A unos días de los salvajes atentados del aeropuerto de Bruselas, y de los no tan cercanos pero igual de salvajes atentados de Lahore, o los que se producen casi cada día en Irak, se alzan las voces en todo occidente para responder de forma contundente ante la barbarie.

La pregunta del millón, naturalmente, es cómo hacerlo sin coartar por el camino las libertades civiles, sin renunciar a aquello que nos hace ser “civilizados” y sin dar alas a los terroristas ofreciéndoles con nuestras acciones una justificación para las suyas. Parece evidente que encender velas en los lugares donde cayeron las víctimas, darnos las manos en corros en las plazas de los pueblos y guardar minutos de silencio en los estadios de futbol no van a amilanar a los terroristas, pero tampoco parece que derrocar dictadores a los que antes apoyábamos e invadir países en el más puro estilo Bush tenga demasiado efecto.

Una vez más hay que elegir y contestar a varias cuestiones: ¿estamos dispuestos a ceder parte (a veces mucha) de nuestra libertad a cambio de un aumento (o de la ilusión de un aumento) de nuestra seguridad? ¿Estamos dispuestos a obviar el derecho internacional que mantiene en el poder a regímenes que patrocinan el terrorismo, como alguna de las monarquías del Golfo, por ejemplo?¿Es ético invadir estos países para cambiar sus gobiernos, sobre todo sabiendo lo que pasa cada vez que se derroca un dictador en regiones tan convulsas?¿Tiene sentido gastar los 34 mil dólares que cuesta cada bomba “inteligente” –de las que por cierto se están acabando las existencias en occidente- en bombardear al Estado Islámico en Siria?¿Es ético hacerlo sabiendo que de vez en cuando una de esas bombas de 34 mil dólares acierta de lleno en un hospital?

Muchas preguntas de difícil respuesta y aunque no es nuevo enfrentarse a estas cuestiones, ahora, como cuando Aníbal sitiaba Roma y el Senado decidía dar a un Cónsul los plenos poderes de dictador, la Sociedad, enfrentada a un peligro externo, se encuentra ante una difícil disyuntiva, no solo teniendo que ponderar Seguridad frente a Libertad, sino teniendo que ponderar hasta dónde hay que llegar para defender nuestro modelo: ¿Hasta dónde debe ejercitar el Estado el monopolio de la violencia que le caracteriza para garantizar los logros de nuestra sociedad? ¿Debe hacerlo aunque, como en una extraña paradoja propia de la física cuántica, para defender el modelo se vea obligada a llevar a cabo acciones que le alejen de ese modelo?

Pongo un ejemplo: la detención incomunicada en España se consideró por Naciones Unidas como contraria a los derechos humanos. España, con diferentes Gobiernos, la mantuvo porque era eficacísima en la lucha antiterrorista. Se consiguió mucha información decisiva durante el período de incomunicación y posiblemente se evitaron muchos nuevos atentados.

Parece claro que contra el terrorismo hay que luchar con violencia, porque son ellos o nosotros, y cuando se trata de sobrevivir hay que pelear con todo lo que se tiene. No obstante, en un momento en que una gran parte de la población parece estar de acuerdo en que la “mano dura” contra los terroristas es necesaria conviene también recordar que primar las políticas que dan demasiado poder al Poder puede ser contraproducente, y que las guerras, cualquier guerra, más allá de los daños colaterales, tienen efectos secundarios que, en segundas y terceras derivadas, pueden ser más perniciosos de los que se pretenden erradicar.

Para mí, un claro ejemplo, aunque solo sea porque hemos tenido más tiempo para ver sus nocivos efectos y sus escasos resultados, más revelador aún que la invasión de Irak o Afganistán, las primaveras árabes o el fin de Gadafi, más incluso que el carajál que hay montado en Siria, es el de la Guerra contra las drogas que declararon los Estados Unidos a finales de la década de los 70.

Los Estados Unidos, con el 5% de la población del planeta mantienen en la cárcel a 2,3 millones de criminales, la mitad de los que hay en las cárceles del mundo entero. En 1980 había en EE.UU. 40.000 personas presas por delitos relacionados con las drogas, hoy hay más de 500.000. Muchos de los que no están encarcelados por delitos directamente relacionados con las drogas estaban bajo los efectos de estas o del alcohol cuando cometieron los delitos por los que les condenaron.

Desde que se lanzó la cruzada contra los estupefacientes se han invertido centenares de miles de millones de dólares en luchar contra la droga, han muerto miles de personas y sin embargo la droga cada vez es más fácil de conseguir en cualquier ciudad de occidente. Para más inri, debido al curioso sistema sanitario que tienen los norteamericanos, un drogadicto americano que quiera abandonar las drogas generalmente no podrá pagarse el tratamiento, y el Estado no lo hará por él: prefiere invertir el dinero en encerrarle en una prisión cuando cometa un delito para conseguir su dosis o en pagar un cargamento de un pesticida altamente tóxico para fumigar algún campo de coca en Bolivia o Colombia.

Las guerras mueven enormes interese económicos, y la guerra contra la droga es un caso evidente de cómo, si se aplica una estrategia inadecuada sin pensar en todas las posibles consecuencias, los que intentan acabar con ellos se convierten en los principales valedores de aquellos a los que intentan combatir. Puede acabar ocurriendo con los terroristas -ya pasa en algunas naciones, incluso en el seno de ciertos barrios europeos- lo que ha pasado con los narcos: los narcotraficantes ganan dinero y son poderosos simplemente porque hay una guerra desatada contra ellos.

Lo que los impulsores de la Guerra contra la Droga no consiguen llegar a comprender es que con los miles de millones de dólares invertidos en medios policiales, cárceles para meter a los delincuentes y apoyo a gobiernos de dudosa legalidad lo único que se consigue es que la droga sea más difícil de mover, lo que provoca artificialmente un monopolio y hace ricos a los jefes de los cárteles; pongamos el caso de Méjico, por ejemplo: si no fuese por la presión que el Gobierno Norteamericano ejerce en la frontera para luchar contra el tráfico ilegal de estupefacientes, cualquiera con un camión viejo o una barca agujereada podría transportar drogas desde al otro lado de la frontera y entonces, con tanta competencia, en un mercado abierto, el precio no compensaría el esfuerzo.

La droga crece, literalmente, de los árboles, pero tal como están las cosas, un narcotraficante mejicano tiene que comprar a un montón de policías y crear una logística brutal para proteger los alijos que incluye sobornar a jueces y políticos. Gracias a las dificultades que pone la Ley hacen falta millones de dólares para mover las drogas y solo pueden hacerlo grandes organizaciones, que actúan como monopolio o cartel (un cartel consiste en que un grupo de productores con una cuota de mercado significativa pacta precios para comportarse como un monopolio). Con el agravante de que en este mundillo la gente está dispuesta a matar para conservar su posición de poder. Antes de la Guerra contra las Drogas solo había pequeños cultivadores y traficantes. No había Pablos Escobares ni Chapos Guzmán bañando países en sangre.

No quiero decir que el Estado Islámico opere en régimen monopolístico (desgraciadamente hay más grupos terroristas) por alguna externalidad de la legislación internacional antiterrorista, pero lo que sí que es cierto es que se ha convertido en un referente para aquellos que ven la forma de vida occidental como algo demoníaco, y parte de la culpa de ello pueden ser las consecuencias de ciertas políticas llevadas a cabo en los últimos años.

Antes del 11-S Al Queda parecía el epítome de organización terrorista, ahora, después de años de guerras con la excusa de acabar con ellos, lo que queda de la organización de Bin Laden se ha convertido en un problema menor ante la magnitud del salvajismo y del fanatismo del Estado Islámico, una organización que es un producto directo de la cruzada emprendida por Bush para vengar el ataque a las Torres Gemelas.

Por eso, antes de poner en marcha una legislación como la que prepara occidente que prime (aún más) la seguridad frente a la libertad, hay que analizar exhaustivamente cuáles pueden ser las consecuencias, potencialmente devastadoras, de esa legislación.

Es lógico clamar por venganza, pero tenemos que tener cuidado de que las medidas que tomemos en la Guerra contra el Terror no acaben generando algo peor que el Estado Islámico; o que los gobiernos de occidente, armados con una nueva legislación mucho más “contundente”, no acaben convirtiéndose en estados policiales.

8 comentarios

8 Respuestas a “Guerra contra el terror”

  1. refugiada como ellos.. dice:

    Ya lo son
    No me hables de las historias de USA y su imperio del terror.

    Vengo del infierno

    He visto con mis propios ojos, escuchado, y sentido con todo mi ser! la crueldad de las leyes fascistas de esa UE que no somos todos los ciudadanos. ( pero muchos lo son, pues siguen votando fascismo cada vez más).
    Y de los Turkos–( bueno, mejor que de los Turkos, que no generalizo.. de su gobierno … disparando a niños… sin piedad, pero aliados nuestros )
    Nosotros terroristas- nuestro gobierno- y la OTAN entera…
    ¿que es lo que pretendemos proteger? gobierno de unos y de otros? Id y mirad los campos de concentración del siglo XXI, después si aún te dan ganas escribe. ( a mí sólo me dan ganas de rezar para no perder la calma, y por la lección de Vida que siempre dan los que están al borde de la muerte y porque aún queda mucho que salvar y porque la risa y el abrazo y las madres y padres que quedan me han dado una lección a mí, que también soy una refugiada, como ellos, igual )

    Me he puesto en la piel, porque la he acaricidado, de los que lo han dado todo, TODO! separándose incluso de los suyos, huyendo de las bombas que el Santander y el BBVA, y otros tantos financian y hacen negocios con la vida de seres.
    No me cuentes milongas desde lejos Raul, ve y mira, mira la locura que provoca que gente que arriesga su vida sea encarcelada, niños perdidos, miles… ONGs con escrúpulos… ( porque algunas de las más famosas, ..enfin, me callo….
    Pocas voces se alzan de verdad para que esto pare. ( hay mucha más gente en un concierto, que en una protesta sincera contra la guerra, pero somos ilusos, porque mañana, –vendidos como estamos- estratégicos como somos para los «viaductos» vienen a por nosotros..y no nos acabamos de enterar de nada……
    Esto es una guerra del petróleo, del poco que queda…ya lo expuse con mapas una vez, quien lo quiera ver que lo vea.. y quien apoya gobiernos, políticas, etc.. contra el asesinato de miles de civiles es igual de complice, y si la gente se vuelve loca y viene a nuestras ciudades y pone bombas… pues también podría llamarse a eso si se fuera cínica, ( como hacen ellos) daños colaterales.
    No justifico ningún terror, pero el terror vendrá en dosis superlativas, vendrá porque lo que he visto es una locura, es una locura escuchar al presidente de un país que aún votan ( según él ) siete millones de personas decir que es terrible lo que pasa pero que ellos van a seguir poniendo pegas- y vallas y ejercito.. en nombre nuestro?
    NO EN NUESTRO NOMBRE, JAMÄS
    Que todas las guerras del mundo se estén dando en países con reservas de petróleo y/o de gas…y que además se intente desestabilizar gobiernos que poseen reservas- aunque haya que talar las pocas selvas que nos quedan, que se comercie con la muerte de pueblos enteros en un mundo vendepatrias, es tan salvaje!, que los locos no son los terroristas sólo,
    Los locos somos los que no chillamos -a una- en contra de esta barbarie.
    Los locos somos los que de una vez, cada uno, no nos olvidamos de TODO LO QUE ESTA HECHO CON PETROLEO; coche..cremas, plásticos, comidas, Israel.. ….porque todo esto, lo digo con toda mi conciencia, todo!, está manchado de sangre.
    Pero los hijos de los jeques de Arabia ya están aquí comprando nuestras tierras con los dineros de las guerras, y los fascistas venidos a menos, vendiendo un patrimonio que no les pertenece.. estamos en un estado policial, injusto y vendido.
    No reconozco a mi país, no reconozco a la gente de mi país…han perdido la capacidad de lucha y han perdido el sentido común, completamente..porque lo han olvidado todo.
    ¿el terror? el terror es rajoy, y el PSOE y el TTIP y el mayor terror es esa UE que se han inventado, y es esta civilización occidental que actúa como un verdero cáncer y que como todos los imperios, desaparecerá, no sin antes causar demasiado sufrimiento.
    Necesitamos urgentemente otra ética y otros valores, otros mitos, diferentes, necesitamos saber que el hombre es el único enemigo del hombre y es una plaga que se está volviendo caníbal una vez más.

  2. Rosae dice:

    Cómo se mueve mucha información por las redes y un@ al menos debe «conocer», «comparar» y sacar sus propias conclusiones, al menos, las propias..porque creerse todo lo que te dicen a pies juntillas, quizás no convenga.

    siguiendo el discurso del ex-general militar de la otan ya retirado, Wesley clark: a las guerras ya iniciadas, les van a seguir: Sudán, Somalia e Irán;
    en Sudán y Somalia pululan haciendo de las suyas, grupos yihadistas sumamente sanguinarios..Casualidad?-

    la caída de las torres gemelas, su exitosa caída, como demolición controlada, se está investigando sobre ello..los periodistas estadounidenses que han investigado a fondo..Han sido hallados muertos sin explicación aparente..

    sobre el 11m en madrid: las tres semanas anteriores estuvieron unos operativos de la otan en suelo español con simulacros de operaciones antiterroristas..vaya con los operativos: incapaces de frenar un onceM?-
    desde francia en la madrugada se sabía que se iba a cometer atentadosen unos trenes al menos, en suelo europeo..esa noticia la dió intereconomía en la madrugada de ese día…(noche insonme..intuición).

    Desde la ilegal guerra de irak..esto es lo se va viviendo..guerras-atentados-leyes mordaza..más guerras- escalada bélica- refugiados..afectados tod@s!!

    esto son sólo notas sueltas de cosas que se van leyendo que parece no tienen la conexión que nos dicen, sino quizás otra..camino a ese orden mundial tan cacareado con su control de todo: ya no es sólo el petróleo, la ganancia, la sangre, el desastre..es el «poder» creer que se tiene el poder sobre la tierra, sobre las personas, sobre su destino..ese falso poder..de unos lunáticos enloquecidos..a los que los demás deberíamos responder: caminando, justo en la dirección contraria que nos «marcan»y, restando ese poder, a base de Informarse ampliamente y «eligiendo» mas libremente..en nuestras vidas;

    Entre Integrismos financieros y religiosos andan los «asuntos» y habrá que hacer prevalecer nuestros «derechos como humanos» allá donde estemos o vayamos..o, nos engullen cómo a enanos!!

    perdón erratas, no puedo revisar texto.

  3. Gabriel dice:

    Te siento muy irritad@. Con mucho tacto y respeto, me gustaría saber si no es inconveniente para ti “Refugiada como ellos” saber de que país eres; porque para venir del infierno no hace falta proceder de países donde la guerra esta haciendo mella en sus moradores.

    El infierno está en lugares donde la gente sufre, da igual que sea por guerras, por drogas, abandono, persecución ideológica, persecución religiosa, encarcelamientos por tener ideas distintas al del gobernante, mutilaciones por ser mujer, ahorcamientos por ser homosexual. En fin, hay muchos tipos de infiernos.

    Tienes tu parte de razón cuando atacas verbalmente a los poderes de esta Europa decadente y corrompida, a los amos del mundo EE.UU.
    También me gustaría que le dieras igual rasante a Venezuela, Irán, China, Estado Islámico, Cuba.
    O es que estos te parecen que son maravillosos y paradigmas de la libertad y de la justicia.

    El terror en España fue en su día ETA, hoy lo son, el Estado Islámico y sus vertebraciones.
    Y lo que creo que necesitamos en esta sociedad es más ARTE, lo único que nos conduciría a una sociedad distinta y mejor.
    Y por supuesto y de vital importancia, una educación libre, una EDUCACIÓN donde TU ESTADO no pinte ni pío.

    Saludos

  4. Loli dice:

    Parece que la palabra «meticuloso» está tomada del latín «meticulosus» que significa «miedoso».

    Pensándolo bien, no es una acepción baladí.

    Intentar contrarrestar un peligro, o su percepción, la realizamos, desde el intento también, de controlar todos los factores que pensamos tienen alguna relación con él.

    El riesgo puede venir de «fuera», pero es la gestión de lo desconocido, lo que realmente a-terra (curiosa es, asimismo, esta acepción de la palabra «terror», muy asociada, parece, con la de «tierra» y «des-tierro»).

    A la vista está que los refugiados han sido y siguen siendo, las primeras víctimas del terrorismo por partida doble. No solo la han sufrido «in situ», si no que además les ha llevado a un proceso de destierro y migración.

    ¿Y las sociedades que se supone buscan organizarse en la base de la libertad y el respeto y defensa de los derechos de todos los seres humanos?.

    Pues, del artículo de Raúl, deduzco que se mueven, nos movemos en grandes contradicciones.

    Y esas contradicciones tienen su reflejo a cómo se gestiona la seguridad, de manera, que finalmente preferimos renunciar a una libertad, que aún no hemos sabido utilizar, en pos de un «minucioso control», que nunca podrá garantizar, al cien por cien, que «nada» va a quebrantar nuestras vidas.

    Crecer en libertad es también aprender a gestionar nuestros miedos…a madurar, supongo.

    Vivimos actualmente, en una especie de situación emocional muy disociada.

    Por un lado nos indigna el trato dado a los millones de personas que nos piden ayuda (con razón), y pedimos (sin pensarlo mucho) que se les deje venir y acogerlos en nuestra casa.

    Y por otro lado reivindicamos continuamente que se nos «devuelvan nuestros derechos adquiridos», que no se «recorte nada», que se custodie nuestra vida desde el nacimiento, que todo esté «asegurado».

    Los gobiernos votados son una muestra de cuáles son, en realidad, nuestros miedos y nuestras aspiraciones. Hechar una ojeada a los partidos que están subiendo en las encuestas aquí y en el resto de Europa, no importa el signo político, su discurso se centra en asegurar a la población que no tienen que renunciar a nada, o a lo mínimo, para que ese estado custodial se mantenga.

    Y así, sin renunciar a nada, sin replantearnos el sistema económico, sin ser capaces de movernos hacia ninguna parte…¿vamos a ser capaces de acoger a los migrantes, a los refugiados, a los des-terrados, como su necesidad, como su sufrimento y nuestra responsabilidad demanda?.

  5. Alicia dice:

    ÑHace unos días, a raíz de los últimos atentados (creo que de Bruselas, que ya me hago un lío) comentaban en una de las muchas tertulias de la radio que se sabe, creo que por encuestas hechas en Francia, que los musulmanes no se sienten cómodos en Europa. No se sienten cómodos en Europa pero Europa los acoge y los estados europeos los subsidian y somos los europeos quienes aceptamos sus criterios, y sus credos y sus formas de vivir y de entender la vida, con bastante más tolerancia de la que ellos por lo general nos conceden.
    Es una frase muy manida el decir que a ver si cualquiera de nosotros podríamos ir a cualquiera de sus países y negarnos tan en redondo, como se niegan ellos, a aceptar sus costumbres y sus normas. Las mujeres, por ejemplo, que se atreva alguna a ir y vestir con minifalda, o a fumar en público; o los homosexuales. Y a ver qué pasa.
    Es decir, que no creo que puedan tener mucho motivo de queja.
    Por otro lado creo que no debiera dejar de considerarse que, inmigrantes o refugiados (y con todas las diferencias entre lo uno y lo otro) son después de todo y de sus dificultades y sufrimientos, personas, normales y corrientes, como nosotros, con todas las cualidades encomiables o reprobables que podamos tener cualquiera de nosotros. Y, como cualquiera de nosotros, expuestos y sujetos a todo cuanto implica la condición humana, con sus virtudes pero también con sus defectos.
    Así que, sí, ayuda toda la que necesiten. Pero no nos confundamos, por favor, dejándonos cegar por su desvalimiento. Y exijámosles que también ellos nos respeten. Y no cómo sucedió hace unos días, creo que en Bruselas, que se negaron a condenar los atentados e, incluso, creo pero no estoy segura, agredieron a la policía.
    Vamos, que la situación por la que atraviesan no los convierte necesariamente en “to er mundo e gueno”.

    1. Alicia dice:

      «güeno» quería decir.

  6. O'Farrill dice:

    Me permito recomendar el magnífico y esclarecedor artículo sobre el tema titulado «Y ahora qué? en http://www.bez.es de un buen conocedor del asunto. Nada menos que un analista principal del IEEE (Instituto Español de Estudios Estratégicos) adscrito al CESEDEN (Ministerio de Defensa). Un saludo.

  7. O'Farrill dice:

    Quizá también sea interesante leer las opiniones de J.K. Galbraith en su libro «La era de la incertidumbre» sobre lo que fue y sigue siendo el «colonialismo» de los imperios. Un saludo.

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