El triunfo de Syriza en las elecciones griegas y la negociación del tercer rescate con la troika han planteado cuestiones políticas interesantes y de alcance general, que van a dar juego en los próximos años, sobre todo, con la irrupción de partidos similares como nuestro Podemos.

No podemos empezar el cuadro sin apuntar que, en los últimos años, el gasto público en Grecia supuso un 400% de sus ingresos públicos por lo que no podría vivir sin el préstamo exterior, que hoy se le está dando a través de los sucesivos rescates acordados con la troika y que suponen que ese país se esté financiando a un tipo de interés del 2,3% (frente al 3,5% de media a que se está financiando, por ejemplo, España).

De los 320.000 millones de euros de deuda pública griega, para su rescate los contribuyentes alemanes ya llevan puestos 53.000 millones de euros, los franceses 43.000 millones, los italianos 38.000 millones, los españoles 25.000 millones y otros Estados de la Unión 32.000 millones. Además, el Banco Central Europeo (que también financian los contribuyentes de los países de la Unión) tiene en su activo préstamos para el rescate de Grecia por importe de 27.000 millones de euros y el FMI de 23.000 millones de euros. Para el tercer rescate de Grecia se calcula que serían necesarios otros 80.000 millones de euros a repartir en proporciones análogas a las anteriores. Estas son algunas cifras que conviene tener en cuenta antes de sacar cualquier conclusión.

Entremos en las cuestiones democráticas de las que merece la pena tratar.

La primera es la referida a las implicaciones que tiene el hashtag lanzado por algunos economistas e intelectuales con el título cinematográfico de golpe de Estado en Grecia. La tesis es que los electores griegos, titulares de la soberanía nacional, eligieron a Syriza con el compromiso electoral, asumido en su programa político, de renegociar el rescate con la troika, acabar con las políticas de austeridad y devolver la dignidad al país con una nueva condonación de la deuda. Este mandato político de los titulares de la soberanía nacional se habría reafirmado con fuerza tras el triunfo del «NO» en el referéndum convocado por el Presidente Tsipras sobre la propuesta de la Comisión Europea para negociar el tercer rescate. Ignorando esa voluntad soberana, fuerzas externas -representadas por los acreedores- habrían dado un golpe de Estado (en sentido metafórico) imponiéndose sobre la voluntad del pueblo griego a quien habrían sometido.

Lo cierto es que parece un poco ingenuo que descubramos ahora que la soberanía está sometida a límites en cualquier Estado, por definición, y, singularmente, en los que forman parte de una Unión. La propia definición política de Estado lo delimita: el ejercicio de un poder -soberanía- sobre un territorio y población determinados. Esto significa que el titular de la soberanía de un Estado, por muy soberano que sea en su territorio, no puede imponer sus decisiones a otros Estados igualmente soberanos a los que, además, les está pidiendo dinero para su funcionamiento. Por eso, por mucho que en España triunfara en referéndum por un 100% el Gibraltar español, tendría pocas consecuencias reales, salvo la de invitar al Gobierno de turno a intensificar las negociaciones con Reino Unido para lograr ese objetivo. Por supuesto, a nadie en su sano juicio se le ocurriría tachar a la negativa de Reino Unido de entregar Gibraltar de un golpe de Estado en nuestro país (salvo quizás al Generalísimo, que, como todos los gobernantes con tics dictatoriales, necesitan culpables externos para disfrazar sus miserias).

Por la misma razón, cualquier demócrata solo puede entender el resultado de las elecciones y del referéndum en Grecia como un mandato al Gobierno de ese país de negociar un rescate menos austero, que permita volver a respirar a la economía de ese país. Esa negociación debe llevarse a cabo con los gobernantes de países también democráticos que deben responder de sus decisiones frente a sus electores/contribuyentes (también titulares de la soberanía en sus respectivos Estados). En regímenes democráticos maduros, lo que debería hacer el ciudadano griego es comprobar si las propuestas con las que sus gobernantes concurrieron a las elecciones eran realizables y si se le presentó un cuadro realista o más bien desfigurado. Además, debería valorar si sus gobernantes han negociado bien con otros Estados soberanos el mandato que les dio el titular de la soberanía. Pero no parece serio acusar a otros Estados democráticos de golpe de Estado por no plegarse a la petición de su Estado de prestarle otros 80.000 millones de euros.

Si esto es así en cualquier Estado, mucho más lo es en uno integrado en una Unión Monetaria como es la zona euro, en la que cada país ha cedido una parte importante de su soberanía a las instituciones comunitarias, integradas por representantes de los Estados miembros.

La segunda cuestión democrática de enorme interés, que plantea un debate que se va a quedar entre nosotros, es la del valor del referéndum como manifestación más pura de la democracia directa o democracia del pueblo. Cuando se utilizan políticamente este tipo de expresiones grandilocuentes, como la fórmula del Senador de Podemos para prometer el cargo: «prometodevolver a los ciudadanos la capacidad de gobernarse a sí mismos» (a través de mí y mi partido, por supuesto) es para echarse a temblar. Eran discursos de los que gustaban los dictadores que repetían grandes conceptos (nación, pueblo, raza, libertad) para apropiárselos convirtiéndose en su viva encarnación.

La cuestión de la democracia directa como panacea se ha agitado con el referéndum griego y está en la base ideológica de partidos como Podemos.

Como han expuesto los mejores politólogos contemporáneos (por ejemplo, recomiendo la lectura de la Teoría de la Democracia de Giovanni Sartori), las democracias directas, en las que todas o la mayor parte de las decisiones se adoptan por el pueblo tienen fuertes contraindicaciones.

Primero, solo funcionan con una base geográfica y de población pequeña y para la solución de problemas relativamente sencillos. Además, la democracia de referéndum establece un mecanismo de decisión de suma cero, es decir, un sistema que excluye los derechos de la minoría. La mayoría lo gana todo y la minoría lo pierde todo. De este modo, la democracia de referéndum representa la encarnación menos inteligente de una tiranía sistemática de la mayoría. Favorece la exacerbación del extremismo. El extremista es así porque no tiene dudas: él sabe ya y está seguro de lo que sabe. Pero lo más importante es que la democracia de referéndum echa sobre los votantes una carga inconmensurablemente mayor que la que soportan en la democracia representativa, no ya en términos de información sino de conocimiento, es decir, de compresión y control crítico de la información.

Todas estas deficiencias han aparecido transparentes en el caso griego.

La mayoría de los griegos no sabían ni qué se les preguntaba ni, por supuesto, las consecuencias de su respuesta. Formalmente, se les preguntaba sobre la aceptación de un plan de medidas que nadie había leído, que estaba redactado en un idioma extranjero y trataba sobre una materia que pocos entienden. En realidad, se les preguntaba cómo sacar a Grecia de la crisis.

Es decir, se les pedía una respuesta sobre algo sobre lo que economistas de todo el mundo -que han estudiado durante años la carrera de economía, han hecho sus doctorados y pasado su vida investigando o aplicando los conocimientos económicos- todavía hoy discrepan fuertemente: las medidas económicas adecuadas para que Grecia consiga estabilizar sus cuentas públicas y volver a tener vida en los mercados financieros, sin la respiración asistida que hoy le dan los miembros de la troika. Mediante la consulta, se pretendía, nada menos, que el pueblo griego solucionase un enigma sobre el que discuten los mejores cerebros económicos del planeta.

Esto es tanto como pretender que, ante un infarto de miocardio, la opinión del/los cardiólogo/s de turno sea sustituida por lo que vote la mayoría del pueblo soberano en un referéndum. Decidamos pues si es necesario un trasplante o basta con un marcapasos y una vida saludable. Porque, claro, la mayoría siempre tiene la razón. ¿No es esa la esencia de la democracia? Pues no. Que las Constituciones digan que la soberanía nacional reside en el pueblo no le inviste automáticamente de una sabiduría infinita. Hay una lista de cuestiones eminentemente técnicas sobre las que el 99% de los ciudadanos ni tiene información, ni, si la tuviera, la entendería, ni por supuesto puede tomar una decisión mínimamente fiable sobre las mismas. Precisamente en esto se basan las democracias representativas.

Además, el referéndum se basa en el todo o nada del extremista: sí o no. No admite grises, negociaciones, renuncias y compromisos para llegar a un acuerdo intermedio entre los dos puntos. Por eso ha habido un choque de trenes entre Grecia y las instituciones de la Unión. La Unión se basa en la negociación entre Estados soberanos y la negociación comporta cesiones para llegar a acuerdos que no están ni en el sí ni en el no. Más bien en el gris. Lo contrario de la democracia directa que se nos presenta como salvadora.

Es cierto que muchos de estos defectos de la democracia directa serían aplicables a la forma en que se está desenvolviendo la democracia representativa en países como el nuestro, en los que parece que cualquiera puede ser Ministro aunque no tenga los mínimos conocimientos exigibles sobre la materia de la que va a ser responsable. Pero mejor sería tratar de ir perfeccionando el funcionamiento de nuestras democracias y de la selección de nuestros gobernantes, antes de lanzarnos por el camino de que el pueblo pase a decidirlo todo directamente.

15 comentarios

15 Respuestas a “Grecia y algunas cuestiones democráticas”

  1. José Maria Bravo dice:

    Sin reprochar el analisis del artículo ,basado en argumentos de la realidad política actual, es también real que las poblaciones votan con cierto «idealismo». Que el sustento de ese voto sean las necesidades,creadas o no, es evidente.

    En realidad se vota a la posibilidad de vivir en mejor condiciones. La palabra condición implica sujeción a un sistema. Cuando un votante se alinea a una corriente politica es por dos razones. O porque esta comodo con sus condiciones económicas o porque esta incomodo.

    En realidad es algo sencillo, lo mide su capacidad de consumo, en general no su capacidad de austeridad.

    Si la propuesta es mayor austeridad, en un Sistema de consumo, se genera una contradicción. Y, yo creo, que esta sencilla consideración es la que esta en crisis.

    El ejemplo mas publicitado de crecimiento económico es de la capacidad de consumo. Un nuevo teléfono, un nuevo coche, una casa mas cara, etc. El sistema no se basa en el valor, se basa en la plus del valor, en la plusvalia y eso, evidentemente, no esta en el saber popular. No se cuestiona la «vida» sino el costo de la supervivencia. Digasmolo, sencillamente, es un mundo «materialista»

    Los paises aportan al mantenimiento del Sistema, a mantener su necesidad. Para que el consumo crezca. El ciudadano si que vota, vota siempre. No solo en las elecciones representativas, que es cuando menos vota porque además no le gustan las decisiones que no comprende nunca. Nadie sabe, en realidad, a quien vota. Vota a lo que cree que le conviene para mejorar su capacidad de consumo.

    Los referendos se hacen en todas partes. En USA vota el pueblo a todo. Seguramente algun candidato puede que hiciera un referendo para edificar una gran muralla. En Suiza hacen referendos continuos. Grandes y pequeños hacen referendos de supervivencia, de consumo. Ninguno hace referendos de austeridad. No es nuestra época, no es nuestro sistema.

  2. Adam Smith dice:

    Isaac, gracias por dejar en evidencia las estupideces que se han dicho sobre soberanía y referendums a propósito de lo que está ocurriendo en Grecia. Debemos lamentar esas estupideces y muchas otras, repetidas por políticos y periodistas pero fabricadas por intelectuales falsos y mentirosos, en particular economistas que aprovechan su premio Nobel de igual manera que Maradona aprovecha sus premios en fútbol para decir estupideces sobre temas ajenos al fútbol.

    Ya habíamos observado algo similar en los años 80 a propósito de la crisis de la deuda externa en América Latina y luego a fines de los años 90 a propósito de la crisis económica de Asia. Peor, porque si uno revisa la historia de las crisis económicas primero de los reinos y luego de los estados-nación se va a encontrar que los gobiernos siempre han sido actores principales, aunque no necesariamente los que precipitaron las crisis (apostaría a que sí precipitaron por lo menos el 80% de las crisis de los últimos 500 años y que la causa última de la gran mayoría de las crisis fue la imposibilidad de continuar financiando los gastos de los gobiernos). Si uno acepta esa idea, no se sorprende que en todas las crisis pronto aparecen lacayos dispuestos a servir a los gobernantes con sus ideas para conseguir migajas de poder y riqueza.

    1. Adam Smith dice:

      El profesor Paul Campos (Law School, University of Colorado) en su libro Don’t Go to Law School (Unless), escribe lo siguiente

      It’s not merely that it’s common for a law professor to have never tried a case, or negotiated a deal, or drafted a real-life version of the sorts of documents he’s discussing in a Contracts, or Corporations, or Wills and Trusts class – it’s that legal academics almost never know anything about the business side of legal practice. The two most important practical skills that any lawyer working in private practice must possess are the ability to acquire clients, and to get them to pay their bills, which happen to be two things that most legal academics have never done in their lives.

      La distinction entre el académico y el profesional se da también en Economía. Los ganadores del premio Nobel han sido y son académicos, no profesionales asesores de gestores o controladores privados o de políticos. Como asesores los economistas profesionales deben tomar en cuenta las preferencias y los intereses de sus asesorados (como sucede en otras profesiones—abogados y médicos pero también ingenieros y arquitectos—los asesores pueden tener influencia decisiva en sus asesorados, pero esta situación es excepcional entre economistas cuyos asesorados son personas de poder o riqueza). Peor, cuando un economista asesor acepta una posición con responsabilidades propias de gestores o controladores privados o de políticos, sus decisiones están marcadas por su formación como economista pero más por otras cosas que poco o nada tienen que ver con su capacidad técnica (como lo han probado varios economistas, no hay nada en su formación que los califique para ser mejores CEOs o gobernantes que otros profesionales o académicos). Los economistas columnistas, como tantos otros que aparentan dar gratis sus opiniones, usan sus conocimientos técnicos para vender sus recetas y en distintos grados manipulan esos conocimientos para sus fines personales (algo que generalmente no pueden hacer cuando escriben para una revista académica donde tienen que jugar de acuerdo con las reglas de la academia).

  3. Manu Oquendo dice:

    Mi postura en esto de los rescates y la deuda es un tanto primitiva. Anticuada.

    Se vive sin adquirir deudas. Es decir, se vive con lo que uno tiene tratando de optimizar tu autonomía personal que, a fin de cuentas, es lo que te hace humano. Limitado, poquita cosa, pero tratando de crecer un poquito más cada instante de la vida.

    Si no te llega pides limosna, emigras, te rebelas o trabajas más por tu cuenta, pero no te metes en deudas y menos sabiendo –como saben todos–que muchos países europeos nunca podrán pagarla (nosotros, Italia, probablemente Francia, etc).

    Esto, que es del dominio público y privado, es algo sobre lo cual Occidente corre un tupido velo de Disonancia Cognoscitiva.

    Un acto de masiva hipocresía y autoengaño sobre el cual descansa un sistema roto, fuertemente armado, carente de moral aceptable para la mayor parte del mundo y sin la legitimidad otorgada en grandes segmentos de su propia población que, además,…………………. ha sido dividida y rota a conciencia por las políticas de sus propios gobiernos durante los últimos 50 años.

    Lo que precede puede parecer incendiario pero es solo un resumen del Informe que los profesores Crozier, Huntington y Watanuki redactaron en 1975 para la Directiva de la Trilateral preocupada ya entonces por señales ominosas de dificultades en el gobierno de dichos países.
    El enlace viene en el comentario de ayer pero lo repito aquí.
    http://www.trilateral.org/download/doc/crisis_of_democracy.pdf

    Volviendo al asunto de la deuda, el resultado es que, si no puedes pagar, con seguridad absoluta te van a refinanciar para que no se note que el globo revienta.

    Ahora bien, la liturgia de la refinanciación no debe ser blasfema sino totalmente ortodoxa, sumisa y agradecida.

    En Grecia hace unos días –como en Ucrania hace un año– se rompieron algunos Jarrones de Sèvres ( https://es.search.yahoo.com/search?p=Sevres&fr=yfp-t-777)irremplazables y que, rotos para siempre, exhiben descaradamente la triste realidad de Instituciones y Estados que se anunciaban como faro global de moralidad, eficiencia y ejemplaridad en el Gobierno y que ahora están irremisiblemente al descubierto como tristes lupanares.

    Lo de Grecia ha sido uno de esos eventos subliminales que causan un destrozo mortal sin que seamos plenamente conscientes de su fuerza destructiva.

    Repasemos
    .
    1. El 5 de Julio los votantes griegos dicen No a los términos planteados por la UE y los Acreedores para conceder un Tercer Rescate. Ganó el No por un porcentaje del 61.31% frente a un 38.69%.

    No se sabe qué, de verdad, sucedió en el corto intervalo pero, tras la dimisión de Varoufakis en minoría en la cúpula de Tsipras…..

    2. El día 16 de Julio, el Parlamento Griego (los representantes de la ciudadanía de la primera democracia de la historia escrita) aprueba someterse a las condiciones de la UE y de los Acreedores en términos Sustancialmente Peores que los rechazados por los electores.

    Ganó el Sí a dichos términos por 229 o el 75.5% de los Representantes electos de todos los Partidos. Se opusieron o se abstuvieron el 24.5% restante.

    Esto ha sucedido a los ojos del mundo si bien, todo hay que decirlo, la prensa ha mirado pudorosa hacia otro lado.

    Ahora…… ¿Cómo explicamos el valor de esto de la «Democracia» en Europa? ¿Quién se lo tragaría? ¿Dónde está la superioridad moral? ¿Dónde está el valor de un sistema así? ¿Qué valor tienen las decisiones de unos y de otros?

    ¿Por qué se debe obligar a nadie a someter su vida a los dictados de un proceso tan irracional?

    Solo hay una razón: La fuerza del rebaño y la primacía del plato de lentejas sobre cualquier otra consideración.

    Pero esta razón no es razón para no reivindicar el derecho a excluirse de la irracionalidad.

    Este punto de inflexión ya se ha producido y está actuando de modo autónomo en las mentes de cientos de millones.

    Saludos

    1. Adam Smith dice:

      Hola Manu,

      Gracias por la referencia a Crisis of Democracy. Me hizo recordar una conversación que tuve poco tiempo después de su publicación con alguien ya fallecido sobre por qué no valía la pena leerlo. En la nota introductoria–escrita por Z. Brzezinski como director de la Comisión (luego asesor principal de Carter en política exterior) se dice

      They believe, furthermore, that democracies can work provided their publics truly understand the nature of the democratic system, and particularly if they are sensitive to the subtle interrelationship between liberty and responsibility.

      La conversación referida estuvo centrada en la idea de esas líneas que ambos considerábamos absurdas. ¿Se puede extrapolar a lo colectivo algo tan individual como la responsabilidad por nuestras acciones? 40 años atrás mi respuesta ya era no y hoy la sigo manteniendo con mucha más fuerza. Uno de los grandes problemas del análisis científico de lo social (de la coexistencia de los humanos) es cómo caracterizar lo colectivo en general, y lo político en particular. Por ejemplo, si bien para algún propósito la familia podía parecernos una unidad adecuada para el análisis, nuestras experiencias personales de los últimos 40 años nos tienen que haber llevado a cuestionarnos si queda algún propósito para el cual lo sea. Y no me refiero sólo a lo observado con distintas generaciones en los varios países en que he vivido; también lo he observado en las tres generaciones de mi propia familia, partiendo con mi infancia en una familia grande en que mis abuelos y sus hijos, incluyendo mis padres, intentaron formarnos en la idea de la familia católica más tradicional. Si hoy me preguntan qué cuestión social analizaría a partir del concepto de familia diría que ninguna (explicarlo tomaría mucho tiempo y por eso no seguí comentando el post ¿Violencia o Desmadre? de Carlos).

      Pero vayamos a la sociedad como colectivo y en particular a lo político. Guste o no, el análisis del orden social hoy se da en función del Estado-nación (otro tema complejo que tomaría mucho tiempo como dije a propósito del post El Orden Imaginado de Raúl). Sí, como escribió Borges, el planeta ha sido parcelado en distintos países (vea mi comentario al comentario del lector moscon a este post) y la gran mayoría de los análisis políticos suponen que el orden social de un Estado-nación está definido por una institucionalidad (= conjunto de normas constitucionales) de la política como actividad colectiva principal y del gobierno como único órgano del poder coactivo legítimo y además instrumento de esa actividad. Esa institucionalidad puede tomar varias formas, algunas democráticas porque el acceso a y el ejercicio de ese poder están condicionados por expresiones formales de la opinión pública (en sistemas no-democráticos, la opinión pública se puede manifestar espontáneamente pero al costo de una represión). ¿En qué sentido se puede hablar de lo colectivo en un Estado-nación, democrático o no? Aunque siempre podemos reducir lo colectivo a unos intereses individuales pero comunes a muchos individuos, se supone que lo colectivo es algo más que eso; digamos eso que se supone que el calificativo nación agrega cuando hablamos de Estado-nación. Las experiencias de muchos (¿todos?) los Estados-nación, sin embargo, han probado repetidamente que el simple hecho de que los residentes de un territorio compartan una historia—muy larga y amplia en algunos casos, corta y limitada en otros—implica poca cosa en términos de sus vidas diarias—en el mejor de los casos, implica valores y creencias comunes pero en relación a temas abstractos de poca importancia para la coexistencia diaria. En particular, lo común del colectivo no condiciona el grado de aceptación y respeto de la institucionalidad de la política y el gobierno, grado que en definitiva depende de la confianza en las personas circunstancialmente dedicadas a la política y al gobierno. Por eso, para entender la práctica de la política y el gobierno prefiero recurrir a las divisiones internas de los países, comenzando por divisiones espontáneas en sus orígenes y que luego fueron cambiando en respuesta a nuevas circunstancias, en particular a la división original entre líderes y seguidores (estos últimos una gran mayoría que incluye una variedad amplia según su grado de sumisión). La reproducción de los líderes originales a través de privilegios parece haber marcado a muchos países, aunque las guerras y otros grandes sucesos han ayudado mucho a “resetear” la estructura de esas élites. No se sorprenda, entonces, que algunos busquemos en las características de las élites y de las masas de seguidores aquellas que podrían ser más favorables a una institucionalidad democrática de la política y el gobierno. Sí, el tema da para mucho pero hay que empezar por lo básico.

      1. Manu Oquendo dice:

        Hola, Adam.

        Con la perspectiva de los años el informe me parece un documento de interés por varios motivos.

        Por supuesto que el comentario de Brzezinski es llamativo. En definitiva, al referirse al «público», quizás hacía un llamamiento a una cierta homogeneidad de creencias y comportamientos que para determinadas visiones del poder son requisitos para la gobernabilidad. Ciertamente la facilitan mucho.

        No creo que Brzezinski, ni entonces ni ahora, estuviese configurando un ente colectivo teilhardiano. Simplemente me parece que se refería a la opinión pública o al consenso público que por entonces no era nada propicio en buena parte de USA

        Es el modelo de liderazgo-masa que, aunque se va diluyendo lentamente y con altibajos, perdura y lucha por reforzarse.

        Pero Brzezinski era uno de los Clientes, no era autor –salvo por esa influencia que siempre tiene el cliente– ni comentarista relevante del mismo.

        Ayer por la noche estaba leyendo, –páginas 188 y siguientes–, los comentarios de Ralph Daherendorf al texto de Crozier, Huntington y Watanuki.

        Los encontré notables por varias cosas que voy a resumir a continuación y que reflejan, mejor incluso que los autores, tendencias de larga duración que, por lo que recuerdo, no eran tan fuertes entonces como lo son hoy día. Por entonces Dahrendorf ya estaba al frente de la London S. of E.

        La crisis de gobernabilidad de las democracias occidentales, decía Dahrendorf, se debían a.

        1. Los Ciudadanos quieren decidir más cosas y soportar menos los efectos de la acción del poder.

        Es evidente que hay una cierta tensión, un «sentido», de desplazamiento de foco desde el concepto «pueblo» y «pastor» al de «ciudadanía autorregulada por criterios individuales de racionalidad».
        Esto indudablemente exige madurez responsable pero también una cierta homogeneidad de mindsets y de intereses.
        Esta tensión está ahí cada vez con más fuerza histórica.

        Es un importante toque de atención a los autores y al «Cliente» que sigue teniendo consecuencias hoy y cada día de modo más importante.

        2. Las Naciones –se refería a la idea europea de Estado Nación–cada vez encuentran más dificultades con problemas que tienen más y más implicaciones internacionales o que vienen directamente desde el exterior.

        En otras palabras, la acción política y la proyección del poder, para ser eficaz,no puede ser fundamentalmente nacional y sin embargo todos los mecanismos institucionales con algo de contenido democrático son nacionales y muy poco más.

        3. La emergencia de Enormes «Poderes» fácticos e institucionales fuera de los círculos gubernamentales.

        Solo cita dos (Grandes Oligopolios y grandes Sindicatos) pero estaba en 1975 y hace notar dinámicas que complicaban la «gobernabilidad»

        Los tres problemas, muy ampliados, siguen vigentes hoy día y laten con más fuerza tras el trasfondo de ese síntoma que llamamos crisis.

        En conjunto el informe me llama la atención porque confirma un trasfondo disimuladamente imperial y es muy interesante ver que las cosas son predecibles con muchísima anticipación y que las fuerzas en liza actúan constantemente.

        Pero, con mucho, lo más interesante y que debiera hacernos recapacitar es que los problemas no solo no se han resuelto sino que se han agravado y que en gran medida………………son las propias acciones de los Gobierno occidentales y sus Políticas (tan homogéneas) las que han Contribuido a ello.

        Encuentro esto de lo más curioso.

        Un saludo cordial, apreciado Adam.

  4. inés dice:

    No puedo callarme ante su escrito, aunque sería lo más conveniente.
    No debo, porque basa todos sus argumentos en datos falsos, aunque no voy a proporcionarle los verdaderos porque están publicados razonadamente, económicamente y al alcance de cualquiera que los quiera leer.
    Es obvio que su discurso es de usted y dice lo que quiere, pero no es verdadero. Lo que más resalta de lo mal informado que está es que el gobierno griego no ha pedido jamás 80.000 millones.
    No voy a cometer el único error pero gravísimo, que cometió Varufakis, darles a la troika, argumentos razonados y documentados de porqué no aceptaría las condiciones impuestas ya que económicamente es imposible que la gente sobreviva y genere la riqueza ficticia de la que ellos hablan, con la soberbia resabiada del invasor imponiendo los recortes, la subida del IVA al turismo y otras medidas disparatadas.
    A Varufakis no le echó su gobierno, fue condición impuesta a tiro de culata.
    ¿democracia? en un negocio cuyos dirigentes no han sido elegidos democráticamente y los otros, el eurogrupo, se pasa por el forro cualquier ley legítima de los fundadores de la unión europea.
    Aliados con la OTAN de USA porque lo que hay detrás de todo esto no está detrás sino en los oleductos y gaseoductos de debajo.
    Jamás he creído ni por un momento que el gobierno en ciernes, que usted conoce tan bién, no haga las cosas como debe hacerlas según su criterio, y ¿como es posible que primero demos 25.000 millones a unos «vecinos»? por solidaridad.. anda ya, y por la misma no aceptamos acoger a los que se mueren en el mar?
    Los damos por inversión. Su gobierno Salama, acaba de amenazar al mío por carta, dicendo, sin escrúpulos, que si se le ocurre atender al hambre y al frío de los extemeños con lo que debemos -las deudas que crearon los del PP – basadas en las reformas estructurales que había que hacer– nos intervendrán.
    Montoro a Vara con una carta tan inmoral como canalla, un país contra su propio país, a ver si caemos en la trampa de anidar nacionalismos…
    Su discurso es falso y aunque no se atreva a publicármelo al menos lo leerá, y ese es mi objetivo.
    Esto no son otras políticas, esto es más de lo mismo pero en grado superlativo. Lo que pasa es que aún no se ha dado cuenta que esto nos toca a todos, a usted también.

  5. moscon dice:

    Sin ánimos conspiranoicos, pareciera a mi entender que el autor solo toma en cuenta en el análisis las cuestiones formales, protocolares y las ortodoxias académicas..
    Hay corporaciones que mueven, facturan o deben mas que Grecia, agrupaciones de las cuales jamás vamos a conocer el rostro de algunos de sus responsables, dado el status superior a los convenios de estado, de ética o de humanidad, y doy como ejemplo cuando al término de la II Guerra Mundial EE.UU indemnizó a empresas propias por haberlas bombardeado mientras las mismas trabajaban para los nazis, IBM, GE, Ford; ni hablar de los bancos yanquis que financiaron al führer.
    El uso de las estadísticas pasa de subjetivo a enfermizo, 2 habitantes y 2 panes= 1 pan por habitante, cuando en realidad es que 1 habitante come 2 panes y el otro muere de hambre, y si en esta simple visión ya existe una aberración garrafal imaginemos como se potencia cuando los números se inflan.
    Entonces (¡Oh, como llegamos a esto!) lo que parece un tremendo error en donde los acreedores otorgaron créditos ante una insolvencia en carne viva, mas que un error parece un plan ejecutado a la perfección.
    Hace un par de cientos de años que los brujos del poder ponen en práctica la fórmula diplomática y financiera para parasitar y someter a grandes repúblicas, naciones o pueblos, y a nosotros, el vulgo, nos alientan a la división política y embanderarnos bajo esa premisa como el mas justo acto moral. No hay nada mas infame:

    «El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras…”
    Jorge Luis Borges

    El acto de representar, como funcionario del poder democrático, dentro de las división política de las fronteras, a un sector «mayoritario» termina no conjugándose como acción de la voluntad de los electores, como factor frente al poder, sinó como actor; y las circunstancias lo degradan a títere.
    Otra sería mi visión teniendo acceso a información vedada para mi y la mayoría de los mortales, creo que si lo lográramos habría mas concordia y menos discusión, pero nada mejor para la desinformación que sublimar una teología al estado de ciencia:
    La «ciencia económica» tal como la conocemos no tiene (de acuerdo al Discurso del Método) un solo hecho comprobable, es empirismo tendencioso puro aprovechando la ecuación de matemáticas x humanidad x infinito.
    En fin, por occidente, los países con graves problemas de deuda externa son católicos.

    1. Adam Smith dice:

      Que lindo insertar un párrafo de Borges aunque no venga al caso. El texto completo que incluye ese párrafo es corto (es parte de un breve relato en Los Conjurados, 1985) y lo incluyo para que quede claro lo que luego digo
      ——————————————————————————————————————-
      JUAN LÓPEZ Y JOHN WARD

      Les tocó en suerte una época extraña.

      El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los catógrafos, auspiciaba las guerras.

      López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.

      El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en una aula de la calle Viamonte.

      Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.

      Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.

      El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
      ——————————————————————————————————————–

      El breve relato hace referencia a dos soldados enfrentados en las Malvinas 1982 que podrían haber conversado de literatura y filosofía (en la calle Viamonte de Buenos Aires estuvo años atrás la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires).

      Hay dos puntos del relato que conviene destacar. El primero es que el párrafo largo termina diciendo que la división del planeta en países auspiciaba las guerras. Lo que no dice es que esa división era a su vez resultado de muchas guerras durante siglos (la historia de España es ejemplo clarísimo de esas guerras) y que las guerras–tanto las que dieron como resultado la división en países como las que persisten entre los países–son consecuencia de algo básico y común a toda la humanidad, esto es, la escasez de las cosas que valoramos, algo que nos impone elecciones difíciles, incluyendo decisiones sobre el recurso a la violencia para atacar y también para defender. Cualquiera que ignore esa escasez está condenado a decir tonteras. En todo caso, ese no era el punto de Borges en el cuento–su punto era la oportunidad perdida entre dos jóvenes que en otras circunstancias habrían disfrutado una buena conversación sobre literatura y filosofía. Pero sí es relevante para el comentario de moscón.

      El segundo punto se refiere a la línea final del relato en que Borges nos recuerda un tiempo que no podemos entender. Sí, en términos relativos, a Borges y a muchos otros la historia argentina que conduce a la guerra de las Malvinas es algo muy difícil de entender. Nadie puede alegar haber entendido la historia de la humanidad, pero a quienes hemos vivido parte de la historia argentina nunca nos termina de sorprender cómo el país primero se desarrolló fuerte–contra todo pronóstico–y luego entró en una decadencia que parece no tener fin. Pero precisamente porque mucho nos cuesta entender la historia de la humanidad, no sorprenden las afirmaciones infundadas y grotescas incluidas en el comentario de moscón.

  6. Loli dice:

    Una vez oí a alguien decir que «quien no hace lo que debe, debe lo que hace».

    Los conceptos de «deber» y de «deuda», entiendo tienen un origen …de «obligación moral», y que quizás en acepciones más arcaicas, pudieran responder a «entronques» con «leyes divinas»….o con aquéllo que aún forma parte de los misterios que rodean al ser humano en su evolución.

    Sea como fuere, parece que son conceptos nacidos para favorecer el desarrollo del hombre….no para atarle.

    Me da la sensación de que, como con otros muchos, a los términos de «deber» y «deuda», se les ha despojado de sus objetivos y de su complejidad, para reflejarlos en el aspecto más grosero, como es el «mercantil» , y confundirlos con el «dinero» y el «poder», reflejos simplistas con los que llevamos ya mucho tiempo desenvolviéndonos, sin ser capaces de dar más alcance a estos dos términos.

    Reflexionando un poco sobre ello, y sobre el comentario de Manu, el proyecto de Unión de Europa, a lo mejor, debería haberse basado en precisamente aliviar a los pueblos de la necesidad de contraer deudas económicas , activando continuamente «el deseo» de consumo convertido en necesidad, y la convirtiendo «la ley del mercado», en la «ley de leyes» que debe guiar toda sociedad que quiera evolucionar.

    Al final nos encontramos con pueblos atados a deudas permanentes que nunca podrán pagar, ya no para consumir y ser más felices, no, sino simplemente para sobrevivir, y al resto de pueblos y países obligados como «acreedores» a financiar con sus economías deudas para pagar créditos…que no revertirán en la mejora de las condiciones de vida de los pueblos endeudados, y que además endeuda a esos países que se supone «ayudan» en detrimento de sus economía y que atan a la vez a sus gentes a vivir…empobrecidos.

    Es que es hasta maquiavélico.

    Las importantes «mentes» que han diseñado este tipo de «Unión de Europa», más bien parece que querían todo lo contrario.

    Una Europa disgregada, recelosos los países entre sí, fomentando nacionalismos y desigualdades, con poblaciones más ricas «atrincheradas» para que nada cambie, y con las poblaciones «pobres» en las que el pago de una «deuda» impagable será el estigma de generaciones..¿Es este el objetivo de una Unión Europea?.

    Seré ingenua…y además no tengo conocimiento de economía ni de mercado…vale, pero entendía que la Unión de Europa abarcaba un concepto de desarrollo social donde las gentes puedan levantar la mirada hacia metas metas más nobles, sensitivas, cullturales…menos egoístas, menos miedosas y más libres….Por eso voté su Constitución.

    Y como en todo…si debemos lo que no hacemos..todos..aquéllos que deberían haber diseñado un funcionamiento económico más…..¿lógico?…¿justo?…los que sabían cómo se comportarían los mercados, las infraestructuras de los países a los que se les abrió la espita del crédito sin parecer pedir nada a cambio, ni apenas auditando gobiernos que los hubieran requerido a gritos antes de endeudar de esta manera tan brutal a sus poblaciones…entiendo que si ellos tampoco han hecho lo que deben, también están en deuda.

  7. Marta Vendrell dice:

    Me sorprende pues le leo atentamente, como se puede defender esa postura con respecto a Grecia y sin embargo no se entienda que Cataluña quiera su pacto fiscal. Si como dice, las decisiones de un Parlamento democrático son igualmente aceptables, como es posible que la voluntad de unos (sobre el dinero de otros) se imponga sobre las decisiones del primero de ellos. Según su línea argumental, sería suficiente que Grecia apelara a la solidaridad no ya para hacer una quita, ya que eso generaría inseguridad jurídica, sino para recibir subvenciones por un tubo a fin de satisfacer la deuda, al final será lo mismo. Sin embargo, aplicado esto a nuestro país, su opinión varía. Todo ello a propósito de la publicación esta mismo semana de las balanzas fiscales.

    1. Muchas gracias por el comentario Marta,
      Plantea una cuestión de enorme interés en la que parcialmente estoy de acuerdo con usted. Con matices: en España quien tiene la competencia para decidir sobre la distribución de los fondos comunes es el Estado y no cada una de las Comunidades Autónomas. Pero, desde un punto de vista económico, estoy de acuerdo con usted -y así lo he manifestado en otros artículos- en que no es sostenible una subvención sine die y sin control alguno de destino de las Comunidades más ricas a las más pobres. Lo cierto es que esta política de subvención no ha funcionado en los 30 años que llevamos de democracia. Le recomiendo este artículo sobre la ineficacia de las subvenciones a regiones menos ricas de forma indefinida y sin control de destino (http://blogs.elconfidencial.com/mercados/lleno-de-energia/2015-07-22/un-modelo-autonomico-eficiente_937993/).
      Desde un punto de vista político, creo que el independentismo catalán está entorpeciendo el que pueda abrirse un debate serio sobre lo que realmente interesa que es establecer un sistema territorial eficiente y un sistema de financiación justo y económicamente viable; sencillamente por que existe la certeza de que cualquier mejora que se haga en el sistema de financiación será utilizada para acelerar el proceso independentista.
      Saludos.

      1. Marta Vendrel dice:

        He leído con atención sus recomendaciones y es cierto que se debe buscar un sistema más justo para la distribución, sin embargo, como bien sabe, las leyes no son más que una expresión de la voluntad de un pueblo, y tan lícito es hacer campaña por una opción como por otra; No son las tablas de Moisés inmutables a lo largo del tiempo. Y en este ámbito de decisión política, no me parece acertado que bajo el paraguas del «miedo a que se usará para acelerar el proceso independentista» se sigan despilfarrando los 8000 M euros (según los cálculos del propio estado central) fuera de Cataluña tras 40 años de continuar así. Yo me plantearía desde el otro punto de vista dos cuestiones: i) Aunque eso no se diga, si se hiciera una consulta sobre si se desea o no un pacto fiscal, más del 90 % de la sociedad catalana votaría SI. (la independencia es una «aventura» sin sentido bajo mi punto de vista en los tiempos actuales y atrae a cerca del 50 %) Más fue con ello a Madrid y le dieron un portazo.. «no toca, le dijeron» y ii) Si yo estuviera en «el otro lado» me preguntaría aún hoy que se lo que se ha hecho mal cuando el 50 % de una población quiere «separarse» de mi y no nos engañemos, hay mucha gente que no, pero que quiere dejar de permitir que les roben..

        En este ámbito, he leído hoy en un periódico nacional y en otros catalanes que los socialistas nacionales abogan ya por un pacto fiscal para Cataluña.. quizás es el inicio de la lógica y el diálogo para un pacífico y amable encaje de Cataluña en España no le parece?

  8. Jose Maria Bravo dice:

    En la conversacion entre Adam Smith y Manu Oquendo se transluce la problematica aun «enquistada» entre la moral y la responsabilidad.

    Kant, en aquel giro, que el llamaba «copernicano» de la filosofia. Entre otras cosas, advierte del caracter «incondicionado» de la libertad humana y entra de lleno en la moral. Afirma que la religion se funda en la moral y no la moral se funda en la religion.

    Si extrapolamos, la politica se funda en la moral y no la moral se funda en la politica. La vida politica aun se funda en los partidos politicos. Aun existe cierta «religiosidad» en los votantes. Aun se cree en el «condicionamiento de la libertad politica».

    Adam Smith se pregunta como se puede extrapolar a lo colectivo algo tan personal como la responsabilidad de nuestras acciones. Yo me pregunto como se puede extrapolar nuestra actitud moral a la pertenencia a un partido o a una tendencia politica?. Pues es algo que hacemos cuando ante situaciones en las que entra en juego nuestra responsabilidad, nuestra moral, optamos por el seguidismo, por nuestra pertenencia gregararia a un partido politico. Podriamos llamar a esto inmoral?. Es entendible que simplifiquemos nuestra responsabilidad y no lo consideremos inmoral si no «realista».

    Entrariamos entonces a una discusion sobre la Realidad y el realismo. Largo tema tambien de la Filosofia y de la Filosofia poltica. Como abre bocas podiamos citar a Marcuse «seamos realistas, busquemos lo imposible». Pero el slogan pierde en el espejo su autenticidad, su libertad. Quizas este es uno de los problemas…

  9. Óscar dice:

    He leído con gusto el artículo, pero no me ha dado tiempo con los comentarios. Solo me gustaría comentar que el autor del artículo participa de una perspectiva demasiado tecnocrática, la misma que empapa al proyecto Europeo. En primer lugar, estamos de acuerdo en que la economía es una ciencia (con sus facultades, doctorados e investigaciones). Pero es una ciencia que afecta de lleno a la vida de la ciudadanía. Es por tanto siempre un error la tendencia a convertir en «cuestión técnica» lo que es «opción política» (o en este caso, opción económica). Si los científicos de la economía no se ponene de acuerdo sobre algo que nos afecta a todos, seamos todos los que decidamos que opción queremos de las existentes. Y eso será lo democrático. En la economía política no hay una verdad única, y si la hubiera, no necesitaríamos democracia ninguna. Este un argumento muy utilizado por Fernando Vallespín: el piloto de un avión no somete la condiciones del aterrizaje a votación del pasaje. Pero porque es una cuestión técnica. Ahora, las decisiones de economía política no son decisiones téncicas, sino políticas. Y el proyecto europeo participa de la opción política neoliberal (con todas las cautelas de la palabra) en la que tal vez no quieran estar los ciudadanos griegos.

    Es cierto que la complejidad del astuno es considerable como para que los votantes del referendun emitan un juicio informado. Pero en realidad todas las decisiones políticas se toman en un marco de incertidumbre, acudiendo entoces los votantes a los atajos informativos y la heurística del partido con el que se indentifican, su ideología, la tradición política en sus familias, etc. Pero es que este sistema funciona para votar en un referendum y para elegir pareja sentimental.

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