Da cierta envidia comparar cómo se está abordando en Reino Unido y en España la independencia de una parte de sus territorios. Frente al debate inteligente que se está tratando de fomentar en aquel país, aquí los políticos realizan afirmaciones sesgadas -cuando no manifiestamente erróneas- con las que comienza un cruce de acusaciones de las que la ciudadanía es un espectador pasmado que no sabe qué pensar. Los hay radicalmente favorables a la independencia o contrarios a esta, que, en general, se comportan como forofos de un equipo de fútbol (moderno sucedáneo del sentimiento tribal). Y los hay quienes, en medio de tanta confusión, honestamente se preguntan ¿dónde está la razón?

Desde este blog no nos cansaremos de exigir un debate profundo de ideas sobre todo lo que nos acontece. Es a partir ese debate cuando empieza a emerger una sociedad responsable capaz de gobernarse a sí misma.

En la cuestión de la independencia de Cataluña, hay demasiada confusión y se está generando una espesa neblina en la que es difícil sacar la cabeza para respirar aire no contaminado. Conviene aclarar algunas cuestiones y luego que cada cual decida.

Ciertos políticos y periodistas hablan del derecho a la autodeterminación de los pueblos, sin saber muy bien lo que significa, cuál es su contenido y cuáles son sus límites. Lo repiten como un mantra democrático y tachan de totalitario a quienes lo limitan. Este derecho está recogido en la Carta de Naciones Unidas, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Sin embargo, la Asamblea General de Naciones Unidas (en las resoluciones 1514-1960 y 2625-1970) ha precisado cómo debe entenderse. En el ámbito de NNUU únicamente se reconoce en los supuestos en que exista una situación de dominación colonial y extranjera o cuando un pueblo sufra marginación dentro de un Estado, porque se le impide participar en sus instituciones socio-políticas. No concurriendo alguna de estas circunstancias, «todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas«. Por tanto, una cosa es que Quebec, Escocia o Cataluña puedan negociar la secesión de sus Estados y otra bien distinta es que esas regiones ostenten un derecho humano que puedan imponer frente a Canadá, Reino Unido o España.

En Derecho Internacional está bastante claro que, cuando no existen circunstancias excepcionales, la libre determinación se realiza internamente, en el seno de la organización estatal y a través de los cauces ordinarios de representación en una sociedad democrática. Es decir, en el ejemplo catalán, la libre determinación se realiza a través de sus instituciones de autogobierno y a través de la representación parlamentaria en el Congreso y el Senado de partidos regionales. Y es que la ruptura de las organizaciones políticas en las que hoy se basan las relaciones internacionales -los Estados- es un fenómeno de tal gravedad y tan traumático que existe consenso en que, salvo que internamente existan graves violaciones de los principios democráticos, debe prevalecer la estabilidad de las fronteras.

Este es precisamente uno de los debates que se le está escamoteando a la sociedad española y a la catalana. Un debate que, sin embargo, sí se está teniendo en profundidad en Reino Unido y Escocia. De hecho, en la página web del Gobierno británico están colgados a disposición de todo el mundo informes extensos y completos sobre las consecuencias de la independencia de Escocia. También Escocia ha elaborado y publicado interesantes informes sobre la cuestión y hay think tanks -muy en la línea anglosajona- que publican artículos y crean foros de debate sobre un tema de la trascendencia del que se está tratando. El objetivo de estos informes, publicaciones y foros es que los electores dispongan de todos los elementos para tomar una decisión fundamentada, al margen de la intoxicación de las declaraciones políticas que también ahí se están vertiendo. Me diréis que exagero, pero en España yo sólo percibo intoxicación. Muy poca formación. Muy poco debate inteligente.

Ya tenemos suficientes experiencias históricas y contemporáneas de secesiones, como para pretender que no sabemos cuáles son sus consecuencias. En el fenómeno que el Derecho Internacional conoce como sucesión de Estados suele haber un Estado continuador, que conserva la «marca» del Estado predecesor y sus derechos y obligaciones, y otro Estado sucesor que nace virgen a la vida internacional. En los precedentes internacionales (Reino Unido/Irlanda, Reino Unido/India, Malasia/Singapur, Pakistán/Bangladesh, URSS-Rusia/14 nuevas repúblicas, Etiopía/Eritrea, etc.), el Estado continuador coincide con el que se queda con la mayor porción del territorio y la población. Cataluña supone aproximadamente el 6% del territorio español y el 16% de la población de España, por lo que, en una hipotética independencia de Cataluña, el resto de España sería el Estado continuador y el nuevo Estado catalán sería el sucesor. Esto quiere decir que Cataluña, tras su independencia, quedaría fuera de todas las organizaciones y tratados internacionales de los que actualmente es parte España; mientras que el resto de España continuaría a esta en su posición internacional.

Es decir, el nuevo Estado catalán debería negociar miles de tratados internacionales y su ingreso a cientos de organizaciones internacionales. Para que nos hagamos una idea de lo que esto supone, los nuevos Estados de Chequia y Eslovaquia, fruto de la disolución completamente amistosa de Checoslovaquia, tuvieron que negociar en torno a tres mil convenios. Aunque la separación se produjo a principios de los años 90, muchas de las cuestiones que planteó no se resolvieron hasta entrado el nuevo siglo.

Los requisitos de ingreso de nuevos Estados son distintos en función de las organizaciones internacionales. La adhesión a la Unión Europea -que es lo que más puede interesar en el caso escocés o catalán- es un proceso lento que desde la primera fase -adquisición del carácter de candidato oficial- hasta la última de la adhesión requieren el consentimiento unánime de los Estados miembros. Esto complica enormemente la integración en la Unión de un nuevo Estado que se haya escindido de un país miembro de la Unión, y no solo porque posiblemente se encuentre con el veto a su ingreso por parte del Estado predecesor, sino porque en Europa crece la conciencia de que una Unión de micro países, producto de continuas escisiones internas, resulta absolutamente imposible. En la Revista de la Unión Europea (núm. 25, 2º semestre 2013, pág. 29) se señalaba hace poco que podía haber hasta un centenar de regiones europeas que podían esgrimir presuntos derechos semejantes a los de Cataluña o País Vasco en España. El fenómeno además podría afectar a la práctica totalidad de los actuales Estados de la Unión, dado que ninguno de ellos tiene tal uniformidad interna que permita afirmar que en ellos existe una única nacionalidad, al menos, en el sentido romántico que dio, por ejemplo, Prat de la Riba. Por otro lado, uno de los pilares de la Unión es precisamente el de tratar de evitar internamente los convulsos procesos históricos que han llevado a la fijación de las actuales fronteras.

En definitiva, lo que resulta claro es que una Cataluña independiente quedaría fuera de la Unión Europea durante un largo período de tiempo. En ese tiempo, los nacionales de Cataluña dejarían de ser ciudadanos de la Unión y los bienes y servicios de Cataluña tendrían barreras aduaneras. Es obvio decir que esto colocaría en una gravísima situación a la ya maltrecha economía catalana, cuyos principales clientes están en Europa. El nuevo Estado catalán además tendría que tomar importantes decisiones como, por ejemplo, qué moneda usaría. Fuera de la Unión, podría decidir crear una moneda propia o usar el euro, ya sea de hecho (como hace Montenegro) o mediante acuerdo (similar al que tiene Andorra). El primer escenario es catastrófico y los otros dos plantean el problema de que la política monetaria se decidiría por las instituciones de la Unión sin tener en cuenta las necesidades de Cataluña y que esta podría sufrir escasez de euros (con los problemas de liquidez que ocasionaría en las entidades de crédito del nuevo país).

En fin, de todas estas cuestiones y de otras muchas se está hablando, escribiendo y discutiendo en Reino Unido y en Escocia. Aquí, prescindimos del debate de ideas y nos estancamos en la obsesión infantil de dividir el mundo entre buenos y malos, siempre según nuestra ideología de partida. Con esta actitud tan escasa de inteligencia y tan cargada de prejuicios es como se puede llegar la caricatura de ver como «el enclave rural de Igueldo», con poco más de mil habitantes, y en un gesto de democracia sin precedentes (léase con cierto tono irónico), ejerce su libertad de determinación, independizándose de San Sebastián. Precisamente en un país en el que de los más de 8000 municipios existentes, al menos, la mitad son inviables.

No puedo terminar sin recordar que los padres del nacionalismo catalán, fuertemente impactados por el desastre histórico del 98, contemplaban ese nacionalismo como solución a los problemas de España, señalando a la incapacidad del centralismo castellano como causa de los males patrios. Defendían que la solución del país pasaba, internamente, por una afirmación de las nacionalidades y un papel de liderazgo intelectual y político de la moderna burguesía catalana; y, externamente, por una proyección de España hacia el exterior, que le permitiera recuperar su prestigio internacional. Era un nacionalismo, en definitiva, que quería una autodeterminación interna y que deseaba liderar la regeneración del Estado español.

Cambó en su discurso en el Congreso el 8 de noviembre de 1907 afirmó: “el separatismo en los pueblos es como el suicidio en los individuos: es un acto de desesperación, casi de irresponsabilidad”. Prat de la Riba afirmaba «així el nacionalisme català, que mai no ha estat separatista, que sempre ha sentit intensament la unió germanívola de les nacionalitats ibèriques dintre de l’organització federativa, és aspiració enlairada d’un poble que, amb consciència del seu dret i de la seva força, marxa, amb pas segur, pel camí dels grans ideals progressius de la humanitat» (la Nacionalitat Catalana, 1906, edició dins MOLU, núm. 5, Ed. 62/La Caixa, Barcelona, 1978).

18 comentarios

18 Respuestas a “CATALUÑA Y ESCOCIA”

  1. Manu Oquendo dice:

    Buenos días.

    Isaac Salama ha preparado un buen y oportuno anzuelo y entro al trapo, no puedo evitarlo.

    Otro de los muchos asuntos que se escamotean es el del respeto a la propia identidad personal y familiar. Nadie es lineal, las personas somos multidimensionales para poder ser leales a nuestras raíces y a nuestro papel. Para poder vivir en verdad no podemos caer en reduccionismos excluyentes. El nacionalismo impuesto a cada persona concreta es una privación de su esencia libre y un acto de inhumanidad con los otros.

    Así nos encontramos con una serie de señores feudales que se apoderan de los hijos de cualquiera por el hecho de haber nacido o estar en su cortijo para convertirlos a la fuerza en «catalanitos», «vasquitos» o «galleguitos». Se crean así su clientela cautiva y dan empleo a sus huestes que viven de adoctrinar a nuestros hijos.

    Esto ha sido así –con tremendos destrozos humanos de todo tipo– por culpa de un Estado genuflexo ante la violencia insidiosa y cruel –hasta con los niños– de los nacionalistas periféricos.

    El Estado Español, tolerante del abuso y del incumplimiento de leyes elementales, es por tanto el principal culpable de su propia fragmentación.

    En 1714, la población de Cataluña era de unos 385,000 habitantes y había estado así (salvo durante la Peste que bajó a 260,000) desde la invasión del año 409 DC.

    Era el condado del antiguo Reino de Aragón más pauperizado de España (que ya es decir) hasta tal punto que la petición de fondos para la aventura de Colón resultó negativa y se financió solamente por Castilla que entonces tenía algo más de 5 millones de habitantes.

    A partir de aquel momento es cuando Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona comienzan a crecer gracias a que se desplaza desde Valencia el Tráfico marítimo mediterráneo con el reino de Nápoles y el resto de Europa. Cincuenta años más tarde la población se había duplicado por primera vez desde el siglo V.

    Así que ya me dirán qué raíces «catalanas» tiene la población actual salvo las del travestismo obligado. Pura gestión del Olvido.

    Y todo ello para sostener una pequeña Elite Extractiva que si saliera a la luz todo lo que han robado debieran estar entre rejas –o no salir nunca de ellas–. Aquí nos cebamos en los trajes de Camps o las golfadas de Urdanga pero los cientos de millones se nos olvidan al modo freudiano. Muy listos no somos.

    Por otra parte quisiera decir que hay en España mucha y muy buena literatura sobre esto en la mejor línea mundial de Kedouri o Gellner (Nota 1).

    Estos 45 años de terror, presión indecente y amenazas nacionalistas a todos los niveles han producido mucho intelectual rebelde que conoce bien el paño.

    Saldrán legiones de ellos porque nadie sale inmune de la ruindad de sus actos que se terminan pagando hasta en los gestos de las almas enfermas.

    Una línea que sigue creciendo con historiadores jóvenes como Gaizka Fernández. Un caso curioso este chico al que conocí en una conferencia en San Sebastián un «finde» hace tres semanas. Pensé, como otros asistentes, que daba clase en la UPV pero no, lo hace en un Instituto en Santander.

    Viene Gaizka a cuento al escuchar la cantinela de Artur Mas porque usa la técnica del Bucle del Relato nacionalista. Un Rondó interminable.
    Juaristi lo llama «Bucle Melancólico» pero tal como lo presenta Gaizka es más bien un «Trile Pertinaz».

    Consiste en crear un «Pasado Glorioso» en la bruma de la desmemoria.
    A continuación se muestra un «Presente Agónico» –el daño que nos han hecho estos que no nos dejan ser como éramos y del que por fuerza hay que salir por el único camino posible que siempre es el mismo: De la mano del Pastor… hacia un «Futuro Utópico» que nos llevará de vuelta al «Pasado Glorioso», la «casa del padre», la masía o el caserío del que nunca debimos salir.

    Escúchenlo y verán la técnica en estado puro.

    Por algo decía Gellner que el primer requisito del nacionalismo es una buena dosis de amnesia.

    A Ernst Gellner se le olvidó decir por parte de quién, porque lo que necesita el nacionalismo son Víctimas Amnésicas. Ellos conocen perfectamente la realidad. Somos el resto los que buscamos olvidar.

    Saludos

    Nota 1. Por citar unos pocos: F. García de Cortazar, Jon Juaristi y otros ex etarras como Aulestia u Onaindía, Tamayo Ayestarán, José Díaz Herrera, Joseba Arregi, Stanley G. Payne, Javier Montilla, Manuel Mª Escudero, J. R. Recalde, Freddie Perlman, Fusi, Gaizka Fernández o Raúl López Romo por citar unos pocos.

    A mi modo de ver si el PNV reeditase la obra entera de Sabino Arana se podría entender perfectamente la gran falacia que inicia y cómo al final de su corta vida y tras conocer mejor la Historia y el paisaje toponímico de España comienza a ver las cosas con otra luz bastante menos paranoica.

    1. Adam Smith dice:

      Estimado Manu,

      Bien dice usted. Isaac Salama ha tirado un anzuelo y es difícil evitarlo.

      Usted centra su comentario en lo que divide, esto es, en la interpretación del pasado, y que a mi juicio nunca permitirá abrir el debate que Isaac pide. Días atrás terminé de intermediar en un largo conflicto entre dos de mis hijos y pude lograr un acuerdo que solo se cumplirá en la medida en que ambos dejen de hablar del pasado. Sí, a veces olvidar el pasado ayuda mucho. Olvidar no significa ignorar, simplemente tener la capacidad de controlarse para no usarlo como excusa para lo que uno quiere hacer hoy.

      La gravedad de los conflictos se refleja en la brecha que separa lo que las partes demandan para su solución. Cuando esa brecha es grande y la única alternativa es la resolución violenta del conflicto, entonces las partes recurren a todo tipo de argumentos irrelevantes para una negociación exitosa, en particular a argumentos que podrían lograr apoyos de terceros influyentes en la otra parte. Pero no habrá solución negociada hasta que las partes se convenzan de que las alternativas viables son muy limitadas y requieren sacrificar mucho de lo que se está pidiendo. Los conflictos que siguen vivos después de mucho tiempo se deben a que las partes siguen negándose a sacrificar algo importante o a que por lo menos una de las partes es un grupo heterogéneo de personas sin un líder fuerte para hacer frente a quienes compiten por el liderazgo (esto es, hay un competidor fuerte que promete no sacrificar nada importante).

  2. Iván Pérez dice:

    Desde las observaciones de Manu Oquendo, quisiera incidir en tres factores más que creo que operan de manera muy poderosa en este supuesto conflicto que con tan buena perspectiva nos ha planteado D. Isaac Salama, al indicarnos toda la espesa neblina de intoxicaciones en la que se debate un problema de unos pocos.

    El primero es sobre el feudalismo catalán de las poderosas «familias» de los grandes apellidos ilustres del nacionalismo, que desplazados de las instancias del poder a partir de Arnau Guillem de Bellera o José de Sorribas y Rovira, toman venganza tiempo después los Godó y Trías, como representantes de la codiciosa alta burguesía catalana, para llevar a cabo la estrategia de asalto al poder desde las filas del partido liberal, escondiendo poco su afán de venganza por las antiguas afrentas que los leales al conjunto de España supuestamente les habían provocado. Es decir, como el vasco o el navarro, es un conflicto civil entre familias que en el diecinueve se enfrentan por el afán de control de la emergente economía industrial en los territorios.

    Segundo, el proceso de conversión de un enfrentamiento civil de señores feudales en un conflicto entre naciones, es un simple trueque de un problema familiar e un escenario tribal. Las sociedades modernas conformadas al albur de los primeras revoluciones industriales en Bilbao o en Barcelona, como bien indica el contertulio anterior, se hacen desde la masiva inmigración interior que con el apoyo ciego de una corona borbónica, cada vez más cuestionada, se producen desde los lugares más castigados por la pobreza de la península (andalucía, extremadura y galicia). Y así, se les ofrecen a los ávidos industriales renegados privilegios en la vertebración social de sus gentes, en las que se les obliga a claudicar de sus orígenes para abrazar fanáticamente los principios y valores de los colectivos más endogámicos de la antigua Iberia. Es decir, es una pugna entre el progreso y el tribalismo, en la que los segundos, generación tras generación, se disfrazan de socialistas de «nación» para generar su pertenencia al territorio.

    Tercero, la enorme socialización que se produce en toda Europa a partir de la creación de la opinión pública desde el XIX, en esas guerrillas feudales de señores contra burgueses,otorga a estos últimos una poderosa arma con la que hacerse fuertes en la consecución de sus propios intereses, trasladando a sus gentes los conflictos sobre los que se arrastran sus apellidos. Nunca ha habido un conflicto real entre las personas que habitan en Cataluña y las del resto de España más allá del que suele existir entre, por ejemplo, Zarzalejo de arriba y el de abajo. Pero décadas de enseñanza en las afrentas de lo español, de inculcar fobias al exterior desde el odio, de tergiversar episodios e historias en una lectura simple de «indios víctimas y vaqueros crueles», y de exacerbar maniquéamente las diferencias y desdibujar premeditadamente los rasgos comunes, van cosechando sus frutos.

    ¿Cómo nos podríamos proponer señor Salama, que en este contexto de intoxicación maquiavélica, sea posible entendernos, cuando una de las partes no tiene ni la más mínima intención de hacerlo, y oculta tras sus panfletos y proclamas una perversa estrategia de quedarse con la caja fuerte? Si no fuera por la enorme cantidad de personas inocentes que sufrirían en sus carnes esta estupidez inducida, yo les diría que se fueran de una vez, y haría una autocrítica completa sobre los motivos por los cuales en nuestro país siempre suelen gobernar los más mediocres.

    Un saludo a todos.

  3. Adam Smith dice:

    Estimado Sr. Salama,

    No sólo el fútbol sino en general las competencias deportivas son modernos sucedáneos del sentimiento tribal. Los casos más extremos son las competencias internacionales, empezando por los Juegos Olímpicos. Cualquiera sea lo que uno piense sobre los orígenes de estos Juegos, hoy los 200 y tantos estados-nación aprovechan los Juegos para reforzar los peores sentimientos tribales entre sus propias gentes (para los Juegos de Beijing, me reí varios días cuando escuché al príncipe Felipe gritar A Por Ellos). Los organizadores de los Juegos y de todas las competencias deportivas usan su razón para explotar esos sentimientos tribales (los subsidios estatales son una de las varias herramientas usadas en para esa explotación). En realidad podríamos ir más lejos y afirmar que los estados-nación se han convertido en las peores tribus porque su administración requiere gobiernos que usan la competencia total entre estados-nación como excusa para explotar a sus propias gentes.

    Guste o no, el mundo hoy está dividido territorialmente en estados-nación. Podemos hablar de tipos de organizaciones supra-nacionales o ínter-nacionales, pero esto nos apartaría del tema principal que es si la actual división en 200 y tantos estados-nación es razonable y en caso de no serlo cómo se podría cambiar. La primera pregunta que debemos hacernos es sobre los determinantes del tamaño óptimo del estado-nación. Suponiendo que llegamos a algún acuerdo sobre esos determinantes, la pregunta siguiente es en qué medida la actual división es su consecuencia o si debemos ir al extremo opuesto de suponer que la actual división es el resultado de procesos históricos que poco tienen que ver con esos determinantes. Las respuestas a estos dos preguntas nos pondrán en el punto de partida del camino para contestar su pregunta sobre dónde está la razón en el conflicto por la independencia de Cataluña.

  4. Manu Oquendo dice:

    Dada la importancia del asunto que nos trae Isaac, me van a disculpar que no aborde de inmediato los interesantes comentarios al artículo.
    Lo haré más adelante tras dos o tres lecturas y el correspondiente uso de mis ya limitadas neuronas para «mejor discernir». Además quisiera exponer otras consideraciones y datos históricos importantes para que se tengan en cuenta porque son parte de la cuestión.

    Como en todo lo poliédrico, es necesario un diálogo atento y reflexivo. No sólo sobre lo que escribimos sino sobre aquello que de una u otra forma nos dejamos en el tintero. Los silencios o la información ausente.

    Uno de los eventos de nuestra historia que se olvida consistentemente por los medios de la Izquierda y de la Derecha –nefandas divisiones usadas para acogotarnos «entrambas»–es el Congreso de Suresnes de 1974.
    Donde el PSOE definió su andadura estratégica y la organización táctica que asumiría a la inminente muerte de Franco. Un congreso financiado por dinero alemán que –según académicos habitualmente bien documentados –como Gustavo Bueno, hijo,– provenía directamente o indirectamente de «ultramar».

    El resultado de aquellos dineros y decisiones es una España fragmentada, arruinada e inoperante. En geopolítica es ingenuo creer en casualidades.

    Les traigo la Resolución 2ª de dicho Congreso que consagró a los clanes de los sevillanos, vascos y catalanes (PSC) que serían los poderes fácticos decisivos de España unos pocos años más tarde.

    Vale la pena leerla dos veces porque, independientemente de declaraciones y congresos posteriores, ayuda a entender muchas cosas.
    Desde los errores Constituyentes, hasta la estructura de dicho Partido, la del Estado, el Código Penal y sus omisiones culposas, la cesión con ETA y el pacto del Tinell entre otras cosas.
    Aquí nadie siembra en barbecho.

    Cita de la Wiki (espero que en el ínterin no desaparezca)

    http://es.wikipedia.org/wiki/Congreso_de_Suresnes

    – Reconocimiento del derecho de autodeterminación de todas las nacionalidades ibéricas. (Último punto de la Resolución 1ª)

    (2) Además, el PSOE aprueba una segunda resolución que define y remarca su posición respecto al problema nacional y la organización territorial del estado:

    Resolución sobre Nacionalidades y Regiones
    Ante la configuración del Estado español, integrado por diversas nacionalidades y regiones marcadamente diferenciadas, el PSOE manifiesta que:

    1) La definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español.

    2) Al analizar el problema de las diversas nacionalidades el PSOE no lo hace desde una perspectiva interclasista del conjunto de la población de cada nacionalidad sino desde una formulación de estrategia de clase, que implica que el ejercicio especifico del derecho de autodeterminación para el PSOE se enmarca dentro del contexto de la lucha de clases y del proceso histórico de la clase trabajadora en lucha por su completa emancipación.

    3) El PSOE se pronuncia por la constitución de una República Federal de las nacionalidades que integran el Estado español por considerar que este estructura estatal permite el pleno reconocimiento de las peculiaridades de cada nacionalidad y su autogobierno a la vez que salvaguarda la unidad de la clase trabajadora de los diversos pueblos que integran el Estado español.
    4) El PSOE reconoce igualmente la existencia de otras regiones diferenciadas que por sus especiales características podrán establecer órganos e instituciones adecuadas a sus peculiaridades.
    (3) Esta posición sobre las nacionalidades y sus derechos seguiría siendo defendida y ampliamente argumentada en el congreso de 1976, postura que el PSOE mantendría hasta el año 1977:

    Fin de cita.

    Hoy parece que PNV, Bildu, BNG y CIU y ERC son el problema pero esto no es correcto.

    Hay un problema mucho mayor que es la causa profunda de que tengamos, también este problema, –sin duda grave–, de una secesión anunciada El problema es una oposición, el PSOE, que en realidad sigue anclado en Suresnes y del cual es imposible fiarse en este asunto. Entre esto y un gobierno alelado esperando que esto se disuelva como un azucarillo por aburrimiento tenemos un grave problema.

    Saludos

    1. Adam Smith dice:

      Estimado Manu,

      Sin duda el conflicto existe y su continuación impone costos a toda España, tanto a Cataluña como al resto de España. Estos costos son principalmente en la forma de oportunidades perdidas, sea porque los recursos disponibles en Cataluña emigran y se emplean en usos de menor valor o porque recursos que podrían emplearse en usos de mayor valor en Cataluña no se mueven a Cataluña. Pero mientras no haya amenaza de violencia, estos costos seguirán siendo bajos y la población no pondrá mayor presión sobre los políticos de ambas partes para buscar rápidamente una solución. Si usted analiza la historia de este tipo de conflictos verá que tienden a continuar por mucho tiempo, aun en situaciones en que la violencia era claramente una opción como muchas veces quedó probado. Desde esta perspectiva, no se extrañe que el conflicto se prolongue y tenga poca influencia en los resultados de las próximas elecciones en Cataluña y en España. Sí, mejor sería un acuerdo, pero como dije en un comentario anterior la brecha entre las posiciones de las dos partes sigue siendo muy grande.

    2. Marisol dice:

      El comentario me parece muy necesario y también el de Iván Pérez. La historia es importante y debemos tenerla en cuenta.
      Si el PSOE fuese un partido español (y no de cada autonomía) no estaríamos en este problema hasta el cuello. No tenemos un partido de izquierdas que sea capaz de decir España con todas las letras.
      Esto solo pasa aquí.

  5. José María Bravo dice:

    Interesante articulo de Salama. Que, con clarividencia, evita interpretaciones historicas y se centra en la dificultad de asumir, con responsabilidad, la seperación de Cataluña, dentro de un contexto europeo y de un concierto internacional.

    Desgraciadamente, como se constata, en algunos de los comentarios salen los exabruptos y los partidismos.

    Manu Oquendo, aprovecha un articulo impecable, para allanar la historia y sacar a la luz los papeles de la incidia. Todo lo que quiere evitar la pluma de Salama lo arrebata el puño de Oquendo. Este, Sr. Oquendo, no es el debate de hoy. La confrontación y el juicio precipitado no nos conduce al camino necesario de un debate serio y constructivo.

    Un saludo

  6. Manu Oquendo dice:

    Como apunta Isaac, «En la cuestión de… Cataluña, ….. se está generando una espesa neblina en la que es difícil sacar la cabeza para respirar aire no contaminado. Conviene aclarar algunas cuestiones y luego que cada cual decida»
    La técnica del «fogging» (bruma, niebla artificial para nublar un discurso e impedir la claridad) es típico del discurso político del populismo. No caigamos en la burda trampa.

    Por ello, antes de respondernos unos a otros –cosa que me gustaría hacer en su momento–,sería conveniente considerar las muchas caras del poliedro y analizar mínimamente algunas de ellas.
    De este modo es posible acercarse al discernimiento cabal. Pero si no lo hacemos, si nos precipitamos, caeremos en la «espesa neblina» a la que alude el artículo.

    El caso De Escocia y el de España se parecen poco.

    Si se repasa la historia reciente verán que hubo un Rey escocés que unió ambos reinos y esto se ratificó en un Tratado de la Unión en 1707 si no recuerdo mal. El Reino escocés se inicia en el siglo IX y funciona como estado desde entonces hasta la unión que ahora algunos quieren romper.

    Al revés que en España donde la invasión Alana del 409DC extermina a la población de Tarraco y toman posesión –como Pizarro pero matando a casi todos los Incas y sin haber alcanzado en ningún momento condición de independencia ni de operatividad estatal–.
    Ver «Historia de la civilización Ibérica», de Oliveira Martíns 1860’s con bien conocidas ediciones españolas de Aguilar y otras.

    Es decir, lejos de serle aplicable a Cataluña el criterio de «colonia» que, —como bien recuerda Isaac según el Derecho Internacional y la ONU– le daría opción a autodeterminarse, se da la ironía de que históricamente «la colonia» son los nativos de Hispania. Un servidor en este caso.

    Pero es que además acabamos de firmar un contrato (Constitución del 78) que especifica bien clarito que votamos todos porque a todos afecta.
    Esto tan claro y definitivo no lo tiene Cameron porque allí será lo que decida el Parlamento Británico lo que aproximadamente viene a ser lo mismo.
    Es decir, están perdiendo el tiempo a sabiendas distrayendo a todo el mundo de lo realmente grave. ¿A santo de qué van a marcar la agenda?

    Esto es otra faceta adicional para evaluar pero hay más y termino por hoy.

    Por ejemplo:

    Supongo que todos hemos visto la película «Gangs of New York» en la cual una serie de grupos étnicos combaten en las calles por el poder físico, económico y moral hasta que el poder estatal del momento (siglo XIX) establece alguna semblanza de orden y seguridad.

    En «Five Points» (muy cerca de las desaparecidas Twin Towers) los esquilmados por los «Natives» eran los «Dead Rabbits». En la España Autonómica los «Dead Rabbits» hemos estado sumisos y sorprendidos.
    Muchos incluso han tratado de disfrazarse de «Natives» cambiando el nombre de sus hijos y renegando de buena parte de sus raíces reales..
    Comprando la protección que el Estado les niega.

    La película es una excelente metáfora de lo que sucede cuando no hay Estado capaz de dar seguridad y respeto.

    La traigo a colación porque a mi modo de ver la receta de la blandura comprensiva con esta gente es inadecuada desde todos los puntos de vista. Perdón, conviene y mucho al que ejerce coacción y violencia de todo tipo sobre inocentes indefensos.

    Regresemos, por un momento a «Gangs of New York».

    La policía estatal en numerosas ocasiones ha visto a los «Natives» haciendo de todo (por ejemplo, cobrar peaje por cualquier obra pública u obligar a los niños ajenos a hacerse «Natives» identitarios) y la solución que se propone desde Albany (la capital de NY) es ¿negociar con ellos y ver de apaciguarlos? Allí no se hizo. Pero, de modo inaudito, sucede aquí.

    En mi opinión no confrontar esto con firmeza es un error letal que nuestra experiencia en España confirma a diario.

    La ausencia del Estado en estas autonomías deja a la población indefensa y esta se ve obligada a plegarse a cosas intolerables porque no tiene quien la defienda.
    Por eso crece la población de «Natives» (falsos por cierto), porque no serlo es peligroso para los pobres «Dead Rabbits».

    Es un punto de vista alternativo pero empíricamente validado.
    Y quizás nos convendría no olvidarlo a la hora de reconocer errores graves y diseñar el futuro.

    Bona nit a totes i a tots.

    1. Isaac Salama Salama dice:

      Gracias Manu por tus comentarios, como siempre, inteligentes. Ciertamente desde una perspectiva histórica nada tienen que ver Cataluña y Escocia. De hecho los escoceses hacen continuos esfuerzos para decir que su caso es distinto al catalán (obviamente para evitar el veto de España en su eventual ingreso en la UE). Sin embargo, me da la sensación de que va a ser difícil ponerse de acuerdo en la interpretación de la historia. Un profesor de historia económica nos decía que no se puede entender la actualidad sin leer, al menos, 5 periódicos de distinta ideología. Solo entonces nos podemos acercar a la realidad de los hechos. Saber lo que aconteció hace años exige el mismo esfuerzo, con la dificultad añadida de la lejanía temporal. Por otro lado, cualquier abogado sabe que, dependiendo de cómo se presenten unos hechos, una persona puede parecer culpable o inocente. Es decir, el relato «Cataluña contra España» podía haber contado los mismos hechos con el título «Cataluña, la sanguijuela de España» (culpables e inocentes es una cuestión de perspectiva).

      Sin embargo, sí podemos ponernos de acuerdo sobre lo que dice el Derecho. No creo que haya que ser especialmente duros con los nacionalistas (llámense catalanes o vascos), simplemente hay que tener más respeto a la ley del que se ha tenido en España en los últimos años. Bastaría con que en Cataluña el Estado exigiera el cumplimiento de la Constitución y las leyes. Sin estridencias pero con firmeza. Hace poco un amigo mio tuvo un gran éxito en el Tribunal Supremo: tras dedicar unos buenos años de lucha judicial ha conseguido que, por fin, le reconozcan el derecho a que su hija se escolarice -también- en castellano y no solo en catalán. Ahora debe conseguir, en la soledad en la que siempre ha estado, que la sentencia se aplique. La niña se escolarizó con 3 años y ahora tendrá en torno a los 11 años.

      Saludos

  7. colapso2015 dice:

    Seguimos con el derecho-raíz, obviamos de nuevo la raíz del derecho.
    La nebulosa extraña…ius positiva.

    No hay derecho a la libertad, ni derecho a auto-determinación de los pueblos; eso es PURA PALABRERÍA , pragmático cínico discurso burocrático. La libertad es anterior al derecho, no el derecho anterior a la libertad.

    Por ello los países (colectivo) democráticos son –libres e independientes– antes de constituir formalmente un Estado que administre una nación (la cultura/moral de la ley) ya constituía. La capacidad de violencia, o el contexto, funda la libertad del colectivo y establece lo que serán derechos articulados en Estado de Ley “solapado” en la nación. Las democracias más fuertes permiten a los ciudadanos estar armados, pues eso funda la libertad de la nación (ejemplo EEUU).

    Por otra parte, cuando el “derecho” (potestad) de alguien basado en la fuerza establece un Estado en una nación antes no estructurada (por ejemplo todos los reinos), donde la fuerza (de varios, oligarquía) instaura paulatinamente un Estado (Social y de Derecho), en este caso autocrático/oligárquico, el reino, la nación es moldeada a una nueva realidad de existencia.

    Posteriormente, sobre las realidades de existencia dadas, se conforman otras dinámicas de poder. Por ejemplo, en Europa sobre el feudalismo, la nunca bien terminada revolución francesa, los movimientos liberales españoles y toda la acción humana nos han traído hasta aquí. Estado moderno, en la nación España.

    Confundir ESTADO y NACIÓN es un pecado nos lleva al infierno. No por tener un Estado (“brand new”) se deja de formar parte de una nación…

    La comparación de Escocia y Cataluña es bastante remota. Pues hasta 1707 eran “independientes de” aunque no libres. Tal que ahora algunos catalanes quieren ser, “independientes de” pero no libres.

    España es una nación sin boletín oficial, lo ha capturado “el Estado”. Aunque moderno no es democrático; pero si corrupto a diferencia de la dictadura contra las libertades civiles del próspero Singapur.

    Fin de las divagaciones…

  8. José Maria Bravo dice:

    Me quedo mal sabor de boca el corrector ortográfico de mi comentario anterior. En donde escribió incidia quise decir insidia. Pero bueno poco importa.
    Estoy en Cataluña y comente los planteamientos de este artículo.
    Consideraron, efectivamente, había poca información metodológica.
    Hay alguna de electoralismo en ambas partes.
    En Cataluña un sostén de votos para el Gobierno catalán y en Madrid al negar la opción da votos del llamado españolismo
    Pero evidentemente el problema es más complejo. Si se hacen cosas fallidas, el problema persistirá, crecerá

  9. Manu Oquendo dice:

    Quedan pendientes bastantes aspectos de este tema.

    Entre ellos las implicaciones psíquicas del nacionalismo como ideología y que están bien documentadas como patologías cognoscitivas y desequilibrios en la autoestima y afectividad.

    O la coacción auténticamente mafiosa que se practica desde sus instituciones.

    O la naturaleza totalitaria de la legislación identitaria aplicable por decreto y coacción a toda la infancia en contra del criterio de familias amedrentadas y sin defensa eficaz.

    O el hecho de que, en el caso de Cataluña y en los propios datos de la Generalitat, son 3.3 millones de personas mayores de 15 años –vs 1.9 M– los que usan el español como lengua doméstica, por lo que estamos asistiendo a un experimento de ingeniería social propio de otras épocas horrendas que afectan a derechos fundamentales de la persona.

    O algo que todos parecen ignorar: Los dos corredores logísticos terrestres de España con Europa pasan por esas provincias que ya legislan sobre ellos y en ellos basan buena parte de sus estrategias económicas futuras.
    Intente alguien transportar mercancías en fin de semana por la N-1.

    Quedan muchas cosas pero voy a dejarlo –en este comentario– para tratar de responder a algunos compañeros lectores que parecen propugnar una continuidad de la política de concesiones seguida por todos los partidos.

    Es lo cómodo.

    Pero gracias a ella hemos llegado hasta aquí:
    Con la mayor emigración étnica del mundo civilizado.
    El estado más inviable, la juventud con peores perspectivas de empleo y la peor educada.
    Con mayor fracaso escolar que los propios informes de la Generalitat relacionan con su política lingüística.

    Un estado fallido que vive, de momento…del fiado. Del crédito o de las burbujas.

    Para colmo el Gobierno de Rajoy ha ido eliminando a las personas de ese partido con conocimiento profundo del nacionalismo periférico en todas sus facetas, desde la terrorista y la nazi de Hernani (unos cuantos allí refugiados antepasados de etarras) hasta la «artera salsera» bilbaína, o los frutos de la «Deutsche Schule» de Lérida por la cual pasó en su infancia Jordi Pujol.

    Hoy el Gobierno de España está desarbolado y sin capacidad intelectual o de conocimiento histórico estratégico y táctico para servir de freno a gente inteligente, decidida, artera y tramposa y con recursos y estrategia a largo plazo.

    Por si fuera poco antagonizan a los segmentos sociales que de verdad saben de qué estamos hablando: Las distintas asociaciones de víctimas del terrorismo algunos de cuyos líderes han tenido que cambiar de residencia.

    A su vez, el Partido Socialista continúa rehén de su célebre resolución Segunda de Suresnes 74. Incapaz de articular nada serio y de hecho responsable directo de –vía Maragall y Zapatero– haber alumbrado un Estatuto que nos coloca a las puertas del problema actual.

    No se engañe nadie.

    Esta encrucijada excede con mucho los 30,000 kms de las cuatro provincias catalanas o los 15,000 de las tres vascongadas. Ahora son expansivos porque se les ha regalado el éxito por inacción. El siguiente paso el Cantonalismo balcánico que ………….ya se vivió en España y acabó como acabó…..hace 140 Años.

    Repasen la historia porque esto es lo que sucede cuando hay desgobierno y diseños constitucionales hechos por el enemigo o por la incompetencia.

    Jaungoikoaren erreinuaren mugarik eza.

    No hay fronteras en el Reino del Señor.

    Feliz año.

  10. José María Bravo dice:

    Si uno se pregunta cuales son las fronteras?; cuales son las naciones?; cuales son los idiomas?; cuales son las razas?. Las preguntas nos llevarían tan lejos como nuestra imaginación pudiera.

    En el curso de ese recorrido habra guerras, tropelias, creencias, expresiones, emociones, etc, etc.

    Circunscribiendonos a la lectura de los hechos sabremos poco. El entendimiento sin emoción no tiene sentido. Recordemos a Zubiri: «Pienso sintiendo, siento pensando».

    Si acallamos una lengua, un lenguaje, una expresión. Acallamos el silencio y viene un grito. Quizas eso no esta escrito así. Quizas las leyes no dicen eso. Pero nos hemos acostumbrado a acallar y entonces se grita. Y las naciones, y las fronteras?. Su trazado es borrosa. La historia cuenta la gesta, los tratados definen las distancias, abren litigios. Pero muchas veces el agua queda al otro lado del limite. Las fronteras son ilusorias, todas las fronteras. Tendemos a defender su trazado. Defendemos el Estado pero el hombre quiere Ser.

    Que es el Nacionalismo, Manu Oquendo?. Eres tu Nacionalista?

  11. Manu Oquendo dice:

    Estimado José Mª.

    Típicamente nuestro nacionalismo periférico es disgregador y trata de confundir al paisanaje diciendo que hay un nacionalismo –francés o español– simétrico al suyo y por tanto sus comportamientos están justificados por los de la entidad simétrica. Falso.

    Es rotundamente falso y lo usan para tratar en vano de esconder sus comportamientos totalitarios frente a una ciudadanía mayor que opera, en libertad y respeto, desde un cierto patriotismo por una entidad integradora desde hace siglos.

    El amor por lo propio, que es la base de un patriotismo razonable, no puede ser confundido con la Imposición irracional y dañina. En absoluto.

    El caso típico es el de la política lingüística de estos gobiernos locales que tratan de Cambiar a Su Población, negándoles su libertad de elección y reeducándola forzosamente. Lo hacen sin que esta población tenga opción de ser libre. Son un medio para los fines del poder.

    Así se da el caso en Guipúzcoa –donde ya hay más de una generación educada en euskera que no lo practica mayoritariamente–
    Y no lo hacen porque han vivido desde niños la experiencia de una imposición injusta y en su fuero interno se rebelan. Son conscientes de que se ha abusado de muchos de ellos, –unos cuantos han repetido COU sólo por eso– y esto es tan injusto que termina siendo rechazado.

    Lo mismo sucede en Cataluña. Con datos de la Generalitat (2008 los últimos de que dispongo): 3.3 millones de personas con el español de lengua doméstica y 1.9 de lengua autóctona.
    Un fracaso escolar que es el doble en los niños de familias hispano parlantes.

    ¿Quién está obligando a quién?
    ¿Quién niega la libertad de quién?
    ¿Por qué en España se toleran estas prácticas Camboyanas?
    ¿Quién está practicando sistemáticamente un genocidio cultural violando normas UNESCO y hasta derechos de infancia?
    ¿Quién hace daño conscientemente a quién?

    El nacionalismo es muchas cosas pero lo que aquí tenemos es la versión que explica Isaías Berlin en «Dos conceptos de libertad y otros escritos»
    El malsano placer del sádico que recibe el nacionalista al ejercitar su poder de obligar a otros a ser como él desea que sean.

    Por esta razón el sentimiento puede explicar, pero nunca justificar. Hay sentimientos enfermizos.

    Un saludo cordial y feliz año nuevo.

  12. José María Bravo dice:

    Estimado Manu:

    Gracias por tu amable respuesta.

    Yo, realmente, invoco, romanticamente, a la paz. Recuerdo a Herman Hesse, todo el tiempo nos metemos en guerras. Hay como una especie de guerra «insular», endemica. Defendemos nuestros idiomas, nuestros proverbios y adjetivos. Incluso el sonsonete de nuestra «tribu». Escucho, en las tardes y noches, una lengua solapada y complice. Una especie de estado de guerra emocional. Entras en un bar y si mete un gol el llamado «foraneo», la graderia, de lo llamado «nacional», canta como suyo al «extranjero alienado». El que defiende sus valores instaurados. La propaganda carcome la luz, los cimientos y el aire. En Cataluña, en el Pais Vasco y en la Comunidad de Madrid. Tres nacionalismos locuaces y poderosos. Pero en el palco blanco todo el gabinete del «Reino».

    Gracias, Manu, por tus comentarios de siempre, buenos. Dispares o pares.

    Un Feliz Año y un abrazo fuerte

  13. Agustina dice:

    Por favor, cuando se utilice la historia para dar fuerza a una idea, antes estudiénla. Es absurdo criticar la manipulación de unos, manipulando a los otros. Cada cuál que defienda aquello en lo que cree o aquello que desea pero la historia es en cada momento aquello que los historiadores creen que pueden demostrar y la mayoria, sean de la nacionalidad que sean, cuentan la misma historia, sólo cambia la gracia con la que sepan hacerlo. Por favor, no recuerden aquello que les enseñaron en la EGB, vayan a una libreria y compren cualquier libro sobre la historia de España y de Cataluña. Después quizás, si su soberbia se lo permite, buscaran otros argumentos para defender sus ideas.

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