Empleados públicos y privados, ¿se justifica esa diferencia de trato?

Es evidente que la crisis del coronavirus ha sido un hachazo para la economía de España. Pero, quizás lo peor es no saber cuánto nos puede costar salir del agujero y lo que esto significará en términos humanos.

A primera vista, el dato macroeconómico más impactante es el que habla de una caída de la producción económica durante el año 2020 del 11% del PIB; es decir, 130.000 millones de euros perdidos: más del doble de lo que se gasta este país en la sanidad pública. Habría que remontarse al comienzo de la Guerra Civil, en 1936, para encontrar un destrozo mayor.

En apenas seis meses del 2020, el Covid se llevó por delante 207.000 empresas; una de cada seis de todas las que componen nuestro tejido productivo. Durante esos meses, cada día que pasó este país asistió al cierre de 1.150 empresas. 

Pero, hablar en términos de PIB puede sonar demasiado lejano. Hay que descender a datos que puedan “palparse” más si queremos entender mejor lo que está pasando.

Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), en apenas seis meses del 2020, el Covid se llevó por delante 207.000 empresas; una de cada seis de todas las que componen nuestro tejido productivo. Durante esos meses, cada día que pasó este país asistió al cierre de 1.150 empresas, una por cada minuto y pico. Tremendo.

Y según los expertos, el impacto pudo haber sido mucho peor de no ser por el efecto amortiguador de los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) y las ayudas a los trabajadores autónomos, en los que el erario público se ha dejado ya unos 35.000 millones.

Pero, los ERTE son parches para salvar una crisis temporal y, si esta se alarga demasiado, acaban siendo insostenibles, tanto porque el gasto público puede llegar a niveles imposibles de financiar, como porque muchas empresas no puedan aguantar más y decidan cerrar, en cuyo caso sus empleados pasan del ERTE al paro.

El pasado mes de noviembre eran más de 900.000 las personas acogidas a un ERTE; pero esto sigue: entre el 11 de enero y el 11 de febrero han sido 167.000 las que han tenido que acogerse a un ERTE, lo cual nos da una idea la fragilidad de la situación para muchas empresas y trabajadores.

En semejantes circunstancias sorprende el tratamiento dado por el Gobierno a los empleados públicos.

Con 622.000 empleos perdidos durante el año pasado y unos ERTE que pueden irse traduciendo en más despidos, el panorama es preocupante. Y a eso, se suma la gran incógnita de cuándo se van a terminar de una vez las restricciones por el Covid que permitan a las empresas intentar recomponerse.

Es decir, tenemos la economía productiva cogida con alfileres.

En semejantes circunstancias sorprende el tratamiento dado por el Gobierno a los empleados públicos.

Cuando estábamos confinados, en abril y mayo, hablando de esta situación con mi mujer y siendo ambos funcionarios, yo le comentaba que a mí no me cabía duda de que el Gobierno aplicaría una reducción salarial importante a los empleados públicos. Ya entonces, y sin conocer todavía los datos anteriores, las razones me parecían obvias: con empleos garantizados de por vida y unos niveles salariales que, en promedio, no son peores que los del sector privado, el Gobierno no tendría más remedio que decirles a los empleados públicos que, en comparación con los del sector privado, son unos privilegiados y que tendrían que “arrimar más el hombro” para sacar al país adelante; tanto por el dinero público que liberaría para emplearlo en más ayudas directas a las familias y a las empresas, como por la imagen de equidad y solidaridad que trasladaría a la ciudadanía.

Sin embargo, tanto el Gobierno como el Parlamento han decidido hacer justo lo contrario: subir el sueldo a los funcionarios.

De acuerdo con la Encuesta de Población Activa del INE, España tiene alrededor de 3,3 millones de empleados públicos entre todas sus administraciones públicas, organismos autónomos, agencias, entidades empresariales y demás organismos. En el año 2018, la masa salarial de estos empleados superaba los 127.000 millones de euros.

Si se hubieran recortado las nóminas de todos los empleados públicos en un 10%, por decir algo, se habrían podido disponer de unos 13.000 millones más.

La subida de sueldo que se ha aprobado para el 2021 es de un 0,9% que, en total, se estima que costará unos 1.500 millones de euros. Si se hubieran recortado las nóminas de todos los empleados públicos en un 10%, por decir algo, se habrían podido disponer de unos 13.000 millones más (además de ahorrarse los 1.500 anteriores), que seguro que habrían sido muy útiles para esa reactivación de la economía que tanto necesitamos.

Es cierto que, como dicen los representantes sindicales de los trabajadores públicos, desde 2010 este colectivo ha perdido entre un 12,9% y un 17,9% de su poder adquisitivo. Y, añado yo, si además aspiramos a tener unas administraciones públicas modernas y eficaces es necesario, junto a otras medidas más importantes, pagar sueldos que permitan atraer y conservar a buenos profesionales.

Es decir, no es una buena política reducir el sueldo a los empleados públicos. Pero, la situación que atravesamos es tan excepcional que, ahora, lo prioritario es dedicar todos los recursos públicos que se puedan en reactivar a las empresas privadas, que son, en definitiva, el motor de la economía productiva.

En algo nos estamos equivocando como país cuando, en el año 2020, el sector privado ha perdido casi 750.000 empleados mientras el sector público ha aumentado sus plantillas en 125.800 personas.

(…) tendríamos que plantearnos si todas y cada una de las diferencias que existen entre los empleados públicos y los privados están realmente justificadas por el bien de la sociedad.

Personalmente estoy convencido de que necesitamos un sector público eficiente, máxime cuando muchas de sus áreas de actividad, como por ejemplo defensa, justicia o la representación diplomática, entre otras muchas, solo pueden ser realizadas por el sector público.

Pero, tendríamos que plantearnos si todas y cada una de las diferencias que existen entre los empleados públicos y los privados están realmente justificadas por el bien de la sociedad.

4 comentarios

4 Respuestas a “Empleados públicos y privados, ¿se justifica esa diferencia de trato?”

  1. O'farrill dice:

    Hay otra cuestión más importante: ¿porqué los empleados públicos en una gran mayoría no tienen presencia física en el trabajo como el resto de trabajadores privados? Habría que haberles dado la opción de reducir jornada laboral bajando sueldos o mantenerlos con asistencia a su puesto de trabajo.
    Lo cierto es que, desde hace bastantes años, los empleados públicos (no los funcionarios) han sido una de los sectores clientelares de la política más directos. Probablemente el porcentaje de votantes en Cataluña se relacione con el número de personas que, de una u otra forma reciben prestaciones o subvenciones públicas.
    El crecimiento exponencial de empleados públicos ha coincidido además con el crecimiento de la externalización de servicios públicos. Un ejemplo nuestra RTVE donde la plantilla parece que se dedica a proyectos propios que vender luego a la propia casa…. Y no pasa nada. Si hablamos de excrecencias administrativas de todo tipo sumamos una buena cantidad de personas que, de una u otra forma, dependen de los presupuestos. Si añadimos lo que está suponiendo de corrupción el funcionamiento de las muchas administraciones públicas, veremos que las soluciones no son puntuales sino estructurales.
    En España había dinero, había riqueza suficiente para considerarnos libres y seguros. Por eso había que romper la situación, destrozar la iniciativa particular (que no fuera de los «nuestros») y la seguridad personal a través de unas crisis predeterminadas. Y se ha conseguido precarizando todo. Desde la seguridad jurídica imprescindible, a los impuestos, tasas, sanciones, etc,…hasta la desincentivación de cualquier proyecto, de cualquier idea, de cualquier aportación social que no fuera pública…. Eso crea dependencia directa y el dueño del corral repartirá alimento presupuestario o castigo a sus animales según se porten. Es hora de recordar el gran libro de Orwell «Rebelión en la granja».

  2. RBCJ dice:

    De todo esto el turismo y actividad asociada representa:
    España cerró 2020 con un desplome del PIB turístico (actividad directa e indirecta) de 106.000 millones de euros.
    También tuvo un gran impacto en el empleo, con 728.000 puestos de trabajo afectados a final del año: 435.000 en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y 293.000 personas que perdieron su trabajo.
    Esos 13.000 millones detraídos de los salarios públicos, un 10% parece mucho, sin duda hubieran ayudado. Pero, yo no soy funcionario, mi mujer sí, siempre resulta fácil identificar al colectivo de los funcionarios, sacar conclusiones y hacer números. En el sector privado ha habido reducciones de salarios, desconozco cuánto y cómo, y desde luego con el teletrabajo tengo la sensación que en algunos ramos se ha trabajado hasta más. ¿Habrá sido un 10% la perdida salarial privada?. El Estado no puede bajar los sueldos privados, solo subir el IRPF, podría haberlo hecho con los empleados públicos, pero supongo que se disponen de estadísticas donde hay una fidelidad electoral al gobierno de turno, que este no quiere romper. Ya Zapatero lo hizo en en 2010, un 5% redujo las nóminas públicas ..y no le fue bien
    Luego viene el tema que si mi dinero va a ayudas a los ciudadanos que forman parte de una cola del hambre , con perfecta trazabilidad, yo admito que se traspase a esa cuenta y a esas organizaciones con una supervisión pública. No me vale que simplemente desaparezca de la nómina.
    En el fondo hay desconfianza del uso publico en una bolsa común de ese dinero. ¿Dónde fue..?.
    Pero sí está claro que ha sido una opción que a este gobierno no le ha gustado.
    Pero ese número de 106.000 millones de reducción de renta, solo por turismo y relacionados, en un año asusta…No se recupera esa renta de la noche a la mañana. De hecho los 27.000 millones que se han adelantado en el presupuesto para 2021 del Mecanismo de Recuperación MRR suenan a poco, aparte de la dificultad real de llegar a gastarlos.
    Y sí con los 125.000 nuevos empleados públicos, aumentamos las necesidades del presupuesto para 2021 en otros ¿4.000 millones?, más lo que corresponda a los propios funcionarios que se hayan jubilado en 2020. Dinero y más dinero.
    Pero todas estas medidas son fáciles. Dónde poner los 140.000 millones públicos del MRR y multiplicarlos por cuatro con fondos privados sí parece un reto de titanes para este gobierno. ¿Tenemos fe, esperanza y caridad?.

  3. R. Estévez dice:

    No me imagino a este gobierno haciendo nada que crea que les va a perjudicar electoralmente y muchos menos en un entorno laboral que es el primero en ver sus tropelías cotidianas.

  4. Loli dice:

    ¿Puede darse una gestión política enajenada de un Estado, medianamente conformado, con dificultades pero con posibilidades de solvencia, de tal calibre que en poco tiempo y ante casi las sorpresa y el shock de hasta sus propios integrantes, acabe haciendo fallar ese Estado?.

    Pues, parece que sí, y tengo la impresión que es algo que puede estar sucediendo ante nuestros atónitos ojos, sin lograr ni siquiera preguntarnos qué es lo que está sucediendo y por qué no parece que podamos hacer nada.

    Ya el planteamiento del artículo atisba el desconcierto que supone, para aquellos conocedores del funcionamiento del propio Estado, es decir, para los propios funcionarios, el hecho de que ante una debacle económica que la crisis sanitaria ha incrementado y echado a rodar, la gestión se base en incrementar el gasto burocrático no productivo mientras se hacen omisión dignas de ser prácticamente juzgadas por negligencia, como el hecho de no ayudar al pequeño empresario al que se le ha prohibido trabajar, olvidarse y pasarse el plazo de ayudas de la Unión Europea para ese mismo problema en el sector turístico, ocultar de manera deliberada un informe del Consejo de Estado donde se advierte que el dinero prometido y en el que se basan todas las “ocurrencias” del ejecutivo, puede que no llegue por desconfianza en su aplicación, la salida de la “chistera” del “conejo” de once mil millones, ahora, para ayudas directas que debieran haberse puesto sobre la mesa hace un año, ahora ya cerca de cinco millones de personas se van al paro porque sus empresas….cierran.

    “¿Qué es un Estado Fallido? Dices mientras clavas en mis sentidos tus metálicos mensajes”
    “¿Qué es un Estado Fallido? Estado Fallido ¿Y tú me lo preguntas?….Estado Fallido, es el nuestro, desgraciadamente.

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