Quizás sea el asunto que pone más en evidencia nuestras contradicciones políticas, tanto a nivel personal como social. Cuando tienes ocasión de tratar personalmente a un inmigrante y que te cuente su historia, es difícil no ponerte “de su parte” y maldecir el egoísmo de este mundo en el que vivimos. Incluso cuando lees en la prensa los relatos personales de algunos de ellos o, simplemente, ves en la televisión el estado en el que llegan a nuestras playas, algo te dice en tu interior que esto no está bien, que lo que hacemos con ellos, acogiéndoles con mantas y alimentos para luego devolverlos a su país, es una canallada. Sobre todo porque nosotros no tenemos ningún mérito por haber nacido aquí y, si hubiéramos nacido unos cientos de kilómetros más al sur, haríamos lo mismo que ellos.
Pero cuando lo piensas un poco te surge una y otra vez la misma pregunta: ¿acaso es viable abrirles de par en par nuestras fronteras? ¿Cuántos millones más podríamos recibir sin que se viniera abajo nuestro modelo de sociedad? Te dices: “seamos realistas, con 6 millones de parados en España no podemos recibir a más gente”. Quizás cuando la economía vuelva a crecer, podremos acoger a unos cuantos más, aunque desde luego no a todos los que quieran venir. Y ahí nos quedamos, divididos entre lo que nos pide el corazón y lo que nos dicta la razón.
Pero no es solo cuestión de economía. En realidad el tema de la inmigración toca ciertas fibras emocionales y psicológicas que nos suscitan otro tipo de inquietudes: ¿serán igual de seguras nuestras calles con tantos inmigrantes malviviendo en ellas? ¿Se van a integrar en nuestra sociedad, respetando nuestras costumbres y valores o acabarán imponiéndonos los suyos? ¿Terminaremos siendo extraños en nuestro país si ellos llegan a ser mayoría? Preguntas que surgen ante la perspectiva, real o imaginaria, de ser “invadidos” por la llegada masiva de nuevos inmigrantes. Así que no, no se les puede abrir las fronteras para que vengan todos los que quieran. ¡Dejémonos de buenismos y seamos realistas!
La estrategia política actual ante la inmigración se basa, principalmente, en medidas policiales y, en mucha menor proporción, en ayudas para el desarrollo de los países emisores. Ayudas que a veces son reales y efectivas, y otras se convierten en meras contrapartidas para obtener la complicidad política y policial de esos países.
Pero no nos engañemos: a ningún partido que aspirase a ganar las elecciones se le ocurriría proponer otra estrategia sustancialmente distinta. Entre otras cosas porque, con unos u otros matices, esto es lo que al parecer demanda la mayoría de los españoles.
La cuestión es que, aunque sea cierto que a corto-medio plazo no hay otra opción para manejar este tema, a la larga esto se nos va completamente de las manos si nos empeñamos en seguir aplicando un tratamiento básicamente policial.
Se calcula que a mediados del año pasado la población mundial era de 7.137 millones de personas, de las cuales 506 vivían en la Unión Europea y 926 en el África subsahariana. Sin embargo, los menores de 15 años eran el 16% del total en el primer caso y el 43% en el segundo. Para el año 2050 se estima que la UE tendrá 517 millones de habitantes y esa parte de África llegará a los 2.185 millones; es decir, en 37 años pasarán de tener cerca del doble de población que los europeos a ser cuatro veces más. Como además su tasa de nacimientos es casi cuatro veces superior a la nuestra (37 por cada 1000 habitantes, frente a los 10 nuestros), gran parte de esa población será joven y con ganas de vivir mejor.
Me refiero a esa zona de África por facilitar el razonamiento, pero es obvio que a Europa también quieren venir personas del resto del mundo, con lo cual el número de los potenciales inmigrantes será mucho mayor. Si para el año 2050 se prevé que la población mundial tendrá 2.590 millones más que ahora, que es como decir 70 millones más cada año (vez y media la población española), y la mayoría nacerán en países al borde de la miseria, ¿qué creemos que va a pasar?
Pongámonos en la piel de los países emisores (por seguir con nuestro ejemplo, los del África subsahariana). Con semejante eclosión demográfica, tienen todas las papeletas para convertirse en una auténtica bomba de relojería. Si a nosotros nos preocupa que el 55% de nuestra juventud esté en paro, ¡imaginémonos lo que sentiríamos si viviéramos allí! O a esa juventud se le da alguna perspectiva de futuro o aquello explota. Máxime cuando Internet y las televisiones les están mostrando una imagen idílica de cómo vivimos en Europa.
Es muy dudoso que los gobiernos de esos países estén dispuestos a cooperar de verdad con los nuestros, aplicando medidas policiales que disuadan a sus jóvenes de emigrar. Por una parte, porque las remesas de dinero que luego envían estos chicos a sus familias son vitales para su economía. Según el Banco Mundial las remesas enviadas a los países en desarrollo en 2013 fueron más del triple de la asistencia oficial para el desarrollo que recibieron. Por otra parte, porque la emigración es una válvula de escape muy eficaz para aliviar la presión social interna. Así que lo que harán esos gobiernos es exportarnos el problema todo lo que puedan, aunque oficialmente lo nieguen.
Se da, además, la paradoja de que el rápido envejecimiento de nuestra población y la escasa natalidad nos aboca, sí o sí, a fomentar la venida de un número considerable de inmigrantes. No será ahora; pero, cuando pase esta crisis, el gobierno de turno tendrá que atraer jóvenes de fuera y, a medida que vayan llegando, si les va bien, el famoso “efecto llamada” atraerá a muchos otros. Es decir, nosotros mismos, por nuestra situación demográfica, vamos a hacer que vengan muchos más.
Ante este panorama, veo imposible que solo con medidas policiales y algún que otro proyecto de ayuda al desarrollo se vaya a solucionar el problema básico. Aunque más de la mitad del dinero mundial que se destina a ayudar a los países pobres proviene de la Unión Europea y sus países miembros, como los gobiernos europeos no se decidan a impulsar una estrategia global que sirva para de verdad sacar de la miseria a aquellos países, los flujos migratorios seguirán aumentando y acabarán reventando las costuras de nuestro sistema.
Pero, ¿qué clase de ayuda al desarrollo? Las ayudas oficiales, tanto de los gobiernos como de los organismos internacionales, suelen topar con serias limitaciones. Sea por culpa de las naciones donantes, de las receptoras, de la concepción y diseño de los proyectos de ayuda o por otras razones, el caso es que ya hay una larga tradición en esta materia y cuesta trabajo encontrar un solo país del que se pueda decir claramente que ha salido de la pobreza gracias a estas ayudas. Sí hay muchos proyectos que han culminado con éxito y han demostrado su utilidad, pero eso es una cosa y otra muy diferente es sacar en 30 o 40 años a un país de la pobreza, que es de lo que se trata.
Como Unión Europea podríamos ofrecer acuerdos de asociación a todos los países africanos interesados. Estos acuerdos podrían implicar grados de asociación creciente, cada uno de ellos con una serie de requisitos previos a cumplir por ambas partes. El objetivo sería que, a lo largo de ese proceso, esos países fueran dotándose de un marco político, institucional, legal, jurídico y económico similar al nuestro; es decir, fueran transformando sus estructuras hasta convertirlas en democracias de pleno derecho. Paralelamente, se irían eliminando barreras arancelarias y abriendo el acceso de sus productos a los mercados europeos (y viceversa, claro); se irían habilitando fondos europeos de inversión en infraestructuras, educación, I+D, desarrollo empresarial, etc. Algo similar a lo que hace la UE con los países que aspiran a ser miembros de la misma.
Por ejemplo, si la UE decidiese dejar de subvencionar la agricultura europea y eliminara las barreras aduaneras para los productos agrícolas africanos, con los controles de calidad pertinentes, en poco tiempo aumentarían los niveles de desarrollo de estos países. Naturalmente, eso nos forzaría a reorientar la actividad productiva de muchas de nuestras zonas rurales.
Cabe suponer que para muchos de estos países alcanzar un elevado nivel de asociación con la UE sería motivación suficiente para acometer los cambios necesarios para irse aproximando al modelo europeo. Cabe suponer también que, en tal caso, a muchos de esos jóvenes que ahora solo ven la salida de la emigración empezara a compensarles quedarse en su casa. En realidad, esto ya lo viene haciendo la UE con diversos países, pero lo que aquí se propone es hacer un planteamiento mucho más audaz, en el que la UE se volcase con todos los medios de que dispone en el desarrollo económico, político e institucional de estos territorios.
Soy consciente que este planteamiento suena a utópico, porque son muchas las dificultades a salvar, tanto en Europa como en esos países. Pero, a largo plazo, creo que es la única estrategia que podría funcionar, porque implicaría co-responsabilizarnos con ellos de su destino; política y económicamente aportaría más ventajas y menos riesgos, y éticamente sería mucho más defendible.
¿Y sería mucho pedir a los países de la Unión Europea, porque España somos la puerta de entrada, pero por mucho que quieran desentenderse del problema una inmigración desorbitada los terminará afectando al resto más de lo que imaginan, crearan empresas en los países africanos y dieran trabajo a los jóvenes de esos países?
Es verdad que con tanto paro como tenemos no está la cosa quizás para emplear mano extranjera, pero, no sé, una proporcionalidad, tantos trabajadores, los que fueran, del país en el que se hiciera la inversión, y tantos también del país del que la hiciese.
Bien es verdad que para implantar esas empresas harían falta unas infraestructuras que muchos de esos países tal vez no tienen, pero el crearlas ya estaría siendo un primer paso que, a su vez, ya estaría dando puestos de trabajo.
Desde luego lo que es claro es que con buenismo no se solucionará jamás el problema, ni para ellos ni para nosotros. Y que el rechazarlos, además de ser cruel, tampoco es solución.
Lo que no es comprensible es que, siendo tan grande el mundo, en algunas partes estemos como piojos en costura y haya en otras tantos lugares inhabitables.
Y tan culpables o responsables son los gobiernos y gobernantes de los países inhabitables no poniendo remedio a que sus gentes tengan que emigrar como los de los países que irremisiblemente terminaremos invadidos, extraños en el lugar en el que tenemos nuestras raíces.
Y no es ya por un sentimiento o sentido de propiedad sobre el terruño en el que se nació; que está bien que el mundo llegue a ser uno, para todos, y que las costumbres y las religiones y creencias y formas de pensar se vayan amalgamando unas con otras y que nadie sea un intruso en ninguna parte; pero no por las bravas, que es lo que nos estamos buscando y a lo que metiendo la cabeza debajo del ala estamos abocados en toda Europa.
Hola Alicia,
Está claro que la única forma de que un país salga de la pobreza es que desarrolle un tejido empresarial que genere puestos de trabajo. Así que las ayudas de los países ricos deberían tener esa finalidad: ayudarles a crear empresas competitivas, capaces de exportar.
Pero ahí topamos ya con un problema: si les ayudamos a crear empresas exportadoras, acabarán compitiendo con las nuestras. Ayudarles a crear empresas no es tan difícil. De hecho, las multinacionales lo hacen todos los días cuando crean sus filiales en estos países. Lo difícil es asumir que les vas a ayudar para que, posiblemente, luego compitan con tus propias empresas.
Sin embargo, yo creo que no hay otra vía para acabar con la miseria en estos países.
También es probable que si les ayudásemos a aumentar su nivel económico, habría más consumidores y el volumen del mercado crecería, con lo cual habría espacio para más empresas.
Pero en cualquier caso esa estrategia de ayudarles a crear su propio tejido empresarial (que yo creo que es la más inteligente y eficaz), pasa por decisiones difíciles para nosotros. El ejemplo más evidente es el de las subvenciones a la agricultura que cito en el artículo.
En cualquier caso es un tema muy complejo.
Un saludo
Es un asunto completo este de la inmigracion.
Es evidente que seguimos tratandolo con cierto paternalismo. Es acaso nuestro modelo el eficaz para el desarrollo?. No es de alguna manera un modelo que nos ha llevado a esta situación critica?
Que es la inmigración ?. No es acaso el establecimiento del Estado Nación, la barrera fronteriza que hiere el desarrollo integrado ?. Yo creo que lo que esboza Bautista se resbala en el tiempo, se caduca rápido. Ese mundo nativo de los llamados inmigrantes no es el mismo de ayer, de hace unos minutos. Va China, va India, va América latina. Van esos países corriendo. Sus pueblos hablan todos los idiomas, imaginan computadoras, cultivan exóticas maneras de alimento, brota petróleo, minerales, gases de sus venas
Ese Nuevo mundo, como un caudoloso rio desconoce las costuras de esas fronteras
Hola José,
Es cierto que nuestro modelo político y económico dista mucho de ser el ideal, pero si lo comparásemos con el que predomina en África no tendríamos dudas de con cuál quedarnos. De hecho, los flujos inmigrantes van en un sentido y no en el otro.
En términos de desarrollo económico, está claro qué países tienen la capacidad de ayudar a cuáles otros. La cuestión es decidir, pese a toda la complejidad de matices que tiene este tema, hasta dónde estamos dispuestos los europeos a co-responsabilizarnos de la situación en África.
Un saludo
Puede envidenciarse hoy lo que matizas de la inmigracion desde la miseria de los paises de condiciones sociopoliticas complejas, victimas de un mercado obsoleto. Pero no es tan cierto que la inmigración no este cambiando de matices a mucha velocidad.
Vease la búsqueda de oportunidad en países en via de desarrollo o de los nuevos mercados de trabajo en areas novedosas.
El flujo migratorio esta variando muy velozmente de tendencias. Es, también, algo evidente
Muchos de los asuntos que se abordan en este foro son de naturaleza difícilmente manejable en el formato blog tipo-artículo-comentarios breves». Las múltiples dimensiones «axiales» no son tratables de modo sintético y siempre se nos quedan cosas esenciales en el tintero a pesar de que se suelen tratar asuntos fundamentales y a mi modo de ver, muy equilibrado criterio.
Trataré de Resumir.
A no poca gente de la que dispone de perspectiva larga, es decir de las que miran desde el monte a la pradera de los pastos, le resulta evidente que UE se enfrenta a un horizonte malo y de creciente empobrecimiento.
Por resumirlo podríamos decir que han comenzado los estertores de los excesos que nuestro sistema ha producido en, al menos, el tiempo transcurrido desde la Ilustración. Repito, los excesos, no todo.
Están actuando sistemas y fuerzas de muy largo recorrido y nuestras sociedades no disponen de mecanismos para abordar nada que exceda el ciclo electoral de 4 años.
En momentos de degradación prácticamente determinista, como los que vivimos, las reacciones sociales predominantes son de dos tipos.
1. La estrategia de la masa o de la manada (esperar que le toque a otro y todos muy apretaditos)
2. Los más dotados y en mejor posición tratan de Acumular todas las reservas posibles para no ya un Invierno sino una Glaciación (lo que está sucediendo con la acumulación de riqueza en las élites, el 1% de Stiglitz)
La bochornosa conducta de la UE en la Ucrania occidental, –la de los Wafen SS herederos de Stepan Bandera con ministros europeos atizando la kale borroka que ahora se apodera del control policial– ilustra a la perfección el momento.
Este es parte del contexto y del modelo: Se crece porque se intentan capturar territorios que aporten
a) Mano de obra barata,
b) Mercado cautivo de consumo adicional,
c) Recursos, por ejemplo la excelente tierra negra de Ucrania.
Estos mismos factores son los que históricamente han impedido el desarrollo industrial de Africa: «Tú no te preocupes que ya te lo Fabrico yo que lo hago muy bien, tengo estudios y magia. Lo que tu debes hacer es especializarte en lo «tuyo», y, claro, lo «suyo» es el «Cayuco».
Esto es sólo un fragmento de las cosas mal hechas y causa de lo que hoy sucede.
Suelo cruzar unas palabras con esos chicos de color que venden «la Farola» en las puertas del Súper. Lo normal es que hablen tres idiomas y tengan cabezas muy bien amuebladas.
Como nuestra cultura es incapaz de la Virtud del Equilibrio y todo lo fiamos a las Economías de Escala, al dinero falso y a confundir riqueza con consumo de hoy que ya pagarán hijos y nietos (también de los emigrantes) no veo yo cómo vamos a arreglar esto ni mucho menos lo que de África.
Mover gente de un lado a otro es sólo una forma de engañarse pero esto de engañarnos a nosotros mismos le va divinamente al sistema político. Es su área de Excelencia.
Buenos días.
Hola Manu,
Es verdad que este tema excede con mucho las posibilidades de un blog, pero me ha parecido que pese a ello había que introducirlo. En mi opinión es uno de esos temas que van a marcar el devenir de nuestra sociedad en las próximas décadas. Habrá que volver sobre él a menudo porque, además, tiene muchos ángulos.
Mirándolo desde la perspectiva de nuestro sistema político, el español y el europeo, parece que tendremos que optar por abordarlo pensando solo en nuestros intereses (que es el modo tradicional) o hacerlo colaborando en serio con ellos, sabiendo que en cierto modo estamos todos en el mismo barco.
La primera, como bien señalas, tiene recorrido mientras la UE tenga poder económico y político como para imponer sus intereses. Y, jugando a ese juego, el futuro no es halagüeño para los europeos. Es solo cuestión de tiempo, y no mucho, que otras regiones empiecen a dictar las reglas sin contar con nosotros.
En realidad, la carta que mejor podría jugar Europa es la de intentar sumar a otros países y regiones a un proyecto geoestratégico de amplia cooperación.
Es la actitud que, en gran medida, ha alimentado la construcción del propio proyecto de la UE. Lo que hace falta ahora es diseñar, aunque sea con otro formato, otro proyecto de integración con otras regiones, colindantes o no. Ojo, porque nos necesitan y porque nosotros cada vez les vamos a necesitar más.
Pero para esto hará falta altitud de miras, inteligencia y generosidad. Y no parece que, hoy por hoy, tengamos los líderes apropiados para ello.
Un saludo
Estoy de acuerdo con el autor en que la presión inmigratoria va a ser cada vez mayor, en que las medidas policiales no van a resolver el problema y en que la solución estaría en el desarrollo de los países emisores.
Pero, elevar el nivel de desarrollo de estos países en un tiempo prudencial, digamos en 15, 20 o 30 años, es difícil y presenta muchos problemas. Me voy a referir exclusivamente a uno de ellos.
Con ayudas más o menos simbólicas no se puede elevar el nivel de desarrollo de estos países. Hace falta llevar a cabo importantes inversiones en los mismos. Inversiones cuya cuantía puede representar una fracción no desdeñable del presupuesto anual de las naciones que ayudan. Y la adición de cualquier nueva partida en los presupuestos anuales, significa reducir la asignación correspondiente a las demás partidas. En otras palabras, cuanta más ayuda aportemos, menos nos quedará para sanidad, educación, pensiones, etc.
Y yo me pregunto: ¿Está dispuesta nuestra sociedad a aceptar este “empobrecimiento” para ayudar al desarrollo de los países de donde proceden los inmigrantes? ¿Estaría dispuesto algún partido político (con posibilidad de llegar a gobernar) a incluir semejantes ayudas en su programa electoral?
Pero es que el problema todavía se complica más, porque estas ayudas, por muy cuantiosas que fueran, tardarían unos cuantos años en surtir efecto. Y durante esos años coexistirían nuestro “empobrecimiento” y la misma presión migratoria actual o incluso mayor.
A pesar de todo, yo espero que cada vez haya más personas que sean conscientes del problema que se avecina y que, bien por generosidad o bien por puro egoísmo, estén dispuestas a prestar las ayudas necesarias.
Unas cifras nos pueden servir para ilustrar algo lo que dices. Según la web de la Comisión Europea, la ayuda oficial a los países pobres, de la UE y sus países miembros, fue en 2011 de 53.000 millones de euros. No sé entre cuántos países se repartió, pero pongamos que fueran 100 los beneficiados (hay casi 200 en el mundo). Tocarían en promedio a unos 530 M€ cada uno. Paralelamente, según noticia de hace un par de días, España recibió en fondos europeos 42.000 M€ entre 2007 y 2013. Es decir, unos 6.000 M€ anuales: casi 12 veces más que esos países.
Parece evidente, por tanto, que si se aumentasen sustancialmente los fondos destinados a estos países, nosotros tocaríamos a menos. Pero no es solo cuestión de números. También habría que ver cómo se gastan para que realmente sirvieran para crear una estructura productiva en esos países. Por ejemplo, eliminando las subvenciones a la agricultura europea, nosotros tendríamos que dedicar dinero para reconvertir la actividad rural y que no condenáramos a nuestra gente del campo a la emigración. Pero esa medida tendría una repercusión muy importante en los niveles de vida de esos países, porque de momento la actividad productiva más a su alcance es la agrícola y ganadera.
Es evidente, por tanto, que haría falta generar una conciencia en Europa mucho más generosa que la que tenemos. Pero, probablemente, el balance final, incluso en términos económicos, sería positivo también para nosotros.
Pero, como tantas otras, tendría que ser una estrategia política promovida desde Bruselas, porque a nivel nacional no habría partidos que lo aguantaran. Pero en este sentido, no sería peor, creo yo, que las medidas de recortes económicos que nos han impuesto desde los centros de decisión europeos.
Un saludo y gracias por el comentario.
Yo creo, y pido excusas por mi insistencia, no se puede abordar fragilmente
No podemos pensar que la ayuda al desarrollo es una dadiva de los paises ricos a los pobres. No podemos que esto va en menoscabo de nuestra riqueza. Debe, considerarse, hoy como una inversión de futuro. Quiero decir que esto debe implicar una concepción del desarrollo más integrada
Cuando se habla de África ya no nos debe sonar a salvajismo. Hay, hoy en dias países africanos que estan teniendo un gran desarrollo. Lo mismo que paises asiáticos o del cono sur. En mi opinión la forma de abordar el asunto es ahora interactiva.
El mundo esta teniendo una dinámica de cambios muy considerables.
La UE no puede caer en un nuevo proteccionismo.
Este es un tema inquietante porque nos enfrenta, sin matices, a nuestras contradicciones. Y eso ha quedado bien expuesto en el comentario. Nos debatimos entre lo que sentimos que es justo y debemos hacer, y el pragmatismo de lo que debemos afrontar:
Si hay una avalancha de población que se viene encima. Si ante las cifras que se manejan de aumento de población no se pone algún tipo de freno podemos ser engullidos en unas cuantas generaciones. Si el espacio, el habitat, es el que es. Si nuestras costumbres, espacios, educación, pueden ser absorbidos
Sí; todo esto es cierto. Y creo que un ejercicio de autocrítica es sano y conviene. Reconoceremos nuestros miedos, fallos y falta de generosidad. Pero ahí están. Por otra parte deberíamos preguntarnos si una aceptación del otro con todo su entorno y una dación generosa de lo nuestro no resultaría enriquecedora, tal vez más que el amurallarnos en ghetos y en la defensa de nuestros estereotipos.
Nuestra riqueza, nuestro bienestar, se asienta sobre la miseria y el hambre de los otros. No descubro nada nuevo pero, ahí está. Grandes potencias repartiéndose sobre el papel, con regla y cartabón, sus futuros imperios; cortando con bisturí la esencia de poblaciones enteras, de sus tribus, de sus linajes, sus afecciones y sus odios. Grandes fortunas amasándose con sangre de esclavos.
Hasta ayer mismo. El Congo como finca particular del rey belga; los ingleses, españoles, holandeses, repartiéndose la tierra. Ahí tenemos Yalta y de esto podemos acordarnos: sobre una servilleta se repartió Europa; bien cenados y bebidos los actores, grandes estrategas de pacotilla, sembraron parte de las inmigraciones que vienen del Este.
No sé qué secretos guardará nuestra sangre. Presumo que mucho árabe, mucho judío y si seguimos remontándonos ¡ Dios sabe! Somos fruto de grandes inmigraciones; de idas, y vueltas al origen. Presumo que Hitler y Sabino Arana podrían llorar.
En los tiempos recientes, en época franquista, hubo paro y mucha carestía y se emigró. Pude ver llegar a los primeros; venían de Andalucía, Extremadura, Las Castillas… Había también italianos del Sur, griegos. En aquel Munich de los cincuenta, con ruinas frescas de la guerra reciente, se les miraba con desconfianza y desagrado. Pobreza, falta de aseo, pelo graso, casi con alpargatas, desprotegidos del frío, con maletas de madera, de cartón. Y gritaban; gritaban tanto.
Con el paso del tiempo, ya en España, seguí sabiendo. Se habían reunido con sus familias; otros se casaron en el país; mandaban dinero; compraban sus casas y talleres, para la vuelta. Hubo muchos que se quedaron y volvían en vacaciones. Uno me dijo, yo nunca tuve un billete de mil en mis manos hasta que emigré. La otra me contó que su madre no volvía: el recuerdo de su antigua pobreza sin agua corriente, con frío y miseria, no le atraía
Los españoles fueron muy reconocidos y aportaron mucho. Pero no fueron en avalancha y todo se controló. Presumo que ahora estamos en otra vuelta de tuerca y sobre todo hay información de todos con todos y eso es imparable.
Pese a todo, creo que debe prevalecer la generosidad y creo que el miedo y la ignorancia y la creencia en unos valores tan endebles como los que queremos proteger, no nos exime de un deber y de una responsabilidad que es bueno afrontar. Somos herederos de los negreros, depredadores de la humanidad pasada, de esa generación que fracturó y se repartió lo que no era suyo. Y eso hay que pagarlo.
Me encanta Maria Antonia su comentario.
Yo me abstuve de repasar esa historia porque soy un inmigrante bien acogido porque pertenezco a la elite educada y similar. Pero esas alambradas de la ignominia. Esas pateras del dolor que desconocen lo que les espera de esta UE cada dia mas despersonalizada. Que se cree?
Yo los invitaria a que salgan de esas fronteras y vean que mas pronto que tarde esos pueblos que emergen, que estudian, que se interesan por conocer, despertaran. Y las ayudas al desarrollo cada dia mas pauperrimas seran casi ignoradas y se miraran a otros mercados, con otras condiciones.
Muy apreciado Manolo, el valor de su articulo es poner el dedo en la llaga y para mi la vision que tenemos en Europa de Democracia esta caducando. Ese poder de las elites, ese creer que el gobierno de los mejores es el del Capitalismo pragmatico tiene que revisarse. La estampida social de los llamados pobres crecera cada dia más. Me pregunto si muchos saben que en Haití hay también elites que se aprovechan de esa tapadera de la ayuda al desarrollo?
Gracias por la oportunidad de dar mi opinión.
Antonia,
Sí, hay algunos que son herederos de negreros. La gran mayoría de estos herederos siguen viviendo en Europa. Hay muchos otros, la gran mayoría, que no somos herederos de negreros sino de gente que emigró para librarse de los negreros de turno. No nos sentimos en deuda con nadie y nos sentimos orgullosos del gran esfuerzo que hicieron nuestros antepasados próximos y que nosotros seguimos haciendo para construir un mundo mejor. La riqueza del mundo es resultado de ese esfuerzo y no un regalo de la naturaleza.
Su intento de pintarnos a todos como herederos de negreros es muestra de una profunda ignorancia de nuestra historia. Peor todavía, es la excusa de la opresión que gustar usar los que quieren poder para liberar a los oprimidos. Las palabras lindas, como los cantos de Neruda, puede que ayuden a los opresores a encantar ingenuos pero por su falsedad y su perversidad sólo engañan a pocos y por poco tiempo.
Estimado Adam Smith, seria interesante que no fuera tan criptico. Recuerda usted a Jean Servan S o a a Maurice Duverger? Hace tantos años que el tema de la inmigración se ha tratado sin ignorancia, como lo hace Maria Antonia.
No creo que usted ignore todo eso. Entonces que quiere decir usted?
El punto específico a que hago referencia en mi comentario no se refiere a inmigración. Yo me refiero a la generalización sobre la opresión explícita en alegar que somos herederos de negreros y por supuesto la rechazo tajantemente.
RAE, Inmigrar: 1. Dicho del natural de un país: Llegar a otro para establecerse en él, especialmente con idea de formar nuevas colonias o domiciliarse en las ya formadas.
2. intr. Dicho de un animal: Instalarse en un territorio distinto del suyo originario.
Por muchos derechos que se hayan institucionalizado a nivel internacional, lo cierto es que hay clases de inmigración. Vemos con «buenos» ojos que nuestros jóvenes o maduros de nivel económico medio/medio-alto, en puertas de o en pleno desarrollo profesional, o porque no pueden ganar lo que ganaban para cubrir el conjunto de necesidades creadas, marchen a otros países en busca de esa oportunidad profesional. Sin embargo, a los que consideramos que no aportan «riqueza» (económica) ni la van a invertir aquí (por esas remesas para mantener a sus familias en el país de origen, cuando las obtienen), nos genera suspicacia o rechazo y levantamos otras fronteras. Creo que tiene poco que ver con la actitud de acogida que describe Mª Antonia tras la postguerra civil española.
El panorama descrito por el autor y sucesivos comentarios evidencian que hay que tratarlo concienzudamente, y pronto; comparto, además, la estrategia y actitud de aquél, pues no es un asunto particular de fronteras territoriales sino de habitantes del mismo planeta, a no ser que consideremos «animales» a los inmigrantes, excepto a «los nuestros».
Un saludo,
Frase breve que se dá por las redes sociales: «pagadnos mejor el café y dejaros de ONGs»…y así es, con todo!!–seguro!!.
El hambre y las tragedias humanas en el mundo, mueven millonadas..será eso??.
Aunque hablas de la Inmigración, enfocas tu mirada en África
África es muy fuerte Manuel.
Los Españoles apenas tuvieron parte en el «pastel colonialista» de los invasores que tiene a África aún como la tiene, pero lo poco que hicieron nuestros antepasados, aún arrastra consecuencias para más de un pueblo.
El pueblo Saharaui, sigue esperando que alguien haga algo con ellos, están literalmente abandonados.
Los Pesqueros españoles, gracias a las amistades entre los dos reinos, se llevan lo mejor de los mares en Marruecos, parte cómplice en la política de Inmigración dirigida por Europa, obedecida por España hasta el ensañamiento. El gobierno de España sigue presionando a las fuerzas del orden marroquíes para que mientras pasan a través de su territorio, los que vienen de más abajo, se vayan «dispersando» por el camino.
Empresas españolas comercian con armas con el continente Africano, algunos emprendedores explotan minas de diamantes, otros españoles empiezan también a animarse a comprar tierras, como están haciendo desde hace siglos los pudientes, y allí, sobre el terreno, sobre sus antiguas tierras, no sólo no los ayudan a producir mejor sino que los explotan y los desplazan.
Lampedusa está caliente aún, lanzó un grito desesperado de Ayuda a la UE en el último desembarco y miramos para otro lado, qué vergüenza.
Creo que África sobrevive ( por zonas) gracias a las ayudas valientes y desinteresadas de los que van allí a jugarse la vida (sale hasta en las películas, como la del Jardinero Fiel, cuya ficción es mas suave que la realidad)
La inmigración es la tragedia que revela el fracaso del ser humano en un mundo en el que hay de sobra para todos y en casi todos los lugares.
Y el éxodo ya lo experimentamos de nuevo aquí. También vuelve la gente a irse de sus pueblos y regiones, a concentrarse aún más en las ciudades grandes
Por otra parte, políticos y empresarios Europeos llegan a España a por mano de obra, – legal, por supuesto- y nuestro gobierno alienta al personal- ahora las academias de idiomas «otros» son buen negocio- y los llama emprendedores y valientes. «Iros»- dice.
Es tan absurdo que no lo entiende nadie, pero todo el mundo entiende que después de años de peregrinaje y búsqueda en la propia tierra, todos los que no puedan abrirse camino, buscarán otros y así..
Pero volviendo a «los otros» ¿cómo debe ser irse sabiendo que hay un 70% de probabilidad de perder la vida en el intento? Obvio, no vienen buscando mejorar sus condiciones sino que huyen de la muerte. Y vienen los mejores, verdaderamente los admiro.
Dejo este artículo que también reflexiona sobre el tema, para vuestra consideración ( en mi opinión no se puede decir mas claro)
http://www.cuartopoder.es/tribuna/la-izquierda-los-inmigrantes-y-los-derechos-de-los-espanoles/5624
África duele siempre, hagamos algo.
Hola Inés,
Es cierto que enfoco mi artículo hacia África, pero solo porque me parece un ejemplo sencillo que facilita el análisis que propongo. No porque no sea consciente de que el asunto de la inmigración afecta a todo el mundo. Por otra parte, creo que este tema solo se puede afrontar eficazmente desde una estrategia europea y no únicamente española.
En realidad, solemos opinar de esta cuestión como individuos y así cada cual tiene su propia tendencia. Yo, personalmente, sintonizo bastante con la que tú expresas. Pero tengo la impresión de que, si cualquiera de nosotros nos viéramos en el papel del Gobierno y tuviéramos que decidir, no en función de nuestra sensibilidad personal, sino en función de la responsabilidad de dirigir un país, muy probablemente nos veríamos obligados a un tipo de pragmatismo que nos alejaría de nuestros sentimientos personales. Al hablar de qué política se debería hacer ante el fenómeno de la inmigración, tendríamos que intentar imaginarnos en la «piel» del Gobierno: ¿qué haríamos nosotros si estuviéramos ahí?
De todos modos, es tan tremendo el espectáculo que nos ofrecen todos los días estos chicos, jugándose la vida por llegar hasta aquí, y lo que eso significa en cuanto a la injusticia del modelo social y económico en el que vivimos, que habría también que tener en cuenta la «erosión» moral que eso nos está produciendo. La neutralizamos racionalmente por los diversos miedos que suscita esa sensación de «invasión», pero aún así es imposible asistir impasible a ese drama humano y yo creo que en esa contradicción nos debatimos la mayoría.
Un saludo y gracias por tu comentario
Es difícil no hacer un comentario sobre el drama humano que representa la migración, la parte del mundo donde me toca vivir con 3,000 kms de frontera con los USA es un buen laboratorio para observar ya qué además es un fenómeno muy consolidado y maduro.
Cuando alguien decide dejar sus raíces atravesar México siendo extorsionado, quizás asesinado (comercio de órganos) cruzar por un desierto en donde se pueden alcanzar los 56 º y esquivar a los caza-migrantes, no hay fuerza policial que lo pare, unos datos ; con la Administración Clinton, demócrata, en 8 años se incrementaron las Patrullas Fronterizas en un 56.3%, la Administración Bush, Republicana, en también 8 años incrementó en un 44%, con estos incremento brutales en los presupuestos la realidad es qué el fenómeno migratorio se mantiene, y se mantiene por la hipocresía sociedad/políticos : es un fenómeno perfectamente regulado por las fuerzas económicas, pasa la mano de obra que tiene que pasar, no uno más no uno menos. La migración no solo está regulada por «el receptor» sino que en alguna medida alentada por «el emisor» y el Sistema funciona para ambos, eso sí siempre existirán voces que planteen los problemas de que las fuentes de trabajo sean para los nacionales y no para los extranjeros. En los mejores tiempos ddd la economía USA , las remesas de los migrantes representaban la segunda fuente de ingresos de divisas, después del petróleo, y fueron de aproximadamente 7,000 mdd/trimestre.
Un fenomeno migratorio, consistente en el tiempo y estable su resultado ,al cabo de los años, es decisivo en las elecciones presidenciales de USA y esto no es un tema menor.
Por otra parte cualquier política de ayuda «país receptor» vs «países emisores» además de estar viciada por el enjuague político y por las corruptelas de las administraciones receptoras de los fondos es muy poco eficaz, me remito a lo primero es un fenómeno imparable.
A mí en lo personal me interesa todo lo relativo a la integración de los migrantes y perdón si me centro mucho en mi área geográfica, en la sociedad. La migración ha evolucionado mucho a lo largo de los años, dentro del esquema demanda-oferta aparece un nuevo «jugador» que son las redes sociales, que empiezan a tener un papel importante en la cuantificación de los migrantes y además amplia las bases territoriales de ambos países.
Se asiste a una polarización creciente del mercado de trabajo estadounidense, marcada por el crecimiento de ocupaciones propias de la sociedad de la información, que requieren de mano de obra con elevado nivel de calificación, de manera paralela al aumento del empleo en servicios de bajo nivel de capital humano, si además el envejecimiento de lo que se denominó «generación baby boomers» los lleva a situación de retiro, aunado a que la progresión hacia trabajos más cualificados se reserva en la medida de lo posible a los nacionales y que el envejecimiento de la población reclama cierto tipo de servicios que son «reservados» para los inmigrantes.
Este circulo virtuoso» ha significado que si en los 70´s había 900,000 mexicanos cesados en USA en 2007 el censo era de 12 millones.
En buena medida, los procesos de integración de las poblaciones inmigrantes a las sociedades receptoras dependen de su perfil sociodemográfico, de la forma en que migran y de los contextos receptores. En el caso de los mexicanos en Estados Unidos, predomina, por mucho, un perfil de bajo nivel de escolaridad y que su mayoría es indocumentada, En buena parte por lo anterior, sólo una reducida proporción de mexicanos (menos de una cuarta parte) cuenta con la ciudadanía estadounidense.
Finalmente destacar que en este contexto de madurez de la migración la migración familiar tiene cada vez un mayor peso.
Hola Ubaldo,
Planteas el fenómeno de la inmigración desde otra óptica muy interesante: la de qué pasa una vez que los emigrantes han conseguido salvar todos los obstáculos y llegar a su «tierra prometida», en tu ejemplo Estados Unidos.
Desde el punto de vista económico, es evidente que los países receptores los necesitan, aunque sea en esa clase de trabajos de baja cualificación pero imprescindibles para mantener los altos niveles de vida de los países receptores. En este sentido asistimos a una combinación de hipocresía social y política (al impedirles entrar cuando al mismo tiempo les necesitamos), y de incapacidad para rendirse a esta evidencia y gestionar razonablemente esos flujos.
Me recuerda el intento que hubo en España, en la etapa de Zapatero, de establecer oficinas de empleo en las embajadas españolas en los diversos países emisores, para ofrecer allí contratos de trabajo legales. El problema que se planteó es el de identificar qué puestos de trabajo necesitaba la economía española y cuáles no podían ser cubiertos por nacionales. Obviamente, se ignoraba la inmensa realidad de la economía sumergida que, al parecer, es una gran demandante de inmigrantes ilegales, con lo cual la oferta de esas oficinas ya nacía capada. Se topaba también con la disponibilidad real de los parados españoles a ocupar determinados puestos de trabajo, en algunos casos con movilidad geográfica incluida. De aquello no se ha vuelto a hablar y supongo que la idea no funcionó.
Quizás la sociedad de Estados Unidos, por la tradición migratoria de este país, sea más permeable en la práctica a la integración de los nuevos inmigrantes, que la sociedad europea. En Europa las objeciones que se plantean son muchas y variadas. Por ejemplo, la reciente noticia del proyecto del Gobierno alemán (con los dos grandes partidos) que pretende expulsar a los inmigrantes comunitarios que al cabo de unos meses no encuentren trabajo, para evitar que aumenten los gastos de protección social que allí tienen.
En Francia, la señora Le Pen, en pleno ascenso electoral, le da un giro distinto: acaba de decir que una forma de solucionar la llegada masiva de inmigrantes ilegales es prohibirles el acceso a la sanidad (y supongo que demás prestaciones), dando a entender que ya no se trata de razones económicas sino de una forma de complementar las medidas policiales.
Por esa senda se podría llegar a plantear como estrategia política hacerles la vida imposible. Y yo me pregunto, asistir a este tipo de medidas, sin hacer nada, ¿no nos introduce a los europeos en una dinámica de miserabilización moral? ¿Se puede seguir hablando de democracia en esas condiciones? ¿Podemos seguir reclamando nuestros derechos tan tranquilamente mientras somos testigos (¿y cómplices?) de cómo se les puede llegar a negar a otros seres humanos los más básicos?
Muchas gracias por tu comentario, Ubaldo.
Yo releo este artículo y pienso y siento que el enfoque es cuestionable.
La primera escisión que me produce es la del «realismo» de una situación futura. Es probable que si hace un acuerdo de construcción de una carretera se llegue al final de la obra en un tiempo determinado. Pero en este tema de la inmigración convergen unos factores socio políticos muy complejos.
Entre otros el envejecimiento de la población europea y la variable de los vectores económicos. Alguien preveía una crisis económica tan prolongada?
Pues no aun cuando queramos responsabilizar a unos u otros.
Hablamos de un 55 por ciento de paro juvenil y se han vuelto a su país de origen cientos de miles de inmigrantes. El remedio es cerrar las fronteras dejando una puerta de acceso emergente?
El temor que vengan otros y nos cambien las costumbres. Cuales costumbres?. Las religiosas?. Las culturales? . Cuanta gente tiene esos arraigos hoy en día? . Cuantos jovenes bailan flamenco o leen a Lorca?. Acaso no es el rap lo que esta de moda?
El mundo late a una velocidad imprevisible. La migración es un hecho. Quizás hablar de inmigración, desgraciadamente sigue siendo un tema de Seguridad en todos los sentidos.
A mediados de los años setenta se identificó, por primera vez, el virus del ébola, debido a la epidemia que produjo en las poblaciones que habitaban cerca del rí Ebola, en la R.P. del Congo.
Desde entonces se han identificados varias cepas; todas con un altísimo índice de mortalidad cuando infectan(90%-83%); y lo curioso es que esa mortalidad ha ido afectando, no solo a poblaciones humanas, si no también animales, obsevándose, desde la muerte de primates, como los gorilas (5000 considerado como excepcional la muerte de un tipo de población animal en tan poco tiempo…y con características biológicas y fisiológicas tan cercanas al hombre), hasta la detección de casos de contagio y muerte en poblaciones, no solo de otros primates, como monos y chimpancés, sino de animales de granja (como el cerdo), en distintos puntos del planeta y algunos en latitudes muy altas.
En epidemiología, y tratándose de un virus, creo que todo áquel que estudie el tema, conoce que ésto, solo puede significar una cosa: el virus está aprendiendo, adaptando y modificando para poder estabilizarse en un huésped…como el ser humano.
Actualmente se está trabajando a marchas forzadas para desarrollar una vacuna o medicamento efectivo.
Parece que en unos meses se estará en condiciones de facilitar algo al respecto, aunque no se hayan podido cumplimentar en su totalidad las fases preclínicas y clínicas que se exigen antes de la comercialización de un medicamento…¡es urgente!..
Pero…¿no lo era ya cuando, en los años setenta, se detectó una tasa de mortalidad tan brutal entre las personas infectadas?, y cuando se empezó a ver que el virus estaba saltando a animales filogenéticamente semejantes al se humano…¿porqué no se pusieron medios económicos…laboratorios in situ..hospitales..para atender a esa población y controlar la epidemia?, ¿acaso porque se pensó que solo afectaba a un pequeña población africana y no merecía la pena?.
Ya sé que el tema de la inmigración no afecta solo a Africa, siempre va de países pobres (muchos), a paises ricos (pocos).
Pero la inmigración «subsahariana», quizás sea la más ampollas esté levantando en los últimos años en Europa. Ampollas de vergüenza, tememos su llegada (no queremos repartir un pastel que se nos está pudriendo en las manos), no hemos sido capaces de impulsar, tampoco, políticas de desarrollo , inversiones…inyecciones de dinero e infraestructuras de forma efectiva, que no se que daran en manos de gobernantes corruptos y reyezuelos tribales.
Y ahora.. hay que ponerse las pilas… porque sí que los virus no conocen fronteras, y si no hemos ayudado antes a los africanos a desarrollar una capacidad de respuesta ante sus problemas endémicos, y no hemos sido capaces de ir en su ayuda cuando se ha visto cómo las naciones africanas caían en la pobreza y en el subdesarrollo…ahora resulta que Africa somos todos.
A lo mejor de haber tomado las medidas oportunas cuando se comprobó la mortalidad de este virus, aunque las víctimas fueran de una remota región africana, a lo mejor, digo, se le hubiera podido contener y no hubiese «aprendido» tan rápido, y ahora no estaría tan adaptado..y hasta…quién sabe..se dispondría ya de una vacuna eficaz y suficiente menteensayada…habría dado tiempo.