
Con la prórroga del plan anticrisis de Pedro Sánchez en los titulares de las últimas semanas hemos querido hacer memoria y entender de dónde viene esta situación constante de crisis.
Remontémonos a 2008, empieza en EE.UU. la crisis global con el colapso de la burbuja inmobiliaria y de los bancos de inversión, el famoso Lehman Brothers. Como consecuencia de esto, en algunos países de Europa, especialmente Grecia, Italia y España, se vivió una década de crisis y recesión, de la que todavía no nos habíamos recuperado plenamente, rescate mediante, cuando, por si fuera poco, en 2020 algo pasó con no sé qué virus que provocó otra crisis que nos prometieron que duraría unos meses y parece que terminará durando, al menos, un lustro, si tenemos suerte.
Guerra en Ucrania. Otra crisis.
El gas argelino. Otra Crisis.
Burbuja en la bolsa. Otra Crisis…
Sigue con nosotros Jorge Pérez Ramírez, doctor en ciencias económicas, profesor de Economía Financiera, antiguo responsable de regulación contable del Banco de España y autor entre otros textos del libro “El cuento del dinero y los bancos como no te lo habían contado antes” en el que se habla no solo del dinero y de la banca, sino también de las crisis financieras, esencialmente causadas por la relación de la banca con el dinero.
Las crisis son recurrentes y sirven para readaptar disfunciones, bien de origen natural, bien inducidas por motivaciones casi siempre espurias. Sirven además para establecer y consolidar sistemas de poder sobre los demás que son sometidos a sus consecuencias.
Aunque se habla sobre todo de crisis financieras, éstas quedan ligadas a crisis morales de principios y valores en la sociedad y éstas, a su vez, son diseñadas de acuerdo con unos objetivos. Todo está ligado.
Parafraseando a Adam Smith, la «riqueza de las naciones» está siendo sustituída por la riqueza de las élites mundiales y su capacidad de influir en los estados cada vez más débiles (España es un ejemplo claro) para imponer sus condiciones políticas, económicas y sociales. En el caso europeo a través de unas estructuras artificiales que sirven de trampantojo institucional nominal, sin la legitimación democrática de la que tanto presumimos.
Hemos construido una UE monitorizada adecuadamente como colonia estadounidense (tal como se está comprobando con las exigencias de sanciones a Rusia de las que seremos las primeras víctimas) para seguir comprando más caro sus productos e impedir la soberanía europea en política exterior y economía. Así nos va.
Se avecinan tiempos difíciles y seguimos esperando certidumbres imposibles.
Un saludo.
Gracias por la tertulia.
Durante varios años, en el blog se trataron diversos aspectos de lo que se conoció como la Gran Crisis Financiera (2008, Lehman, etc) que en el fondo reflejaba una de las primeras grandes crisis del modelo Globalizador/Imperial.
Un análisis no excesivamente profundo de aquellos acontecimientos revela que los efectos más graves se sufrieron en los EEUU, España y Gran Bretaña. Uno de los rasgos comunes de las tres economías en las décadas precedentes fue una muy importante pérdida de tejido industrial y su sustitución parcial por la construcción de viviendas como alternativa para la generación de empleo tanto en la construcción como en las industrias de materiales, predominantemente locales. Esto lleva aparejada la necesidad de traer emigración para sostener el mercado de vivienda que pasó de unas 300,000 al año con Aznar a casi 800,000 al año aprobadas los últimos años de la burbuja de Zapatero.
Años antes, en los 70, los EEUU habían decidido convertir a China en la gran fábrica del mundo creyendo que esto debilitaría a la URSS y haría a China más dependiente de los EEUU.
Esta decisión nos trajo a la situación actual en la que tanto los EEUU como la UE no pueden disimular una progresiva pauperización de sus poblaciones durante los últimos casi 50 años. Pauperización también tecnológica porque ésta va siempre de la mano de tu desarrollo industrial en actividades de rendimientos crecientes. En los últimos 35 o 40 años EEUU y la UE han pasado de ser más del 70% de la producción mundial de Propiedad Intelectual (patentes, etc) a menos del 25%. Un dato este publicado al principio de la pandemia por la ONU (OMPI) cuya gravedad para nosotros es sistemáticamente silenciada por los Poderes Occidentales porque les pone ante el espejo. Industrial y educativamente.
En este momento –y en plena confrontación con Rusia en Ucrania– estamos asistiendo a otro acelerón en la pauperización de la UE –via unas sanciones que nos penalizan mucho más que a Rusia–. También asistimos a algo que anuncia más declive: la pérdida progresiva de «Escala» a nivel global para las grandes industrias occidentales. El autoaislamiento Occidental se ha hecho más visible con las sanciones. De tal modo que ya es sabido que Rusia, mucho antes de la intervención en Ucrania, había tomado la decisión estratégica de no esperar nada de nosotros (tras 30 años de esperarlo) y orientar su futuro hacia el resto del globo. Unos 6,600 millones vs los mil millones escasos que representamos los «Occidentales». Es decir, probable pérdida de «escala».
No hace falta analizar mucho para caer en la cuenta de que lo que está en Crisis es el Modelo Imperial/Globalizador.
El sistema se sabe en Crisis desde hace mucho y por ello recurre a un sistema monetario (el cuarto en menos de un siglo) basado en el crédito bancario a voluntad del Poder Real. Esta voluntad ha resultado en las dos grandes burbujas para mantener el gasto (y la ficción de falsa riqueza) que ya hace agua a la vista de todos. Esta inflación será brutal y aunque nos mientan en el CPI, ya lo es. Todo ha subido más del 25% y los productos industriales entre el 35% y el 150% (materiales de construcción) y pronto la deuda bajará en porcentaje. A no tardar volveremos a los QE. En cuanto se acerque el próximo ciclo electoral.
¿Es esto reversible? Trump se lo planteó con los aranceles a China que mantiene Biden.
Me temo que difícilmente se podrá hacer, si no es imposible, porque nuestra estructura de costes incorpora unos Costes Fiscales brutales (hablo de la fiscalidad total explícita (en torno al 65 o 70% del PVP) que nunca nos permitirá acceder a los 6,600 millones de clientes fuera de Occidente. Por no hablar de los costes Regulatorios de los que algunos jerarcas y «prohibidores patológicos» se sienten tan «orgullosos» en Europa.
La situación es muy grave aunque se desenvuelva a gran lentitud y lo es porque la guerra global comienza a ser una alternativa de supervivencia para, al menos, las élites de Occidente, todas ellas «Globalistas» y, repentinamente, Malthusianas y Compradoras de tierras de cultivo como si no hubiera un mañana. En Ucrania se perdió la cuenta cuando ya llevaban 6 millones de Hectáreas en manos de Corporaciones de la UE y EEUU. Lo de la crisis aalimentaria del trigo (Menos del 1% de la producción mundial) es solo la pantalla de grandes corporaciones occidentales pensando en sus cosechas.
En este contexto es lógico que de vez en cuando echemos la culpa a los bancos pero en el fondo los problemas son mucho más difíciles porque implican una profunda revisión del sistema de Poder Real en Occidente. En lo referente a la UE creo que la ampliación al Este y la progresiva hostilidad a Rusia fue otro error que, como vemos, solo beneficia a los EEUU, su promotor.
Saludos y gracias