
Sócrates decía que son mucho más importantes las preguntas que las respuestas. Las preguntas engendran una sucesión interminable de interrogantes que nos pueden ir acercando a la Verdad, mientras las respuestas suelen ser simples opiniones que, para Sócrates, ocuparían el escalón inferior del conocimiento intelectual.
Y en una guerra, la pregunta que debería estar martilleándonos la cabeza es quiénes salen beneficiados del conflicto y quiénes perjudicados. Obviamente, los más gravemente perjudicados son los ciudadanos de los países en guerra, especialmente los ucranianos que han visto destruidos su hogar, sus familias, su país y sus sueños. Esto lo vemos cada día en los medios.
Quiero detenerme en las estructuras de poder que resultan beneficiadas o perjudicadas por la guerra. Y evidentemente aquí aparecen ganadores y perdedores.
El principal perdedor con la guerra es sin duda Europa. Por mucho que nos hayamos empeñado en negarlo, Rusia forma parte de Europa y existe entre ellas una fuerte interrelación económica y cultural. La música y la literatura europeas serían otra cosa sin la aportación de los rusos. En este post podéis leer algunas de las estupideces que se están haciendo, boicoteando manifestaciones artísticas rusas.
Desde un punto de vista económico, Rusia ha sido la gasolinera de Europa y Ucrania el granero. Las sanciones impuestas a Rusia -aparte de perjudicar principalmente a la ya castigada población rusa- van a afectar gravemente y durante mucho tiempo a la economía europea.
Como recoge el Banco de España, Rusia es el principal proveedor de gas natural (un 36%) y de petróleo (un 22%) de la zona euro y la guerra ha provocado fuertes subidas en el precio de estas fuentes de energía que, al necesitarlas el resto de los sectores, van a causar aumentos generalizados de los precios. En este sentido, el FMI advierte de que la guerra supone un grave revés para la recuperación económica de Europa tras la pandemia, con fuertes subidas en los precios de la energía y los alimentos.
Y si hablamos de Alemania, que siempre se ha dicho que es el motor económico de Europa, va a notarlo más que nadie, ya que Rusia le provee del 50% de sus necesidades de gas y carbón y cerca del 35% de su demanda de petróleo.
Además, el FMI señala que a finales de abril de 2022 ya había 5 millones de refugiados que van a ser acogidos por Europa, siendo el reto de esta “reconstruir Ucrania y su economía, de forma que se incentive el retorno de los refugiados”.
Por lo tanto, Europa va a sufrir en el corto y medio plazo.
Vamos con la segunda parte de la ecuación. Uno de los principales beneficiados del conflicto es Estados Unidos. Primero lo evidente. La industria bélica estadounidense suponía en 2021 cerca de un 40% de las exportaciones mundiales de armas, mientras que Rusia estaba en torno al 20%. El miedo, suficientemente alimentado, a la extensión del conflicto ha propiciado algo hasta hace poco impensable: que todos los gobiernos europeos, cualquiera que sea su color político, hayan aceptado significativos incrementos del gasto militar. Y lo que resulta más raro es que, además, ese aumento del gasto de defensa viene, si no demandado, sí aceptado por una mayoría de la población.
Ese miedo hace que no sólo Europa se vea compelida a armarse, sino que Taiwán deba aumentar sus defensas ante la posibilidad de que la invasión de Ucrania sea el tubo de ensayo de una eventual invasión china.
Es decir, una guerra relativamente menor ha provocado un movimiento en cadena que va a suponer un importante aumento en la demanda mundial de armamento. Además, las sanciones a Rusia implican que vaya a quedar mayoritariamente excluida de la carrera de venta de armas. Obviamente esto va a significar una oportunidad de negocio para Francia (con un 11% de cuota del mercado mundial de armas) o China (con un 5% de cuota); pero el principal beneficiado va a ser la industria de EE. UU., dada su posición dominante en el mercado y la eliminación de su principal competidor.
También la industria energética estadounidense va a resultar favorecida, en cuanto el suministro de gas y petróleo que Europa adquiría de Rusia va a ser parcialmente sustituido por el norteamericano (y por el qatarí), por cierto, bastante más caro que el ruso.
A China y a la India tampoco les va mal que Rusia deje de mirar a Europa para inclinar hacia oriente esa doble alma de la que siempre se ha hablado. En este sentido, la guerra podría verse como el definitivo declive de Europa y el predominio de oriente. Y recordemos que no fue hasta 2019 cuando por primera vez la economía china superó en PIB a la zona euro (hasta entonces la segunda economía del mundo).
En fin, me parece que es tiempo de que Europa despierte y se atreva a adoptar una política exterior propia, al margen de los intereses que puedan tener sus socios, singularmente los EE. UU. Tras las dos grandes guerras europeas, se hizo un importante esfuerzo para reconstruir los lazos rotos con Alemania. Con el régimen soviético era imposible ese acercamiento. Pero tras la caída de la Unión Soviética sí pudo hacerse algo más. Europa debería tratar de liderar un potencial acuerdo de paz. Para propiciar el acuerdo primero hay que mantener una posición de firmeza frente a Rusia, como se está haciendo, pero después hay que facilitar el acercamiento, para lo cual hay que entender las posiciones de cada una de las partes en conflicto.
Si realmente queremos evitar el escenario catastrófico que se puede avecinar, así como futuras guerras en Europa, deberíamos estar exigiendo la retirada de Rusia de Ucrania, ofreciéndole un acercamiento a Europa con objetivos y plazos razonables. Y, por cierto, EE. UU. probablemente debería comenzar a entender que el peligro real viene de China y que no parece muy inteligente echar a Rusia en sus brazos.
Muy acertado artículo en mi opinión Isaac, en el que desgranas las posibles motivaciones que tienen las partes, a partir de sus intereses en esta devastadora guerra.
Aunque habrá otras razones que desconozco, creo que los EEUU, mantienen un enfrentamiento con Rusia y China.
Con Rusia por razones ideológicas e históricas y con China por razones que todos conocemos.
En este momento el frente contra Rusia, está siendo sustituido por la UE, por lo que los americanos han podido centrarse en la guerra contra China, que se muestra reticente a perder el mercado europeo, por lo que no es el aliado perfecto para Rusia.
Por otra parte habría que preguntarse que podríamos ofrecerles a ellos y a un mundo cambiante, aparte de una civilización antigua y unos valores que nosotros empezamos a no tener claros (democracia?)
La falta de pujanza de Europa en este momento, que Manuel Butista nos ha ayudado a comprender en alguno de sus artículos, es un hecho.
Con un porcentaje del PIB cada vez menor, un gasto social insostenible y una inmigración mínimamente integrada, somos la voz del pobre con el que es facil negociar, el viejo hidalgo que todavía habla de sus brillos de antaño.
He viajado unos días a Bruselas y he podido comprobar, por encima claro, varias cosas.
Primero que no deja de ser Europa con sus luces y sombras; como curiosidad, hay muchos menos viejos circulando por las calles, pero es una sociedad ( con una gestión mas facil por su tamaño), que ha facilitado la integración de una inmigración regulada joven, que hace bislumbrar la posibilidad de sociedades con estructuras mas flexibles y nuevas, que ya existen en otros continentes.
Pienso que la vieja Europa es una sociedad envejecida no solo en la gente sinó en las ideas y carente de la fuerza de trabajo y el empuje que necesita un mundo nuevo.
Y que si no se reinventa con rapidez y colabora unida, estará al albur de intereses nacionales y supranacionales de otros, durante bastante tiempo.
Un abrazo
Una de las consecuencias de lo que ha venido pasando desde que los EEUU decidieron que no les convenía cumplir las promesas de no expansión de la OTAN ni cumplir lo estipulado en la «Carta de Paris» de Nov, de 1990, es que aunque todos condenamos la Invasión de Ucrania, bastante más de la mitad del globo sabe que Rusia tenía razones para hacerlo. Es decir, las mismas que tuvo Kennedy en la crisis de los misiles de Cuba. Probablemente muchas más razones.
Así que, hipocresías aparte, reconozcamos que no tenemos ningún argumento moral para echarle en cara nada a Rusia. ¿Cuántas guerras hemos organizado nosotros después de la WWII? ¿Cuántos millones de vidas y decenas de millones de refugiados?
Poca gente sabe que hace ya un par de años que Rusia se convenció de que ya no podía esperar de Occidente –vulgo EEUU– otra cosa que una amenaza constante hacia el fin último de la estrategia norteamericana: Dividir y debilitar Rusia hasta dejarla al nivel de Protectorado Colonial al que ya estamos los miembros de la UE.
No hay que ser muy inteligente para caer en la cuenta de que lo peor que estratégicamente puede suceder a los EEUU es un acercamiento entre la UE y Rusia. Su política exterior se dedica fundamentalmente a impedirlo por cualquier medio.
A su vez poca gente sabe que las Sanciones son un castigo para los ciudadanos de la UE y que este castigo será unas Tres Veces superior al de Rusia económicamente.
Pueden escuchar a Javier Solana dando dicho dato en el coloquio posterior a su intervención en la Institución Libre de Enseñanza creo que en Abril pasado.
Mi conclusión particular es que a corto plazo el ganador son los EEUU, el gran perdedor, la UE –donde no cabe un lacayo más– y, a seguir, Rusia que se ve condenada a ser un lacayo chino. Hay un ganador a largo plazo, China. Occidente ya es minoritario a escala global por lo que si continuamos sancionando al mundo éste lo tiene muy fácil: se organizan entre ellos en torno a los BRICS. Adiós escala para Occidente.
¿Tenemos los europeos del Oeste de Europa capacidad para tan siquiera darnos cuenta de nuestra real situación? Lo dudo. Estamos corriendo como pollos descabezados mientras nos disparamos nosotros mismos en los pies.
Hay algunos que sí tienen esa capacidad. Pero estamos gobernados por lacayos del Imperio, las élites parasitarias y decadentes,. La prensa está aterrorizada y sin capacidad de salirse del guión, la mentira, el silencio y la propaganda.
Por ejemplo:
1. Conferencia en el Museo San Telmo de San Sebastián en la clausura de un acto académico de la UPV. La semana pasada.
https://www.santelmomuseoa.eus/index.php?option=com_flexicontent&view=items&id=5128&Itemid=8&lang=eu&ide=109113 El conferenciante fue embajador de España con mlarga experiencoa en dichos territorios durante su larga carrera.
2. Editorial de Abril de la Web del Instituto de Estudios de la Democracia. U. S.Pablo CEU. Pueden encontrarla buscando en esa Web «Tiempo de Discernimiento».
Se lo traigo aquí.
Cita
La guerra de Ucrania es una tragedia que deberíamos haber evitado y que deberemos paliar con fortaleza para que surja la paz verdadera, la de los corazones, ausente desde hace mucho. Alcanzarla nos exige un esfuerzo de discernimiento y buena voluntad.
La responsabilidad rusa en el inicio de las actuales hostilidades ha merecido el reproche inapelable por haber roto dos normas del orden liberal: la inviolabilidad territorial y la renuncia al uso de la fuerza física. Lamentablemente pocos de los países implicados en esta guerra híbrida pueden tirar la primera piedra porque está vivo el recuerdo de ocasiones en las cuales quienes hoy acusan han pecado de lo mismo al precio de millones de vidas y decenas de millones de refugiados. Quizás por ello la ONU no puede articular una respuesta. El Consejo de Seguridad no es operativo por el veto ruso y, en la Asamblea General, Occidente no cuenta con el apoyo suficiente. Nadie está de acuerdo con la invasión pero una amplia mayoría de la humanidad tampoco piensa que Rusia sea la única responsable.
Para que, tras la contienda, Europa pueda vislumbrar un futuro de paz verdadera, será necesario asumir hechos olvidados en el fragor de la propaganda. La alternativa sería una Europa dividida, dependiente, un actor cada vez más pobre y secundario para otros cien años de declive. Su “cancelación” como agente relevante en el futuro de la humanidad.
Sin duda la invasión fue una decisión rusa y suya es la responsabilidad de la misma. Sin embargo es moralmente obligado recordar que lo que hoy vivimos tiene un hilo conductor del cual no solo Rusia es responsable.
Tras el derrumbe de la Unión Soviética y entre los acuerdos que se van desclasificando desde finales de los 90, hoy podemos recordar las palabras de James Baker a Gorbachov en Febrero de 1990 en Moscú: “…La OTAN es el mecanismo para asegurar la presencia de los Estados Unidos en Europa. …Entendemos que no solo para la URSS sino para otros países del este es importante tener garantías de que si Estados Unidos mantiene su presencia en Alemania en el marco de la OTAN, ni una pulgada de la actual jurisdicción militar de la OTAN se expandirá hacia el este.”
O los Pactos de Paz y Convivencia para Europa, –Carta de París– rubricados en Noviembre de 1990 por los países de Europa occidental, EEUU, Canadá y la Unión Soviética. En ellos figuraba este párrafo: «La seguridad es indivisible y la seguridad de cada estado participante está inseparablemente vinculada a la de todos los demás”
Pese a ello, la OTAN se expandió integrando inicialmente Polonia, Chequia y Hungría de la mano de nuestro Javier Solana que sí procuró el acuerdo de Rusia. Años después, ya con la abierta oposición rusa, se incorporaron repúblicas ex soviéticas hasta llegar a Bielorrusia y Ucrania. Dos partes de la Rusia histórica y, en el caso de Ucrania occidental, también de Polonia.
Un detalle importante que se superpone a lo anterior es que, al salir EEUU de parte de los “Tratados de no Proliferación”, la OTAN puede instalar en Europa misiles nucleares de alcance medio con lo cual el tiempo de reacción de Rusia no llega a cinco minutos. Para Rusia, como para los EEUU en su día, esto representa un riesgo existencial inaceptable.
Como resultado de todo ello países de la órbita soviética entraron en la OTAN mientras otros –Francia y Alemania principalmente– se oponían a ello porque, entre otras razones, dificultaría mucho la necesaria autonomía de la UE para construir su ejército. Esta postura cedió a la presión de los EEUU que en estas cuestiones conserva las directrices estratégicas de Mackinder para Eurasia. Entre otras personalidades, los principales estrategas norteamericanos, Kissinger, Brzezinski y Kennan, también mostraron su oposición a esta expansión de la OTAN, Su argumento fue que dichos movimientos provocarían la reacción que ahora vivimos.
Así pues los ofrecimientos de integración en la OTAN y en la UE continuaron hasta que un presidente electo, Yanukovich, decidió mantenerse en la esfera de cooperación con Rusia. Esto provocó el sangriento golpe de estado del 2014, la toma incruenta de Crimea por parte rusa y el levantamiento del Donbas con sus víctimas ignoradas durante ocho años hasta la reciente invasión. El silencio general de los medios europeos sobre las más de 13,000 víctimas de los bombardeos ucranianos en los territorios separatistas fronterizos con Rusia ha sido sentido por la ciudadanía rusa como otra prueba del desprecio occidental ante su supuesta debilidad.
Por otra parte han surgido muy recientemente otras facetas poco conocidas por el público. Entre ellas, que la OTAN está presente en Ucrania desde 2007 bajo la cobertura de instrucción militar en la base de cuatrocientos kilómetros cuadrados bombardeada días atrás. O la controvertida red de laboratorios reconocidos el 8 de Marzo por Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado, y la ex-congresista Tulsi Gabbard en programas de gran audiencia de Fox-News. Ambas urgiendo que no cayesen en manos rusas.
La mayor parte de la prensa occidental no ha reflejado o ha desmentido estos hechos y construye un relato que confirma que la verdad es la primera víctima de la guerra al tiempo que lentamente evidencia que alguna responsabilidad tenemos en la situación.
Ya sabemos que las sanciones van a tener para la UE un coste superior al de Rusia comenzando por los precios de todo lo relacionado con la energía. Es decir, todos los productos y toda la industria. Los ciudadanos ven que los perjudicados de este desastre somos los europeos de a pie, rusos y ucranianos incluidos, y que los grandes beneficiados son los EEUU y una China que sabe ser ganadora gracias a errores ajenos.
Mirando hacia adelante, este tiempo debe ser de discernimiento para reconocer con humildad que la UE tiene muy graves cuestiones existenciales que se deben estudiar con la transparencia exigible por una ciudadanía adulta. Es hora de reflexión para salir, en positivo, de nuestra condición de protectorado en decadencia.
Fin de cita.
Saludos, enhorabuena a Isaac por una propuesta más que sensata y utópica. Ojalá no lo fuera.
Simplemente comentar que la conferncia sobre Ucrania que dio nuestro exembajador en el Palacio de San Telmo, y que algunos comentaristas tuvieron la gentileza de linkar, ha desaparecido.
Yo ya la vi en su momento. INTERENSANTÍSIMA. Además de aclarar muchas cosas.
No me extraña, visto su contenido, que haya sido censurada.
Pero nos da una medida muy clara del mundo en que vivimos. Sobre el que rogaría que por favor no me vuelvan a decir que es libre.
Un cordial saludo
Interesante y muy importante enfoque Don Isaac
Lo mas complejo, en mi opinión, sería empezar por saber a que llamamos Europa. Porque a priori hay dos partes que analizar por separado:
– Europa Continental
– Reino Unido
Y dentro de Europa continental habría subpartes.
Porque los intereses de Reino Unido van mucho mas de la mano de los USA que de los de Europa continental. Y hasta cierto punto las divergencias dentro de la propia Europa continental dependen del grado de independencia «¿emocional?» de los diferentes países respecto de los USA. No es lo mismo hablar de Polonia, que de Hungría. Por ejemplo.
Recordemos que la NATO nació en ambientes anglos para tener a los USA dentro, a los alemanes abajo y a los rusos (no los soviéticos, sino a los rusos, matiz muy importante) fuera. Y guste o no guste se sigue cumpliendo, o si no sería posible entender lo que pasa.
Recordar también que todo el tema con Ucrania se exacerba cuando la posibilidad de que entre en funcionamiento el Nord Stream II se aproxima, lo que evitaría que el gas ruso pasase por Ucrania y que los oligarcas nacionalistas ucranianos cobraran su parte. Y que USA perdiera el tren de colocar su gas licuado.
Y que es desde entonces cuando arrecian los combates de los nacionalistas ucranianos en el Donbass, y eso está certificado por la OSCEE.
El por qué desde la Europa continental (Alemania/Francia/Holanda…) se acepta primero el retraso en la puesta en marcha (antes de la guerra) y después la cancelación posterior.. del gasoducto, que habría tenido la virtud de consolidar las relaciones con Rusia para condicionarlas a medio plazo a otras cosas, como una mayor transparencia y respeto de los derechos humanos.. y que además proporcionaría ese gas a un precio mucho mas bajo que el que se va a pagar ahora es la pregunta del millón.
Porque pareciera que todos en Europa continental se hubieran vuelto locos, todos los grandes dirigentes, jugando contra sus intereses nacionales, como un Pedro Sánchez cualquiera. Y no creo que la cosa sea tan simple.
Pero hasta que no se sepa, y se publique en los medios mainstream, que ha pasado ahí; es difícil que se puedan conciliar políticas que puedan revertir la situación actual.
Respecto a los gastos militares. Habrá que ver que parte se va para la industria armamentística USA y que se queda en Europa, continental. Sin copyrights ni permisos a los USA.
Respecto a los derechos humanos en Rusia, yo creo que podrían dar lecciones de respeto a ellos a saudíes, turcos o marroquíes, por decir algunos. Y con ellos no hay problema que se sepa.
Y respecto a los nacionalistas ucranianos (que no representan al pueblo ucraniano), pese a quien pese, ahí hay cosas que huelen muy mal. Sus componendas con filonazis están acreditadas, si no Israel (socio de USA en muchos asuntos) ya les estaría vendiendo material militar y, pese a las meteduras de pata del ministro de exteriores ruso, su «simpatía» por Zelenski es manifiestamente mejorable. Además está todo el tema del hijo de Biden (si fuera de Trump ya lo habrían fusilado los medios) y de los oligarcas nacionalistas que también son de cuidado.
Recuerdo que cuando cayó la URSS Ucrania tenía armamento nuclear, y que si éste pasó a Rusia, previo acuerdo internacional, es porque en el fondo la corrupción del medio ucraniano, ya entonces, estaba acreditada y daba pánico que esos «juguetes» acabaran en a saber que manos por unos cuantos milloncejos. Y los rusos podrían ser corruptos, pero de ellos se esperaba mucha mas seriedad a la hora de custodiarlos.
Que Putin no sea la persona que mas ilusión nos pudiera hacer es una cosa, pero haber tensado la situación para que acabara así, cuando en ¿20 años? como mucho Putin no estaría a los mandos de la URSS es una irresponsabilidad.
Porque parece obvio que no hay reemplazo, de la misma manera que no lo tuvo Franco. Y que después de él las cosas se podrían haber ido llevando de otra manera. Sería una espera interminable para el pueblo ucraniano de a pie, pero siempre habría sido mejor que lo de ahora, me parece.
En muchos aspectos la cosa tiene tan poco sentido y tal falta de lógica que es lo que mas me preocupa.
Y el alineamiento de los medios y las verdades oficiales es tan burdo, que pareciera que es mas una demostración de haber quien es el mas pelota de la clase, para luego cobrarse los réditos que una simple perezosa visión de parte.
Se habla de armas nucleares tácticas como quien habla de una bombita un poco mas heavy que la media, con una frivolidad y una condescendencia que asusta. Y lo dicen los mismos que olvidan nuestro prontuario de invasiones en Oriente Medio, Libia, Yugoslavia.. cómo si hubieran sido poco mas o menos que excursiones de boy scouts.
Por mi parte, y como creyente, estos meses he rezado mas que nunca para que la sensatez entre al menos en algunos corazones con capacidad de decisión.
Un cordial saludo
Lapsus «lingue» o Freudiano (en que estaría pensando)
Donde puse » cuando en ¿20 años? como mucho Putin no estaría a los mandos de la URSS» obviamente debería haber puesro Rusia y no URSS.
Supongo que se entiende, pero por si acaso.
Disculpen
Magnifico análisis del tema y estupendos comentarios que lo complementan. Enhorabuena. La tendencia maniquea a dividir opinión por parte de los políticos y sus medios de comunicación, ya no cuela tanto como antes….. ya era hora.
«Es hora de apagar las televisiones y encender los cerebros» se dice por ahí entre toda clase de gente (salvo los apesebrados con cargo a los presupuestos públicos, que son muchísimos).
Yo añadiría que es la hora de elegir entre una Europa real donde Rusia quedase incorporada (ya lo está culturalmente desde hace mucho tiempo) al resto del continente, donde se abandonase la monitorización de EE.UU. (como Trump pretendía) y su habilidad para someternos con cualquier idea disparatada y acientífica, surgida de esos bien engrasados «think tanks», fundaciones y organizaciones que extienden sus tentáculos y redes por todo el mundo. «Ya es hora de dejar de hacer seguidismo a EE.UU» decía hace poco en una mesa redonda una analista del IEEE.
¿A quien beneficia la guerra de Ucrania? pregunta Isaac. Como en general todos los conflictos provocados beneficia a quienes los provocan. Si no hubiera conflictos ni guerras, la industria de armamento se dedicaría a otras cosas y eso no conviene a las élites que la componen. Quiero recordar aquí la advertencia que el propio presidente Eisenhoower hacía sobre la misma: «El pueblo norteamericano debe estar en guardia contra la adquisición de una influencia injustificada, buscada o no buscada, por parte del complejo militar-industrial. El potencial para el desastroso crecimiento de un poder mal situado existe y persistirá….» Añádase a ello la declaración del presidente de «Lockheed Aircraft Corporation» ante el comité del Senado de EE.UU.: «Si se consigue un contrato, es bastante evidente que hay que pagar…» Un mundillo donde la política es sinónimo de corrupción institucional que dejó de tener influencia con Trump en EE.UU. pero que se extiende como mancha de aceite que descompone las democracias liberales.
La otra cuestión es: ¿a quien perjudica la guerra de Ucrania? Como señala Isaac, vamos a ser los europeos (cada vez más precarizados) quienes paguemos las fiestas ajenas, dirigidos por unos órganos de la UE que parecen estar al servicio de intereses particulares en lugar de estarlo al servicio de Europa y los europeos.
Un saludo.