Realidad e irrealidad

Como punto de partida, supongamos que lo Real es el total de lo que existe mientras que la realidad es el conjunto de las cosas tal y como el ser humano las recibe y las interpreta. La realidad humana depende de la percepción y, en consecuencia, de los sentidos. Habría, por tanto, tantas realidades como seres humanos y todas ellas serían diferentes aspectos o manifestaciones de lo Real.

Es una forma simplista de exponer lo que ya decía Kant: hay una realidad del Todo, que puede ser pensada pero no conocida y hay realidades concretas, aquellas a las que podemos acceder mediante la experiencia posible. En este contexto, llamamos real a lo que creemos que verdaderamente existe e irreal a aquello que consideramos  que solo es fruto de nuestra imaginación, de nuestra fantasía. Pero tanto lo real como lo irreal surgen de la actividad de nuestro cerebro, de nuestro pensamiento.

Sin embargo, mientras que admitimos que el pensamiento es real no aceptamos que todo lo que pensamos lo sea. Los duendes, los fantasmas, los dragones y demás seres imaginados e imaginarios forman parte de la irrealidad, de aquellas explicaciones del mundo que no son verdad. Lo mismo que se consideran irreales las mitologías y, para muchos, las deidades, paraísos e infiernos que preconizan las religiones. Todo eso se considera irreal, un producto de nuestras emociones y nuestro subconsciente.

Son irrealidades con efectos claramente reales, ya que inciden en nuestras vidas. Más que fantasías, sería más preciso decir que son tentativas de traer a nuestra consciencia otras realidades que intuimos.

Cada sociedad elige sus realidades. En este momento y en nuestro mundo occidental, la realidad imperante es aquella que se sustenta en las premisas de la Ilustración y que tiene su principal soporte en la ciencia, ya que es una realidad verificable y que proporciona aplicaciones concretas, como las vacunas o los teléfonos, que prolongan o mejoran nuestra vida. Pues bien, incluso esta realidad se está construyendo sobre fantasías.

Nuestra venerada ciencia nunca hubiera podido progresar si no existiera el deseo de trascender nuestros límites. Viajar en el tiempo, trasladarse instantáneamente de un lugar a otro  o cambiar con nuestra mente el curso de los acontecimientos son ideas que habrían sido combatidas vehementemente por los racionalistas de otros tiempos; hoy son realidades o hipótesis científicas. La realidad que está surgiendo de la nueva Física se acerca a aquella que solo admitimos en los cuentos.

La existencia de múltiples mundos o de universos paralelos, una idea que ha estado presente en el imaginario humano desde tiempos muy antiguos, ahora forma parte del bagaje de la Física. Todavía es una hipótesis, pero una hipótesis que se está considerando y que explicaría muchas cosas; entre ellas, el problema de la medición que plantea la mecánica cuántica: es el propio observador  el que de alguna manera provoca el resultado de su medida. Entre todos los mundos posibles, y dependiendo de cómo hagamos la medida, en cada medición se está materializando uno.

Hay realidades que no vemos pero que intuimos. Hay realidades que necesariamente tienen que existir para que sea posible lo observado. La realidad que está encontrando la Física es una realidad compuesta de fantasmas, de entes que parecen surgidos de otro mundo. Las partículas aparecen y desaparecen desde un vacío que no está vacío, sino que está lleno, que está repleto de potencialidades.

Con significados y etimologías diferentes hay palabras que han llegado a decirse de la misma manera. Pero no es lo mismo lo real que se deriva de res, que significa cosa o causa, que lo real que procede de rex, el rey, o lo real que nos ha llegado desde raḥl, que designa el lugar donde se asienta el campamento, allí donde se aposentan los reales. No es lo mismo, porque desde res se llega hasta realitas, la realidad, mientras que rex nos conduce a regalis o lo regio, aquello que corresponde al rey, como los reales de vellón y, en general, las monedas y las unidades de medida.

Con el uso, aunque los orígenes y la evolución de las palabras sean distintos, al final terminan confundiéndose sus significados, de modo que lo real se confunde con lo regio, con aquello que establece el rey, el poder, sean cuales sean sus formas o sus atributos. Y cada realidad impuesta, que además olvida su provisionalidad y pretende ser la única, una versión casi acabada de lo Real, es incompatible con la búsqueda de muchas otras.

5 comentarios

5 Respuestas a “Realidad e irrealidad”

  1. Jose Maria Bravo dice:

    Yo creo que este articulo toca nuestro dilema diario. Cuando caminamos el movimiento no es solo una accion motriz, es una accion ideal. Siempre es una incognita cada pulso y su riesgo. Seguiremos vivos al seguir el camino o habra un tropiezo o a lo mejor un encuentro que varie nuestra direccion. Hay tambien un olvido, una esquina fugaz antigua y a la vez repentina donde se ocultan o se avivan nuestros recuerdos y nuestros sueños.

    Lo mecanico es real?. El miedo es real?. O es una sugestion que vuela sobre nosotros, una represion que nos ata, una corazonada que nos ilumina. Un juicio de valor que nos oculta al otro, a nuestro imagen, a nuestros sonido, a nuestro silencio. Y este cansancio repentino y ese fugaz instante

    1. Atr dice:

      Yo creo que la irrealidad si existe por que hay muchos casos en Santiago del estero de cosas muy extrañas

  2. Loli dice:

    Parece que Jacobo Grim aludía respecto al libro escrito junto con su hermano Guillermo «Cuentos de la infancia y del hogar» que no estaba escrito para los niños, sino para los adultos.

    Porque entendía que contenía claves e información valiosa de la historia más remota, e incluso, quizás también, de la considerada más reciente….y que los dos hermanos entendieron que se encontraba entretejida y albergada en aquellos mitos, leyendas y relatos, orales y escritos que formaban parte de la cultura y de la transmisión popular de su entorno más cercano (que fue al que se dirigieron).

    También hacía mención, Jacobo, a que los niños no eran los destinatarios últimos de su obra, si que, «a causa su mayor receptividad para la épica, y gracias a esta particularidad de su carácter….se debe la conservación de los relatos» (Eduardo Valentí, autor del prólogo de «Todos los Cuentos de los hermanos Grim»).

    En efecto, los niños son los demandantes y mejores receptores de esta narrativa, quizás porque aún están muy cerca de percepciones mágicas que no aún no han sido sometidas a la razón. Y han mantenido viva su transmisión.

    El contenido de estas reflexiones y de la obra de los Grim, entiendo encontrarían eco, junto con el resto de las obras y de la literatura en torno a los «cuentos» en el Psicoanálisis y parece que también, en una corriente poco conocida, creo actualmente, al menos en términos divulgativos, o de cultura general, de esta época denominada «Escuela histórica», y que parece era muy apreciada entre los autores del Romanticismo del siglo XIX, por lo que de su visión de la Historia entroncaba con el aspecto más desconocido, arcaico y misterioso de la misma, ponía en evidencia (no había oído hablar de ella, y Eduardo Valentí la nombra en el prólogo del libro al que, más arriba me he referido, puede que algún comentarista conozca algo más al respecto).

    El caso es que la intuición de que los pensamientos, que, como apunta el comentario de Carlos, relegamos al mundo de la irrealidad, son mucho más físicos de lo que nos podemos imaginar, parece que planea siempre sobre nuestras percepciones.

    Me da la sensación de la existencia de esta intuición, se nos hace patente de forma constante, en sus formas más insospechadas, asaltando cuando y como puede a las formas y circuitos de pensamiento ya establecidos y con los que apañamos para «sobrevivir», para «ir tirando», recordándonos de forma incómoda, unas veces, de forma alentadora e ilusionante, otras, la «irrealidad» de nuestras «certezas».

    Ahora ya….no son cuentos…leyendas…ahora es la propia Ciencia, a cuyas conclusiones nos entregamos en cuerpo y alma desde hace dos siglos, la que está tomando contacto con la realidad contenida en los «cuentos».

    Aún así, las resistencias son muy fuertes.

    Mientras muchas nuevas formas de pensamiento y de sendas perceptivas están esperando…¿por cuánto tiempo?…¿dependen solo de nuestra voluntad, de nuestro estado? o…¿están ya siendo recorridas….y eso forma parte de la llamada «crisis?.

    Jacobo era científico y Guillermo Grim, su hermano, poeta.

  3. Emma dice:

    Gracias Loli por tan fascinante reflexión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza Cookies propias para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, supone la aceptación de la instalación de las mismas. El usuario tiene la posibilidad de configurar su navegador pudiendo, si así lo desea, impedir que sean instaladas en su disco duro, aunque deberá tener en cuenta que dicha acción podrá ocasionar dificultades de navegación de la página web. política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies