
Un ejercicio clásico entre los especialistas de la Teoría Sistémica de los Grupos, consiste en exponer a los asistentes a las opiniones de los espectadores tras la realización de una actividad de rol-playing (escenificaciones de la vida cotidiana), para que los protagonistas recojan como son percibidos por el entorno, y puedan comprobar las similitudes y diferencias entre su propia percepción y la de los demás en el rol que han desempeñado. A estas experimentaciones se las conoce como la mirada ajena (el fenómeno es conocido en la psicología sueca como “blick andra”: mirar a los demás).
Cuando la experimentación consiste en ir más allá que la anterior tarea de contraste, y de lo que se trata es de contrastar la repercusión que tiene la opinión ajena sobre el propio comportamiento, al final de las jornadas preparadas al efecto, con leves variantes se repiten las escenificaciones, con el habitual resultado de que el contenido y la forma en que los sujetos se comportan ha sufrido modificaciones significativas como consecuencia del juicio externo al que están siendo sometidos («gruppsammanhållning»).
Se trata de un ensayo controlado y en términos de juego de lo que sucede habitualmente en todas las relaciones grupales de la vida cotidiana, en las que se tiende de forma semiconsciente al consenso y la cohesión con los demás, como una forma educada de evitación de los conflictos y de facilitación de la convivencia (“undvika konflikter och underlätta samexistens”)
En la sociedad española, los políticos de la Transición optaron globalmente por esta práctica fórmula de consenso para sacar adelante el cambio que suponía sustituir un régimen totalitario por uno democrático, de forma ordenada e imprescindiblemente pacífica. Los amagos de socavar el cambio hacia un Estado democrático, en general bravucones y peripatéticos, daban sentido al ”pasar de puntillas” por los aspectos más escabrosos del pasado reciente, entre los que se encontraba el enfrentamiento civil, el levantamiento militar, el estrepitoso fracaso de una república democrática, el exilio de cientos de miles de ciudadanos, y un régimen de casi medio siglo de duración. Ante esto último solo fueron capaces de rechistar clandestinamente algunos grupos sindicales, una mínima masa universitaria, y unos pocos grupos activistas en torno al antiguo Partido comunista. Pocos, pero valientes.
Para ello fue imprescindible situar en la cúpula de la anterior pirámide social los nuevos mensajes que deberían servir de referente de la nueva forma de pensar.
En lo que a la Teoría de grupos se refiere, en la Transición se trató de un formidable exprimento social, consistente en modificar la mentalidad dictatorial por la nueva concepción democrática en todas las esferas de la sociedad civil (no estructurada). Para ello fue imprescindible situar en la cúpula de la anterior pirámide social –los sistemas totalitarios se caracterizan por esa férrea estructuración escalonada–, los nuevos mensajes que deberían servir de referente de la nueva forma de pensar.
La soberanía colectiva, las elecciones libres y universales, la legitimación de todas las ideas políticas, el freno a políticas viscerales y rupturistas, la libertad de expresión, asociación y prensa…, eran algunas de las nuevas premisas con las que educar a una ciudadanía aún apresada en los duros moldes brutales del gran cacique (anteriormente ”caudillo”), muy venido a menos, pero acabando sus días como Jefe del Estado.
La aprobación con mayoría de la Ley de Reforma Política por el Parlamento franquista haciendose el hara-kiri, la legalizacion del Partido Comunista en plena procesión de Semana Santa, el día en que un guardia civil de western hizo de salvapatrias, la dramática irrupción de unos asesinos en un despacho de abogados laboralistas, o la jornada electoral en la que finalmente un partido de la izquierda gana las elecciones, son algunos de esos momentos históricos en los que los componentes emocionales de la sociedad se tensan considerablemente por efecto del pánico de que algunos de los muchos tabús y líneas rojas establecidos saltan por los aires. En la Teoría de los grupos, ese momento se conoce como el ”instante del pánico de la masa” (”masspanik”). Es un momento próximo al shock y antesala de un desmán emocional que suele acabar en tragedia.
En la Teoría de los grupos, ese momento se conoce como el ”instante del pánico de la masa” («masspanik”). Es un momento próximo al shock y antesala de un desmán emocional que suele acabar en tragedia.
Por ello es justificable que en los primeros pasos de la nueva democracia, en dos legislaturas por ejemplo, se priorice la consolidación de un nuevo sistema frente las amenazas que se ciernen sobre ella. Pasar por alto la nueva estructuración administrativa del Poder, realizar una amplia, transparente y global revisión de un pasado dificil, para cauterizar y cicatrizar heridas, y reequilibrar el peso del resto de poderes (Ejército, Iglesia, Financiero, Fuerzas de Seguridad, etc.) en el nuevo tablero político, fueron tres tareas fundamentales a realizar por las nuevos líderes sociales; y con excepción de ese nuevo equilibrio, el resto quedaron aparcadas para mejor ocasión, que nunca llegó.
Lo que no imaginábamos era que los líderes políticos inmediatamente posteriores a la Transición, una vez que ostentasen el poder real y casi único, darían prioridad a los intereses partidistas y electorales frente a la responsabilidad contraída de dirigir un Estado, dando preferencia a las alianzas de poder en vez de a la limpieza de los factores que han contaminado –y lo siguen haciendo– a nuestra vida comunitaria, llevándolo por derroteros de desestructuración, debilitamiento y aniquilación .
A nuestro país le sigue faltando, indudablemente, una serie de líderes políticos que hagan una auténtica labor pedagógica.
A nuestro país le sigue faltando, indudablemente, una serie de líderes políticos que hagan una auténtica labor pedagógica, que nos enseñe a fondo el papel de la izquierda anterior al levantamiento militar del 36, lo que sucedió con los asesinatos de la oposición política de los representantes de la derecha, el papel que jugaron durante la República los dos grandes partidos nacionalistas y sus relaciones con el nacionalsocialismo dominante en Europa, y un adecuado análisis de lo que fué el fascismo como ideología y como activismo. Que los responsables políticos omitan la labor de educar a la ciudadanía, es uno de los peores pecados que se pueden cometer, tan grave o más que a un niño no se le lleve a la escuela, y se le condene al analfabetismo. ¿Deberían proceder de oficio los servicios sociales?. Me parece que ya llegamos tarde, muy tarde.
Y ahora nos encontramos con que cuestiones tan básicas para un Estado como el sentido de nación, es decir la consideración de lo que une a todos los colectivos que lo componen, o la asimilación de los errores fatales que unos y otros cometen para llegar a un enfrentamiento fraticida, no solo son asignaturas pendientes de resolver, sino caldo de cultivo inmejorable para que personajillos con pocas miras, mediocres y mezquinos, se hagan valer mediante un electorado sin educar (o abiertamente maleducado) que les otorga un poder con el que nunca habrían soñado en un país que se quisiera, aunque solo fuera un poco, a sí mismo. Narcisistas y acomplejados, dos caras de la misma moneda, se arrogan la potestad de decirnos lo que es y lo que no es, cómo debemos pensar y cómo no, lo que es cierto y su contrario, y así sucesivamente. Y, como es natural, a la ciudadanía no le queda otra que creerse que somos unos pobres niños inocentes, dependientes e incapaces que esperamos que papá diriga correctamente nuestros pasos, pero siempre ”por nuestro bien” (que suele ser el suyo).
Pues eso, por permanecer cobarde e interesadamente en el perímetro, y hacernos los suecos, nos acaban pasando estas cosas (“perimetrerestuppidtoot”).
Europa se ríe de nosotros; y, ¿es qué no somos de hazmerreir?
Extraordinaria síntesis Don Carlos
Y efectivamente somos los estúpidos de Uropa. Lo que pasa es que en el fondo uno de los objetivos buscados desde antes de la transición era precisamente ese. No existen las casualidades.
Nuestras élites traidoras han trabajado a destajo (es en lo único que han trabajado) conjuntamente con las Uropeas para que así fuera.
España no podía ser un problema para Uropa. La cuestión es que entendemos por «problema». Y lo que el lanar no quiere asumir es que el problema no era que aquí hubiera una dictadura, bla, bla, bla.. el problema era que si el experimento español (el establecimiento de una clase media potente y el convertirnos en la Korea del Sur de Uropa) prosperaba cierta geoestrategia que pivotaba, pivota, en el eje anglo y el París Berlín se venía abajo.
Felipe González fue colocado por esa Uropa mas la CIA. Y el sanedrinato de UCD también.
Recordemos nuestra entrada en la NATO, con Ceuta y Melilla fuera de su paraguas defensivo, y cómo entramos en la CEE. Todo ello con tal de homologarnos con esa Uropa que ahora nos desprecia, y que ahora teme a que desde los países del Éste, que ni de lejos estaban en condiciones de entrar, pero a los que se facilitó la entrada pensando que serían tan estúpidos cómo nosotros, la líen parda. Añadan Italia y se entenderá la necesidad de haber hecho coincidir las Uropeas con nuestras municipales.. para que no sirvan de chivo expiatorio (las Uropeas, que quedarían difuminadas) en los que el ejpañolito medio, sin nada que perder, dejara en evidencia que ya no somos tan tontos.
Sobre lo primero que deberíamos reflexionar es porque nos importa tanto la opinión de Uropa sobre lo que los ejpañolitos hagamos o dejemos de hacer. No veo yo a un francés, alemán, británico.. preocupándose por lo que puedan decir de ellos en Uropa.
Respecto lo de sacar nuestros peores fantasmas, y en su versión mas grotesca, al «candelabro», me temo que es mas una operación cosmética de esa izquierda que no sabe que decir sobre la lucha de clases entre los ciudadanos con derechos por el hecho de pertenecer a una Taifa y no a otra, la emigración, las pensiones, el paro.. para que no se mencione lo tabú. (busquen en google INFORME PETRAS)
Además el «experimento español» ha servido para que en otras naciones se quiera proceder de la misma manera. Somos un perfecto conejillo de indias.
Un cordial saludo
Como casi siempre coincido con el comentario de nuestro amigo «pasmao». Ha clavado el asunto. Nos han hecho un traje diseñado a propósito y lo lucimos presumiendo de sus hechuras. Nos han contado «cuentos» (¡qué magnífico poema de Leon Felipe!) que, difundidos interesadamente, han hecho la propaganda «goebbelsiana» correspondiente. La batalla está en el relato, por eso los gobiernos dedican tantos esfuerzos en cosmética y maquillaje que eviten las muchas grietas y arrugas de sus gestiones.
Todavía creemos que los «niños viene de París», porque en algo tenemos que creer en nuestra gran soledad personal y social. Estamos perdidos porque así se ha dispuesto y porque somos menos responsables (todos incapacitados para pensar y actuar según nuestro criterio). ¡Hasta las fiestas que se pretenden más libres están organizadas y diseñadas institucionalmente….!
Para terminar. No necesitamos líderesque nos digan o nos eduquen. Ese grito es la mayor demostración de lo «infantilizados» que estamos. Y no sólo la sociedad española. La globalización se ha llevado por delante valores, creencias, principios, culturas, tradiciones…. Esto es un páramo reseco como las llanuras del Serengueti que sigue esperando que llueva…. Un saludo.
John Dos Passos, novelista y escritor estadounidense, vio quebrarse una importante amistad y colaboración con su compatriota Ernest Hemingway antes dos posturas distintas de contemplar, quizás, el mismo ideal, el mismo sueño.
Y el escenario de esa ruptura fue la España Republicana, próxima al principio, y luego ya embargada en la crueldad de la guerra fraticida.
En biografías oficiales se describe el devenir ideológico de este intelectual culto y sensible, desde la proximidad al socialismo hasta el desencanto que le lleva a posiciones conservadoras… o quizás más románticas, entroncadas, seguramente, en los anhelos humanistas y de respeto al ser humano en el camino de la búsqueda de sí mismo, que, quizás también, alentaran o inspiraran una parte mítica de la colonización más reciente del continente norteamericano.
En cualquier caso, me llama la atención cómo, desde compromisos de ideales que le llevaron a jugarse la vida, no solo en España, sino también en otros escenarios decisivos del mundo, desde la Primera y la Segunda Guerra Mundial, siendo la herramienta de ese compromiso de vivir, intentar comprender, narrar y evidenciar desde su trabajo como escritor y documentalista lo que veía y sentía, parece, asimismo, querer hacerlo desde el punto de vista de cómo vivían y sentían también los hombres y mujeres de las sociedades que fueron partícipes de aquellos momentos.
Parece que subyace un sentimiento mucho más integrador de ser humano, en la visión que tiene de los devenires sociales, y en las ideologías que empiezan a querer imponerse unas a otras, bajo el mismo paragüas de la justicia social y de la igualdad.
Hace amigos entrañables, que seguramente, por compartir esa visión nada doctrinal y humanista de las ideologías, por manifestarse a favor de las personas, y no de los aparatos de poder, fueron considerados peligrosos y hechos desparecer, como fue el caso de su amigo José Robles Pazos, en un episodio muy desconocido, como lo deben de ser tantísimos otros, de la Guerra Civil Española, y de los acontecimientos que abocaron en la confrontación.
Esta falta de interés en un trabajo de estudio y desentrañamiento sereno y culto de la Historia reciente de nuestro país, nos hubiera llevado, a la sociedad española, a un escenario mucho menos estrafalario como es, entiendo, en el que ahora nos encontramos.
Personajes necesarios que mantienen la independencia de su reflexión, mantienen las posibilidades de su pensamiento abierta en todas direcciones, porque encuentran que, en la relación cercana al hombre, ese del que las “doctrinas” quieren hacer su pretexto, las vivencias se disparan, los matices expanden colores en todas direcciones, y la emotividad y la historias cotidianas, de las personas y personales, se imponen a una realidad diseñada.
Si fuéramos capaces de intentar trascender las líneas de pensamientos planos, e inclusive no tan planos, puede que más complicados, pero siempre referenciados en nosotros, en “nuestra forma de vida”, “en nuestros supuestos valores”, “en lo que nos hacen o nos dejan de hacer”, haciendo que todo lo que sucede fuera de esa referencia carece de “historia”, “de vidas cotidianas”, de anhelos, de ilusiones, de frustraciones y alegrías…
Si contempláramos lo que nos rodea intentando reconocer el mundo de las ideas impostado, y fuéramos abriendo paso a, también ideas, porque hoy por hoy así es como vamos descubriendo y avanzando, pero a ideas lanzadas en múltiples direcciones, esas que desconciertan fidelidades,…porque afirman, sin embargo, “lealtades”….a los caminos que conducen de verdad al hombre, quizás, podríamos empezar a abrir caminos que nos alejaran del «esperpento».