Lo que, en un principio, con la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, pareció una crisis exclusivamente financiera, tres años después se ha convertido en una crisis económica de dimensiones apabullantes. Además, esta crisis está actuando como catalizador de otras, muy distintas, que estaban ahí latentes, con lo que ahora se están mezclando cosas de muy distinto pelaje.

Algunas, desde luego, siguen teniendo un perfil netamente económico. Y probablemente habrían acabado estallando, incluso sin la debacle financiera que nos vino de Estados Unidos. No me estoy refiriendo solo a los problemas que arrastraba el modelo económico español, empezando por la manida burbuja inmobiliaria y siguiendo por otros temas de sobra conocidos. Me refiero a cuestiones mucho mas de fondo como, por ejemplo, la práctica incompatibilidad entre el sostenimiento financiero del llamado Estado de Bienestar, en unos pocos países “afortunados”, y una Globalización acelerada que va desplazando a países, otrora pobres, las capacidades de producción de bienes y servicios que, hasta ahora, nutrían a nuestro modelo de desarrollo económico. Me refiero también al famoso desarrollo sostenible, eufemismo del lenguaje políticamente correcto que esconde una especie de cuadratura del círculo. A saber: que es viable ofrecer, a los 7.000 millones de personas que ya somos, un nivel de consumo similar al que tenemos en Occidente, sin agotar los recursos naturales de este planeta. Por no citar –y en algún momento habrá que entrar en ello- las serias dudas que suscita la capacidad de nuestro modelo económico, basado en el libre mercado, para que, de verdad, haga posible en la práctica que la mayor parte del mundo pueda vivir dignamente.

Junto a ello han aflorado otros problemas con un cariz ya más político. Como, por ejemplo, la creciente dificultad para gestionar los grandes desafíos globales desde unos Estados nacionales que, por su propia naturaleza, son nacionalistas y, por tanto, esencialmente egoístas: solo les interesa proteger a los suyos. Las dificultades, casi agónicas, de que viene haciendo gala la Unión Europea para afrontar la crisis de Grecia es una buena muestra. Sirve para hacernos una idea de la incapacidad existente para abordar otros desafíos mayores. Como, por ejemplo, el de poner en pié una auténtica Autoridad de supervisión económica, a nivel mundial, que nos garantizase, de una vez por todas, que el desmadre de un sistema bancario, confabulado con un montón de ciudadanos demandando créditos fáciles, no nos lleve a todos de nuevo a vivir otra crisis de corte similar a la que aún padecemos.

La crisis actual también ha servido para dejar en evidencia la calidad de la mayoría de nuestros líderes políticos, con su falta de preparación y su incapacidad para gestionarla y, sobre todo, para desarrollar y transmitir una visión estratégica y de largo plazo de lo que verdaderamente conviene a la sociedad, al margen de sus propios intereses electorales. Este problema deriva a su vez de la pobreza de miras y la mediocridad en que se han instalado los partidos políticos que los promueven y apoyan, prácticamente convertidos ya en simples maquinarias electorales. Todo ello, además, se produce en un contexto de creciente distanciamiento y desconfianza hacia la política, que lleva a un cierto cuestionamiento del modelo de democracia que ha hecho que este deterioro de la política parezca inevitable.

La acumulación de estos, y otros, factores de crisis ha ido entretejiéndose hasta generar, al cabo del tiempo, una cierta psicosis colectiva de desorientación, de malestar y hasta de angustia en relación con el futuro que nos espera. Conectados con estos problemas, estrictamente políticos o económicos, hay otros muchos más pegados a la vida cotidiana. Empezando por los típicos problemas de subsistencia, como el empleo, la sanidad o la vivienda. Pasando por otros como las posibilidades para crear familias y tener hijos, para educarlos adecuadamente o para tener una vejez atractiva. Hasta llegar a cuestiones tradicionalmente consideradas de índole privada y personal que, sin embargo, también están conectadas con nuestro modelo de sociedad. Como por ejemplo la pérdida de referentes, de valores o del sentido de la propia existencia.

Aunque muchos sociólogos, educadores y psicólogos no tendrían la más mínima duda en que estos problemas están estrechamente interconectados entre sí, y de que forman parte de nuestro modelo de sociedad, hace tiempo que muchos de estos problemas han salido de las prioridades de nuestros líderes políticos. Si es que alguna vez estuvieron entre ellas. [quote]¡Como si lo único que hubiera que cambiar en nuestra sociedad fuera lo que afecta a la competitividad de nuestra economía y a sus posibilidades de crecimiento![/quote]

Sin embargo, muchos de estos aspectos son los ingredientes de la crisis que se ha venido gestando desde hace tiempo. Movimientos como el del 15M, en España y en otros países, no son más que síntomas del caldo de cultivo que se está incubando. Probablemente irán a más, con esa u otras formas de expresión. Internet y las redes sociales facilitan su organización. Y es una buena noticia. Es muy positivo que eso que se ha dado en llamar la sociedad civil, que en definitiva somos todos, nos decidamos de una vez a asumir la responsabilidad que también nosotros tenemos a la hora de definir y construir el tipo de sociedad que realmente queremos. No parece de recibo culpabilizar a los líderes políticos y, al mismo tiempo, no comprometerse, en la medida que cada uno pueda, con la búsqueda de las soluciones que nuestra sociedad necesita. Es difícil creer en la validez de la democracia sin una ciudadanía comprometida en la construcción del tipo de sociedad que realmente desea, de aquella con la que le gustaría soñar.

Es por ello por lo que esta crisis, pese a la carga de sufrimiento que genera, constituye también una excelente oportunidad para revisar y reinventar muchos de los postulados sobre los que se sustenta nuestro modelo social. Es una oportunidad para rediseñar muchas de las políticas que se han venido aplicando hasta ahora, y que difícilmente son sostenibles y deseables en el mundo en que ya vivimos. Y, sobre todo, es una oportunidad para preguntarnos a nosotros mismos en qué clase de mundo querríamos vivir, y ponernos a construirlo. Aunque sean nuestros nietos los que lo disfruten.

15 comentarios

15 Respuestas a “LA CRISIS TAMBIÉN ES UNA OPORTUNIDAD”

  1. Nico dice:

    Comparto plenamente los planteamientos del autor, especialmente aquel que habla de la responsabilidad de la cudadania para con la política. Una web muy interesante. La recomendaré

  2. Paco dice:

    En esta crisis los políticos de los diferentes países se comportan de manera egoísta intentando salvar la piel (y los intereses económicos) de su país. Lo de la solidaridad queda para la limosna, para quedar bien, pero, en cuanto nos aprietan el zapato, lo primero que empieza a flaquear es ese sentido de la solidaridad.
    Pero ¿podemos echar toda la culpa a los políticos de su actitud? Creo desgraciadamente que lo que hacen los políticos no es sino el reflejo de lo que la sociedad les exige, es decir de lo que las personas individuales, que se nos llena la boca criticando a estos políticos, en el fondo estamos exigiéndoles colectivamente. Ellos saben que si no actúan así no saldrán elegidos en las próximas elecciones, si no es que se les critica duramente.
    Faltan políticos que tengan la generosidad suficiente para hacer lo correcto independientemente del rédito electoral, sabiendo que muchas decisiones son impopulares.
    Un ejemplo es la famosa burbuja inmobiliaria. Recuerdo a un Solbes antes de ser ministro por segunda vez, cuando estaba en la Comisión Europea, que advertía duramente a España del peligro de burbuja inmobiliaria. Cuando llegó a ministro no hizo nada significativo para pararla. ¿Quién quiere ser el aguafiestas que cuando más animado está el guateque llame a la cordura y que hay que irse que mañana hay que madrugar? Todo iba sobre ruedas: los bancos daban dinero, la gente y las empresas invertían, se construían casas, se dinamizaba la economía, los ayuntamientos construían polideportivos y esto era una fiesta continua.
    Que conste que Solbes me parece, a pesar de todo, uno de los ministros más serios que hemos tenido, pero lo pongo como ejemplo de lo que considero que ha pasado en términos generales.
    Simpatizo con el 15M. Me parece que es la manera que la gente ha tenido de decir “estoy harto”. La falta de perspectivas especialmente laborales de la gente joven, el cansancio de los políticos y de la corrupción han hecho estallar un grito en la gente. Ha sido un aire fresco que ha entrado en una sociedad que parece que estaba adormecida y que sólo le interesaba el consumo. Tengo que confesar sin embargo que soy menos optimista en cuanto al resultado final del movimiento. En cualquier caso, si sirve sólo para inspirar cambios en algunos partidos políticos habrá merecido la pena.
    Resumiendo, si queremos que los políticos cambien, empecemos cambiando nosotros mismos y siendo activos en exigirles que cambien. No nos conformemos que nos lo den todo hecho, que ya somos mayorcitos.

  3. Mariano dice:

    Lo de que esta crisis es global y general, y no solo financiera y que afecta a muchos países individuales, es necesario que se oiga más, porque los políticos no paran de insistir en lo contrario para parapertarse y perpetuarse en el poder. No es un planteamiento novedoso lo de convertir las crisis en oportunidades, pero creo que va a ser temible lo que vamos a tener que padecer para que nos demos cuenta de ello. Por lo demás, encantado de poder dar la bienvenida a un blog «inteligente».

  4. José María Bravo dice:

    A este bienvenido articulo de Bautista, me gustaría controvertir en algunos aspectos. Cuando plantea la curvatura del circulo del desarrollo sostenible y la refiere a la población, como inalcanzable para un número de 7.000 millones tener un bienestar como el de Occidente. Me gustaría remitirme a un interesante articulo publicado en el diario El País el 30 de julio de este año, de Esther Vivas del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, en el que dice textualmente: «hoy se produce comida para 12.000 millones de personas, según datos de la FAO, cuando habitan 7.000. Comida hay. Entonces ¿por qué una de cada siete personas en el mundo pasa hambre?». En el curso de este articulo de Vivas, ella plantea la sequía de África por la desventaja del pequeño agricultor frente a los precios de las multinacionales y otros factores.

    Efectivamente, Bautista, más adelante en su articulo, plantea el asunto de los egoísmos nacionales, la falta de liderazgo, etc. Felipe Gonzalez, en su calidad de Presidente del Grupo de Sabios de la UE, recopilo en su libro » Mi idea de Europa». RBA Editores. Todo esto . Lo que me hace a mi pensar que en el mundo de las «ideas políticas» no hay nada nuevo bajo el sol. Es muy ligero pensar que los Presidentes de Gobierno actuales no hayan considerado todas las opciones y que el problema reside en la buena o mala gestión. O,como es muy popular achacar a la «estupidez» de unos o de otros el problema. El problema es estructural y ,como también plantea Bautista, educacional.

    Ya hace muchos años ,en sin número de libros, se habla que el bienestar económico «conservaduriza» a las sociedades y que hay que llegar a gobernar a base de encuestas y sin tocar el bolsillo de los ciudadanos. Por lo que, podríamos inferir, que el problema es de valores sociales. De cambiar el modelo.

  5. Juvenil dice:

    Ufff qué difícil es siquiera llegar a vislumbrar el complejo entramado que tenemos. No solo porque habría que conocer cada uno de los movimientos que nos han llevado hasta aquí, sino también porque sería necesario comprender a todos los que formamos parte de él. Y quizá sea éste el primer obstáculo. Pero es que te acabas dando cuenta de que todo está relacionado y que la solución vendría de la mano de un modelo de convivencia tan distinto…
    De los otros temas de sobra conocidos, me gustaría reseñar el de las diferentes “Españas”, ya que me parece muy ilustrativo de lo que sucede cuando se intentar someter la diversidad de de caracteres a un mismo modelo, aunque efectivamente, el dinero sea ahora el principal motivo de discusión. Entre unos que se sienten muy distintos, otros que siempre lo fueron, unos que quieren imponer sus creencias y otros que perdieron la fe en sí mismos… lo único que quedaba era intentarlo a través del deporte y no parece haber dado demasiado resultado. Aquí, como en Europa, cada uno barre para casa cuando vienen vacas flojas…
    De la capacidad egoísta del ser humano no hay duda, y quizá no provenga de la necesidad de supervivencia sino de confundir el poder con el deber. Por encima de la ética está la consciencia y el sentido común, es decir, ser consciente del otro.
    Soluciones como un banco mundial, planteado de esta manera, podría solucionar idealmente algunos de los problemas de hoy, regulando de manera más efectiva este modelo. Pero llevado a la práctica por cualquier “Botín” casi me genera más desconfianza. Llevamos no sé cuantos modelos distintos, y no faltos de buenas ideas, y al final siempre fallan por la codicia.
    Probablemente esté sucediendo que las ideologías se diluyan, y la figura política se vea arrastrada al olvido, al menos tal y como aparecen hoy en día. Si no, me resulta difícil entender hasta qué punto se han deteriorado tanto. No veo diferencias sustanciales con cualquier macroempresa, salvo una ligadura ideológica pasada que hasta ellos mismos han olvidado. Ante este panorama, y para un joven de hoy en día, identificarse con la izquierda o con la derecha no difiere mucho de tener que elegir entre Pepsi o Cocacola. Y es que ahora la felicidad, la salud y el conocimiento hay que pagarlos con dinero.
    Legitimar a estos representantes en nombre de la Democracia es una responsabilidad que yo no quiero asumir, y eso será probablemente la culpa de mi castigo, pero es la tranquilidad de mi conciencia. Que mísero resulta verles suplicar por votos… será que así se aseguran su supervivencia.
    Como al parecer no vale criticar sin proponer…cosa que no sé por qué, debería decir alguna propuesta de mejora. Evidentemente pasa por la educación, por la toma de consciencia y el desarrollo, que modifique las prioridades y este modelo que nos hipnotiza. Poco a poco, de dentro a fuera y con la creencia de que llegará. Haciéndolo por convicción y no para convencer.
    Yo creo que el secreto está ayudar a desarrollar la sensibilidad.

  6. Indigente dice:

    Coincido con el comentario de Juvenil cuando dice que el problema no es la falta de buenas ideas, sino el exceso de codicia, si es que cualquier codicia ya no es un exceso.

    Creo firmemente que hay un nivel de desarrollo, preparación y evolución suficiente en el ser humano, muy en general, claramente por encima de los modelos, las instituciones, y el poder en general. También me parece que la única forma en que se dé un cambio será por derrumbamiento, astragamiento y saturación del actual, que igual ya ha llegado, y su descomposición hará posible que todo el bagaje que tenemos incorporado empiece a tener oportunidades de abrir otras opciones y otros horizontes.

    Se vislumbra.

  7. Isabella Madoz dice:

    Llama la atención Jose, que limites el planteamiento de Bautista a lo referido a la comida cuando parece patente que el planteamiento es más amplio.
    Es sabido que en temas gastronómicos se produce más de lo que se necesita pero probablemente esta afirmación no pueda ampliarse a otros factores necesarios para mantener el «Estado del bienestar».
    ¿Sería el planeta capaz de admitir niveles de contaminación equivalentes a los que se producirían si cada nación generara de media lo que los países «primer mundistas» originan actualmente?
    ¿Habría recursos naturales suficientes para mantener por ejemplo, el gasto hidrológico que se necesitaría para mantener ese nivel a escala mundial?, ¿O el gasto energético?
    ¿Habría petróleo para todos?¿Podrían las energías renovables sufragar las necesidades remanentes de las que otras fuentes no fueran capaces de abastecer a nivel mundial?¿Es el dinero un bien ilimitado o la capacidad de generarlo indefinida?
    Creo que la discusión a este debate es más si las innovaciones científicas podrían hacer de este crecimiento global algo viable o si en cualquier caso, el nivel de gasto actual es irremediablemente insostenible si estuviera globalizado

  8. José María Bravo dice:

    Isabella, claro que yo he entendido que el asunto no es solo alimentario. Incluso, insinuaba sobre el problema de la economía,en general, en los países pobres. De la dificultad del desarrollo ante la descomunal diferencia de desarrollo y, por ende, de riqueza. Pero, señalaba que se debía al modelo de desarrollo. O sea que, esa era la cuestión, el modelo.

    Efectivamente, no solo África si no todos los países, estamos abocados a una crisis, de todo tipo, con este modelo de desarrollo. Para mi no es, esencialmente, la demografía, o el «aguante poblacional» de la tierra, el problema. No, no hay que enunciar el problema desde esa perspectiva.

    He entendido, desde un principio, que Bautista no se remitía , esencialmente a eso. Pero, para mi, enunciaba mal el asunto.Es engañoso, muy engañoso enunciarlo así. Da para mucho equivocos , como, por ejemplo, la esterilización de poblaciones enteras y a otras males a los que no merece la pena mencionar. Gracias.

  9. Isabella Madoz dice:

    Hombre Jose, todo se puede siempre malinterpretar pero hace falta ser rebuscado!
    Puestos a elucubrar también podriamos pensar que cuando los niños de San Ildefonso cantan el gordo en realidad estan enviando un mensaje cifrado para la invasión americana, pero de momento a la gente le toca la pasta…

    1. José María Bravo dice:

      Isabella. No creo que en ningún momento haya faltado el respeto a nadie. Tu último comentario parece hacerlo conmigo. No se que defiendes. Lo único que no te admito es, que creas, que mi opinión haya sido malintencionada. Es bueno, es saludable, que uno pueda considerar o interpretar las opiniones libremente. Tu último comentario es una burla. Pero, si tu deseo es amilanarme o callarme, no lo lograrás

  10. José María Bravo dice:

    Quizás, no fui suficientemente claro con mis consideraciones sobre el articulo de Manuel Bautista Perez, titulado la «La Crisis también es una oportunidad».

    Cuando Bautista menciona lo de la cuadratura del circulo y lo relaciona a la población y el problema del agotamiento de los recursos naturales. Mete el dedo en llaga de uno de los problemas más debatidos en los últimos siglos en la economía.

    Ya en la época de la primera revolución industrial,a mediados del siglo XVIII, se planteo este problema. Era la época de Adam Smith, de William Godwin y de Thomas Malthus. Ya por entonces, se tenía la preocupación por el crecimiento demográfico y la supervivencia del hombre.

    -Adam Smith ya toco las fibras sensibles del hombre y desde esa consideración ideo una economía, podríamos llamarla positiva en la acepción común, en donde el hombre con su capacidad de trabajo y su moralidad, «sus sentimientos universales», lograría superar las crisis y permitir el crecimiento demográfico «sostenible».
    -William Godwin creía en la superación del hombre sin coerción y sin violencia. Y que cada hombre, en unas condiciones adecuadas, aportaría de una manera positiva a la vida social y por ende económica.
    -Thomas Malthus creía que el crecimiento demográfico lanzaría al hombre a la «epidemia del hambre» porque mientras los recursos naturales crecían aritméticamente la población crecía geometricamente. Y, ya propone, por entonces las siguientes limitaciones a la «explosión demográfica»: «las epidemias, el hambre y las guerras».

    Con los antecedentes anteriores, me pereció que, a sabiendas que el mismo titulo, del articulo de Bautista, era una solución «alentadora» a la situación actual. No me parecía bien presentado con esa primera reflexión. No vale la pena redundar sobre el asunto, pero, en estas mismas épocas, se ha crecido en los países subdesarrollados con el miedo a la guerra, a las epidemias y al hambre. Para otra mención, un profesor de Stanford, Ivan Espinosa, dice que cuando se habla de la demografía, en los países desarrollados, como el mayor peligro de la humanidad. Para otros, es «una crisis que el desarrollo invento y el subdesarrollo padece»

    Mas adelante, en su articulo Bautista, señala la dificultad del hombre, de hoy, tiene para crear familias y tener hijos por la dificultades económicas. Yo afirmo, aunque la contertulia Isabella Malthus sea tan ignorante en esto, que ese miedo esta en el ambiente del aborto, de la esterilización del hombre con la saturación de anticonceptivos, o con las políticas gubernamentales de muchos países que han limitado el número de hijos, etc.

  11. Pepa dice:

    Desde mi punto de vista, parece que la causa de nuestros problemas radica en gran parte en la categoría de los políticos actuales y las decisiones que toman, y creo que es cierto, pero también creo que la culpa de ello la tenemos nosotros.
    Achacamos a nuestros políticos la falta de miras a largo plazo, la componente electoralista de sus decisiones, que estén más preocupados de mantener su puesto que de tomar decisiones poco populares pero realmente necesarias, la falta de honestidad en casos de corrupción, etc. Pero si miramos alrededor nuestro, mucha gente sin esa responsabilidad se comporta del mismo modo. Es evidente que a un político se le debe exigir no ser uno más, de alguna forma debe sobresalir del resto de la población, pero creo que debe sobresalir en su capacidad intelectual, porque en el resto de componentes, y me refiero a las que tienen que ver con un comportamiento ético y honrado, todos tenemos las mismas capacidades para alcanzar un elevado nivel.
    No se entiende que quien critica los casos de corrupción de políticos, a su vez maneje dinero negro, aunque sea en pequeñas cantidades, o en cuanto puede le pide al pintor o al fontanero que no le haga la factura. Tampoco se entiende que critiquemos a los políticos por agarrarse al puesto o al escaño, cuando en la mayoría de empresas privadas con un tamaño mediano o grande muchas decisiones se toman para mantener el status quo de poder, independientemente del beneficio o perjuicio que se haga a la propia empresa (y no sólo me refiero a los puestos directivos de estas empresas, sino también a puestos inferiores). Del mismo modo, parece un contrasentido que les exijamos a nuestros políticos que tomen medidas a largo plazo aunque sean impopulares, para que en cuanto las toman nos tiremos a la yugular como si fueran una locura.
    Es cierto que esta democracia podría mejorarse y ser más “democrática”, y que es el interés de los dos principales partidos lo que impide que no lo sea, pero también es cierto que con el sistema actual se puede conseguir que ciertas cosas cambien, aunque sea menos sencillo y más costoso. No es normal, que tanto el PP como el PSOE tengan un suelo de votos de 6,5 – 7 millones, parece que aun en el caso de que se presentasen Epi y Blas (uno por el PSOE y otro por el PP) seguirían sumando más de 13 millones de votos, ¿acaso no tenemos culpa en esto?.
    Decimos que los políticos de hoy en día plantean una política de comunicación hacia la sociedad basada en titulares, sin entrar en grandes reflexiones, pero… ¿Qué proporción de gente está dispuesta a consumir grandes reflexiones?
    Creo sinceramente que tenemos mucha pero mucha culpa en la clase de políticos que tenemos, y que aunque nos duela, “representan” bastante bien nuestra sociedad.

  12. Ernest dice:

    Ay Pepa hija.. Cuanta razón tienes!

  13. Casimiro dice:

    Al hilo del articulo de Manolo Bautista «» La crisis también es una oportunidad «»leo a Josep Ramoneda en El Pais «» y dice que una crisis puede ser una oportunidad siempre y cuando se sepa hacia donde queremos ir.Y se pregunta si es la crisis una oportunidad para pensar en una sociedad postconsumista.

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