Enjaulados

La política actual se caracteriza por una sucesión ilimitada de piruetas diversas, con las que tener entretenido al personal en cuestiones artificialmente sobredimensionadas, con la intención de estar siempre ocupando el espacio mental de lo colectivo y lo privado. Se critica con voracidad el fenómeno de la ocupación de vivienda, pero nadie toma la iniciativa de crear una Plataforma de Afectados por la Política (PAP), en la invasión progresiva, y sin decaimiento alguno a la vista, de lo que esta casta -sí, pero también incluidos en un papel principal sus supuestos liberadores- tiene puesto su punto de mira casi en exclusiva.

“Ha pasado bien poco desde entonces, para que nos encontremos que nuestros “liberadores” necesarios, estén tan enfangados o más que los otros en los vericuetos del Poder…”.

Cuando la “nueva política” aterrizó entre el electorado español para liberarnos de la esclavitud del bipartidismo, tomó una fuerza inusitada sobre todo a partir del hartazgo de una importante parte de la ciudadanía, astragada del tinglado al que ambos partidos dominantes habían conducido a la realidad política una década atrás. Sus aproximadamente 103 diputados -casi un tercio del arco parlamentario- de hace 6 años ponían en evidencia esta certeza.

Ha pasado bien poco desde entonces, para que nos encontremos que nuestros “liberadores” necesarios, estén tan enfangados o más que los otros en los vericuetos del Poder por cuestiones de egos, protagonismos y disputas ideológicas infinitas, erráticas y desquiciadas, con unas perspectivas pésimas para la siguiente cita electoral que, por otro lado, y vistos los rumbos que está tomando la gobernanza actual, se muestra como crucial para el devenir colectivo -¡y cuántas van ya!-.

“La política actual se estructura en torno a corralitos de mayor o menor dimensión, en las que los que no saben hacer otra cosa que posturear eternamente…”.

Por la cuenta que les trae a todos, nunca se ha establecido un mecanismo serio, fiable y efectivo, para hacer posible un desalojo del poder en condiciones a aquellos que consideran el servicio público un espacio privativo y personal en el que justificar su insignificante existencia. Y no es un clamor ideológico ni partidista, sino una exclamación de supervivencia, salubre e higiénica, de limpieza climática (etérica dirían los antiguos filósofos griegos), aplicable a todas las instancias españolas y europeas.

“Se ha desterrado del lenguaje colectivo el sentido y la palabra hipocresía, esencia patológica de todos los males que aquejan a la vida de los grupos”.

La política actual se estructura en torno a corralitos de mayor o menor dimensión, en las que los que no saben hacer otra cosa que posturear eternamente ante auditorios a los que les sobreviene aceptar pasivamente el rol de pobres imbéciles. Se ha desterrado del lenguaje colectivo el sentido y la palabra hipocresía, esencia patológica de todos los males que aquejan a la vida de los grupos. Sin dicho concepto en la mente es imposible desenmascarar el mayor mal de salud mental que nos afecta de manera generalizada como es la psicopatía, instalada desde sus inicios en la vida política.

La sustitución de la hipocresía se enmascara detrás de ideas como el pragmatismo, el sentido de la realidad, la eficacia política o el interés colectivo, cuando ninguno de esos principios puede sostener la debacle moral y ética que supone la sucesión de mentiras enmascaradas que es la hipocresía. Pero hace tiempo que vivimos bajo la jurisprudencia mental del fin justifica los medios.

4 comentarios

4 Respuestas a “Enjaulados”

  1. Alicia dice:

    Podéis, y me da pena decirlo, escribir todo lo que queráis, tanto tú, Carlos, como todos los otros cada cual con sus temas. Pero sucede que a vuestros escritos accedemos tan sólo los que estamos de acuerdo con lo que decís en ellos —sin descartar, como es lógico, las pequeñas divergencias que siempre habrá entre unas cabezas y otras — mientras que hay una inmensa mayoría de personas que ni los leen ni se enteran.
    Esa inmensa mayoría son todas esas gentes que no es ya que no tengan formación académica (tampoco yo la tengo), que no es lo más grave; lo que es grave e incluso peligroso es que, como tú mismo mencionas en el post de los impuestos, tan sólo piensa en sus pequeños intereses cutres y en su bolsillo, y en sus dineros que utilizar la mayor parte de las veces en horteradas que les han metido en la cabeza que los van a hacer felices.
    ¿Pero cómo demonios acceder a ese tipo de gentes?
    Y, no teniendo acceso a ella, nadie, ni vosotros ni nadie, tiene posibilidad por mucho que os esforcéis de que su mentalidad cambie.
    Ya los que gobiernan se han ido ocupando, a lo largo de diferentes mandatos, y sin que sea demasiado determinante si partidos de un color u otro, de ir haciéndonos cada vez más mezquinos, temerosos y egoístas.
    Por otra parte, a esa inmensa mayoría le parece estupendo que la gobiernen y mangoneen; “dame la vida resuelta, quítame toda la libertad que quieras, prohíbe todo lo que a mí me molesta, prométeme que vas a velar por mi bolsillo y te votaré”.
    Y no digamos los viejos, los pensionistas, que les hacen los ojos chiribitas porque van a subirles (subirnos, que también lo soy) las pensiones un 8,5%.
    ¿Qué se puede hacer con toda esa tropa encandilada frente a la tele con sus programas basura?
    Todos tan a gustito dentro de su jaula.
    Y no pretenda nada ni nadie abrírsela ni instarlos a asomar aunque sea nada más la cabecilla; que se revolverán iracundos y enfervorecidos contra quien lo intente.
    Así que, con semejante panorama, pues como que como que…
    Besos y abrazos

  2. O'farrill dice:

    El comentario de Alicia es claro y contundente: tenemos una sociedad anómica acostumbrada a mirarase el ombligo y creernos los «reyes del mambo» sólo porque una «app» nos dice (nos ordena más bien) donde comer un pincho de tortilla.
    Cuando una sociedad debe recurrir a la tecnología para enterarse de banalidades como esa, es para preocuparse.
    Lo más grave de todo es que los más «capturados» (aparte de los muy jóvenes) suelen ser personas maduras, con formación académica, incluso con cargos políticos o públicos, que se han dejado embaucar (los motivos los saben ellos) por un mundo de ciencia-ficción, donde cabe cualquier tipo de distopía por muy absurda que parezca. Eso sí, envuelta en un lenguaje aberrante, tópico y dogmático.
    Pero se está produciendo una reacción de realismo (no de negacionismo) instintivo, de desconfianza, de «ya no cuela»en personas normales a pesar de la TV (que cada vez tiene menos audiencia) y su propaganda incesante o los medios al servicio de intereses particulares. Lo compruebo a diario en algunas charlas con vecinos, comerciantes, empleados de todo tipo, etc. que ya no necesitan que alguien les explique en qué consiste el «cambio climático» (por ejemplo). Saben que por mucha parafernalia de reuniones internacionales, nadie puede cambiar ni los ciclos solares, ni el orden planetario, ni los movimientos de la Tierra alrededor del Sol y de su propio eje…. conocidos todos ellos desde el Bachillerato. Ni por supuesto la demonización del CO2 (del que depende la vida en la Tierra) o las tonterías de «ursulas», «gretas» «irenes» y demás sacerdotisas de las nuevas religiones. Ya muchos saben que todo es cuestión de seguir sangrando bolsillos a los sufridos contribuyentes para beneficio de unos cuantos.
    Todo ello a pesar de pesimismo que nos pueden producir actitudes y comportamientos sociales.
    Lo importante es seguir confrontando a los relatos que nos cuentan, los datos reales, racionales y científicos que los echan por tierra.
    Un saludo.

  3. Cristóbal Villalba Artacho dice:

    Lei por aqui una frase que decía ,mas o menos lo siguiente » El estudio debería ser un acto de felicidad «, es para enmarcar , solo leerla ya da animo . pero esta el «debería» , porque no siempre es así , no siempre se entiende el concepto de lo que se lee y el mismo texto cambia de significado dependiendo del estado anímico en el que se encuentre el lector , por lo menos a mi me pasa , y ha veces tengo que releer lo que leo . Otra frase digna de enmarcar es la siguiente » Es de sabio rectificar y de necio permanecer en el error » tampoco la olvidare , es de un profesor de tercer curso de primaria .
    Dicho esto , hablando de felicidad y de errores me viene a la cabeza que los errores nos hacen daño ,a unos mas que a otros dependiendo de la sensibilidad de cada uno . Ese a sido el motivo que me aparta de la lectura muchas veces . Recientemente empecé a leer los clásicos filósofos griegos y romanos , tengo que decir que me resulto gratificante , ahora estoy leyendo algo de los filósofos alemanes y ya se me atragantan . Todo esto no es para contar mi vida , que no creo que le interese a nadie de los que me leen sino para dar las gracias a los que consiguen gracias a la lectura y el aprendizaje mejorar el mundo , unos contribuyen con el estudio y la inteligencia y otros con oficio que nos ha tocado .
    Dicho esto concluyo no sin antes desear felices fiestas y me pongo en modo navideño ,olvidándome en lo posible de la política en 3..2..1

  4. O'farrill dice:

    Me parece interesante aportar un ejemplo de «hipocresía» política y social.
    Esta mañana me ha abordado en la calle una señora ucraniana que está en uno de los centros de acogida de refugiados donde -al parecer- no hay calefacción y no tienen en cuenta en la comida intolerancias alimentarias (por eso pedía limosna) como en su caso al gluten.
    Ha acudido a la llamada de «acogida» de los países de la UE como España, pero donde quiere vivir es en su país, sin guerras provocadas por intereses geopolíticos y geoestratégicos a los que son ajenos pero que conocen: el imperialismo de EE.UU. a través de la OTAN, la industria de armamento que necesita guerras y los intereses de hegemonía que necesitan propaganda. («nada de televisión, sólo dice mentiras» -me dice).
    Su hijo, por ser mayor de edad, no ha podido acompañarla, ya que está reclutado por el ejército ucraniano y ella está sola en un país que la llama como refugiada, donde no puede tener un trabajo, sino sobrevivir como buenamente pueda, sin raíces personales porque ahora todos «globales».
    La historia del doble lenguaje, de la mentira, del tráfico y desplazamiento de personas inocentes, sigue estando ahí al servicio de ese capitalismo salvaje que todos conocemos y todos aceptamos sumisos, mientras se utuilizan a las poblaciones como carne de cañón.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza Cookies propias para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, supone la aceptación de la instalación de las mismas. El usuario tiene la posibilidad de configurar su navegador pudiendo, si así lo desea, impedir que sean instaladas en su disco duro, aunque deberá tener en cuenta que dicha acción podrá ocasionar dificultades de navegación de la página web. política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies