progreso, del racionalismo y el pensamiento utilitario, del análisis y el pragmatismo por encima de la analogía. Y es preciso que demos un paso más, que nos encaminemos hacia un modelo que impulse todas las capacidades del ser humano, incluida la de razonar.
Por ponerle nombre, le podríamos llamar el modelo o el tiempo de la Estética, de la belleza. De la belleza como arquetipo, no como algo que se ajusta a modas, ideologías o convenciones sociales; la belleza como algo reconocible, sin artificios. Si estuviéramos entregados a la búsqueda de la belleza necesariamente descubriríamos la mentira, la contradicción entre lo que se dice y lo que nuestros gestos delatan; no serían posibles ni la impostura ni el disimulo.
Todo lo bello se ama y el amor lo hace más bello; aunque amor y belleza sean ahora palabras cargadas de sentimentalismo, vacías de significado y que casi da vergüenza decir. Palabras en las que hemos dejado de creer. Parece que nos hemos resignado, que nos educan, a que el mundo sea feo. Y no lo es, solo lo está. No es lo mismo estar que ser y no somos como estamos, por mucho que unos a otros nos digamos que así es.
Una vez, cuando era muy niña, no tendría más de 7 años —que a lo mejor incluso menos, pues recuerdo que me llevaban de la mano y mi brazo estirado hacia arriba—, caminábamos por un campo, en un pueblo de la Mancha, y me quedé fascinada mirando algo que me pareció maravillosamente bello.
A estas alturas de mi vida no sé si tengo medio claro qué es un fractal, de manera que entonces imagínate…
Fascinada mirando aquel brillo, aquella tersura, aquel fractal absolutamente perfecto, aquella… no sé, ¿geometría?
Miraba embelesada, absorta.
La persona que me llevaba tiró de mí; y caminé mirando hacia atrás, sin acertar a apartar la vista y pensando vaya usted a saber quién sabe qué.
A lo largo de tantos años como han pasado me vuelve a la cabeza a veces y, casi siempre, cuando veo algo que es oficial o “políticamente” bello.
Y, pienso “mira, sin pensar y con el culo”.
Era una caca, recién hechita, aún no deterioradas su perfección, su armonía, su belleza por la acción de los elementos ni por eso tan cruel y despiadado que llamamos tiempo.
Y la vaca, tan irracional, tan sin darse cuenta, tan sin esfuerzo alguno, tan sin envanecerse de haber creado una obra de arte.
Del amor, sin embargo, no creo haber vivido una experiencia tan fehaciente, tan sorprendente o impensada, que me anime a afirmar “esto es, absolutamente” sin la sombra de una duda.
Que —ahora que lo pienso—, pensándolo bien caigo en la cuenta de que a lo mejor es porque ya sí sé que pienso, y también qué.
“Lástima” —Pienso.
Interesante y acertada exposición sobre el pensamiento y las formas en las que pensamos. La razón es una forma pero no la única . El arte es una forma de pensamiento en la que la razón estorba a su creador , se puede imaginar un concepto y plasmarlo en lienzo escultura o cualquier otra forma ,pero en el preciso instante que se trate de razonar el como el por que o lo que sea la obra se difumina y desaparece , el artista debe estar abstraído de muchas cosas que enturbien la claridad de lo que desea plasmar .
Por otra parte la razón es importante ( no se puede vivir constantemente con el piloto automático ) sin ella andaríamos como zombies , no recordaríamos las cosas , aunque se puede vivir sin recuerdos no es lo ideal .Recordar también es pensar y pensar es tener sensaciones, emociones y sentimientos mas o menos profundos , unas veces positivos que nos alegran otras nos hacen daño ,a veces un daño que puede parecer asintomático pero real , como la depresión , otras es una alerta de que algo no estamos haciendo bien , es complicado manejar nuestro propio pensamiento creo .
Hay una leyenda urbana que me contaron de primera mano y mas de uno una época en la que trabaje con un camión haciendo rutas , me contaban que se habían dormido conduciendo y no se acuerdan como habían llegado al destino . no se que hay de verdad en todo esto , lo que si esta científicamente probado es que se puede perder la conciencia durante cierto tiempo y no acordarte de nada de lo sucedido desde el momento del shock , abecés producido por un golpe ya sea físico o emocional , debe ser un mecanismo que tenemos las personas para evitar males peores .
No se me ocurre que mas decir en este momento , solo agradecer el articulo ( no tengo por costumbre revisar lo que escribo , y digo cosas que acierto y otras veces no )
Saludos .
saludos
Nos empeñamos en explicar todo y entender todo, con lo que al final estamos en un bucle donde se unen la ignorancia con la pretensión de creernos sabios, pero la sabiduría no está donde la buscamos (externamente) sino en donde la ignoramos adrede (en nuestro interior). Hemos puesto nombres estrambóticos a cosas vulgares pensando que así eran más importantes y, sobre todo, hemos hecho de la propaganda comunicativa un sistema de inducción en que apoyarnos como las «masas» («algo tendrá la m…. si le gusta a millones de moscas….» dice un refrán.) de Gustave Le Bon.
Hemos cambiado nuestro criterio y personalidad por plagios de los criterios ajenos, por temor a responsabilizarnos individualmente de nustros actos: todos lo hacen, a todos les gusta……
Nuestros actos racionales se han convertido en irracionales por medio de la ingeniería social, la propaganda y hasta la publicidad, asumiendo que toda «ocurrencia» nueva (que no lo es tampoco) es lo «guay» y todo lo que huela a sabiduría, experiencia y conocimiento, son trastos inútiles. Nos hemos creído los amos de un mundo al que desconocemos en su integridad.
Hace unos días alguien que no quería hablar conmigo de Ciencia ya que estaba en la nueva religión o secta de los «calentólogos», me decía que la televisión (palabra de Dios) pronosticaba un tsunami que harían desaparecer las ciudades de Huelva y Cádiz. Con motivo del volcán de La Palma, otro sesudo caballero inglés llegado ex profeso desde UK (con gastos pagados) pronosticó la desaparición de Nueva York por otro tsunami causado por las erupciones.
En el Código Penal se tipifica como delito las «alarmas sociales» injustificadas. Pues bien, estamos esperando la actuación de todas las fiscalías para poner ante los tribunales a quienes han causado mucho daño social en estos últimos años.
Reitero lo ya apuntado en otros comentarios: «hay razones que el corazón desconoce y viceversa». Razón para lo racional, alma para lo trascendental, eso es lo que nos hace humanos. Lo demás fuegos artificiales…..
Un saludo.