Imagínate la escena: caminas por mitad de la jungla, una jungla espesa, en la que la vegetación apenas te deja andar. Caminas aferrado a tu fusil, dirigiendo tu mirada a todas partes, empapado en sudor y muerto de miedo. Como ya llevas algún tiempo moviéndote por la selva, los ruidos de los animales y las hojas al moverse ya no te asustan como antes; ahora lo que te asusta es la falta de ruido, porque sabes que una calma excesiva puede indicar que tú y tus compañeros hayáis caído en una encerrona y que el enemigo os esté esperando. Puede que os tengan rodeados y vayáis a ser blanco de una lluvia de fuego y muerte de un momento a otro… Ayudado por Hollywood, que siempre describe este tipo de cosas más o menos así, esta es la manera en que yo imagino el instante previo a que el grupo de reconocimiento que dirigía Jerry “Mad Dog” Shriver se diese cuenta de que habían caído en una trampa.

Corría 1966 y se encontraban en mitad de la selva de Camboya cuando empezaron a escuchar los disparos que desde todos los lados les llegaban por parte del ejército vietnamita, en una de cuyas emboscadas habían caído. Si ya tiene que ser una situación complicada estar en el medio de la jungla luchando por tu vida no quiero ni pensar en la cara que pondrían los hombres a los que dirigía el tal “Mad Dog” cuando este se puso en contacto por radio con sus superiores y, ante el comentario por parte de aquellos de que la situación tenía “mala pinta” él respondió, con toda la calma del mundo y entre ráfagas de ametralladora, una frase que le hizo entrar en la historia: “No. Los tengo exactamente donde quiero: ¡rodeados desde dentro!”.

Si rebuscas un poco en la vida de este marine americano -que parece ser que inspiró el personaje del mismísimo John Rambo- no parece el típico loco suicida: en ese momento probablemente quería sobrevivir, y posiblemente en ese instante creía de verdad lo que estaba diciendo, creía que tenía “rodeados desde dentro” a sus enemigos, por ridículo que nos pueda parecer a nosotros y a los que con él eran víctimas de una lluvia de muerte. Posiblemente el señor “Perro Loco” necesitaba creer que tenía a sus enemigos a su merced para no perder la cabeza (o eso, o ya estaba como un cencerro, tampoco hay que descartar totalmente esa opción).

Y es que, creernos cosas ridículas y engañarnos a nosotros mismos está intrínsecamente ligado al comportamiento humano, y alguna de sus facetas incluso tiene un nombre: disonancia cognitiva.

Cuando en 1957 el concepto fue formulado por primera vez por el psicólogo estadounidense Leon Festinger en su obra “A theory of cognitive disonance” supuso una auténtica revolución; el concepto de disonancia cognitiva hace referencia a la tensión que suele acosar a las personas cuando dos pensamientos o dos sistemas de ideas, o una creencia y un comportamiento entran en conflicto. Así, a través de unos interesantes y curiosos experimentos Festinger desarrolló una teoría que plantea que, para poder vivir ante la incongruencia de dos pensamientos que se contradicen, la persona se ve automáticamente motivada para generar un nuevo sistema de creencias que le permita justificar sus acciones, para reducir de este modo la tensión y que el conjunto de sus ideas y sus acciones no entren en claro conflicto unas con otras, dotando así a su comportamiento de cierta coherencia interna.

Hay miles de ejemplos de disonancia cognitiva; quizá el más clásico es el de los fumadores que, sabiendo que el tabaco puede matarles, se fuman un cigarrillo más, diciéndose a sí mismos que ese cigarrillo no va a matarles, que uno más no importa; o el de la persona que, a dieta, se toma un trozo de tarta cuando sale del gimnasio diciéndose a sí misma que eso no es saltarse la dieta, dado que se lo merece tras haber hecho ejercicio…

Los europeos nos vemos a nosotros mismos de una determinada manera, y esto es común a toda Europa. Da igual que seas del este o del oeste, del frío norte o del cálido sur, de los ricos países nórdicos o de los que no somos tan ricos…cualquier europeo te dirá que se siente heredero (y firme defensor) de los principios de nuestra civilización.

Europa inventó la Ciencia, la Democracia, los Derechos Humanos, etc… todo de lo que tanto nos ufanamos como civilización, casi todas las muestras de modernidad o desarrollo han sido creadas por europeos o por los países que cayeron bajo su órbita, bajo el esquema de pensamiento “occidental” propio de los europeos. La mayor parte de las naciones, especialmente las americanas (norte y sur), son herederas directas del modo de pensar europeo y el resto de las civilizaciones (China, Japón e incluso los Emiratos Árabes), están condicionados por la forma de ver el mundo heredada de Europa.

Anglosajones, eslavos, escandinavos, teutones o mediterráneos han demostrado, incluso en tiempos muy recientes, que pueden ser capaces de los actos más salvajes y crueles, pero cuando viajamos fuera de nuestro pequeño continente los europeos tenemos de nosotros mismos una imagen común: Europa es la civilización, la ciencia, el progreso y ha creado la sociedad más “humana” de la historia. Los hay más ricos o más dinámicos, pero la Unión Europea y sus Estados del Bienestar suponen, hoy por hoy, el summum de la civilización.

Por eso, y como en un momento u otro todo el mundo fue subyugado por distintos países europeos, y al final la forma de ver el mundo que ha demostrado dominar el planeta es la nacida en Europa, nos creemos con una suerte de superioridad moral que en determinados momentos se evapora totalmente, perdiéndose como lágrimas en la lluvia, y, en un ejercicio de disonancia cognitiva, tenemos que convencernos a nosotros mismos que lo que hacemos está bien. Uno de esos momentos fue ayer.

Acosados por la crisis de los refugiados los países europeos han dado luz verde a una medida que hasta ahora nadie se había atrevido siquiera a insinuar, porque negaba todo lo que Europa defiende, y han llegado a un acuerdo con Turquía por el que se devolverán a Ankara a todos los refugiados que lleguen ilegalmente a las costas de nuestro pequeño paraíso. A cambio, la culta, igualitaria y avanzada Europa lavará sus remordimientos con dinero y ciertas concesiones a Turquía, como que los ciudadanos turcos puedan entrar en Europa sin visado y se avance en la adhesión de Turquía a la Unión Europea.

El presidente de la Comisión, Juncker, dice que el acuerdo se apoya “en la lógica de que los inmigrantes pueden solicitar asilo en Turquía. Y eso es un punto de inflexión”, un razonamiento similar al del que se auto justifica cuando toma el pastel de chocolate rompiendo su dieta…

Soy el primero en ser consciente de que el tema de los refugiados no es fácil, pero Europa, la misma que da lecciones al mundo de lo que ha de significar realmente “ser humano” y que a lo largo de la historia no ha dudado en defender su visión del mundo sufre ahora, cuando tratamos de convencernos a nosotros mismos de que lo que hacemos es lo correcto, de que no tenemos otra opción, de que seguimos siendo los buenos, como tantas otras veces, un grave problema de disonancia cognitiva.

4 comentarios

4 Respuestas a “Disonancia cognitiva y la crisis de los emigrantes. ¿Por qué Europa no se comporta como debe?”

  1. Manu Oquendo dice:

    El Libro de Festinger citado por D. Raúl Pérez Ponce tiene traducción española publicada durante los años 70 por el Instituto de Estudios Políticos.

    Probablemente esté agotado pero es localizable a través de Iberlibro.

    Además del estudio de la Disonancia Cognoscitiva (explicada por el artículo) es interesante el prólogo del propio Simón Festinger donde explica la generosa dotación económica de una conocida fundación (La Ford, si no recuerdo mal) muy interesada en entender cómo se diseminaban la información y los rumores en los circuitos informales sociales así como la credibilidad que se les otorgaba.

    Está bien documentado que durante los años 50 y 60 algunas de aquellas grandes fundaciones sirvieron de tapadera para los intereses y fondos de agencias de Inteligencia interesadas en estos temas de la comunicación.

    No quiero otorgar a esto ningún carácter maligno sino recordar que es un fenómeno constante para actuar sobre la sociedad desde el Poder.

    Esta actuación es intensa, multidisciplinar, orientada a medio y largo plazo, carísima, exige mucho talento y enorme dedicación.

    Cualquier conjunto de ciudadanos deseoso de actuar o de defenderse socialmente fuera de las estructuras creadas por el poder (Partidos, Medios, Instituciones, etc) debe estar preparado para organizarse informalmente y con gran determinación porque nunca tendrá recursos comparables.

    Buenos días

  2. pasmao dice:

    Apreciado Raúl

    No suelo escribir en su medio, sólo soy un lector esporádico, probablemente se me clasifique cómo del «otro lado» pero me gustan los enfoques inteligentes que hacen de muchos de los temas que abordan, aunque discrepe, el que me hagan pensar y que ha veces hasta me «tuerzan» mi opinión me gusta.

    El tema que toca es muy controvertido, sin duda y abordarlo con el enfoque de la disonancia cognitiva me parece acertado.

    El primer problema es saber que es Europa, quienes son los europeos y que piensan de si mismos. Y me parece que como muchos españoles usted peca de ingenuo. El que artificialmente se haya impuesto una unión que ha ido ¿bien? unos años no significa que seamos tan homogéneos y que pensemos que nuestra cultura como europea sea tan maravillosa.

    Europa se construyó desde arriba y tiene unas estructuras escasamente democráticas. Es un despotismo ilustrado, en el mejor de los casos. Y se construyó para dar una consistencia económica mediante economías de escala a lo que había enfrente, hacia el Este. La otra pata fue la OTAN.

    Para mantener esa ficción las corporaciones tuvieron que transigir y destinar gran parte de sus beneficios en dar beneficios sociales a sus trabajadores y en no transferir tecnología/producción a países potencialmente enemigos (los actuales BRICS). Así se podía presumir ante los del otro lado del telón de que los nuestros vivían mucho mejor que los de ellos. Y era cierto.

    El feliz sueño acabó con la caída del muro de Berlín. A partir de entonces se hizo inútil el destinar recursos a quienes no servían ya de parapeto contra el comunismo y que además salían mucho mas caros que los de los países en los que antes no se podía invertir.

    La transición, para que no fuera traumática y evitar líos se hizo con mucha deuda pública para financiar mayores economías de escala y mucha inversión en ficción de que éramos la leche, de que éramos esa Europa que usted cree que somos.

    Esa ficción acabó hace tiempo pero manteníamos una ilusión.

    El problema con la emigración simplemente nos ha confirmado que no somos lo que decíamos que éramos.

    La pobre gente que huye de Siria o del Norte de África, cuando son musulmanes (no siempre lo son) no van a Arabia Saudí y otros países del Golfo por algo. Tema tabú pero que merecería un amplio desarrollo.

    Tampoco se fletan enormes barcos que los lleven a USA. también tema tabú.

    Y supongo que no se le escapa la responsabilidad de las monarquías del golfo y de los USA en todo lo que está pasando allí.

    El que en UK hayan establecido limitaciones a los emigrantes intracomunitarios tampoco es casual, y que lo hayan tolerado Alemania y Francia tampoco.

    El proyecto Europeo está muerto, o nunca fue el que nos dijeron que era. Y que muchos aquí, sobre todo aquí, ingenuamente creyeron.

    Eso es todo.

    Y a eso nos tenemos que acostumbrar.

    Respecto los emigrantes.. seguirán viniendo, aunque se solucione lo de Siria. Y tocará sacrificarse, pero ellos tendrán que tragar que están aquí invitados y que sus cultura/religión tiene que esperar fuera.

    Un cordial saludo

  3. O'Farrill dice:

    La crisis de los refugiados es una crisis provocada expresamente y nadie es capaz de pedir en naciones Unidas responsabilidades de todo tipo por ello. Es una muestra más de la hipocresía que el autor asocia acertadamente con la «disonancia» de nuestra forma de vivir: pensar una cosa, decir otra y hacer otra distinta….. He sentido vergüenza por la frase del actual máximo responsable de la UE: «Que no vengan a Europa», pero siento más aún la vergúenza del «pago de alquiler» a Turquía para que sirva de freno a la avalancha de seres humanos perdidos entre las bombas y el egoísmo. «Paren la guerra» es un grito y una solución. Dejen de matar gentes inocentes y, si no son capaces de resolver conflictos de carácter geopolítico o geoestratégico donde se esconden muchos intereses privados, ¡DIMITAN!

  4. Rosae dice:

    Si nos diseñan las políticas desde la Banca- y, sus mercenarios a sueldo, armados- noArmados..
    los resultados están a la vista,
    Democracia?- por supuesto, sólo el pueblo salva al «pueblo»..

    Lo que se está viendo parece que irá a más, y todo aquello que «parece» que Sucede «afuera» también sucederá «dentro»..
    Sólo ay que escuchar a los altos mandos de la otan, algunos retirados, (Wesley clarck…etc..)- de «espanto» Cómo poco..
    Dictadura Mundial o Democratizar todo, en nosotr@s está la elección;
    El problema de quien miente, no está en la «mentira» en sí, sino en lo Intencional de por que se miente..y, nos están «mintiendo».

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