Dos de mayo, por Joaquín Sorolla

Tendríamos que remontarnos a la época de Franco para situar el último intento, políticamente organizado, de inculcar en España un patriotismo de corte clásico. Uno basado en una interpretación grandiosa de la Historia, en la creación de un orgullo de pertenencia y en la fe en un proyecto común. Uno, en definitiva, que justificase de algún modo eso del amor a la Patria. Con la democracia este sentimiento patriótico entró en desuso, porque las nuevas élites políticas estaban decididas a desmarcarse todo lo posible de aquél régimen y porque, además, estaban dispuestas a hacer lo que fuese por incorporar a los nacionalismos catalán y vasco. El resultado es que, hoy en día, a la mayoría de los españoles con menos de 50 años les resulta extraño ese sentimiento. Al menos se sienten bastante distantes de ese patriotismo vibrante del que hacen gala los ciudadanos de otros países, como Estados Unidos o Francia. Naturalmente, tenemos lazos afectivos, lingüísticos, culturales, históricos y quizás de otros tipos, que nos hacen sentirnos identificados y unidos a esta nación. Estos lazos darían para hablar de un nacionalismo suave pero no para explicar esos ardores que vemos en otras partes.

Por eso, a muchos españoles nos cuesta comprender esa explosión nacionalista de Cataluña. Ellos argumentan que, frente al suyo, existe un nacionalismo español. Y ciertamente existe, aunque tenga un perfil bastante más bajo. Desde luego, a la mayoría de los españoles no nos da en absoluto igual que España, por una hipotética independencia de Cataluña, pudiera verse reducida en su tamaño geográfico, demográfico o económico y que, por ello, pudiera perder influencia internacional. Pero, ¿tiene eso que ver con el mencionado amor a la Patria? No lo creo.

Hay otros factores que nos impulsan a aferrarnos a este país mucho más que los sentimentales. Son básicamente de tipo económico y político. Apenas se suele hablar de ellos desde este punto de vista, pero están ahí y son tremendamente eficaces como elementos de fidelización nacional.

El Estado de Bienestar es uno muy evidente. Quizás, la mayoría de los españoles no se sientan muy patriotas, pero ninguno querría ver peligrar sus pensiones, ni la posibilidad de acceder a una sanidad y a una educación gratuitas, ni la percepción de un subsidio de desempleo, ni tantas otras prestaciones que nos proporciona este modelo de Estado. Prestaciones que, para la gran mayoría, solo son posibles en el marco político y económico que nos brinda este país. Porque, sin las fronteras que lo encierran y delimitan, sería muy difícil identificar a quienes tienen derecho a esas prestaciones y quienes tienen que pagar qué impuestos para así poderlas financiar. Añadamos a eso que nuestra democracia también está articulada y organizada políticamente en función de un territorio, el nuestro. Sin la separación del resto que nos brindan nuestras fronteras, sería muy difícil identificar quienes tienen los derechos políticos que les reconoce nuestro sistema (ejercicio del voto, presentación de candidatos, etc.) y tampoco se podría imponer el cumplimiento de la legislación que articula este sistema.

Pero las fronteras no solo sirven para localizarnos. El asunto va más lejos: sirven para identificar a las partes contratantes de este modelo de sociedad con el que nos hemos dotado: por una parte, los contribuyentes y electores, y por otra, los representantes políticos, gobernantes y funcionarios que gestionan el Estado. Este es, probablemente, el cemento más eficaz para mantener viva la idea de España; más incluso que los lazos culturales, afectivos y, por supuesto, más que la visión histórica que nos quieran inculcar en cada época. Pero, no nos engañemos: es un cemento basado en la pura conveniencia. Porque de amor, lo que se dice amor, tiene más bien poco. Aunque sea un ejemplo extremo, desde luego hoy no serían muchos los que, así, en frío, estarían dispuestos a morir por la Patria. No sé si en el pasado eran muchos más, pero en el presente son una rara avis.

Parece evidente que la relación con la Patria ha ido perdiendo gran parte de su contenido sentimental o emocional, para irse transmutando en algo mucho más racional y pragmático: una relación contractual entre ciudadanos y gobernantes; ciudadanos y Estado, en suma. Una relación en la que, a fuerza de cultivar la atribución de derechos a aquellos a cambio de las obligaciones fiscales y de observancia de la ley, se ha ido coloreando de un sentido reivindicativo de carácter economicista y legal, en el que poco margen puede quedar para el sentimentalismo patriótico.

Como todo cambio, este tiene su lado positivo y su lado negativo. En el primero yo subrayaría, a vuelapluma, la mayor libertad psicológica y emocional de los ciudadanos en relación con su Patria, con su Nación. Libertad que les da una mayor capacidad para decidir los vínculos que le unen con ella. Hoy, por ejemplo, es más fácil irse a vivir y trabajar al extranjero. Influyen muchos factores pero antes, para la mayoría de la gente, la emigración era un recurso a la desesperada, cuando se pasaba hambre. Hoy la gente tiene muchas menos ataduras para moverse de un lado para otro; es más ciudadana de este mundo. Y eso es positivo porque, con sus matices, es una actitud que contribuye a hacer realidad una cierta superación de las fronteras y una cierta relativización de los recelos ancestrales frente al extranjero, visto como sinónimo de extraño. Por otra parte, hay una menor mistificación de nuestro destino o espíritu nacional, y eso contribuye a templar algo los sentimientos de superioridad que nutrían esos discursos de antaño sobre la grandeza de la Patria, que tantas aventuras militares expansionistas justificaron.

No obstante, tiene un lado negativo a superar. La relación de los ciudadanos con su Estado-nación se ha ido configurando, como digo, en una especie de relación contractual en la que el Estado se ve legitimado en tanto en cuanto es capaz de proporcionar a sus ciudadanos los derechos políticos y económicos que estos esperan recibir. Y como cada vez son más los derechos a los que se aspira, entre otras cosas porque la competencia electoral de los partidos lo estimula, el Estado va teniendo cada vez más complicado obtener los ingresos que le permitan financiar esas demandas ciudadanas.

Pero hay otro aspecto importante. En la medida en que el disfrute de esos derechos, sobre todo los que se refieren a las prestaciones del Estado de Bienestar, solo es viable si quienes vengan del extranjero a residir a nuestro país están en condiciones de aportar a las arcas públicas más de lo que reciben, significa que nos hemos instalado en un nacionalismo que no solo es de conveniencia sino que además es estructuralmente desconfiado, egoísta e insolidario hacia todos los que vienen a nuestro territorio huyendo de la miseria o de la violencia que asola el suyo. Así pues, dejémonos de pamplinas: nos dará mucha pena ver la tragedia que lanza a tantísimos inmigrantes y refugiados a intentar cruzar nuestra frontera como sea, pero ningún gobierno (sea cual sea) podrá abrirles las puertas porque, en última instancia, nosotros, los ciudadanos, al reclamar las prestaciones de nuestro Estado de Bienestar, le estaremos presionando indirectamente para que mantenga esas puertas bien cerradas.

Habrá que plantearse algún día hasta qué punto se puede aspirar a una relación sin conflictos ni violencia con esas otras partes del Mundo, mientras nos escudamos en unas fronteras para poder disfrutar de unos derechos que, desde su punto de vista, no son más que privilegios. 

9 comentarios

9 Respuestas a “El patriotismo actual”

  1. Sira dice:

    Desde otro punto de mira tal vez esas prestaciones sean solamente limosnas a las que algunas personas es a lo único que podrán acceder desde su nacimiento a la tumba, por que todos sabemos que hay señores que por derecho jamas van a necesitar una prestación «social».

  2. Sedente dice:

    No son pamplinas, no, son cosas muy serias.
    Son cosas tan serias que muchos pierden sus vidas por ello.

    Los héroes, por boca de los hombres, dicen cosas como: «Prefiero morir salvando vidas a vivir quitándolas» o «Cambiamos, debemos hacerlo, o nos pasamos el resto de la vida librando las mismas batallas».

    Los villanos, todos sabemos lo que dicen y hacen.

    Entonces, ¿qué queremos ser? ¿Héroes o villanos?
    Y no se infravaloren, cada brazo cuenta.

    Nuestra patria debería ser el cielo con todas sus estrellas, nuestra casa debería ser este planeta.

    ¿Parece demasiado bonito o poético?

    Es que debería ser. Esa es la verdad.

    Hay herramientas y personas.
    ¿Cómo van a ser más valoradas las herramientas que las personas?

  3. pasmao dice:

    Buenas tardes Don Manuel

    Sintiéndolo, no me ha convencido mucho su artículo esta vez. Y perdón por la extensión de mi texto.

    Respecto al patriotismo pasado, por irnos a la guerra civil: Azaña «Yo nunca he sido patriotero. Pero ante estas cosas me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con Franco ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos o quien fuere. Pero esos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. Y mientras, venga poderes, dinero y más dinero».

    Claro está que Azaña fue un patriota. Lo mismo podría decirse de Negrín y otros. Y está claro a quienes se refiere con lo de «esos hombres»

    Durante el franquismo en vez de instaurarse ese estado jacobino que dicen que hubo, hubo un estado donde los regionalismos estuvieron muy presentes, o mas que los regionalismos la representación de los intereses de esas oligarquías vascas y catalanas, que de manera informal mandaban mucho.

    – Omnium Cultural nació durante el puero franquismo y no fue ni mucho menos una asociación clandestina.

    – El presidente de Gallina Blanca, ya entonces gran factotum de Omnium, pasaba habitualmente a Francia a departir con Tarradellas, y no perdía ocasión de humillarlo. Tarradellas sabía muy bien cuales eran los «mimbres» del nacionalismo catalán cuando vino a España. El Gobierno de Franco, desde el final de la guerra civil, también. Los Carulla & Partners no tuvieron grandes problemas con la dictadura.

    – Hubo premios nacionales de literatura en catalán, no creo que haya habido un premio Goncourt en bretón o corso, por ejemplo.

    La cuestión es que incluso durante el propio franquismo, mas hacia sus finales, y mas aún después del asesinato de Carrero, mientras se preparaba el «aterrizaje» para cuando falleciera Franco, el tema patriótico pasó a un segundo plano y los nacionalismos vascos y catalán cobraron un peso muy por encima del que deberían haber tenido.

    Insisto, con Franco aún vivo.

    Es decir se prefirió resaltar la necesidad de diluir «España» cómo algo «necesario» para pasar a ser una democracia, en vez de recuperar a ese republicanismo patriota que detestaba los nacionalismos. Y eso no fue por casualidad. O que se lo pregunten si no al Cardenal Tarrancon (entonces me parece que obispo).

    Por lo mismo que se optó (después) por una Constitución muy parecida a la alemana (estado federal, y que además perdió la guerra) que a la Francesa (estado Jacobino que tenía un ejercito propio de verdad, y unos intereses definidos y a defender en el mundo)

    Y esas cosas no ocurren por casualidad.

    Hay terceros a quienes le viene muy bien que esas cosa pasen.

    Conviene recordar que cuando Franco falleció nuestro ratio de deuda respecto PIB estaba en el 10%, ahora estamos en el 100% o mucho mas, y subiendo. Es posible que entonces no fuéramos conscientes de el margen de maniobra (libertad) que nos daba; pero nuestros hijos y nietos sabrán muy claramente que significa en restricciones de libertad el que ahora debamos ese 100% o mas, y creciendo.

    En 1973 se hizo un tratado de asociación a la entonces CEE que nos dio toda una serie de ventajas que después volaron,

    En 1982 España se adhirió a la NATO, y lo hicimos en unas condiciones, con Ceuta y Melilla fuera, que hacen que eso sea cualquier cosa menos un tratado de defensa como dios manda. Las dos partes de nuestro territorio mas amenazadas desde el exterior fuera de un tratado de defensa conjunta que nos ata hasta el paroxismo.

    Puede que ello fuera muy conveniente para «democratizar» el ejercito (no se que significa aún eso de democratizar el ejército, pero eso nos vendieron). Pero en 1981 con el 23 F los militares que mas pegas podrían haber puesto a esa «democratización» e intuyo que también a un tratado que deja Ceuta y Melilla tan expuestas .. pasaron a un segundo plano, y haber quien habría la boca. Muy patriótica esa adhesión que además tolera la presencia colonial en Gibraltar (y aún sigue).

    Con nuestra incorporación a la CEE en 1986 nos cargamos TODAS las ventajas que teníamos con el tratado de 1973 y no conseguimos muchas mejoras.. excepto el acceso a unos fondos de cohesión que (gestionados en gran parte por las Taifas) para lo que han servido es para corromper y desmembrar aún mas España.

    ¿Nos habrían dado esos fondos si hubieran sabido que se usarían para mejorar nuestras fortalezas competitivas y no para subvencionar a unas castas parasitarias y convertirnos en ese país de camareros que tanto ansían que seamos? No lo se.

    Y siendo el problema principal el de las Taifas, discúlpenme el que use ese término, pero es que es así. Cómo es posible que a los tres partidos que mas han puesto en duda su legitimidad, primero tímidamente con UPyD y después con Ciudadanos y ahora de manera mas explícita con VOX se les haya caído encima cómo se les ha caído. De tal manera que de UPyD no han quedado ni los restos, y Ciudadanos ha acabado admitiendo «cupo» cómo animal de compañía (mas su apoyo al Frankenstein) y sólo queda VOX al que se mira cómo si fuera poco mas menos que las divisiones del General Yagüe.

    Si el propio Marsé (que no creo que tuviera nada que ver con VOX), fallecido hace poco, decía «Nos han incrustado recuerdos falsos. Están creando imágenes de un pasado histórico que en un porcentaje bastante elevado es pura filfa. Están creando un pasado de fantasía en un país de fantasía. A la gente le emociona y le gusta mucho como una película de Disney» .. ¿que necesidad había desde antes de que falleciera Franco en que hayamos llegado a lo que vemos ahora?

    Comenta acerca de los que nos ¿une? esa especie de unidad del destino, en los servicios públicos (mayormente sanidad y educación) en lo universal. Como si sustituyendo la idea de Patria por unos Sanitas/Adeslas.. pero públicos mas becas gratis para todos fuera suficiente. Eso mas la elección del presidente de escalera por la comunidad de vecinos para que le eche un ojo a las cuentas del administrador, que a veces va demasiado al bar de enfrente (o sea, eso que llamamos elecciones y donde se discute que hacer con los vecinos morosos y si la derrama la dedicamos a decorar el portal o poner un ascensor nuevo).. como si ese proceso desustanciado nos fuera a dar mas libertad; cuando lo que vemos es que paises donde eso no es un simple proceso administrativo, Francia, USA… disfrutan objetivamente de mucha mas libertad.

    Amen de que aquí sanidad y educación son concesiones al Estado que nos han salido carísimas y que siguen haciendo que si uno de Madrid va de vacaciones a Andalucía y le pasa «algo» las pase canutas (por ejemplo). O que habiendo plazas libres en comunidades cercanas a Madrid (Comunidad) durante la crisis del COVID no se pudieran usar esas plazas cuando faltaban en Madrid (casos de Guadalajara, Segovia o Toledo con localidades cercanas pero en la Comunidad. Para colmo con una sanidad entonces centralizada debido al estado de emergencia.

    O que nuestra educación sea una basura. Y que además pase lo mismo que con la sanidad pero mas aún exagerado gracias a esas lenguas regionales que no se para que existen (conste que yo chapurreo catalán). Próximamente tendremos la síntesis de ambos delíros, que los próximos MIR se regionalicen y que el conocimiento de la lengua «propia» pese sobre los conocimientos médicos.

    Lo que es indudable es que ambos servicios, sanidad y educación, nos salen carísimos. Y de ahí (por que lo dicen nuestros gestores) tengamos que creernos que son estupendos. Lo cual como sabemos con la educación desde hace tiempo y ahora con el COVID no es cierto.

    Pero nos lo creemos, porque así nos hacemos la ilusión de que se estado de bienestar es cierto. Cuando es una entelequia que disfrutan en la práctica sólo unos pocos.

    Comenta que acerca de nuestro egoísmo por no querer compartir ese estado de bienestar con los que vienen de fuera con pocos recursos y que ese egoísmo es una de las pegas de nuestro patriotismo de nueva cuña.

    El error de base de su argumento es querer obligar a que la solidaridad sea obligatoria, y que lo sea a través del Estado.

    El problema es que se han cargado el patriotismo verdadero, lo han sustituido por una farsa estatista llamada Estado de Bienestar (muy ineficiente, para colmo de males), y ahora que el modelo falla le echamos la culpa a los VOX de turno.

    Lo que nos se puede aceptar, porque muchos dejarían de vivir del cuento, es que una gestión eficaz de sanidad y educación pasaría inevitablemente por centralizar las competencias retirando su presupuesto a las Taifas, mientras se introducen factores de competencia mediante privatizaciones y el cubrir las plazas no con funcionarios si no con personas que simplemente a las que simplemente se les garantizaran los mismos derechos laborales que si trabajaran en la Quirón, donde va nuestra vicepresidenta. Idem en educación, prestando atención al idioma y tomando cómo ejemplo el modelo alemán (que no parce que vaya mal).

    Con los excedentes, que habría que exigir, debidos a la mejor gestión, en vez de mas sopa boba se deberían afrontar rebajas fiscales que permitieran a los que se sintieran españoles o no, a pagar cuotas a ONG (esta vez de verdad, porque no vivirían de las cuotas del Estado) que atenderían las necesidades de los «migrantes», LGTBI, violencia contra la mujer (o quien sea), discriminación del pueblo gitano…

    Y eso SI QUE ES UNA VERDADERA SOCIEDAD CIVIL

    Y no depender de solidaridades «obligatorias» a través del Estado, donde que el parte y reparte se queda con la mejor parte. Que en el fondo sólo sirven para perpetuar el problema.

    Solidaridades que «obligatorias» que son las que ahora mismo están debilitando una nación tan patriótica cómo los USA, dividiendo y fragmentando su sociedad regando los problemas con gasolina. Allí la obligatoriedad pasa por ser fusilado socialmente si uno se desmarca de ciertas agendas que no han querido dejar claro para quien trabajan realmente.

    Un cordial saludo

    1. pasmao dice:

      A modo de anexo

      https://www.vozpopuli.com/economia-y-finanzas/bruselas-reformas-autonomias_0_1375663609.html

      Para que desde Bruselas acaben mas alineados con VOX (sabiendo de sus «simpatías» recíprocas) que con el resto de los partidos del arco parlamentario (Los que han tenido en su mano tras varias legislaturas de uno u otro color) la cosa debe de andar «grave».

  4. Ligur dice:

    Los patriotas no son solo los que se llaman así mismos … patriotas, los que lucen en la mascarilla-mordaza la banderita, los que cuelgan de sus balcones la enseña, los que gritan gobierno dimisión … que también podrían serlo.
    Creo que existen patriotas tantos como ciudadanos, (por lo menos más de la mitad), cada uno en su estilo y por supuesto, aparto a todos los que directamente proclaman la destrucción y la segregación de España, esto es, nacionalistas, separatistas catalanes y vascos y los partidos como Podemos y adláteres que les jalean y apoyan. Tiene huevos la cosa, jurar o prometer la constitución y así poder entrar en el poder, hacerse casta, para a la postre, querer dinamitar lo juramentado. Tendría que estar castigado por ley, eso y a los políticos que incumplen lo prometido en campaña electoral.

    Patriotas también pueden serlo los ciudadanos nada contentos, que critican a sus gobernantes anteriores y actuales, que no comulgan en como esta diseñada y en el incumplimiento nuestra constitución y que la monarquía les viene de largo.

    Me pregunto si hace 10 años, cuando la selección Española ganó el mundial de fútbol, donde la inmensa mayoría de los españoles olvidaron de ideologías y se aunaron en un solo grito en pos de la victoria; ¿eran patriotas o fue simplemente un ardor primitivo futbolero?.
    Me pregunto si el chispazo patriótico prendería en nosotros si fuésemos invadidos por otro país y tuviéramos que defender nuestro territorio.

    Los que pasamos ampliamente de los 50, hicimos el servicio militar y juramos bandera, ¿fue por que no quedó más más remedio o por realmente creíamos que éramos patriotas?, si es lo primero, actuamos hipócritamente como los podemitas.
    Servicio militar obligatorio versus objetores.
    A los objetores les doy mi admiración pues a pesar de que cuando empezaron los primeros tuvieron sus persecuciones, poco después salieron indemnes y prendieron la mecha para que se sumaran el resto y al final dejara de ser obligatorio el SM.

    Quiere decir esto que son más patriotas unos que otros, pues no. En el interior de un objetor se escondía un valiente, tanto como en el interior de un soldadito convencido.
    Desgraciadamente el ser humano aún no ha llegado a un punto evolutivo necesario y suficiente para que las naciones prescindan de tener un ejército.

    Lo que no me cabe duda es que en España, la cobardía en los ciudadanos aumenta a pasos agigantados desde hace muchas décadas.

    Cuidaros

  5. O'farrill dice:

    «Patria» es un concepto que pertenece a la intimidad de las personas y está ligado a su identidad en relación con los demás. La pena es que pueda ser retorcido torticeramente por los intereses ajenos. No se trata de la vinculación a un determinado territorio, paisaje, culturas, costumbres y tradiciones, sino que produce una forma de vínculo más trascendental en la sociedad, hasta el punto de morir en su defensa si es preciso.
    Todo esto, en un mundo donde los ideales se han ido por el desagüe, puede parecer anacrónico, como lo puede parecer su versión poética: «mi patria eres tú» (dicen los enamorados como metáfora de lo más importante). Ahora decimos que nos sentimos parte del mundo y actuamos como tales, pero cuando -en mi caso- regreso a mi pueblo y veo desde lejos el campanario de la iglesia, algo en mi interior se conmueve al reconocer (cuando es posible) los rincones de calles, las viejas casonas, el trazado urbano donde jugábamos de niños, el colegio donde acudíamos….. La patria pequeña viene a ser y a expresar lo que es la patria-nación donde convivimos y sobrevivimos a los mismos problemas las mismas gentes y con las mismas necesidades ajenas a la manipulación diaria de la política y sus medios de comunicación. Donde nos reconocemos y respetamos como diferentes en identidades concretas, pero iguales en el cada día y sus afanes.
    Lo más grave que puede ocurrir a muchas personas es el desarraigo del territorio (su patria) y a eso se están dedicando desde hace años los intereses de la llamada «filantropía» subvencionada: a un genocidio encubierto de gentes a las que, de una u otra forma, se las arranca de sus raíces bajo pretendidas justificaciones humanitarias que esconden intereses muy diferentes.
    Un saludo.

  6. Manu Oquendo dice:

    EL PATRIOTISMO EN GENERAL

    Notas de una conferencia reciente de mi buen amigo Alfredo sobre esta cuestión

    Lo primero a destacar es la indudable trascendencia del patriotismo para cualquier comunidad humana. El patriotismo, como pilar central de la convivencia civil, es la creencia fundamental de pertenencia fraterna y profunda a un grupo o comunidad humana:

    Por lo tanto es un Valor moral, una Virtud deseable, porque es Factor de Unidad y Cohesión. Es decir, dos BIENES universales de cualquier COMUNIDAD.

    Por la misma razón es un valor que debe inculcarse y protegerse a través de la cultura social, de las costumbres y de la acción política. De manera especialmente significativa a través de los sistemas de enseñanza, que suelen intentar inculcar el patriotismo como un valor de las generaciones más jóvenes.

    Es un valor que implica un sentimiento profundo, un deseo de pertenencia, y el consiguiente orgullo que acompaña a ese sentimiento.

    Además, contribuye a forjar la Identidad colectiva de un pueblo. Es un factor creador de Fortaleza Social de Primer orden. Tanto es así que se distingue a los enemigos de una Comunidad porque lo primero que harán es Intentar Socavarlo del mismo modo que intentarán destruir la Historia, la Cultura y la tradición de una Nación y sus Símbolos.

    Los últimos cincuenta años, por ejemplo, la idea cultural de PATRIOTISMO ha sido un objetivo as destruir. Hay orgullo de cualquier cosa menos de la Patria Común. ¿Casualidad o diseño?

    2. La segunda idea fuerza es su significación profunda: del griego Pater, Patriotes, el compatriota de padre, raíces comunes. Muchos creen que su raíz es latina pero es muy anterior, incluso al griego.

    Cuatro ideas sobre la significación del patriotismo:

    1º.- El patriotismo implica un sentimiento de adhesión y afección a la propia nación; a través de creencias y sentimientos de amor, de lealtad, de orgullo de pertenencia y de preocupación por los destinos y avatares de la propia Nación; sentimientos todos ellos que forman parte de la pasión del patriota.
    Amor a la propia nación y a todo lo que forma parte de la Identidad Colectiva y que nos constituye como lo que somos, la cultura, la historia, el arte y las letras, el paisaje, etc.

    Y también la preocupación por los demás, que No son Terceros Ajenos sino los «nuestros», los com-patriotas.

    2º.- Es fundamental también tomar conciencia de que estas creencias y sentimientos se adquieren, se aprenden, se transmiten, de padres a hijos en el seno de la familia, de los maestros a los pupilos en la escuela, en las instituciones públicas y de iniciativa social y en la sociedad en general; y sobre ellas se forman reacciones motivacionales y emocionales.

    Y eso tiene un valor en sí mismo para una sociedad, para un grupo, para una nación.

    De igual modo, no hacerlo constituye por sí mismo un contravalor, una verdadera Patología que normalmente conlleva un ánimo destructivo de la propia comunidad para, inevitablemente, debilitarla. Es la forma de guerra aparentemente incruenta pero eficaz hoy conocida como creación de Zonas o Territorios Grises.

    3º.- Por lo demás, el patriotismo tiene implicación directa en la conducta y el comportamiento del patriota; implica Generosidad, Desprendimiento, Gratuidad.

    Pero implica también Compromiso cívico, social y político; un Compromiso de SERVICIO. Venimos a SERVIR, no venimos a SERVIR-NOS..

    Además, el patriotismo apela al sentido del deber y del sacrificio patrióticos: de los propios intereses en aras de un bien mayor, que es el bien de la Patria y que pueden llevar al máximo sacrificio, como puede ser la entrega de la vida por la Patria.

    4º.- Es importante que el patriotismo sea concebido como un valor o una virtud, y por consiguiente NO ES REFERIBLE a ideologías o afiliaciones políticas específicas, ni por culto o glorificación a un líder o gobernante, como ha ocurrido en determinados momentos de la historia.

    El patriotismo debe ser Incondicional; esto es: al margen del régimen político establecido, con independencia de la política desarrollada y sin perjuicio de la ideología o de los valores imperantes.

    En definitiva, el sentimiento de adhesión que implica el patriotismo no puede ni debe hacerse depender de factores transitorios o coyunturales.

    Pero, de igual modo, el patriotismo no admite apellidos como «El patriotismo constitucional» o el «patriotismo social».

    Por último, el patriotismo se distingue de conceptos como el Nacionalismo, el Etnicismo o con el conocido como Chauvinismo.

    Si procede lo desarrollaremos en otro momento.

    Un saludo y gracias por abordar un tema que se ha tratado de destruir de forma infame.

    Un saludo

  7. Ligur dice:

    Visto lo visto, en este país nadie hace nada por detener la sinrazón que estamos viviendo.
    A los etarras condenados por terrorismo y delitos de sangre los mandan a su territorio como recompensa, han intentado a toda costa excarcelar a los golpistas catalanes pero un juez valiente lo ha impedido, el gobierno que tenemos se chotea del pueblo y se alía con los que desean desarticular España.

    Las trampas de sanidad ocultan datos de miles de muertos en todo el territorio y la inacción en la que incurren. El coladero por Barajas o por el Mediterráneo donde las autoridades se niegan a realizar Pcr para detectar nuevos infectados. La negación de hacer acopio de material sanitario para hacer frente ante los brotes que se están produciendo.
    El dinero de los contribuyentes se despilfarra en ministerios, ONG’s y asociaciones absurdas con la que está cayendo, mientras que los Autónomos y Pymes, fábricas y agricultores se van desangrando por el camino ante la pasividad del gobierno.

    Estamos viendo y viviendo el comportamiento de los políticos social-comunista, aliados con el eje globalista imperante en medio mundo, el eje del mal, donde la pequeña cabeza y peón de brega visible es Soros.
    Nadie sabe y ningún medio de comunicación se hizo hecho eco (salvo ABC), quien fue el artífice del grotesco e infame acto masónico y luciferino que tuvo lugar en el palacio de oriente, donde se reunió sin rechistar desde la monarquía, el clero hasta miembros de la irresponsable Oms, sin que TODOS los muertos a los que se les debía rendir culto, obtuvieran una oración Cristiana, Judía o Musulmana. ¿que está pasando, quien está gobernando este país, que tienen en mente que ocurra?…

    En momentos de guerra, en Estados Unidos, cuando un grupo militar se encuentra sobrepasado por el enemigo y en momentos especiales, cuando peligra la vida de los soldados, pueden declarar “Flecha Rota”. Ante esa declaración, que el enemigo se meta bajo tierra o desaparezca del mapa, porque la que se les viene encima es cojonuda. Lástima que en España no exista una declaración Civil para estos casos y que cada español la declare abiertamente pidiendo ayuda, por que la se nos viene encima en un par de meses va a ser dantesco.

    No se que patriotismo debería aflorar en esta España ante tan tamaña presunta criminalidad, desvergüenza e hipocresía de los políticos que gobiernan.
    Si brotara un patriotismo de los “duros”, no vengamos luego gimoteando y culpando.
    ¿Quien se atreve a ponerles el cascabel y pararles los pies?

    Buen verano y cuidaros

  8. Manu Oquendo dice:

    La situación que describe Ligur no es flor de un día ni ha surgido de repente.

    Lo que ahora sucede es que muy lentamente pequeños grupos de personas se van dando cuenta de lo que ha sucedido a lo largo de los últimos sesenta o setenta años.

    A medida que lo perciben comienzan a entender la labor que habría que realizar, con muy escasos medios, para contrarrestar tanto esfuerzo, desde frentes diversos y no siempre visibles y, por su fuera poco. FINANCIADOS por las propias víctimas de esta labor de destrucción social que no ha dejado rincón de la vida humana libre de ruptura.

    Esta labor es inmensa con medios. Sin ellos es prácticamente imposible.

    Entre otras cosas porque, fundamental y estratégicamente, es un esfuerzo de DISCERNIMIENTO y de COMUNICACIÓN que demanda dedicación bastante intensa por parte de una población sin tiempo y angustiada por el proceso de Pauperización generado por el Sistema de Poder Social que, para afianzarse, ha ido creando la fragmentación de la sociedad, la desaparición de sus raíces y la destrucción de sus valores.

    El sistema avanza hacia el Caos Totalitario y cualquier reconstrucción tendrá que apoyarse en un esfuerzo privado de Estudio (para Discernir) y Comunicación (de lo discernido).

    Este foro es un nodo de ese mundo que comienza a tejerse. Será lento, los mayores no lo veremos pero somos quienes hemos de tirar del carro y dar ejemplo. Nuestros hijos no tienen tiempo y nuestros nietos bastante tienen con librarse de las taras que les inoculan desde la guardería. Otro campo de batalla bien aprovechado por nuestros amos destructores.

    La cosa ya ha comenzado a moverse porque el sistema que han creado está en un colapso material y moral perfectamente perceptible.

    Saludos

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