No me digan que no se veía venir. Solo esta generalizada autocomplacencia, propia de la horterada nacional de los nuevos ricos, era incapaz de no darse cuenta de lo que se avecinaba. Cuando papá nuevo rico hace poco más que pavonearse de sus propiedades y su patrimonio, descuidando la educación de sus hijos, y se envuelve de un discurso tan vacuo como hipócrita, ¿qué podíamos esperar? Cuando mamá nueva rica va de chismorreo a culebrón, y de paseo solo persigue atraer miradas de admiración y lujuria, obviando con altanera suficiencia la necesidad de crianza de sus hijos, ¿qué esperamos que fuera a pasar?
Un sistema que con altanera suficiencia va obviando situación tras situación, dato tras dato, e hito tras hito, que elude la responsabilidad de su puesto de poder con los demás, simplemente está condenado a la perversión. Así les sucede a la mayoría de las democracias occidentales, que a base de estabilizarlas acaban por parir perversiones. Y cada país tiene las suyas propias. Chovinismo, nacionalsocialismo, auto imperialismo, híper capitalismo, etc. Al nuestro se le podría llamar “herejismo”.
Y a los que vienen, si se les deja llegar, solo les queda marcharse, sumirse en la desidia alcohólica o contestar. Los que se marchan no se pueden reunir, los alcohólicos solo buscan un rito, y los contestatarios…
Porque te puedes equivocar, y además es lo más probable, pero lo que no se puede consentir es que mires siempre para el otro lado. España se ha convertido democráticamente en el país de los importentes. Sí, importentes, porque detrás del estilo de mi importancia selfie solo está la realidad de la impotencia. Impotencia para hacer algo más que ganar, acumular, incrementar, y nunca hacer lo más mínimo para buscar un desarrollo auténtico sobre las bases reales de una sociedad, más allá de la economía. Cuando la economía se convierte en un fin en sí misma ya están sentadas las bases de un deterioro imparable. Educación y cultura son los únicos dos pilares sobre los que es posible una evolución verdadera de todo el colectivo.
Y les importa un pepino la educación, más allá de convertirlo en el pilón en el que pescar votos más adelante, en el modo de adoctrinar ciudadanos para hacerlos sumisos a las leyes imperantes bloqueando las iniciativas. Enmascarando una supuesta modernidad detrás de bilingüismos analfabetizadores, les importa un pepino el niño que busca, el que atiende a la aventura del aprendizaje, el que imagina otros mundos desde la fantasía. Son tan arrogantes que “¿para qué buscar, si yo ya lo sé todo sobre este mundo y mi modelo de yo es el mejor?” “si solo tienes que seguir mis pasos, ¿para qué elegir?” Será por eso que la ciencia, como azote de moldes preconcebidos, es lo primero que se cae del todo cuando hay que determinar los recortes.
Solo ofrecen dos opciones, adaptación o exclusión, que sucesivamente les condenan a ser un silencioso ventajista o al sentimiento de orfandad, para luego pasar a ser un psicópata ventajista o un psicótico implosivo. Y seguirán con su discurso autocomplaciente hasta que crezcan los vástagos pletóricos de Logse, carentes de literatura y filosofía, e inmersos en un discurrir infantilizado que solo contesta, brama y se somete a la cólera.
¿Y de qué os quejáis cuando la cultura es un puñado de pasquines, proclamas y panfletos doctrinarios? ¿No fuisteis vosotros los que quisisteis hincarle el diente a ese mundo con las subvenciones cautivas? ¿Acaso no vendisteis el sentido profundo de la libertad en un regateo infame, demostrativo de la envidia que suscitaba la nueva riqueza? Así se empieza por contaminar el proceso artístico y creativo, llenándolo de intereses económicos y materiales, para convertirlo después en un mercadeo del que huyen las sabias musas espantadas evitando su violación. Y lo habéis considerado vuestro patrimonio particular al estilo de los chiringuitos financieros, llenándolo de sucia mediocridad y de aspavientos, incapaz de zafarse de clichés y obsesiones recurrentes vendidos como novedad, y plagando de hastío el aire que debía liberar.
La copulación democrática ya tiene a sus hijos adolescentes de los que ahora se queja por su insolencia, su suficiencia y sus maneras. Se lamenta de su irresponsabilidad, cuando es la consecuencia de un aprendizaje en transferidas y potentes dosis de maná legislatura tras legislatura. Porque papá nuevo rico ha enseñado lo importante que es la suficiencia ajena a la autocrítica, y a la mamá nueva rica la emulan con su protagonismo cinematográfico. Y así salen los hijos nuevos pobres, que no se andan con miramientos y con dos puñetazos en la mesa, tres soflamas enérgicas y cuatro banderas de papel, ponen patas arriba en un pispás las contaminadas y descompuestas vestimentas que malamente escondían una extendida verdad corrompida.
¿Es la contestación la respuesta? ¿O es la manera en que el recién llegado solo reclama su sitio en la escena de una obra que no oculta su vocación simplemente gestual con caras nuevas?
Y así se mantiene en el aire, como onda gravitacional que queda atrapada en la historia, el momento en el que Recaredo en Toledo vendía la fe de un pueblo a una miserable doctrina de funcionarios, obligándonos a todos a profesar la enrevesada y herética vía de Recoveco. No habrá tiempo nuevo hasta que los nuevos ricos desaparezcan a la fuerza de la escena político social y den paso a los que algo nos tienen que decir.
Todos tenemos dos vidas: la verdadera, esa que soñamos en la infancia y seguimos soñando, de adultos, en un sustrato de niebla.
Y la falsa, esa que vivimos en convivencia con los otros, la práctica, la útil, esa en la que acaban por meternos en una gran caja!.
Este sistema se reseteará por pura necesidad humana en su rebelión contra la muerte y en la búsqueda de mejorar las condiciones para casi tod@s,
Costará lo suyo, y la tecnología aportará mucho en este proceso, será imparable y poco perseguible, y..estará por ahí ese dios o (inteligencia artificial) guiando quizás..el camino a seguir.
Interesante: » Todos tenemos dos vidas», me ha recordado a Umberto Eco que se nos ha marchado , el Gran Dumas.
Ya ves, Carlos, esto esta asi. Hace poco escuchaba a amigos que uno tener miedo a que vaya mal la economia. Me contuve, tuve pena. Pero me senti mal. Volvi a casa preguntandome, es que la economia va bien?
Hace, tambien poco, me senti un ser raro porque criticaba la opinion que el sector Turismo iba bien. Hoy tuve satisfaccion de leer un articulo en el periodico que dice lo que yo argumentaba, el grueso dinero de los millones de turistas que vienen se los quedan los Tour-Operadores extranjeros. Hace poco escribi, en un comentario en este Blog, que «porque, la economia no es todo, tonto, «. Clinton, hizo de su eleccion en USA «es la economia, tonto». Y asi vamos, sin ninguna cultura, consumiendo y atragantandonos. Nuestros hijos estan «reventando», «no todo es la economia tonto, es el futuro,es el ahora, es la vida». Gracias Carlos
Nada nuevo que aportar a lo escrito, salvo una ligera discrepancia con la confianza de Rosae en la «tecnología» (me remito a mi comentario sobre «Automatización»). ¿Alguien puede explicarme porqué las máquinas están diseñadas para emitir órdenes al usuario en vez de recibirlas? Una sociedad perdida y desnortada que todavía puede reaccionar negándose a seguir las «instrucciones» del aparato. Nos daremos cuenta de que es muy fácil (a pesar de que todo vaya en contra) vivir «sin»….. Un saludo.
En realidad me refiero a Inteligencia Artificial a lo que entre máquinas-humanos- y tecnología seamos capaces de desarrollar, nada escapará a lo tecnológico aunque no lo queramos o se crea poco en «ello», mucho por hacer y descubrir y para la «curiosidad» del hombre (mujer) nada es ni será suficiente.
Y, si la máquina o tecnología viene con «instrucciones» que es lo normal, en quien recibe las instrucciones, la persona, está el «seguir» o aceptar unas u otras, a que tanto lío?-
Por cierto, deseo denunciar aquí que en una oferta de empleo, para obtener el teléfono o Gmail del empleador me exigen «pagar» un dinero!!-
Sí esto se considera normal, he decidido que, cuando me pregunten por Qué Hora Es?-..por ahí en la calle, diré Tres euros en vez de son las tres (horas), muy normal todo!!- mercado libre que lo llaman..