Los siete desafíos que plantea la inmigración

España vive en campaña electoral desde hace medio año. Durante este tiempo hemos podido saber qué dice cada partido sobre los asuntos que le interesan. Siendo la inmigración uno de los más importantes sorprende la brevedad y superficialidad con que se despacha. Cualquier análisis serio sobre este fenómeno debería considerar, al menos, los siete aspectos que resumo a continuación.

La visión moral o humanitaria

Surge, afortunada e inevitablemente, ante la evidencia de que la gran mayoría de quienes emigran, dejando familias y amigos, lo hacen porque no encuentran en sus países las oportunidades que les permitirían tener una vida mínimamente satisfactoria. A poco que nos pongamos en su lugar, les entendemos perfectamente.

Si creemos en la igualdad de oportunidades, desde la cuna, dentro de nuestro país, es lógico que extendamos ese ideal a quienes más lo necesitan, vivan donde vivan

Sabemos que ni nosotros tenemos mérito alguno por haber nacido en países ricos, ni ellos tienen ninguna culpa por haberlo hecho en países pobres. Por tanto, no deja de ser una gran injusticia su situación de partida frente a la nuestra. Si creemos en la igualdad de oportunidades, desde la cuna, dentro de nuestro país, es lógico que extendamos ese ideal a quienes más lo necesitan, vivan donde vivan. De ahí surge la gran pregunta: ¿hasta dónde llega nuestra responsabilidad en ayudarles a ellos?

¿Cómo va a evolucionar la inmigración en el futuro?

Cualquier consideración sobre la inmigración se queda coja si no tiene en cuenta su posible evolución en los próximos años. La única forma de hacernos una idea sobre ello es recurriendo a las previsiones de la ONU sobre el crecimiento demográfico (Citation: United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division (2017). World Population Prospects: The 2017 Revision, Data Booklet. ST/ESA/SER.A/401.). Según estas previsiones, la población mundial va a pasar de los 7.550 millones que éramos en 2.017 a 9.771 millones en 2.050. Y el 60% de ese crecimiento, 1.300 millones, se producirá en África. Sobre todo, en el África subsahariana. En este tiempo, 28 países de esta región duplicarán su población y otros 9 la quintuplicarán. Y si nos fijamos en el Sahel, la vasta franja de tierra árida al sur del Sáhara que constituye un cuarto del continente africano (y tres cuartos de Estados Unidos), en 2.050 la población alcanzará los 330 millones, siete veces más que en el año 2.000. Es como si la población española pasase de los 46 millones actuales a 322 en 50 años.

Hoy, el 41% de la población africana tiene menos de 15 años, y el 60% menos de 24 años

Pero en este cuadro es decisiva la edad de esa población. Hoy, el 41% de la población africana tiene menos de 15 años, y el 60% menos de 24 años. Y a medida que nos acerquemos al año 2050, aumentará el número de jóvenes en esta región. Según la ONU, tres de cada cuatro nacimientos que se van a producir en todo el mundo hasta el año 2.100, serán en África. La cuestión, por tanto, es: ¿a dónde irá esta inmensa multitud de jóvenes? Con esta perspectiva pasemos ahora a los siguientes aspectos.

Los efectos, positivos y negativos, en la economía española

Aquí se mezclan visiones macro y microeconómicas, datos oficiales y experiencias personales, situaciones en unas ciudades y en otras. Condimentado todo ello con los prejuicios al uso: nos quitan el trabajo a los nacionales, asumen trabajos que los de aquí ya no quieren, son los causantes de las bajadas salariales, gracias a ellos ciertas actividades económicas sobreviven, los colegios y hospitales públicos se saturan por ellos, etc. Y, seguramente, todo esto será verdad, al menos en parte.

Es obvio que hay un límite, aunque no sepamos cuál, al número de inmigrantes a los que se les podría dar trabajo

Lo que no es discutible es que, hoy por hoy, la economía española da trabajo a unos 20 millones de personas, cumpliendo todos los requisitos legales, y, sin cumplirlos, en la economía sumergida, quizás a unos millones más. Es posible que, en total, no haya más de 25 millones de empleos en este país. Estas cifras dependen de los ciclos económicos, de los cambios en los sectores productivos, de las políticas públicas… en fin, de muchas variables. Pero es obvio que hay un límite, aunque no sepamos cuál, al número de inmigrantes a los que se les podría dar trabajo.

Por otra parte, tampoco es discutible que la población española está envejeciendo y que, si la robotización no cambia el panorama sustancialmente, vamos a necesitar que vengan muchos jóvenes de fuera a reemplazar a los que vamos dejando de tener dentro para que, entre otras cosas, se puedan seguir pagando nuestras pensiones.

El control de las fronteras

Si no tenemos trabajo para todos los que quieren venir no queda más remedio que asegurar un control eficaz de las fronteras. Pero, ¿a costa de qué? ¿De dejar que se ahoguen en la travesía del Estrecho? ¿De hacerles imposible la supervivencia en nuestro país, negándoles la atención médica, la vivienda, etc.?

En realidad, esto depende mucho más de la colaboración policial que quieran y puedan prestar los países de origen y de tránsito de los inmigrantes

De los datos del Ministerio del Interior se deduce que la entrada de inmigrantes irregulares sigue produciéndose, sobre todo por avión y por carretera. En realidad, esto depende mucho más de la colaboración policial que quieran y puedan prestar los países de origen y de tránsito de los inmigrantes. Marruecos es un caso paradigmático. Esto significa, en primer lugar, que nos interesa contribuir a reforzar la capacidad policial de estos países porque nuestro control de fronteras empieza en el control que ellos ejercen en las suyas y, en consecuencia, que en este aspecto somos mucho más dependientes de ellos de lo que nos creemos.

Lograr una buena integración

Todo apunta a que las cifras de inmigrantes irregulares en España vuelven a crecer. Y muchos aspiran a quedarse aquí definitivamente. La cuestión, por tanto, es cómo conseguir que se integren lo mejor posible. Los que han venido o, por lo menos, sus hijos. Esto depende de aspectos manejables, como el aprendizaje de nuestros idiomas, el encaje de sus hijos en las escuelas, el empleo o la vivienda, pero también de otros menos manejables como la tolerancia hacia las costumbres o creencias ajenas, por su parte y por la nuestra, o la relativización de los referentes identitarios.

El problema es que este objetivo, esencial para ellos y para nosotros, plantea ciertas incompatibilidades con las medidas de expulsión de inmigrantes irregulares que son inherentes al control de fronteras.

La prevención del crimen organizado y el terrorismo

La inmigración ilegal, sobre todo desde África, se convierte en algo imposible sin la ayuda de las mafias que facilitan la logística necesaria. Por otra parte, la explosión demográfica en el Sahel está siendo el caldo de cultivo para el proselitismo yihadista. Es evidente, por tanto, que existe el riesgo de que en las diversas comunidades islámicas establecidas en nuestro país surjan grupos de terrorismo yihadista. De hecho, hay precedentes. Así pues, es necesario que la policía española ejerza una especial vigilancia sobre estas comunidades, aunque al mismo tiempo se promueva su integración en nuestra sociedad.

La ayuda al desarrollo de los países de origen

Vista la magnitud del desafío, cualquier política migratoria que no incluya una actuación eficaz en este aspecto será miope e insuficiente. Dicho esto, lo difícil es dar con la fórmula para que esa ayuda sea realmente eficaz, tanto por las circunstancias en que se hallan esos países como por nuestra propia tibieza y falta de convicción. También es cierto que lograr éxitos en este campo es más fácil en unos países que en otros, y que de ellos todos aprendemos.

Europa necesita que los países generadores de inmigrantes desarrollen sus economías hasta el punto de poder ofrecer a sus habitantes unas condiciones de vida suficientemente dignas

Puesto que Europa necesita que los países generadores de inmigrantes desarrollen sus economías hasta el punto de poder ofrecer a sus habitantes unas condiciones de vida suficientemente dignas, no sería extraño que este punto motivase cambios bastante profundos en las reglas de la economía y el comercio global, análogamente a lo que se está planteando con el cambio climático.

De este repaso se concluye que, para España, a pocos kilómetros de un continente cuya población crece a ritmos vertiginosos y sin perspectivas económicas, el tema de la inmigración es de una importancia capital. Ni la sociedad se puede permitir el lujo de mirar para otro lado, ni debe admitir que los políticos se conformen con hacernos creer que esto lo podemos solucionar “blindando” nuestras fronteras.

2 comentarios

2 Respuestas a “Los siete desafíos que plantea la inmigración”

  1. O'farrill dice:

    Un buen análisis lleno de buenas intenciones que, por desgracia, no tiene en cuenta una cosa tan elemental como que los países no son pobres o ricos porque sí, sino por sus recursos propios (y en Africa hay muchos) y la explotación interesada de los «ricos» (con cada vez más personas en la indigencia) de los mismos.
    Partimos de tópicos que desvirtúan ese análisis donde la propaganda interesada y las mafias correspondientes, vienen presentando imágenes que tratan de influir en las emociones de los países llamados «desarrollados». Muchas veces con los mismos niños malnutridos o con problemas de salud buscados interesadamente en hospitales y publicitados mediáticamente.
    He conocido en directo buena parte de ese mundo africano donde, sobre todo en las aldeas, la gente sigue viviendo con sus actividades de siempre, donde los niños tienen una cara de felicidad propia de sus edades y de los juguetes que ellos mismos se fabrican, donde no falta qué comer, un techo donde dormir o cobijarse, unas familias y unas vidas simples que envidiar.
    Africa ha estado y sigue estando sometida al expolio esclavizador de sus dirigentes políticos puestos y depuestos por los intereses particulares o políticos de Occidente (sobre todo). No es preciso ahondar en la historia de las «colonias» porque lo que se está haciendo ahora es peor. Antes las poblaciones se mantenían arraigadas en sus propios paises, ahora se las desarraiga para formar parte de esa precaria mano de obra que las oligarquías pretenden explotar.
    Una cosa es la inmigración puntual y otra la inducida por intereses de unos cuantos que pretenden seguir explotando poblaciones y recursos. Que utilizan dirigentes-marionetas (de eso sabemos mucho en Occidente) para corromperlos.
    Africa tiene capacidad por sí misma en su conjunto (sólo con las cosechas de Uganda pueden vivir todos los africanos) para desarrollarse sin ser pervertidos por Occidente, sin ser prostituidos culturalmente, sin ser explotados miserablemente. Y como Africa la mayor parte de los países a los que se quiere «modernizar» a la fuerza y con la propaganda de efecto llamada.
    Hace unos meses una señora refugiada en España y traída por los «salvadores» de la guerra de Ucrania, tenía que pedir limosna en la calle porque tras la foto publicitaria, no hay después nada.
    Lo miserable, ruin y mezquino es aprovecharse de ellos. Prometerles cosas que no se cumplirán. Desarraigarlos de sus pueblos y aldeas para ser utilizados como carne de cañón. Provocar crisis, conflictos y guerras para obligarles a emigrar.
    De todo eso sabe mucho (y cuenta poco) la ONU y sus variadas «agencias» al servicio de los poderosos que las subvencionan.
    Un saludo.

  2. Manu Oquendo dice:

    Creo que los gobiernos estatales de la UE hace mucho que dejaron de ser soberanos para convertirse en subordinados de Bruselas que, a su vez, está muy fuertemente subordinada a los EEUU. Por cierto, la metrópoli imperial está en situación de posible guerra civil tanto desde la perspectiva de sus valores como de sus tradicionales fortalezas que eran las de la Cultura Occidental que hoy está en avanzado proceso de destrucción.

    La guerra de Ucrania y la relación con China ha mostrado al mundo la doblez de los EEUU –a fin de cuentas fruto cultural de la Pérfida Albión–. Por otro hoy vemos que sus prédicas acerca de la Libertad personal y de Comercio eran fundamentalmente de boquilla. En cuanto alguien les supera tecnológicamente –caso Huawei, entre muchos otros– se acabó el «free trade y el free banking». Esto hoy ya no se lo cree nadie u por eso hay cola para unirse a los Brics.

    Por tanto para estos gobiernos «coloniales» la cuestión de la emigración les resulta incómoda a nivel nacional porque saben que es rechazada por la población nativa pero obedecen el diseño imperial que, a mi modo de ver, cumple dos objetivos. Uno estratégico y otro táctico.
    El objetivo estratégico (Toynbee) es propiciar el cambio del «demos» desde una cultura «occidental» y por tanto individualista, libre y con valores clásicos y cristianos a una cultura más manejable por las élites. El Islam es la preferida porque predica la sumisión y el no cuestionamiento de las autoridades políticas que también lo son religiosas.
    Por otro lado —y dada la brutal pérdida de ventaja tecnológica y científica de occidente– se intenta reducir algo el coste de la mano de obra en la base de servicios y en lo poco que ya va quedando de industria. La poolítica energética de la UE es el principal factor de expulsión industrial Con energía cara es imposible fabricar nada competitivamente.
    Hace 40 años nos hablaban de integración. Hoy los incentivan a venir –más subvenciones que para los nativos– y se da por sentado que, como dice la famosa novela francesa– «Notre Dame será Mezquita». 2005 Elena Tchoudinova en «La Mosquée Notre-Dame de Paris, année 2048».Nada de integración. Vienen a hacerse cargo.

    Saludos cordiales

    El horizonte es terrible para los nativos que se enfrentan a su extinción a plazo fijo propiciada por sus propias élites. Élites que han acelerado el proceso a base de instaurar por todos los medios las polícas del aborto de los nativos –casi el 25% de los posibles nacisdos– para a renglón seguido señalar la pirámide de población por edades como un enorme riesgo futuro.

    Cuanto antes nos quitemos la venda de los ojos, antes nos daremos cuenta de que todo arranca en un Documento USA de 1974 el Memorandum 200 de la NSA. De Kissinger a Nixon y que sigue operativo y permaneción secreto hasta 1991 –porque alguien fue a juicio para que dejase de serlo.

    Aquí lo tienen: https://pdf.usaid.gov/pdf_docs/Pcaab500.pdf

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