La inmigración, bajo el síndrome del avestruz

El asunto de los refugiados que quieren venir a vivir en Europa, huyendo de sus conflictos bélicos, se está convirtiendo en una seria amenaza para la cohesión de la Unión Europea. Basta que aparezca un barco con refugiados (o inmigrantes), y que el país europeo al que se dirige se niegue a recibirlo, para que se pongan en evidencia los desacuerdos en el seno de la UE sobre cómo afrontar esta cuestión.

El problema no es el de acoger a unos cientos de ellos, o incluso a unos miles, sino el precedente que se crea al hacerlo

Es obvio que el problema no es el de acoger a unos cientos de ellos, o incluso a unos miles, sino el precedente que se crea al hacerlo y, en definitiva, la política a seguir con los millones de personas que querrían emprender el mismo camino.

La experiencia de Alemania es bastante ilustrativa en este sentido. Por un empeño casi personal de su canciller, Ángela Merkel, en apenas tres años han recibido más de 1,3 millones de refugiados. En solo un fin de semana, el 5 y 6 de septiembre de 2015, Munich, la capital de Baviera, recibió 13.000 de ellos. Una cifra que contrasta con los cerca de 2.000 refugiados acogidos por España en estos años.

Sin embargo, pese a la enorme reacción de solidaridad de la población alemana, los costes de todo tipo han sido considerables. En términos políticos ha sido la causa de un alarmante resurgir de la extrema derecha que, con el 12,6% de los votos, se ha situado como tercera fuerza en el Bundestag.

El resto de los gobernantes de la Unión Europea no están por la labor de seguir los pasos de Merkel. La razón es obvia: muchos ciudadanos en toda Europa ven con bastante aprensión la llegada masiva de refugiados o de inmigrantes. Y es que, hay que reconocer que este asunto es muy complejo, porque se puede contemplar desde diversos ángulos y todos ellos cargados de razón.

Hay que reconocer que este asunto de la inmigración es muy complejo, porque se puede contemplar desde diversos ángulos y todos ellos cargados de razón

Si tratamos de ir al fondo del problema, no cabe duda de que la integración de cifras crecientes de inmigrantes, con culturas y hábitos muy distintos de los nuestros (como, por ejemplo, los que proceden de países islámicos) plantea un enorme desafío.

Por ejemplo, se habla mucho de los aspectos económicos de esa integración, de la carga que supone en la enseñanza, en la sanidad, etc., frente a su contribución a los ingresos públicos. Pero, es evidente que, más allá de los cálculos económicos que se hagan, hay una inquietud (justificada o no) de que los de “fuera” acaben haciendo inviable la financiación de los derechos (pensiones, sanidad, etc.) de los “de aquí”; es decir, que pongan en peligro nuestros Estado de Bienestar.

Pero, quizás, lo que más inquieta es la amenaza latente para nuestros referentes identitarios. Un concepto bastante difuso y elástico en el que tienen cabida lo que identificamos como nuestros “valores” y, en definitiva, lo que nos hace sentirnos españoles, franceses, alemanes o catalanes o escoceses. Sean los que sean los factores que sustentan esos sentimientos de identidad (que no están nada claros, en opinión de los expertos), es evidente que, a medida que la proporción de población constituida por inmigrantes de culturas muy distintas a las nuestras vaya siendo cada vez mayor, esos referentes identitarios se irán diluyendo, para dar paso a sociedades más multiculturales o, incluso, crecientemente dominadas por algunas de esas culturas “extrañas”.

A medida que la proporción de población constituida por inmigrantes de culturas muy distintas a las nuestras vaya siendo cada vez mayor, esos referentes identitarios se irán diluyendo

Es esto, probablemente, lo que lleva a mucha gente a reclamar un cierre radical de fronteras, con indiferencia hacia los sentimientos humanitarios que inspiran las imágenes de sufrimiento de muchos de estos inmigrantes tratando de llegar a nuestras costas en esas barcazas de medio pelo.

Por otra parte, sin embargo, Europa se enfrenta a otro problema no menos alarmante: el del envejecimiento y la despoblación. Un problema que ya se está viendo en toda su intensidad, sobre todo en algunas zonas rurales. Concretamente, en España más de la mitad de su geografía está afectada por este problema. Aunque influye en gran medida la falta de perspectivas laborales y los correspondientes procesos de migración hacia las zonas más ricas, la causa principal es la caída de la natalidad. Este fenómeno tiene varias causas  y no parece que vaya a revertir su tendencia con la prontitud e intensidad que sería necesario.

En vista de ello se impone un debate público y abierto sobre las implicaciones que tendrá para nosotros el escenario demográfico al que nos dirigimos. Un escenario en el que los viejos serán mayoría y, a medida en que estos se vayan muriendo, la población irá disminuyendo. Los primeros años poco a poco, y después de forma acelerada hasta llegar a la total despoblación. Es lo que algunos expertos han denominado como el “suicidio demográfico”.

La única opción que queda para hacer frente a la despoblación es, nos guste o no, la de la inmigración

Si descartásemos la posibilidad de un cambio fuerte en nuestras tasas de natalidad, la única opción que queda para hacer frente a la despoblación es, nos guste o no, la de la inmigración.

Así pues, estamos ante un difícil dilema: o aceptamos un progresivo despoblamiento hasta que… ¿no quedemos ninguno, al final?; o aceptamos como solución la inmigración, aunque eso suponga que, con el paso de los años, veamos como los rasgos principales de nuestra cultura se van diluyendo bajo la influencia de las culturas de estos inmigrantes.

El panorama que se nos presenta en el horizonte es tan evidente, en cuanto al dilema existente, que sorprende que no se esté abordando con toda claridad en los debates públicos. Parece que en Europa estamos bajo el síndrome del avestruz. Como si por no hablar alto y claro de este asunto, el problema dejara de existir.

12 comentarios

12 Respuestas a “La inmigración, bajo el síndrome del avestruz”

  1. pasmao dice:

    En efecto Don Manuel, es un tema complejo

    Pero hay varios aspectos que conviene tener en cuenta.

    1/La emigración a Uropa, estas últimas hornadas, no ha sido casual. Hay un problema en origen, Irak, Siria, Libia.. que intereses muy particulares han potenciado y que se ignoran siempre que se toca el tema en los medios de comunicación masivos. Y no es casualidad.

    2/ Con esa misma emigración a Uropa, cuando nos referimos a población musulmana, hay un problema de integración obvio, y una consigna manejada desde esos mismos medios, que ignoran el punto 1/ y que tienen como tabú el valorar el por qué esa población no busca «amparo» en países con tradiciones culturales y religiosas afines. Es decir, Arabia Saudita, Kuwait, EAU, Quatar..

    El por qué los emigrantes prefieren desafiar el mar en peligrosas travesías en vez de viajar a los países mencionados y el por qué esos países no se brindan a acogerlos es un tema mas que tabú en los medios de comunicación. Quizá ligado a esos intereses que han provocado el problema en origen.. pero ese debate se nos hurta. Y es muy importante.

    3/ Nos comenta también el descenso de la tasa de natalidad, el envejecimiento de la población.. y la necesidad de reemplazarlo, o solucionar el tema con la emigración.. pero no se toca el tema de por qué. Y volvemos a tener otra vez a los mismos grupos de siempre promoviendo este tipo de «soluciones» mientras alientan el problema en destino imposibilitando que la población autóctona pueda tener expectativas sobre su destino, fuera del amparo del Estado, es decir se les impide de hecho poder vivir por su propios medios, construyendo su futuro.

    Y que de ello se pase a una actitud nihilista que lleve a las pirámides de población actual no es que sea lógico, si no razonable. Algo que tampoco es casual.

    4/Y llegados al punto de «reponer» población parece que se hace a exprofeso que sean de los ámbitos culturales y religiosos mas dispares, y con delirantes teorías por medio cómo el feminismo interseccional, en vez de con población lo mas parecida a la local. Lo que en el caso español nos daría unas posibilidades claras con Hispanoamérica evidentes, pero que en la práctica se nos imposibilita también en todo lo posible. También bajo el amparo de los de siempre.

    Lo que se echa en falta en general, respecto al debate de la inmigración/emigración y envejecimiento de la población es que en temas tan serios y complejos, grupos e intereses diversos, mucho peores que cualquier movimiento fascista de serie B, no hacen mas que regar el fuego con gasolina, es que se debatan quien, cómo y por qué son estos grupos.

    Un muy cordial saludo

  2. O'farrill dice:

    Como de costumbre, totalmente de acuerdo con «Pasmao». Si caemos en la trampa de repetir relatos institucionales, oficiales o mediáticos, con los mismos términos (como «estado de bienestar») seguiremos haciéndoles el trabajo (además gratis). Lo más importante es preguntarse o cuestionar el porqué el aquí y ahora (hace unas decenas de años) de los desplazamientos. ¿Qué dedo los empuja y hacia qué direcciones? Al final, quien sale ganando.
    Durante muchos años (desde el final de la II guerra mundial) una sola potencia se ha arrogado el protagonismo en el juego sobre el tablero del mundo. Tiene las mejores cartas y fichas para ello porque los demás se las han dado. Pues bien, no parece que la asamblea de la ONU haya denunciado nunca el juego trucado. Lo hacen sólo países que no tienen los medios «a sueldo».
    Nadie en su sano juicio puede entender que nadie se levante un día y decida cambiar de cultura, de tradiciones, de identidad, de amigos, de familias.. para unirse a una masa humana de futuro incierto que vagará por el mundo. Se pueden dar casos aislados y legítimos, pero en otros muchos hay alicientes superiores.
    Esto no impide como es lógico ayudar a quien lo necesite, pero…. ¿quien está creando las «necesidades»?
    Un saludo.

  3. Manu Oquendo dice:

    Sin ánimo polémico y desde la más absoluta frialdad analítica….

    Esta es la traducción de un breve texto de Bertolt Brecht en una de sus obras de los años 50.

    Cita: »
    Tras el levantamiento del 17 de Junio en la Stalinallée, el Secretario del Sindicato de escritores distribuyó unas octavillas afirmando que la ciudadanía había perdido la confianza del Gobierno. Hasta tal punto que el gobierno solo podría volver a confiar en sus gobernados tras largos y redoblados esfuerzos por parte de la gente llana.
    En estas condiciones, se preguntaba el Secretario del Sindicato, ¿ no sería mucho más sencillo que el Gobierno disolviese a la Ciudadanía y escogiese otra diferente?»
    Fin de cita

    Esto, que en 1953 parecía un absurdo destinado a epatar a la audiencia o a provocar su comprensiva sonrisa, está sucediendo hoy delante de nuestros ojos en Europa. Y se está llevando a cabo a través de un complejo sistema de leyes, reglamentos, políticas de todo tipo incluyendo las migratorias y reeducaciones masivas en un sistema escolar destinado a dicho efecto.

    La nueva etapa global, se dicen las élites, no puede permitirse ciudadanías como las de los arquetipos europeos publicitadas antaño por los medios culturales de izquierdas y de derechas. Ni cristianos ni rebeldes necesitamos.

    Es decir no nos sirven ciudadanías cultivadas en el mantra de la libertad personal o la rebeldía como actitud básica ante el poder. Tampoco sirve la búsqueda de la autonomía personal como cimiento de la prosperidad colectiva.

    Se impone, para nuestras «élites» de todo tipo, el realismo pragmático y la búsqueda de soluciones «lógicas» y expeditivas.

    Somos testigos de la presión del Conglomerado Mediático para que este proceso de «cambio de etnias y de arquetipos culturales» se vaya consolidando. Somos testigos de los programas del sistema Educativo Forzoso (El Gulag escolar de degradación, aparcamiento temporal y uniformización en el que se ha convertido el sistema educativo) y somos testigos de las presiones coactivas de todo tipo (incluyendo los códigos penales y sanciones administrativas a los profesores que discrepan).

    Es en este contexto en el que hay que analizar cosas que los gobiernos de Occidente están activamente impulsando por al menos cuatro vías.

    1. Políticas migratorias sesgadas hacia el mundo musulmán, el gran protegido de las élites de la izquierda y de la extrema izquierda.

    2. Políticas dedicadas a erradicar los arquetipos que eran propios de nuestra cultura. En plena coincidencia con el núcleo duro de la Ideología de Género.

    3. Impulsión por todos los medios (incluyendo guerras y golpes de estado, encubiertos o no) para derribar, precisamente, los gobiernos más laicos y abiertos del flanco sur de Euro-Asia. Siria, Iraq, Libia, Egipto, etc.

    4. Subvenciones directas o a través del sistema de «Asistencial» de procesos que van introduciendo la Sharía–leyes y costumbres islámicas– en medio de nuestros sistemas legales.

    En este contexto hemos de analizar la discusión sobre los códigos de vestimentas islámicas y la tolerancia gubernamental europea en relación con los Imanes y otros agentes del Salafismo que vigilan, incentivan y promueven los cambios de vestimenta para gradualmente ir creando una comunidad cultural y un relato destinado a sustituir a la vieja cultura que ya va desapareciendo.

    Saludos cordiales.

    En mi pueblo se pagan 200 euros mes a las buenas musulmanas, las vestidas decorosamente. En otros es un carro de compra al mes.

    Una buena amiga, veterana del cuerpo diplomático, ha vivido muchos años en países árabes y tiene clarísimo que para ellos las «cristianas», con sus hábitos de vestido y vida, con su funesta manía de ¡conducir! y de resaltar determinados puntos de su estupendísima anatomía, son unas «putas» (en sus propias palabras).

    Occidente no solo traga sino que lo subvenciona y se lo impone a su propia «gente en vías de disolución Brechtiana».
    Hasta nuestros equipos de Fútbol hacen cola para recibir dádivas.

    Nuestros gobiernos, apoderados autóctonos del Imperio Galáctico, llevan tiempo imponiendo desde el sistema escolar infantil, sin autorización familiar, cosas como que dejar que te sodomicen es una opción razonable, legítima y hasta positiva.

    ¿Por qué?

    Porque son coherentes con la sugerencia del personaje de Brecht. Necesitamos sumisos y los vamos a tener.

    Saludos cordiales

    PS. La sugerencia del personaje de la Obra teatral de Bertolt Brecht en los años 50 no es completamente original. El proceso por el cual las Élites Extractivas de una civilización se dedican a ir sustituyendo de modo gradual su población y su cultura por otra mucho más conveniente para ellas lo explica en 1939 el historiador Inglés Arnold Toynbee en su obra cumbre «A Study of History».

  4. Leo dice:

    ¿De verdad consideran Arabia Saudí como un destino «acogedor» para alguien que huye de una guerra sólo porque la religión dominante es el islam? ¿Acaso se practica el islam de igual forma entre todos los pueblos musulmanes? Igual la comparación es excesiva, pero si alguno de ustedes es cristiano y se viera en esa situación, ¿le gustaría vivir en un país donde , hipotéticamente se entiende, La Inquisición estuviera vigente?
    Puede que el análisis de las causas/complot internacionales, que no niego que puedan existir, para mantener un supuesto estado de bienestar, que perpetúe la alienación del ser humano, sean merecedoras de un análisis. Y el fondo de la cuestión es, por qué es tan manipulable la sociedad, sus individuos hacia sistemas basados principalmente en protegernos de los otros, de lo extraño. ¿Por qué tenemos tanto miedo al encuentro entre culturas? Por qué los esfuerzos no se emplean, precisamente, en cultivar a una población, sin tomar partido por una u otra forma de vida. ¿Por qué no nos rebelamos ante la negación de nuestra propia cultura que ya ejercen los gobiernos de esta nuestra sociedad del bienestar? Sólo la verdadera cultura no engendra violencia, pues respeta y no compite por ser «oficial». Por qué tiene tanto poder ideológico un Estado, en estos momentos de la historia conocida. Esa nueva población de sumisos a la que hacía referencia el señor Oquendo, no es la que trata de llegar, sino la que está y no quiere que le pase nada. Y mientras tanto, mientras nosotros analizamos cómodamente desde nuestras sillas ergonómicas por qué se ahogan millones de personas en su exilio hacia unas tierras que hemos bautizado como nuestras, este tremendo genocidio de la omisión está sucediendo. A mi me enseñaron que lo primero que se debe hacer cuando ves a alguien que se está ahogando (entonces era en sentido figurado), es darle la mano… y después podrán plantearse otras cuestiones.

  5. Paz dice:

    Lo que pasa es que estos barcos no vienen con gente y luego se «ahogan», hacen el teatro para obligar a «tender» la mano…y hasta el brazo.
    ¿Que proyecto tienen cuando, a sabiendas, entran por la puerta falsa?¿La del respeto a la sociedad que les acoge y el trabajo honrado?Aqui solo ganan las mafias…y quienes les apoyan y les cuentan todos los «trucos» para sobrevivir…como grupo. Les enseñan a hacerse la victimas y «al mas me merezco».
    Con el agravante, en el caso de los musulmanes de la sharia y la taqiya, o el derecho a mentir a los infieles. Pero lo peor es la condescendencia y «tolerancia» hacia unas reglas que son opuestas a las occidentales, que son las nuestras, que nos ha costado mucho conseguir y que nadie puede elegir no seguir

  6. pasmao dice:

    Hola Leo

    No se si Arabia Sudí es un país acogedor para los musulmanes que huyen, lo que si se es que a las mezquitas que luego van aquí la financiación por parte de las monarquias de los paises del golfo es una evidencia. Y son las que mayor éxito tienen, sobre todo entre los mas jóvenes, con muchas veces un discurso radical no precisamente integrador..

    Así que mejor les ahorramos ese problema.

    Lo peor es que ese detalle, el de que existen otros paises de «acogida» que culturamente son mucho mas parecidos a los suyos de origen se obvia siempre en cualquier información en los medios masivos. Y eso no es casual.

    Respecto a los cristianos de origen árabe y similar, soy consciente de que se puede ser árabe y ser cristiano, como por ejemplo con los coptos, y si me parece que deberíamos acogerlos aquí, porque su integración en el medio/largo plazo serí mucho menos problemática. Dudo que fueran mezquitas salafistas.

    Lamentablemente cada vz hay menos cristianos y otras minorías en esos Oriente, y de eso y de por qué tampoco se ocupan los medios masivos.

    Por lo que no habría un problema serio en acogerlos.

    Respecto al resto de sus argumentaciones.. estarían muy bien si le afectaran sólo a usted, en caso de equivocarse, el problema es que la solidaridad no puede imponerse a terceros.

    Sobre lo de abdicar sobre nuestra propia cultura.. entonces ¿que motivaciones tendrían para venir precisamente a Uropa en vez de irse a las monarquias esas?

    Francamente no le entiendo

    Un cordial saludo

  7. Leo dice:

    Eso de que “nadie puede elegir no seguir algo…” eso de que “ nadie puede obligarnos a ser solidarios…” ¿necesita usted que le obliguen para ser solidario?
    ¿De verdad cree usted que su riqueza no se sustenta en la pobreza ajena?
    ¿Acoger a los cristianos y a los musulmanes no? Rechazar e incluso dejar morir a alguien por motivos religiosos… no hace falta mencionar qué ideologías han hecho barbaridades contra la humanidad con este tipo de argumentos. En esencia es esto lo que están diciendo, creo que merece una reflexión. Insisto en la necesidad de cultura, de cultivo personal, evidentemente, nuestros gobiernos no parecen estar dispuestos a proporcionarnos tal cultura, nuestra falta de interés tampoco ayuda.

  8. Rafa dice:

    Hace poco un amigo abogado implicado en temas de inmigración, me comentó que se dá el caso cada vez mas frecuente de que cuando llega una patera a nuestras costas, un número de mujeres cada vez mayor de las que arrivan, aduce que han sido maltratadas y que han sufrido violencia de género durante la travesía. Estas mujeres parece que tienen preferencia para entrar y además se les hace entrega de algún dinero.

    A parte de que sea verdad probablemente que han recibido mal trato, es sorprendente la facilidad con que cualquier inmigrante se informa sobre los derechos que se otorgan en nuestra sociedad occidental.

    Si alguno consigue permanecer en el pais al que llega, intenta acogerse rápidamente a los beneficios (logros democráticos ) que les proporciona nuestra sanidad, nuestras condiciones laborales, o nuestra justicia.

    Sin embargo por otra parte quieren conservar determinadas costumbres (religión, matrimonios concertados, ascendente sobre las mujeres de su familia, etc), lo que en sus paises de origen ha sido un lastre que ha impedido su desarrollo; en definitiva no occidentalizarse demasiado.

    Todo esto da indicio de que los inmigrantes lo que de verdad querrian es el desarrollo del pais del que provienen, del que como es sabido han escapado obligados por guerras, dictaduras y pobreza.

    Si vienen obligados, (seducidos por el modelo occidental), quiere decir que no van a dejar de venir hasta que el modelo social no cambie.

    Las sociedades occidentales intentan protegerse de esta avalancha instaurando medidas políticas que si no frenen por lo menos la minimicen.
    Pero a mi juicio hasta ahora han sido medidas que tienen poco que ver con la realidad de un futuro no muy lejano.

    Por citar algun ejemplo, » La Alianza de Civilizaciones «, entelequia promovida por nuestro reciente presidente Rodriguez Zapatero, solo ha servido para que paises como Turquía, considerado europeo y laico, no sé porqué, haya ejercido tanta presión sobre los cristianos hasta hacerlos casi desaparecer; pero en absoluto para abordar con realismo el problema de la migración.

    La pureza de sangre, otro término utilizado por muchos para detener la que se nos viene encima, podría tener algún matiz espiritual, pero en otros ámbitos ya casi es un término zoológico.

    Con esto quiero decir que la única diferencia que tenemos con los inmigrantes, es en términos económicos (los que llegan traen de todo menos dinero), por lo que en este momento en que los nacionalismos retuercen la historia para adaptarla a sus intereses, los políticos de turno se cuelgan medallas hablando de cuotas de acogida; y como los movimientos migratorios se van a seguir dando si o si, a corto y medio plazo, los paises ya tendrían que estar haciendo un esfuerzo material de creación de nuevas condiciones laborales, en materia de sanidad y educación, etc, desembolso económico, así como medidas solidario – afectivas (que problemas les afectan) etc.

    Es decir, preparándonos para la mezcla de ciudadanos que va a ser la solemne y entorchada cuna de civilizaciones (es hora de demostrarlo ) llamada Vieja Europa.

    Un abrazo

  9. pasmao dice:

    Leo.

    Ser solidario es una decisión individual, no una decisión social.

    Y el día que vea que los medios de comunicación masivos informen de manera continuada por qué los emigrantes musulmanes no quieren ir a paises musulmanes, con mucho menor riesgo en su traslado, y por qué esos paises (a los que sobra capital para finaciar allí su estancia) no los quieren acoger, mientras financian mezquitas en paises terceros, y alimentan los conflictos en los de origen, igual empezamos a entender un poco que es lo que está pasando.

    Las cosas no ocurren por casualidad, y menos estos temas.

    Por desgracia los recursos son limitados, y maximizarlos es un deber ético. Y puestos a ser «solidarios» lo mas lógico es integrar a los que menos recursos por emigrante se van a usar, porque son mas fácilmente integrables. Y casualmente eso pasa por traer aquí a los cristianos y que vayan a los paises musulmanes los musulmanes.

    Respecto a si los gobiernos están dispuestos a proporcionarnos tal o cual cultura; los gobiernos, los Uropeos y los USA, han sido los primeros bomberos pirómanos en este tema, por los intereses cruzados que tienen precisamente con esos paises musulmanes ricos. O es que se ha olvidado de que el próximo mundial es en Quatar.

    O sea, que se puede financiar y hacer toda la infraestructura y parafernalia asociada a un mundial, en un país que en futbol no ha sido nunca nada, sólo tienen dinero, pero no se pueden acoger ahí emigrantes musulmanes que huyen de la guerra. Lo mismo con premios de F1, golf, tenis..

    Las cosas no ocurren por casulidad, y si vamos a tenernos que callarlo también aquí, habiados estamos.

    Un cordial saludo

  10. Leo dice:

    “Nuestra Constitución, que reconoce con generosidad la libertad religiosa como derecho fundamental de las personas y de los grupos, declara que no hay religión de Estado y que los poderes públicos mantendrán relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones religiosas.”
    https://www.religionconfidencial.com/tribunas/Espana-laico_0_3116088376.html

  11. Ángela dice:

    Aporofobia, término acuñado por Adela Cortina:
    https://www.youtube.com/watch?v=B9sgZ5CZftQ

  12. pasmao dice:

    Apreciado Leo

    Nuestra Constitución y Leyes se aplican en España.

    Los jueces alemanes lo saben muy bien y hoy nos lo acaban de recordar. Aunque nos disguste y aunque pongan en entredicho el signifcado real de lo que es una Eurorden y su aplicación. Pero ellos se atienen a lo suyo.

    La libertad religios aquí. Con nuestras leyes. Sin feminismos interseccionales a lo sueco ni similares.

    Y si queremos hacer que se cumpla es mas sencillo traer a quienes estén dispuestos a cumplirla. O sea a quienes entienden lo de que la Cesar lo del Cesar y a dios lo de de dios, o lo de que mi Reino no es de éste mundo.

    Un cordial saludo

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