En manos de extremistas

Nadie es ajeno a la enorme polémica que se ha desatado últimamente en España al haber pactado Pedro Sánchez su investidura como presidente de gobierno con partidos extremistas que lo son tanto en cuanto a su ideología izquierdista como por sus aspiraciones separatistas a las que no han renunciado en ningún momento. El caso que más ríos de tinta ha hecho correr es el pacto con Junts per Catalunya, un partido cuyo responsable es prófugo de la justicia desde hace varios años y que ha obligado al presidente Sánchez a aceptar, entre otros temas, lo que negaba hasta dos días antes de las elecciones, léase la concesión de una amnistía a los implicados en el denominado procés catalán y la negociación de PSOE y Junts mediante un verificador internacional.

Éstas y otras concesiones se han considerado inadmisibles y humillantes por el ala conservadora del congreso así como por buena parte de la población española.

El peso que han obtenido en la negociación tanto Junts como el resto de partidos minoritarios que han apoyado al gobierno para la investidura es absolutamente desproporcionado para el número de votos que han obtenido en las elecciones. Es significativo el caso de Junts que con solo 7 escaños frente a los 122 del PSOE, ha conseguido doblar el brazo a este partido consiguiendo prácticamente todas sus reivindicaciones. Algo similar ocurre con el resto de partidos minoritarios, que han hecho valer su número reducido de escaños a fin de conseguir sus objetivos. Pocos escaños, sí, pero imprescindibles para conseguir los 176 votos que se necesitan de mayoría para obtener la investidura.

No es el de Junts el único caso, todos los partidos minoritarios han negociado concesiones del partido mayoritario a fin de dar su voto. Esto se hace ya de manera explícita y así lo ha hecho el PNV entre otros afirmando que estas negociaciones eran una oportunidad para conseguir sus objetivos particulares. Estamos hablando del gobierno de la nación entera pero lo que los partidos minoritarios nacionalistas utilizan estas negociaciones para conseguir las más de las veces beneficios para su área geográfica, sin mirar si eso perjudica a otras zonas del país. Es un proceso que se realimenta ya que los votantes de esas regiones ven que es útil votar a esos partidos ya que obtienen ventajas adicionales. Es un asunto del que ya traté en otro artículo por lo que no voy a profundizar.

Hay que tener en cuenta que las probables presiones al gobierno no se van a acabar en la negociación de la investidura, sino que la aprobación del techo de gasto, de los presupuestos y de cada una de las leyes va a requerir, dado lo ajustado del resultado electoral, de nuevas negociaciones que supondrán nuevas concesiones.

Estamos en definitiva ante una situación de difícil gobernabilidad que va a obligar al gobierno a continuos pactos y cesiones.

Otro tema es que, como comentaba Isaac Salama en un reciente artículo, Sánchez haya conseguido su investidura sabiendo que las concesiones que ha hecho pueden tardar mucho en materializarse, si es que no se encuentran con algún impedimento mayor que no esté en las manos del ejecutivo remediar.

Por la parte del espectro político que ha apoyado a Sánchez (izquierda y nacionalistas) vemos una aglutinación de intereses que tienen en gran parte su fundamento en el rechazo al bloque de derechas formado por Partido Popular y Vox. El miedo a este último partido (y así lo declaró el propio Sánchez) es lo que ha catalizado en gran medida no solo la unión de estos partidos, sino el menor voto de los electores hacia las derechas (cuando muchas de las encuestas daban a este bloque como ganador). El rechazo de los partidos de izquierda a Vox es lógico desde el punto de vista político, el de los partidos nacionalistas es por supervivencia ya que este partido amenaza no solo sus privilegios sino incluso su supervivencia.

Como comentario al margen con respecto a los partidos de izquierda de este bloque no sé si lo que ha tenido Sánchez ha sido suerte o es fruto de una jugada maestra al haber conseguido que el partido a su izquierda se rompa en dos formaciones (Sumar y Podemos). Ya se sabe aquello de “divide y vencerás”. La consecuencia a medio plazo de esta separación va a ser el debilitamiento de estas formaciones.

En el bloque de la derecha, a pesar del avance electoral de PP, éste no fue suficiente para conquistar el gobierno, aun con la ayuda de los votos de Vox. Las actitudes de este último partido no rechazando claramente la violencia machista y promoviendo una respuesta dura frente a la emigración, entre otras razones, provocan la animadversión no solo de los partidos de la izquierda y nacionalistas, sino de muchos votantes que no son de izquierda pero que son conscientes de que si votan a PP, estarán facilitando que Vox gobierne en coalición con lo que incluirá medidas de su programa en el gobierno resultante.

En ese sentido el hecho de que, después de las elecciones locales y autonómicas, se formaran varios gobiernos en algunas comunidades del PP con Vox hizo que este argumento se demostrara por la vía de los hechos.

La realidad es que todo esto nos ha llevado a un ambiente cada vez más polarizado en la política que se respira en todos los ambientes y que está dando lugar incluso a conatos de violencia, como los ocurridos frente a la sede del PSOE en Madrid.

¿Hay alternativas a esta situación de dependencia de los partidos con respecto a los partidos minoritarios extremistas? Vamos a analizar algunas de las posibles.

La primera y más obvia es que los votos dieran una mayoría a un partido o a una coalición sin tener que depender de los votos de partidos minoritarios.

En las pasadas elecciones PP, Vox y UPN obtuvieron un total de 170 escaños, muy cerca de la mayoría necesaria de 176 escaños, pero no suficiente, ni siquiera con la posible ayuda del escaño de Coalición Canaria. Ahora bien, las votaciones tienen siempre un grado de incertidumbre por lo que estos partidos podrían haber conseguido una mayoría absoluta y eso en ocasiones depende de hechos recientes que influyen en el electorado indeciso (por ejemplo la formación de gobiernos PP Vox que he mencionado antes).

¿Repetir las elecciones supondría un cambio en los resultados? No está claro. Puede ocurrir o no, con lo que corremos el peligro de estar otra vez en la misma situación con el desgaste que supone para la clase política el tener que repetir las elecciones.

Otra alternativa es la de cambiar el sistema electoral.

El sistema electoral español al Congreso de los Diputados (al que me voy a circunscribir) se basa en un sistema proporcional modificado por el método D’Hondt.

Un sistema proporcional es el que asigna un número de escaños en relación directa al número de votos recibidos. Hay que tener en cuenta que este sistema necesita de algún ajuste en todos los casos ya que, en un extremo, habría que asignar décimas de escaño a un partido, lo que no es posible.

El sistema propuesto por el belga Victor D’Hondt en 1878 tiene como efectos prácticos que asigna algunos escaños más a los partidos mayoritarios en cada circunscripción electoral. Esto favorece a los partidos grandes en el ámbito estatal y a los minoritarios en ese ámbito pero que tienen concentrado su voto en determinadas áreas, caso de los partidos nacionalistas. Perjudica a los partidos estatales cuyo voto está muy fragmentado, que era lo que le pasaba a Ciudadanos (y a Izquierda Unida en su momento) y por eso abogaba por un cambio de la ley electoral. En el caso español se aplica adicionalmente en la mayor parte de las elecciones un umbral del 3% de manera que los partidos que no obtienen ese número mínimo de votos no obtienen representación. El sistema D’Hondt se utiliza en un número importante de países.

En la práctica, en el cálculo de asignación de escaños tiene una importancia muy grande el tamaño de la circunscripción. En el caso de España las circunscripciones electorales son las provincias (más Ceuta y Melilla).

Un sistema proporcional puro con circunscripción única de toda España que asignara un número de escaños estrictamente proporcional al número de votos no nos cambiaría totalmente el panorama. Perjudicaría al PP y PSOE, y beneficiaría a Vox y Sumar. Los partidos minoritarios nacionalistas quedarían con pequeñas modificaciones. El bloque PP, Vox, UPN, CC sacaría del orden de 167 escaños frente a los 183 del bloque opuesto. Curiosamente en este caso el PSOE conseguiría unos suficientes 177 votos con los socios actuales pero sin necesidad de contar con Junts (los cálculos no son exactos ya que depende del redondeo que finalmente se haga para obtener un número determinado de escaños).

He de advertir que todos los cálculos hechos en este artículo están basados en los resultados electorales de estas últimas elecciones por lo que las combinaciones posibles pueden cambiar en otras votaciones. Es más apropiado que nos centremos en la filosofía que hay detrás de cada sistema electoral ya que no es algo que se pueda cambiar a capricho.

El modelo vigente en el Reino Unido es el llamado sistema mayoritario que, a diferencia del caso anterior, establece unas circunscripciones pequeñas en las que solo sale elegido un diputado, el más votado. Este sistema favorece el contacto de los candidatos y del diputado elegido con los electores. Su consecuencia es que son barridos los partidos que, aun teniendo votos en todo el país, los mismos son minoritarios, pero sí permite la representación de dichos partidos cuando tienen un voto concentrado en determinadas zonas.

En España con más de 35 millones de potenciales electores y 350 escaños en el Congreso, esto nos daría circunscripciones del entorno de 100.000 electores, es decir, por poner un ejemplo, tendríamos circunscripciones que cubrirían ciudades medianas, comarcas o barrios en el caso de las grandes ciudades.

No he podido hacer el cálculo exacto de cómo hubieran quedado los resultados de las últimas elecciones con este sistema pero me atrevo a pensar que, dado que el PP sacó mayoría en la mayor parte de las provincias, el efecto hubiera sido favorable a dicho partido. No obstante esto rompería con el consenso constitucional en el que sus redactores pactaron un sistema que permitiera un mayor poder de influencia a los partidos minoritarios, entre ellos a los nacionalistas.

Otra vía sería la de que existiera uno o más partidos de centro que, con vocación de representar a todos los españoles, hiciera de bisagra entre los grandes bloques de derecha e izquierda y pudiera dar sus votos a unos otros sin que éstos tuvieran que depender de sus extremos.

Un partido de este tipo (como en su día fue Ciudadanos) hubiera permitido por ejemplo prescindir de los votos y los condicionantes de Junts, EH Bildu y quizá otros. Podría permitir al PP, si el número de votos es suficiente, no necesitar el apoyo de Vox y al PSOE el de Sumar/Podemos. El poder que actualmente ejercen los partidos extremistas disminuiría. Se reducirían por otra parte los cambios bruscos de política cuando se pasara de gobernar un bloque a hacerlo el otro (se podría aspirar por ejemplo a crear leyes como la de Educación que perduraran en el tiempo y fueran fruto del consenso). Lógicamente debería ser un grupo dispuesto a pactar con los partidos mayoritarios a fin de hacer de bisagra efectiva.

Todo esto no deja de ser política ficción ya que, por una parte, la opción más viable de esta alternativa de centro, Ciudadanos, ha malgastado su oportunidad cometiendo un error tras otro, y el electorado no vota al que intuye que es caballo perdedor.

Por otro lado, el clima de polarización creciente imperante no solo en España sino en todo el mundo, hace que estas opciones (que implican moderación y consenso) no estén de moda y sean poco factibles en este momento.

Finalmente existe la posibilidad de que en un futuro las opciones extremistas pierdan apoyo electoral (es posible que esto forme parte de la estrategia de Sánchez buscando desactivar el apoyo al independentismo a base de concesiones) y nos encontremos con la primera de las alternativas planteadas en la que, incluso con el mismo sistema electoral y partidos existentes, haya otras fórmulas de gobierno que no dependan de cesiones a esos partidos.

Este artículo ha pretendido en suma constatar la realidad actual de nuestra situación política en la que partidos extremistas pueden condicionar toda la política nacional por la fuerza de sus escasos votos y la dificultad de que esta situación cambie. La situación me parece claramente poco deseable pero no hay que perder la esperanza en que cambie en un futuro (cosas más raras se han visto).

7 comentarios

7 Respuestas a “En manos de extremistas”

  1. Rafa dice:

    Es legal y lícito en nuestro ordenamiento, para un partido político, pactar con cualquier otro del arco parlamentario, incluso modificando el programa electoral con el que se presenta a las elecciones en función de circunstancias ajenas y explicadas por el partido que las realiza, pero con una condición, que es atenerse a no alterar las normas del juego democrático establecidas entre todos. Y nuestro gobierno ha trascendido casi todas.

    Independientemente del sistema electoral que se utilice, los votantes de un partido, lo son en principio, en función de un programa; a pesar de la aplicación de la ley D,ONT, que has explicado perfectamente, si hubiera listas abiertas o cualquier otro sistema que fuera usado en democracia, existen unos parámetros que se deben cumplir, como la separación de poderes, la independencia de las instituciones y el no entorpecimiento del buen funcionamiento del ejercicio de la vida política.

    Pere Aragonés, presidente de la Generalidad de Cataluña, nieto de un alcalde franquista e hijo de constructor inmobiliario que en los 70 tuvo problemas con la justicia por su actividad, anunció en el diario Financial Times, que el próximo paso a dar en Cataluña es el referendum de autodeterminación, (del que el gobierno en pleno ha negado su posibilidad una y otra vez, por su inconstitucionalidad, así como de la amnistía que tampoco incluyó el PSOE en su programa electoral).

    Junts per C., por el pago de los 7 votos imprescindibles para la presidencia del gobierno, exige una amnistía, negada por el presidente antes de las últimas elecciones, que somete a control mensual con un mediador salvadoreño desde el extranjero al gobierno de España de su cumplimiento, con la intención de incluir en ella a personajes en curso de, o procesados por trafico de drogas, malversación de caudales públicos o terrorismo, como son Laura Borrás, Marta Rovira, Gonzalo Boyé o la familia Pujol.

    Para justificar el pago de los votos con la impunidad que dará la amnistía, Pedro Sanchez, esgrime el argumento de una pacificación del conflicto catalán, con un independentismo prácticamente muerto (menos de 1.000 manifestantes en la última diada, cuarta y quinta fuerzas políticas de Cataluña, que también da pie a otros socios de gobierno a exigir un precio por sus votos, en detrimento del resto de comunidades: por estos hechos, entiendo que el partido del gobierno ha engañado a sus electores de tal manera que a mi juicio se ha producido un atentado contra cualquier forma democrática, por lo que solo este relato debiera invalidar el resultado de las elecciones.

    Para llevar a cabo sus planes además está realizando un ataque frontal contra todas las instituciones que todavía no ha colonizado o controla y que se han manifestado en contra de sus medidas, como son:

    ( CGPJ, tribunales autonómicos, asociación de fiscales, foros de profesores, abogados, letrados y procuradores, asociación de diplomáticos, de inspectores de hacienda, de trabajo y de seguridad social, interventores del estado, funcionarios y cuerpos superiores del tribunal de cuentas, cuerpo superior de técnicos, algunos notarios, asociación española de guardias civiles, confederación española de policía
    Medios de comunicación: El Debate, ABC, El Mundo, La Razón, Libertad Digital, Voz Pópuli, Cadena Cope, 20 Minutos, el Heraldo de Aragón, y un largo etcétera.
    Además de movilizaciones y manifestaciones civiles a lo largo y ancho del país.

    En definitiva, creo que el artículo de referencia, es acertado en las condiciones normales que concurren a unas elecciones. En el caso de Pedro Sanchez parece un eufemismo hablar de cambios en las normas electorales, pues este individuo, no duda en reinterpretar la Constitución, en contribuir a reescribir la Historia o en el incumplimiento permanente de lo que promete para su continuidad en el poder; trasciende y modifica en su beneficio sin escrúpulo, cualquier norma o actuación política anterior, y creo que solo le podrá parar un proceso penal, si los jueces y los tribunales acaban indemnes de su maléfica influencia.

    Un abrazo

    1. Francisco Díaz-Andreu dice:

      Hola Rafa.
      Parece difícil pensar en este momento que prosperara un proceso penal contra Sánchez.
      Los políticos tienen la costumbre de justificar cambios importantes en su gobierno con respecto a lo prometido en sus programas electorales aduciendo que las circunstancias habrían cambiado o que se han encontrado con una realidad que el gobierno anterior ocultaba. En este caso la única situación que ha cambiado es la necesidad de contar con unos votos que no esperaban necesitar, no por ningún convencimiento ideológico o negociación con otras fuerzas en la que se necesite un consenso. Esto ha indignado a muchas gente, incluso a muchos votantes del PSOE, y sería lícito reclamar nuevas elecciones ya que no se está cumpliendo con lo prometido. Evidentemente Sánchez no lo va a hacer porque no le interesa.

  2. pasmao dice:

    Buenas tardes Don Francisco

    Nos comenta usted «Las actitudes de este último partido no rechazando claramente la violencia machista y promoviendo una respuesta dura frente a la emigración, entre otras razones,…» refiriéndose a VOX.

    Francamente no le entiendo. Y si le entendiera sería peor.

    «Violencia machista», si se refiere a la relacionada con esa Ley VIOGEN, la que esa Ley intenta paliar (por decirlo suavemente). Ley aprobada el 28 de Diciembre del 2004 con los votos del PSOE y del PP (salvo excepciones) pero que es claramente anticonstitucional, por consagrar el Derecho Penal de autor, figura medieval en este caso por la que un hombre es a priori culpable y además su testimonio es menos válido que el de una mujer; pues que quiere que le diga.

    Porque rechazar dicha Ley se asocia por parte de los PPSOE de turno de rechazar la «violencia machista» automáticamente.

    Y de lo de la «respuesta dura contra la emigración», pues quiere que le diga. Ahora mismo en Dinamarca un gobierno donde no está la extrema derecha local, sino una alianza entre los PPSOE daneses tiene leyes de control migratorio que dejarían las de VOX como de Podemitas.

    https://www.youtube.com/watch?v=2n5vru9GG9Q

    «DINAMARCA NO QUIERE SER ni HOLANDA ni SUECIA: LAS DURÍSIMAS MEDIDAS ANTIGUETO DE DINAMARCA»

    Puede estar seguro de el Sr Calero de VOX no es.

    Que Sánchez haya llegado a acuerdos con fuerzas de extrema izquierda, separatistas y antisistemas no quiere decir que lo que haya por el otro lado, a la derecha del PP, tenga que tener las mismas características.

    El problema de fondo es otro:

    Y el problema es que VOX no es que sea de extrema derecha, es que es anti Agenda 2030, Foro de Davos, antiglobalista y profamilia tradicional.

    Mientras que el PSOE y TODOS sus aliados son pro Agenda 2030, etc… Así como el PP. Donde un democristiano como Margallo llegó a decir que la Agenda 2030 era poco mas o menos que el nuevo Evangelio.

    El problema para el PP es que desde afuera (desde los intereses que representan dicha Agenda) no se le va dejar aliarse con un partido que los combate, en caso de sumar 176 o mas.

    Y desde el PP se hace todo lo posible para que temas que caen por su propio peso, como ese de la «violencia machista» vista la Ley VIOGEN, o lo de la emigración, visto lo que rige no solo en Dinamarca, sino también Australia o Nueva Zelanda… en manos de VOX sean poco mas o menos que un anatema extremista.

    No es un tema de Leyes de representación, aunque el cambio demográfico propiciado por los que no gustan de VOX si vaya a pesar, y mucho; independientemente de que sea por D´Hont o no.

    Es que la definición de lo que se supone «extremista» está viciado de origen.

    Un atento saludo y tengan todos ustedes una Feliz Navidad.

    PS En muchas cosas VOX no me apasiona precisamente. Pero eso daría para muchos comentarios mas.

    1. Francisco Díaz-Andreu dice:

      Buena tardes Pasmao.
      Respeto aunque discrepo de sus comentarios. En cualquier caso el artículo está más bien centrado en el hecho de que, en la situación política actual española, los partidos pequeños (que ocupan posiciones a la derecha y a la izquierda de los grandes partidos o defienden postulados nacionalistas o directamente separatistas) están condicionando la vida política en un ambiente cada vez más polarizado.

  3. O'farrill dice:

    Contundente y clarificador comentario de «Pasmao» al que me uno totalmente.
    El artículo pretende ser un análisis de las circusntancias políticas actuales desde la objetividad o neutralidad que ¡como no! acaba en los mismos vicios conceptuales empezando por el título: «En manos de extremistas».
    Pero no se refiere a los dogmáticos de las nuevas religiones, salvadores del planeta y otras fantasías distópicas, sino a los rancios y anacrónicos términos de «izquierdas» y «derechas» surgidos de la situación espacial en la Comuna de París durante la Revolución Francesa y el «terror» consiguiente.
    Como maniobra de distracción de los problemas reales a que nos enfrentamos, seguimos mareando la perdiz sobre las «marionetas» de los supuestos políticos, hoy convertidos en marionetas de los verdaderos poderes mundiales que ya todos conocemos («Controligarchs» es el último libro de Seamus Brunner sobre el tema) donde las instituciones euriopeas están colonizadas al servicio de intereses espurios.
    Estimado Sr. Díaz Andreu, las impiosiciones son dogmáticas y por tanto ajenas al debate científico. Las agendas globalistas son compradas a golpe de talonario (directo o indirecto) y propaganda oficiosa al servicio de la llamada «política» (un simple aluvión de caprichos y juegos de las oligarquías mundiales). Ahí están los extremismos: en quienes pretenden escribir la Historia según les convenga, en quienes pretenden destruir economías y sembrar pobreza e indigencia en lugar de usar los propios recuros, en quienes pontifican estupideces como la falta de alimento en el mundo, inundaciones costeras que nubnda se producen, calentamientos que son enfriamientos (en realidad iríamos a otra posible glaciación dentro de muchos miles de años), etc.etc.
    Un cordial saludo.

  4. pasmao dice:

    Por desgracia Don Francisco no creo que los partidos pequeños condicionen tanto.

    Los partidos pequeños han sido desde el 77 la excusa con la que contaban los grandes, mayormente el PSOE, para hacer lo que de cara a su electorado tendría un coste, pero que no había mas remedio que hacer.

    Por ejemplo. Cuando se «invitó» a nacionalistas vascos y catalanes a participar en la elaboración de la Constitución en realidad lo que se buscó fue justificar un modelo cuasi confederal de Estado que beneficiaba mayormente a los partidos mayoritarios en las otras Taifas. Taifas que habrían tenido el peso político de un Departamento francés o poco más, de no haber existido la excusa de tener que contentar a los nacionalistas habituales.

    Se busca desde los partidos grandes que los pequeños corran la ventana de Overton hacia donde convenga, y luego ellos se meten en el rebufo.

    Lo que pasa es que se «ha colado» un nuevo partido (al principio minoritario, luego menos, mañana a saber) que no sólo no quiere colaborar en mover la ventana de Overton hacia donde digan «los que saben» (es decir Agenda 2030, Davos y demás). Es que además pretende desplazarla hacia el otro lado, mas evidenciando la situación actual, que por la fuerza de sus votos.

    Y eso es muy molesto porque ha roto el estatus quo que justificaba la existencia de partidos pequeños.

    No es que que tenga actitudes estrambóticas, es que su existencia hace que las disonancias cognitivas que hay que vencer al desplazar la dichosa ventana, sean mucho mayores.

    Por ejemplo, ahora tenemos a la Junta de Andalucía exigiendo el traspaso de los Cercanías. Red de Cercanías donde las economías de escala y el know how a nivel nacional pesan mucho, pero muchísimo. Eso sin VOX, aunque el PP tenga mayoría absoluta en Andalucía, haciendo preguntitas tocanarices es mucho mas difícil de torear.

    Parecido pasa en Baleares, donde si hay gobierno de coalición, con el tema educativo y el catalán. Donde el PP está día si, y día también, intentando en todo lo posible boicotear la libertad de elección de lengua.

    La Ventana de Oberton chirría mucho al desplazarla. Por mucha vaselina que se ponga.

    Muchas gracias por su respuesta

    Dejo unos links acerca de la Ventana de Overton por si acaso. Aunque me parece que todos los que leemos el Blog estamos al cabo de la calle de lo que significa.

    https://es.wikipedia.org/wiki/Ventana_de_Overton

    https://gaceta.es/civilizacion/ventana-overton-legalizar-temas-inomrales-20170719-0650/

  5. Manu Oquendo dice:

    A mi modo de ver lo que está sucediendo es resultado de la estrategia frente-populista y guerra-civilista del PSOE desde Rodríguez Zapatero. Por eso han reconstruido, exactamente, el Frente Popular y Sánchez está al frente.
    Si, por otra parte, se analiza el efecto en este partido de la eclosión de Podemos –al que se unió una parte no banal de la «sala de máquinas» del PSOE– está bastante claro que la cuestión se hizo «existencial» para Ferraz. «De la necesidad, virtud»
    Pensar que Sánchez actúa «obligado» o de «mala gana» por Junts o el PNV es, en mi opinión, bastante ingenuo aunque la misma prensa de centro derecha lo alimente.
    De hecho hoy vemos que llevaban «hablando» desde mucho antes de las elecciones de Mayo y todo el «body language» de Sánchez desde sus primeros pasos apuntan en esa dirección.
    El enemigo dentro.
    Saludos

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