En 2011 la Comisión Global de Políticas contra la Droga publicó un informe en el que por primera vez se rompía el tabú que prohibía cuestionar estas políticas de represión, poniendo de manifiesto que, pese a ellas, entre 1998 y 2008 el consumo de opiáceos subió un 34%, el de cocaína un 27% y el de cánnabis un 8,5%.
En esta línea, la London School of Economics and Political Science publicó en fechas recientes un interesantísimo documento, firmado por varios Premios Nobel y economistas de prestigio, en el que se explicita la inutilidad de la guerra contra el narcotráfico y se plantea la necesidad de tomar otras medidas. En el estudio se analiza como la lucha militarizada y judicial contra las drogas tienen efectos que van desde la violencia en América Latina y la inestabilidad en Afganistán a la epidemia de Sida en Rusia y la escasez global de medicinas para luchar contra el dolor.