Puesto que la Historia se divide en periodos (Prehistoria, Edad Antigua, Edad Media…) y los contenidos se reparten en cursos (primero, segundo, tercero…), parece lógico que se correspondan los unos con los otros. Esto es lo que han debido pensar los legisladores de la Comunidad de Madrid, al redactar el currículo de Ciencias Sociales de la educación primaria.
Así, con nueve años, tercero de primaria, se enseña a los alumnos lo que es un siglo y cómo debe identificarse con números romanos y, a partir de ese momento, el tiempo empieza a correr. La historia de España se expone en fragmentos, ordenados cronológicamente desde lo remoto hasta lo cercano.
A los 10 años se les enumeran los sucesivos habitantes y visitantes de la Península Ibérica: celtas, íberos, fenicios, griegos y cartagineses; desde los pintores de las Cuevas de Altamira hasta el último emperador romano. El Paleolítico, el Neolítico, la Edad de los Metales y toda la Edad Antigua, narrada en capítulos semanales de una hora de duración.
La Edad Media y la Edad Moderna, ese periodo en el que vivieron los godos, nos invadieron los árabes, descubrimos América y construimos un imperio, se estudian con 11 años. Al parecer es la edad más adecuada para enterarse de “la conversión de Recaredo al catolicismo en el año 589, las batallas de Guadalete (711) y de las Navas de Tolosa (1212), algunos hechos importantes de los reinados de Carlos I, Felipe II y Felipe IV o los aspectos fundamentales del reinado de los Borbones”; por citar algunos de los hitos, fechas y personajes históricos que se detallan en el currículo oficial de la asignatura.
Por último, con 12 años, se aborda la Edad Contemporánea, desde la Revolución Francesa hasta nuestros días. La Guerra de la Independencia, las Guerras Carlistas, la Restauración, la pérdida de Cuba y Filipinas, las Repúblicas, la Guerra Civil, el franquismo, la transición y, por último, la incorporación a la Comunidad Económica Europea. Con esto se concluye la formación histórica elemental que todo alumno madrileño debería tener.
Una pretensión inalcanzable, aunque solo sea porque no hay tiempo suficiente para desarrollarla. En el cómputo horario anual, a la asignatura de Ciencias Sociales le corresponden 70 horas, 2 horas cada semana, para desarrollar todos los contenidos que fija la legislación. Estos contenidos no solo incluyen Historia, sino también Geografía y otros, como la educación financiera, la empleabilidad, la Constitución, la Monarquía Parlamentaria o la zona euro, que se agrupan en un bloque denominado Vivir en sociedad.
La práctica docente habitual es repartir los contenidos en temas, supongamos que sean 12, que se desarrollan a lo largo del curso. Así pues, si repartimos las horas entre los temas, disponemos de algo menos de 6 horas para cada uno de ellos, y una de estas horas se dedica a examinar.
Tenemos, por tanto, cinco horas para trabajar; por ejemplo, sobre la invasión árabe de la Península y los casi 800 años que la siguieron, lo que todavía se conoce como Reconquista. Cinco horas para describir el Emirato, el Califato de Córdoba y los Reinos de Taifas, para conocer los cambiantes reinos cristianos y sus reyes más destacados, para identificar y situar en el tiempo a Don Pelayo, la batalla de Covadonga y el Cid Campeador. Y lo mismo con Jaime I el Conquistador, Alfonso X el Sabio, Fernando III el Santo o Almanzor el Victorioso. Una sucesión de califas, reyes, caudillos, caballeros y batallas, hasta llegar a Isabel y Fernando y la conquista de Granada. Todo ello con niños y niñas de 11 años, no lo olvidemos. Un despropósito, en el que ocho siglos de nuestra historia se resumen en una larga guerra entre moros y cristianos.
Muchos contenidos y muy poco tiempo. Tal vez eso explique por qué no aparece en el currículo ninguna referencia a los mozárabes, la comunidad judía, el Románico, el Gótico o el enorme desarrollo que tuvieron la ciencia, la tecnología, la literatura y la filosofía en la España medieval.
Hay dos eventos históricos, la Reconquista y la Guerra de la Independencia, que durante generaciones de escolares se han expuesto como ejemplo de gesta nacional. En ambos se luchaba contra un invasor, contra un enemigo extranjero. Un enfoque cuestionable cuando, tanto en un caso como en el otro, si es que hubo una invasión fue en buena medida consentida.
Solo se necesitaron cinco años para conquistar casi toda la Península, y una buena cantidad de barcos para que cruzaran el estrecho miles de bereberes, que no eran un pueblo navegante sino nómada. Ya hay historiadores que afirman que la llegada de los árabes respondió a una llamada y no pudo producirse sin ayuda. De la misma manera que la Guerra de la Independencia tuvo muchos ingredientes de guerra civil, entre afrancesados y patriotas, y una gran injerencia extranjera, los franceses por un lado y los ingleses por el otro, algo similar pudo suceder entre el último rey visigodo y buena parte de la población hispana.
Pero estas consideraciones están fuera de lugar cuando se trata de transmitir hechos y verdades asentadas. Dejemos las dudas y otras posibles interpretaciones para estudios más especializados y edades más avanzadas. Los aspectos sociales de la Historia, las formas de vida y los utensilios de cada época, los oficios, el comercio, la navegación, las obras de arte, los inventos, parece que son secundarios y poco interesantes a ciertas edades. La enseñanza de la Historia se resume en memorizar hechos aislados, fechas y personajes y colocarlos correctamente en una línea del tiempo. Lo mismo que se memorizan y se colocan nombres de ríos y de capitales en un mapa. Aunque no sepamos orientarnos sobre el terreno ni tengamos una noción fiable de las distancias.
¿Cómo es posible que el legislador que ha dispuesto así las cosas pretenda, al mismo tiempo, que la educación fomente “el sentido crítico, la iniciativa personal, la curiosidad, el interés, la creatividad y el espíritu emprendedor”?
Totalmente de acuerdo, aunque siendo usted especialista en ciencias bien podría aplicarlo a su campo y me extraña que la crítica la haga de otra materia. ¿Acaso no se memoriza en biología o en química? Yo en mi etapa de estudiante tuve que memorizar carretillas de datos sobre minerales, partes de plantas, elementos químicos…este problema no creo que sea específico de la Historia absolutamente. s2
Se trata de poner hechos sobre un pupitre, que suenen las cosas, como en otras asignaturas. Cuantos alumnos se acuerdan de lo que vieron en EGB o BUP? Si preguntas a un Licenciado en Química, Matemáticas, etc, sobre la historia de España, daría mucho que pensar si recuerdan fechas y nombre. Lo mismo que a un Licenciado en Historia, o Filología, y se le pregunta por la resolución de una ecuación….. A esa edad no se tiene sentido crítico, simplemente se les mencionan los hechos como tales, que se sepan que existieron y ya vendrán desarrollados con el tiempo. Los estudiantes de la LOGSE en adelante, por lo general no saben donde se encuentran todas las provincias de España, amen de otros temas sencillos como saber que significa una fracción, o un cuadrado o la base de una potencia….. Asi que, te doy la razón zappa.
Sangrante. La visión del mundo de un tal José Ignacio y una tal Esperanza que fue ministra de educación y cuya reforma dedicaba tres lineas a Hernán Cortés para la ESO, sólo en el BOE.
No está mal que en Primaria se aprendan los siglos, la línea del tiempo y el «look» de las edades. Que en ESO se hable del significado de cada una de ellas para nosotros y su impacto en el presente. Y sólo en Bachillerato se empiece un estudio sistemático con una base y maduración más sólodos. Se perdería mucho menos tiempo y los jóvenes se sentirían menos maltratados.
Pero la mitad del país apenas ha superado los años cincuenta del pasado siglo. Si un país no madura, tampoco madura su escuela.
¿Y cómo organizar el curriculum de manera interdisciplinar, o mediante proyectos, o con centros de interés,cuando además van a ser evaluados al final de cada etapa mediante «estándares» de evaluación cerrados? Totalmente absurdo.
“¿Cómo es posible que el legislador que ha dispuesto así las cosas pretenda, al mismo tiempo, que la educación fomente “el sentido crítico, la iniciativa personal, la curiosidad, el interés, la creatividad y el espíritu emprendedor”? “
Como sabrá, el sistema educativo tiene más que ver con la incorporación al sistema productivo (a.k.a trabajo) que otra cosa,…, dado la especialización del trabajo corresponde con el objetivo natural de la sociedad industrial y post-industrial (mal llamada capitalista), maximizar las expectativas reproductivas en cuanto a eficacia y éxito (desarrollo militar); la ilustración.
Tal es, el concepto de violencia legítima y/o legal es análoga a tal objetivo.
Esto se percibe claramente en el choque entre culturas. Por ejemplo, en el aprovechamiento de los recursos naturales. Se considera que aquellos no hacen un uso intensivo (visión reproductiva) de los recursos (sin capacidad defensiva) no tienen “derecho” a su posesión.
España no es una democracia, por lo tanto -debería saber- que NO HAY LEGISLADOR (stricto sensu), todo es EJECUTIVO donde está la soberanía real. El poder (Estado + policía …) y los recursos para domeñar (BOE + impuestos …),…
Sobre el tema de la invasión árabe de España, o mejor dicho cuestionándola, ver el interesante artículo de Taid Rodríguez publicado por la asociación Delta de Maya: http://www.deltademaya.com/index.php?id=1481