Era el mismo informe que yo había redactado, pero sin los párrafos en los que desaprobaba expresamente la operación urbanística. El Alcalde daba órdenes por teléfono: ‘Que no se levante hasta que haya firmado’. Ante mi negativa, el Secretario del Ayuntamiento me agarró de la muñeca, me colocó el bolígrafo en la mano y trató de obligarme a firmar. Los Guardias Civiles que tenían pinchados los teléfonos del Alcalde registraron este comentario: «no ha firmado, la puta esa ha salido llorando, hay que echarla.
Este es un extracto de la investigación del caso Pretoria aparecido en el periódico El País, tal y como lo relataba la Interventora Municipal del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet. Efectivamente fue echada por el Alcalde por no avenirse a firmar su informe mutilado.
Una Concejal independiente de un Ayuntamiento catalán declaró: «detecté la existencia de una red de corrupción en los servicios técnicos y jurídicos que actuaba en complicidad con agentes privados del sector turístico. Recibí todo tipo de presiones. Me dejaban cartas con amenazas de muerte en el buzón y una vez entraron en mi casa. Revolvieron todo en busca de informes relacionados con mi trabajo, inspeccionaron mi ordenador y se llevaron algún material. Pero sobre todo fue un aviso. Querían decirme que si yo seguía obstaculizando su proyecto, ellos estaban dispuestos a ir más lejos«.
El Eurobarómetro de 2013 ya señaló que los españoles eran los europeos que percibían una mayor corrupción en la esfera pública: el 84% creía que los partidos son corruptos y el 72% pensaba lo mismo de los políticos; por delante de la corrupción que percibían los ciudadanos griegos (68% y 66%) o italianos (68% y 63%). Este porcentaje, sin duda, habrá aumentado.
Después de la putrefacción que se ha destapado en las últimas semanas en el PP valenciano, podríamos preguntarnos si la corrupción forma parte del ADN nacional. Dicho de otro modo ¿tiene esto remedio o debemos acostumbrarnos a convivir con políticos corruptos?
«El gobierno de España es el más perfecto que pudieron imaginar los antiguos legisladores, pero la corrupción de los tiempos ha ido llenándole de abusos. Desde el pobre hasta el rico, todo el mundo consume y devora la hacienda del rey; los unos, a pequeños bocados; la nobleza, a boca llena; y en cuanto a los grandes, en cantidades fabulosas«. El texto del embajador veneciano en Madrid en 1681-1682 puede conducirnos a la melancolía y a la sensación de que no tenemos remedio.
Pero tiendo a creer más en la reflexión de Gerald Brenan cuando afirmaba en su obra El laberinto español que «si en Inglaterra estuviéramos expuestos a tal número de tentaciones de deshonestidad como se está en España, no saldríamos tan bien parados como ellos«.
Urge eliminar cuanto antes las «tentaciones», ya que la gangrena de la corrupción amenaza con llevarse por delante el mejor modelo de convivencia que hemos tenido los españoles en nuestra historia conocida.
Hasta ahora, solo una cierta impermeabilidad de los Jueces y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a la infiltración de las tramas corruptas ha impedido que el problema haya ido a más, adoptando un cariz mafioso y violento (como sí lo ha hecho en algunas zonas de Italia).
Propongo unas cuantas medidas preventivas y otras represivas.
En cuanto a las preventivas, parece claro que, si las organizaciones no tienen códigos de funcionamiento ejemplares, a las personas que las integran les estaremos exigiendo que se comporten de forma heroica para evitar malas prácticas. Como es ingenuo pensar que las personas van a tener en todo momento comportamientos heroicos, más nos vale procurar que la organización les facilite el trabajo.
Hasta ahora, la corrupción de los funcionarios públicos que acceden al puesto mediante un sistema de oposiciones ha sido de las más bajas del mundo (según observa Víctor Lapuente doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford); mientras que han arraigado altos grados de corrupción política donde se han eliminado los controles y los funcionarios han sido sustituidos por personal de libre designación.
En concreto, la corrupción ha proliferado en los Ayuntamientos, en las personificaciones de las distintas Administraciones en las que se han relajado los procedimientos y en los partidos políticos.
Así, en las Administraciones central y autonómica los casos de corrupción se han producido en sociedades, fundaciones, agencias y otros organismos dependientes pero no integrados estrictamente en la Administración; como acabamos de ver con el reciente caso Acuamed o el caso de los ERE de Andalucía. La razón para crear estas personificaciones, en lo que se llamó la huida del Derecho Administrativo, fue que la organización administrativa era demasiado rígida y no permitía el funcionamiento ágil que requerían determinados sectores de actividad. Sin embargo, al mismo tiempo fueron eliminándose los controles que garantizaban un funcionamiento escrupuloso. Urge poner orden y volver a una Administración con un solo código claro de funcionamiento, que haga compatible eficacia y transparencia.
Pero el principal saco de corrupción han sido los Ayuntamientos, donde se ha formado un cóctel explosivo entre intensas competencias con una gran incidencia económica, como son las urbanísticas, y la práctica eliminación de los controles. Así, la autonomía local se ha utilizado como excusa para crear reinos de taifas, donde cada Alcalde puede actuar como un reyezuelo. Urge volver a poner límites. El desmadre ha llegado a tales niveles que, por ejemplo, 32 de los 45 Ayuntamientos murcianos carecían de interventor municipal.
Sin duda, el mejor modelo sería el de cuerpos nacionales de funcionarios con movilidad entre todas las administraciones (estatal, autonómica y local). Estos funcionarios, que no dependerían ya del Alcalde, tendían más autoridad para fijar los límites y garantizar su sujeción a la legalidad.
Pero es que tampoco se ha practicado un control a posteriori de cómo y en qué se gastan los dineros. Los Tribunales de Cuentas estatal y autonómicos han sido un fiasco. Es imprescindible establecer sistemas de auditoría, ya sea a través de la Intervención General del Estado, ya a través de auditoras independientes.
El tercer foco de corruptelas han sido los partidos políticos que son precisamente de las instituciones menos transparentes y más opacas que uno puede imaginar. ¿Sería mucho exigir que los partidos políticos estuvieran sometidos a auditorías anuales con obligación de publicar los resultados?
En cuanto a la represión de la corrupción, en este momento recae en juzgados y tribunales absolutamente saturados y, por ello, incapaces de tramitar en un plazo razonable y con el mínimo rigor las complejas tramas que deben investigar y juzgar. Según el CGPJ, España cuenta con 11 jueces por cada 100.000 habitantes, cuando la media de la UE es de 21. Además, España es el tercer país del mundo por número de abogados por cada millón de habitantes, lo que, entre otros factores, ha generado una brutal litigiosidad, que tiene literalmente paralizados a los juzgados. Un pacto de Estado para crear una justicia moderna y eficiente no estaría nada mal.
Como ya he denunciado otras veces, es una vergüenza que precisamente en el tribunal (la Sala de Lo Civil y Penal del TSJ) en el que están aforados la mayoría de los altos cargos autonómicos y locales, una tercera parte de sus magistrados sean designados a dedo por los propios Parlamentos autonómicos.
Con estos mimbres ¿realmente nos extraña que se dé una corrupción generalizada? No sé si está en nuestro ADN. No lo creo. Pero las organizaciones tienen que tener funcionamientos modélicos que favorezcan el comportamiento ejemplar de sus integrantes.
Hay muchas cosas por hacer. La actitud de “todos son unos corruptos y no hay solución”, resulta infantil e inútil. Sería bueno que saliéramos cuanto antes de ella y exigiéramos con fuerza reformas eficaces que vuelvan a dignificar la vida pública.
Como casi todos los debates de corrupción que trascienden tienen publicidad en los medios y nos solemos quedar con la de políticos , funcionarios y contratistas.Unas veces el contratista ofrece otras del lado de la administración que pide.En otras se sistematiza la corrupción y el que quiere contratos debe averiguar cómo se entra en la lista.Pero siempre hay una tentación :el dinero y un sistema débil que permite su ejecución .Pero esto no es lugar común sólo de contratos públicos. Pensemos que las empresas privadas contratan y también en ocasiones grandes presupuestos y sin duda existe corrupción en organizaciones privadas en su propia actividad interna.La tentación del dinero , las buenas maneras del subcontratista o proveedor, un inadecuado sistema de compras…¿A dónde llego?. Por desgracia hay algo de corrupción en nuestro ADN que se manifiesta sólo en quiénes tienen ocasión de sacarlo a la luz o derrotarlo. Sin duda hay políticos , funcionarios y directivos de nivel en organizaciones que han salvado la tentación lo mismo que los hay que han aprovechado su posición para abonar la corrupción desde el primer momento.Algo de falta de valores en nuestro ADN parece que existe , puede que el ambiente lo alimente luego sí parece que tendremos que definir sistemas abiertos de compras , pliegos rigurosos….mejoraremos….pero no es la única solución y puede que tampoco la mejor…es malo organizar un proceso de compra pensando sólo en la corrupción. Pero bueno a lo mejor nos lo hemos merecido por nuestro ADN. A ver si con educación temprana modificamos este ADN. Pero claro necesitamos a los mejores en la EDUCACIÓN pero en España los mejores expedientes del Instituto a Medicina y últimamente a Matemáticas ¿Por qué?.
Pues ya que Isaac trae el tema y lo arranca con otro sangrante caso de un Interventor acribillado por la mafia organizada que se ha incrustado en partes de nuestro inmanejable sistema político, tendremos que hablar de Corrupción.
Hablemos pues.
Hubo un tiempo en el cual queríamos pensar que la Corrupción era excepcional, anecdótica, fruto de unas pocas manzanas podridas en un sistema sano, etc, etc.
Hoy sabemos que no es así.
El sistema ha sido preparado, a conciencia, para posibilitar lo que sucede. Es como si se hubiesen eliminado, con inusual dedicación y diligencia, las barreras que el Estado tenía para tratar de evitar la corrupción.
Registran con nitidez el Diario de Sesiones del Congreso y el BOE……………: Que en su día se desactivaron Controles y Procesos Legales eficaces para prevenir y detectar la corrupción administrativa y contractual…………………desde el Legislativo y el Ejecutivo.
En Septiembre de 1988, el Gobierno, por Decreto previa autorización del Congreso solicitada por dicho gobierno, recibe autorización para preparar una nueva Ley General Presupuestaria, de acuerdo con sus propios criterios y su ya larga experiencia de Poder.
Esta ley se promulga y, —vía Suspensiones que no Derogaciones–,……….. se incumple ya desde los Presupuestos de 1989 y……………… cada año posterior.
A su vez se Interviene en———– la Intervención de Hacienda:
Los Interventores de Hacienda, fueron suprimidos como Cuerpo Autónomo, pasando a integrarse en un colectivo más amplio de “Inspección Financiera”, lo cual devaluaba la imagen de su función específica.
La «Intervención previa de legalidad de los actos administrativos productores de Gasto», fue en buena medida suprimida, gracias a la Disposición Adicional 15, apartado 2, de la Ley 44/1983 de Presupuestos para 1984.
La Ley 1/1986 llevó más allá de los gastos habitualmente pequeños —de material no inventariable y de carácter periódico–, la exención de la Intervención Previa al gasto y a su autorización. Se permitió al Gobierno ir declarando bloques de actividad exentos de esa fiscalización previa, sustituyendo este control exhaustivo por otro a posteriori……….. por muestreo (a veces el 1% del Gasto)
El último gobierno de FG, ya en sus postrimerías, todavía insistió en regular esa exención con el artículo 19 del Real Decreto 2188/1995 de 28 de Diciembre.
Este relato podría seguir durante varias páginas con numerosos detalles……… pasando por lo sucedido en Contratos Patrimoniales o por la Desprofesionalización de la Función Pública destrozada a base de artimañas de nombramientos de «libre designación» y la terrible Fragmentación del Poder (también del Poder de Controlar) y los Procesos Administrativos propios de un Estado…………. de Taifas.
Por tanto, no nos engañemos, no somos la escoria de Europa ni somos personas distintas de las de otros países.
Tenemos lo que tenemos por Actos Deliberados de diferentes Poderes del Estado, no por Anécdotas ni Descuidos. El Hilo conductor es una Maroma y está en el BOE para los arqueólogos del futuro.
Esto y el Estado de las «Autoctonías» (el ámbito territorial y orgánico en el cual más fuerte ha sido el Descontrol Estructural y donde ha florecido la Gran Corrupción en niveles de miles de millones de euros) son dos lacras que Perjudican Terrible y Objetivamente a toda la Ciudadanía.
El conocido «caso del 3%» –o del 5%, o 10%– que, para Agencias de Inteligencia y Policiales Extranjeras y con seguridad de las nuestras, es de lo más grave delictivamente hablando de sucedido en Europa en las últimas décadas.
Este: http://www.eltriangle.eu/es/notices/2015/11/el-porque-de-todo-4737.php
O éste: https://www.youtube.com/watch?v=FXMB0dP716w
Pues miren ustedes cómo renquea dicho «Caso»: Con un juez de 30 años, –sin medios materiales que deben proporcionarle los mismos investigados– que, desesperado, pide el traslado.
http://www.larazon.es/espana/la-presion-nacionalista-obliga-al-juez-del-3-a-pedir-la-inhibicion-del-caso-KG11711597#.Ttt1KfcxVQ8skpk
No le demos muchas vueltas porque la cosa está bastante clara si se quiere ver y corregir.
Buenas noches y gracias a Isaac por abordar el «asunto»
Buenos días. Mi opinión es que la raíz del asunto está en la composición étnica de la población de España, para mí sin ningún género de dudas. ¿Por qué lo afirmo tan tajantemente? Porque hubo muy poca aportación de genes centro-europeos a la conformación de la población. Está demostrado que en los países de Centro-Europa con una población homogénea en cuanto a su etnicidad, su sentimiento de pertenencia a un mismo pueblo, Volks, hace que haya un mayor valor de lo propio en cuestión, una mayor defensa de lo público como consecuencia de lo anterior. En España estamos viendo que la nula consideración hacia lo público, hacia lo común, no es particular de la zona mediterránea, sino también en Galicia, Centro (Madrid), Andalucía y por supuesto Catalunya. No ha sido así en el País Vasco no porque sus genes sean centro-europeos, que no lo son, sino porque han mantenido hábilmente sus privilegios políticos en todos los sistemas que se han sucedido en España, con lo que no han tenido necesidad de prácticas corruptas ya que tenían un sistema clientelar «per se». En muy pocas geográficas de España han prevalecido los genes de influencia centro-europea tras las invasiones de pueblos migrantes hacia la Península Ibérica, con lo que ésa idea de pueblo común totalmente necesaria para crear un sentimiento verdadera de pertenencia a un grupo familiar no se ha podido establecer aquí, con diferencia a otros Estados como Alemania, Inglaterra o Estados Unidos. De ahí, siguiente este hilo conductor podemos llegar con facilidad a la artificiosa, a mi parecer, creación del Estado español, ya que, ya geográficamente, se observa la diferencia entre Castilla y el valle del Ebro, aspecto básico para ver que ambos pueblos, castellano y aragonés, no tienen una misma composición étnica ni cultural, y que sólo merced a la imposición de las armas y la conquista se pudo llevar a cabo la unificación de dos espacios culturales, étnicos y geográficos totalmente distintos. La no unidad primaria en la etnicidad hace, para mí, imposible de erradicar en España la corrupción, ya que está en la esencia del no-sentimiento o pertenencia a un sólo pueblo.
La base genética Europea actual es Norte Africana por la sencilla razón de que hace 10 o 12,000 años Toda Europa crujía bajo hielos de entre 500 y 1,500 metros de altura y la península contiene los suficientes yacimientos de Mamuts Siberianos y Renos lapones como para comprender por que los últimos yacimientos de Neanderthal se encuentran en torno a Gibraltar tratando de Huir al otro lado al principio de dicho período glacial hace ya más de 25,000 años.
Este factor se procura olvidar en los sistemas escolares de Europa porque es inconveniente para el buen fin de los mitos étnico-nacionales que se hacen necesarios para el buen gobierno de los rebaños humanos a partir de la Revolución francesa.
Sin embargo es conocido de los niños canadienses e estadounidenses porque no tienen que construir mitos nacionales inventados.
En los libros escolares de cuando mis hijos eran pequeños –en Boston y en Fairfield County– se marca el límite de los grandes hielos por el Sur a la altura de Saint Louis, Missouri.
Más o menos la latitud de Algeciras aunque en España parece que no llegaron tan al sur.
Esta es la razón por la cual gente como Krutwig (el ideólogo genético de ETA) relaciona el Euskera con el Guanche y paleo lingüistas como Alonso han elaborado un diccionario de equivalencias entre las versiones arcaicas del Bereber, del Euskera y de algunos de los escasos residuos de Guanche.
Las Dos lenguas primeras, Bereber y Euskera, usaban verbos diferentes para la misma acción dependiendo de que el sujeto fuera hombre o mujer. Rasgo este que hoy ha sido eliminado al construir el Batúa.
Ambos idiomas a su vez son evoluciones muy cercanas de la Protolengua norteafricana Tamazigh.
Sobre esto hay amplia documentación publicada por la Complutense y desaforadamente denostada por el nacionalismo patrio que se avergüenza de tener raíces y modos nómadas y africanos cuando creían venir de los grandes profetas bíblicos.
Quiero decir con esto que si bien el Luteranismo perdona mal el pecado y el Catolicismo, afortunadamente, siempre tiene los abrazos abiertos al pecador, la hipótesis étnica me parece poco sólida.
Entre otras cosas porque corrupción en esos países hay para dar y tomar pero por canales diferentes.
Saludos
¿Qué significa el título?, porque parece que hay quien se lo ha tomado muy al pie de la letra. En mi visión del problema se vincula la corrupción con un «nosotros» (los españoles), lo que viene a plantear que hay algo en nuestra naturaleza que nos hace proclives a la corrupción. Pero en tal caso se trataría de una proclividad del género humano, pues no hay diferencias genéticas a un lado u otro del valle del Ebro, ni con los centroeuropeos ni con los vascos o zulúes. En suma, yo leo el interesante artículo del Sr Salama en el sentido siguiente: ¿hay algo en la naturaleza del hombre que le haga proclive a la corrupción? …Y si no es así, que me desmienta el autor.
A este respecto, en mi opinión, hay rasgos en nuestra naturaleza que pudieron ser muy útiles hace milenios, que pudieron ayudar a sobrevivir a las pequeñas sociedades de cazadores-recolectores, pero hoy pueden derivar hacia lo que llamamos corrupción. Me refiero a dos tendencias naturales que existen en los miembros de la mayoría de las sociedades -ya en muchos grupos de primates- que nos inclinan a beneficiar a los parientes y próximos (nepotismo), o a hacer y recibir favores más frecuentemente dentro del grupo a que uno pertenece (altruismo recíproco).
Luego están los psicópatas, esos individuos que constituyen el 1% de la población y que se caracterizan por ser interesados, manipuladores, carecer de empatía y no sentir remordimiento por el daño que causan. Desde el día en que fui consciente de que en España hay casi medio millón de psicópatas tengo una visión diferente de muchos problemas sociales, desde la corrupción al maltrato doméstico.
Por supuesto la solución estará -al menos en parte- en el rigor de los controles… (Tal vez habría que hacer un test de psicopatía a nuestros políticos)
Gracias por el artículo
Estimado Lucas, creo que en tu comentario das en el blanco de cómo hemos evolucionado sin evolucionar, manteniendo los caracteres adquiridos en la lucha por la supervivencia donde, los más «listos» o los más fuertes y poderosos, se llevan siempre la mejor parte. Conociendo esos «desvíos» la civilización se fue formando alrededor de un supuesto «Estado de Derecho». Y digo «supuesto» porque las normas se imponen por quienes pueden hacerlo y, como es lógico, lo hacen a su medida. De nada vale que los principios y valores de las personas les lleven a la convivencia en paz, si «agentes» interesados en sobresalir e imponer hegemonías atávicas de poder sobre la manada acaban por imponerlos. Un saludo.
Como el articulo comienza con un caso en un Ayuntamiento catalan, para, yo creo,no caer de nuevo en el enfretamiento Madrid/Cataluña. Ese Ayuntamiento, Santa Coloma de Gramanet, era gobernado, en este caso, por un Alcalde del PSC (Partido Socialista). Desde luego, en el «caso», estan implicados politicos de otros partidos.
En la manera, muy bien expresada por Salama, de combatir esta corrupcion que parece inserta en el ADN, no solo español si no quizas universal, cuando se trata de codicia, etc, hay algunas propuestas que parecen acertadas.
Evidentemente los Funcionarios, tan denostados en estas epocas, son en su mayoria honestos. El problema es que, probablemente, son muy «reglistas» y eso, desde el punto de vista adminsitrativo es positivo. Quizas, no tanto en el caso de la gestion y el desarrollo.
Es cierto que Salama, siempre, ha considerado en sus articulos que la eleccion en los cuerpos judiciales por los parlamentos no es la mas idonea. Esto trae al debate la «co-optacion», que «cuaja» una «elite» que suele ser «conservadora». Y, entrariamos en el debate de la «Ley», como «idea» dinamica. Pongo el caso, por ejemplo la Ley del Divorcio, o del «Matrimonio» homosexual o la tan, controvertida, Ley de Plazos del Aborto. Y, tantas otras.
Tambien si miramos «filosoficamente», si en el Sistema Parlamentario es el legislador hay un «choque dinamico» que presenta «incoherencia» con Tribunales que deben impartir la justicia legislada. Es cierto que hay una Constitucion que consagra los Derechos Fundamentales pero en el trabajo diario hay esa dificultad, por lo menos.
Interesante articulo por lo demas.
Estimado Isaac: gracias por tu artículo que se une a otros sobre el mismo tema que vienen llenando las llamadas «redes sociales» y que constituyen un cierto derecho al «pataleo» sin mayores consecuencias. Algo he conocido de las distintas AA.PP. y, salvo casos muy puntuales, nadie cometía tantos desatinos. Las razones: todos eran funcionarios, estaban bajo un mismo marco jurídico y no se cruzaban las navajas por el aire, al revés, éramos compañeros interesados en «servir» con nuestra gestión. Sabíamos todos las reglas del juego como la «intervención previa del gasto público» que incluía no endeudar a las AA.PP. sin justificación presupuestaria suficiente y, sobre todo, un artículo de la Ley de Régimen Jurídico de las AA.PP. que establecía la responsabilidad personal de quien causare perjuicio legal o económico a la Administración del Estado.
Como verás, todo estaba funcionando pero le llamaron «régimen franquista» y había que dejar a España para que «no la reconociera ni la madre que la parió» (según Guerra «el estadista»). Vimos cómo se eliminaban los controles de todo tipo bajo pretexto de las sempiternas «razones políticas»; cómo se iba «deconstruyendo» la estructura institucional y se empezaban a «privatizar» los servicios públicos esenciales y se creaban entidades como excrecencias institucionales que vivían de los presupuestos, pero escapaban a cualquier tipo de «intervención»; cómo empezaban a girar las «puertas» y se confundía ya lo público con lo privado; cómo la decisión del cargo era inapelable, pero también ¡cuanta cobardía! difícil de probar (casi todas eran verbales); cómo se enfrentaba a los empleados públicos entre sí (divide y vencerás) con regímenes jurídicos distintos y, lo que es peor, retribuciones «asimétricas»; cómo los sistemas de control eran nombrados a dedo «parlamentario» y las mayorías siempre ganaban; cómo los «modelos» sociales y políticos, en lugar de ser ejemplos de honestidad, eran ejemplos de «habilidades» que les daban más rendimiento (pelotazos).
Con todo este panorama es lógico que se grite: ¡tonto el último! y que nadie quiera pasar como tal. Lo peor es cuando el estercolero se transmite y se extiende a todos los sectores de una sociedad donde, cada cual, va a medrar donde pueda y donde, a mayor abundancia normativa, paradójicamente se da más abundancia de su vulneración.
No, no son más normas o nuevas normas lo que hace falta. Lo que hay que recuperar es el espíritu de lo «publico» y separarlo de los intereses de grupos o personas por muy importantes que sean. Entender que es más importante controlar el gasto público que el privado y que la ejemplaridad debería empaparnos a todos de responsabilidad sobre lo que hacemos pero, tal como están las cosas y al nivel que hemos llegado, lo veo con mucho pesimismo. Lo siento.
Existe un viejo refrán español: «La ocasión, hace al ladrón». La mayoría de las empresas serias tienen debidamente estructurada su cadena de toma de decisiones y aún así, tienen contratadas auditorias internas y externas, complementándolas con inspecciones «in situ» de forma sorpresiva. Cuando dentro de cualquier tipo de organización, todos saben lo que se puede hacer y aquello que no (porque trae unas consecuencias no deseables para el infractor), el campo de juego se delimita y las reglas son respetadas por la gran mayoría, con ello bajaría de una forma importante la tentación de corromper y corromperse. En definitiva: Clarificar las competencias y controlar la gestión. Tan solo hace falta voluntad política para hacerlo.
La corrupción solo forma parte de aquellos en los que está en sus manos practicarla, no de los que apenas pueden comer con el sueldo que ganan.