De la guerra

Nos ha pillado planificando las vacaciones de este año, y nos ha cogido de improviso cuando íbamos consiguiendo zafarnos de los corsés de la pandemia por Covid. Nadie pensaba que a “estas alturas” algo como una guerra nos iba a sacar de esa zona de confort retroalimentado en la que tan estimulantemente estamos instalados.

“Se ve que ahora no ha interesado, y tampoco se hubiera podido, esconder este conflicto bajo la alfombra”.

Y ha resultado que sí, que aún hay guerra, pese a que los medios de comunicación nos habían convencido de lo contrario, escatimándonos los conflictos mundiales que se suceden a lo largo de nuestro planeta, con sus muertos, su dolor y sufrimiento, sus penurias, sus armas cada día más sofisticadas, su ley de asesinato despenalizado y la fuerza de la destrucción desatada en esos bucles de “sangre llama a sangre”.

Se ve que ahora no ha interesado, y tampoco se hubiera podido, esconder este conflicto bajo la alfombra como se ha hecho con tantos otros. Es evidente que su impacto era difícilmente disimulable por sus efectos en cosas tan nuestras como la cesta de la compra, el IPC, la factura de la luz o el coste de nuestras ansiadas y compulsivas vacaciones.

“…como no podía ser de otra manera, siempre somos nosotros los que estamos en el bando de los buenos, y los otros sistemáticamente en el de los malos”.

Pero para consideración de nuestra nunca suficientemente ponderada autoestima, nos la venden debidamente empaquetada en su formato de los buenos contra los malos. Poco hemos debido evolucionar desde el neandertal para que siempre se repita este modelo en la forma de interpretar la realidad bélica; y, como no podía ser de otra manera, siempre somos nosotros los que estamos en el bando de los buenos, y los otros sistemáticamente en el de los malos. Una reunión de la comunidad de vecinos a escala mundial.

Y cabe de todo, desde esconder información necesaria para entender lo sucedido en una nación dividida étnicamente, ningunear los episodios previos en los que se ha estado hostigando -muertos incluidos- a los que han solicitado ayuda de los malos para sobrevivir, hasta disimular las acciones previas realizadas por nuestros gobiernos y las instituciones multinacionales socavando los acuerdos alcanzados para evitar una escalada que terminado en explosión guerrera. Y… lo que no sabremos.

“El morboso reality show ha calado hasta los huesos en nuestras sociedades, y el delirante dolor ajeno nos produce esas cosquillitas de placer que nos recuerdan lo bien que nosotros nos lo hemos montado…”

Aún así, hasta allá se desplazan nuestros bardos modernos para retrasmitirnos la realidad que se encuentran ante tamaño drama humano colectivo. Y, aunque a algunos les acaba entrando un poco de vergüenza torera -cada vez más en desuso (por lo de torero, no por lo de vergüenza)-, se van recorriendo las calles para enseñarnos la imagen más dolorosa, el más terrorífico de los horrores, el niño más herido y la madre más desesperada. El morboso reality show ha calado hasta los huesos en nuestras sociedades, y el delirante dolor ajeno nos produce esas cosquillitas de placer que nos recuerdan lo bien que nosotros nos lo hemos montado y lo mal que lo hacen los otros. Y de a poquito nos hemos acabado cambiando del canal de la telebasura perfumada al de la telemuerte dulcificada. Toda una eutanasificación al servicio del bien común, a favor del delirio paradisíaco del psicópata que consiste en la anulación completa de la conciencia moral y las ausencias éticas finales.

No tienen ni medio pase las hiperventilaciones de los periodistas, el postureo desvergonzado de quien simula vergüenza mientras mete bien su micrófono en las heridas sangrantes, quienes no se conforman con cualquier imagen del dolor sino que buscan la más dolorosa y terrorífica, quienes niegan la cámara para el que protesta porque les está delatando ante el agresor, o apartan la mirada hacia la crueldad de los buenos que también existe.

“Toda una eutanasificación al servicio del bien común, a favor del delirio paradisíaco del psicópata que consiste en la anulación completa de la conciencia moral y las ausencias éticas finales”.

Actos propios de una sociedad infantil, que tolera los abusos y protege a los abusadores mirando hacia otro sitio en el que el ojo esté más cómodo en su espacio de lo políticamente correcto.

4 comentarios

4 Respuestas a “De la guerra”

  1. pasmao dice:

    Pues si Don Carlos

    Pero a mi lo que mas pena me da, es que incluso con los escasos y fragmentados datos que nos llegan renunciemos a pensar y buscar una mínima lógica en lo que se nos presenta alumbrando contradicciones que deberían encender alguna luz roja en nuestros cerebros, por mal que nos caigan los unos o los otros.

    Pareciera que si se asomara alguna luz que nos diera que pensar pudiéramos salir lastimados en nuestros sentimientos y no pudiéramos soportar tal contradicción. Como esos universitarios gringos que se niegan a debatir y buscan esas habitaciones del pánico para relajarse y olvidar los estresantes momentos en que sus prejuicios les han acomodado.

    Lo comento porque al hilo de uno de los temas de esta terrible guerra, lo del batallón Azov y los nazis, tuve una discusión con una persona inteligente, crítica y que en otros temas muestra una capacidad impecable a la hora afrontar situaciones complejas. Y que además posee una cultura y formación muy por encima de la media; que acabó en una especie de regañina a un niño pequeño (a mi) que aún no acabo de entender.

    Yo comentaba que aunque era indudable que la población ucraniana nacionalista los nazis o pronazis eran una minoría, su peso era importante, y lo que era peor; que desde principios de siglo su número había crecido y además, que de ser cuatro gatos mal equipados, habían pasado a tener armamento sofisticado, carros de combate incluidos. Y que eso era algo que había que estudiar.

    Porque ello había ocurrido con el apoyo de los USA y de la UE, dado no había duda de que los servicios de inteligencia de USA y de los países de la UE deberían de estar al cabo de la calle de estas cosas. Y ambos habrían podido, si hubieran querido, condicionar la ayuda que han dado en estos últimos años a que este tipo de organizaciones en vez de ir hacia arriba fueran hacia abajo.

    Lo que nos deja a los occidentales en una posición si no sospechosa al menos bastante vergonzosa.

    Y aún peor a los nacionalistas ucranianos, o a sus gobernantes mas eximios. Porque si de verdad necesitaban formar batallones bien equipados y con ganas de defender su patria y entre los suyos habían priorizado a los nazis (siendo minoritarios entre la población), ello decía mucho de la voluntad «democrática» de dichos padres de la patria.

    Hasta el punto que Israel, uno de los países mas amigo de los USA, no solo no se había hecho el loco en todo este tema, si no que siendo un fabricante de armamento reconocido no ha querido dar ni una bala a los ucranianos, amen de varias manifestaciones y declaraciones de líderes judíos que dejan a Zelenski y los suyos (por mucho que él sea de origen judío y no sea el único) en muy mala posición (de esto último me he enterado después).

    Yo sobre el tema israelí caí cuando me apercibí que en los medios occidentales no había ninguna declaración favorable a los nacionalistas ucranianos por parte de de medios/organizaciones israelíes. Porque de haberlas habido habrían abierto las noticias.
    Estaba seguro de que de ser una exageración lo que contaban del batallón Azov y siendo Israel un estado amigo de primer orden de los USA, no habrían dudado en respaldar la versión «nuestra» de lo que pasaba allí. Y sin embargo no ha habido nada de eso.

    Sobre todo esto, mi interlocutor sólo me argüía que Putin era un criminal y que las tropas rusas eran unos asesinos y que poco mas o menos que si había que enfrentarlos con nazis y no había otro remedio, pues que se hacía; y que con mis argumentos daba bazas a los asesinos pro Putin. Que por culpa de pensamientos infantiles como el mío el mundo estaba como estaba.

    Yo «respetuosamente», visto el panorama, le di la razón. Pagué las cañas (las do los dos) y me fui. Para que discutir mas. Obviamente esa persona de pronazi en su vida personal nada de nada. Mas bien es el clásico progre,

    En ningún momento quise disculpar a los rusos, si no hacerle ver que con la poca información que nos llega, usando un poco la cabeza, podemos concluir que lo que nos cuentan no casa en absoluto con lo que nos quieren vender. Pero me fue imposible. Y lo fue por eso que usted nos ha comentado en su columna.

    Una pena.

    Un cordial saludo.

  2. o'farrill dice:

    Desgraciadamente la verdad se nos escamotea en el mundo de la política y de «sus» medios de comunicación, hasta el punto de señalarnos como los «malos» o herejes contrarios a la «verdad revelada». Eso produce de inmediato la autocensura intelectual como me comentaba hoy mismo una farmacéutica en relación con la pandemia, las supuestas medidas sanitarias, las vacunas, etc. Ella tenía que callar (como se callan muchos) porque se jugaba demasiado.
    El silencio obligado es la muerte del alma. La imposición forzada es la muerte de la vida. La mentira difundida es el lodazal donde retozan los ignorantes….
    Ya he comentado sobre el libro «Propaganda» de Edward Berneys, al parecer la Biblia de la manipulación de las mentes. Recuerdo otro sobre «Desinformación y sus métodos» cuyo autor no recuerdo ahora, pero que nos dan a conocer cómo se divierten con nosotros unas élites que manejan el poder según les convenga.
    La única verdad serán siempre los inocentes a quienes se les crean los conflictos por aquéllos que se han creído dioses. Y no lo son.
    Un artículo muy a propósito en estos momentos.
    Un saludo

  3. Rafa dice:

    Hace unos dias, ví o visualicé como se dice ahora, una ponencia sobre desinformación que creo enlaza con alguno puntos de vista que esgrimes, Carlos, en tu artículo.

    Habría en primer lugar que diferenciar entre la no información y las fake news (noticias falsas), que es lo que se está practicando en Rusia, y lo que se entiende por desinformación.
    Esta última se caracteriza porque siempre se dan noticias con el análisis de las mismas hecho, no se permite que tu lo hagas y siempre es para demonizar a un enemigo, por lo que una campaña de desinformacón bien orquestada puede hacer mucho daño.

    Se consigue la desinformación por varios métodos.

    – Creando falsos expertos, dando autoridad a gente que no la tiene (muy utilizada durante la pandemia).

    -Sesgando y manipulando una noticia cierta, sacándola de contexto.

    Ejemplo; el intento permanente por los medios de comunicación durante la invasión de Ucrania, de que la ciudad de Mariupol sea considerada un objetivo civil para el ejército ruso, mostrando imágenes de civiles muertos y heridos, como si Putin hubiera ordenado disparar primero sobre embarazadas y ancianos, para acusarle de criminal de guerra.

    Sin embargo, parece ser que Mariupol es el lugar por donde los americanos han introducido el sofisticado armamento de ayuda a Ucrania, además de ser una ciudad geoestrategicamente muy importante para sus intereses; en definitiva un objetivo militar de primer orden.

    Todos sabemos que en algunos conflictos (no digo que en este se haya hecho), se situan edificios civiles, escuelas y hospitales cerca de objetivos militares para decantar a la opinión pública y desorientar al atacante.

    – desinformación por asociación.
    Ejemplo: si a determinadas personas les molesta o están en contra del independentismo catalán, tratar de trasladar ese malestar al conflicto ruso.

    – Aunque existen más métodos, como último podemos citar el de, siempre demonizar al enemigo, o como tu comentas crear bandos de buenos y malos, con lo cual nos arrogamos el derecho a atacarlos.

    En definitiva, los objetivos y los métodos de esta guerra, que es evidente no tiene justificación, o la información que están dando los medios de comunicación, por lo menos para mí, no estan nada claros, pero además por los agentes que participan directa o indirectamente en ella, no salen las cuentas;

    Uno de los argumentos de Putin, como era el de alejar a la OTAN y la UE de su area de inluencia, ha conseguido que ahora la tenga hasta en la sopa.

    Los que se manifestaban a favor del desarme de las naciones tampoco lo están conseguiendo, pues todos los paises del área han incrementado su gasto militar, incluidos Suecia y Finlandia.

    Zelenski, (actor retirado, que trabajó para un produtora americana, de lo que dá muestras a diario) que parecía el salvador de la patria, cada vez se asemeja más a una cabeza de turco en manos de otros.

    Los que si parecen sacar algún fruto de esta situación, es la industria de los USA, que venden más petroleo, fabrican mas armamento y siguen vendiendonos el sueño americano, además de prometernos acabar con los criminales de guerra.

    Por no seguir, en mi opinión la tan temida tercera guerra mundial que por fortuna físicamente no se ha producido, economica, social e informativamente, desorientando el criterio y la opinion de todos ha comenzado yá.

    Un abrazo

  4. Nuba dice:

    me quedas blanca con tu comentario. Eres al único que aún leo y no todo, me quedo a cuadros blancos y negros porque usted, también, por muy bien que escriba, aún no se le borra la palabra toro ni la de torero, y no analizas nada… un lenguaje ambiguo en el que todas y todos somos culpables, aunque hace 10 años que no tengo tele y poco sé de qué hablas, pero estoy informada, y ninguna guerra a lo largo de la historia de los homos se acabó jamás. Y las guerras TODAS, no son por otra cosa que por los recursos y los de la capital del reino, el resto del mismo, que ni nos reconocemos en vosotros, sólo lo veís desde vuestras realidades con barrigas engrosadas y mala comida por mucho ommm y pseudo mensajes a medio sentir. Desde donde éstás podríais haber hecho mucho más que esa caridad vomitiva de las sobras, porque cómo es posible que digas que la guerra nos ha pillado- joder que se que es ironía pero lo has dicho-
    Es una guerra a la desesperada, pero a mí no me duele ni más ni menos que la guerra que libramos en mi tierra en contra de vuestros coches y vuestras políticas, en contra de vuestra caridad maniqueísta, en contra de vuestras poses de arte cuando sois todos los que habláis como administradores, etc… creo que hay sólo una mujer en éste y luego muchas otras que os ignoran.
    ¿La guerra? por qué no nos dejáis hablar a nadie de la paz. La paz es siempre mucho más fácil que la guerra y no genera traumas. Para que haya paz, hay que saber que tenemos que repartir, mucho! y no alentar fascismos y alentar miedos de bichitos que están ahí como otra guerra, pero que sólo matan a los malnutridos, los de siempre. La guerra es eso, la paz no la queréis, porque no hace negocio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza Cookies propias para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, supone la aceptación de la instalación de las mismas. El usuario tiene la posibilidad de configurar su navegador pudiendo, si así lo desea, impedir que sean instaladas en su disco duro, aunque deberá tener en cuenta que dicha acción podrá ocasionar dificultades de navegación de la página web. política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies