Monopolios tecnológicos

En los últimos meses se han producido varias demandas, bajo la acusación de prácticas monopolísticas, dirigidas a varias de las grandes empresas tecnológicas de ámbito internacional, concretamente contra las conocidas bajo las siglas de GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple).

El precedente de las leyes antimonopolio es la Sherman Antitrust Act que entró en vigor en EE.UU. en 1890. El objetivo de estas legislaciones es proteger la competencia de mercado a fin de beneficiar a los consumidores, asegurándose de que hay fuertes incentivos en las empresas para operar de forma eficiente, mantener los precios bajos y mejorar la calidad.

Uno de los casos en que primero se aplicó esta legislación fue en el caso de la Standard Oil Company. John D. Rockefeller fundó esta compañía, junto con otros socios, en 1870. En 1882 crearon la Standard Oil Trust que consiguió controlar un elevado número de empresas alcanzando el dominio de cerca del 90% de la producción de petróleo en su país.

Era la época de los Cornelius Vanderbilt (Ferrocarriles) y J.P. Morgan (Banca y Aceros) que se hicieron famosos por sus estrategias de monopolización de mercados. En general la estrategia empleada era la de crear conglomerados de empresas del mismo sector y bajar los precios hasta conseguir que los competidores acabasen en bancarrota para entonces comprar dichas empresas y unirlas a su grupo.

En aplicación de la Ley Sherman, el Tribunal Supremo estadounidense ordenó en 1911 la división forzosa de la Standard Oil en 34 empresas. Hoy son hijas de aquel imperio compañías con Exxon Mobil y Chevron, después de muchas fusiones y adquisiciones.

Otro caso fue en 1982 la decisión de trocear AT&T (American Telephone & Telegraph) ya que empezaba a crear un monopolio en la industria de comunicación estadounidense.

Más reciente, y ya dentro de las empresas de tecnología, fue la demanda interpuesta en 2001 a Microsoft por su intento de monopolizar el mercado de los navegadores de internet aprovechando su posición dominante en los sistemas operativos de los ordenadores personales. En este caso sin embargo la compañía llegó a un acuerdo extrajudicial con el Departamento de Justicia norteamericano que establecía algunas contrapartidas pero que no exigía a Microsoft cambiar su código ni impedía que pudiera ligar otro software a Windows en un futuro.

En el momento actual compañías como Google, Amazon, Facebook y Apple han incrementado su valor económico de forma espectacular y este proceso se ha acelerado con la pandemia. La capitalización bursátil conjunta de estas compañías ha superado ya al PIB de Japón, tercera economía mundial.

Este enorme poderío financiero hace que se puedan permitir comprar a cualquier posible competidor. Si se niega a ello, utilizan en ocasiones prácticas discriminatorias o desarrollan un producto similar y utilizan toda su maquinaria para expulsarlos del mercado. Se les acusa de estar erosionando el espíritu emprendedor de las empresas emergentes.

Además están empezando a adentrarse en otros sectores como el de la automoción, la banca o la energía, lo cual preocupa a los reguladores. De hecho Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, pide que se pongan barreras a la entrada de las grandes tecnológicas en el sector financiero por los “riesgos sistémicos” que conlleva debido a la opacidad de sus sistemas con posibles implicaciones sobre la estabilidad financiera, la competencia o la protección del consumidor.

Otro tanto ha hecho Yves Mersch (miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo) sobre el lanzamiento por parte de Facebook de su propia criptodivisa (Libra) indicando que, a diferencia de los bancos centrales, “los conglomerados de entidades corporativas solo rinden cuentas a sus accionistas y miembros”.

¿De qué se les acusa en concreto a cada una de estas tecnológicas?

Google (subsidiaria de Alphabet), la empresa fundada en 1998 y con sede en Mountain View (Silicon Valley, California), controla el 80% de las búsquedas por internet en EE.UU. En su caso se le incrimina tener el monopolio de los mercados de búsqueda online, de la publicidad basada en esa información y de priorizar su conjunto de aplicaciones y servicios sobre los de otras compañías. Son juez y parte: controlan la publicidad y los canales empleados para ello, como son los sistemas operativos (Android) y navegadores. Esto se traduce en que otras compañías no tienen una oportunidad real de competir.

Facebook ha sido ya sancionado en varias ocasiones por asuntos relacionados con la privacidad o por el caso de Cambridge Analytica. En una reciente demanda de los fiscales de 48 de los 50 estados norteamericanos se pedía básicamente que esta empresa se desprenda de Instagram y Whatsapp, dos compañías que compró en los últimos años con las que ha consolidado su dominio del mercado.

A la empresa Apple se le acusa de prácticas monopolísticas ya que la AppStore es la única vía autorizada para instalar aplicaciones en sus aparatos, por lo cual consiguen importantes comisiones.

En el caso de Amazon un informe del Congreso de EE.UU. les atribuye imponer condiciones leoninas y cláusulas abusivas en sus contratos a los proveedores, pero, sobre todo, utilizar la información de que dispone a través de su web para identificar los productos de mayor éxito y replicarlos con sus propias marcas, dándoles mayor visibilidad frente a los usuarios.

Una de las mayores dificultades para luchar contra este tipo de prácticas ha sido que, a diferencia de los monopolios clásicos, en los que los conglomerados utilizaban su posición ventajosa para elevar los precios, perjudicando así a los consumidores, ahora la mayoría de los servicios prestados por las tecnológicas son gratuitos.

También es cierto que estas compañías proporcionan servicios valiosos que son además muy apreciados por los usuarios, habiendo favorecido el rápido desarrollo de las tecnologías digitales.

Por otro lado estas empresas exponen claros argumentos de defensa: Facebook señala que tienen competencia real (por ejemplo Twitter o TikTok). Google indica, en palabras de su vicepresidente sénior de Asuntos Globales, Kent Walker, que “las personas utilizan Google porque eligen hacerlo, no porque se vean forzadas o porque no existan otras alternativas”. Apple se defiende diciendo que ninguno de sus aparatos tiene una cuota mayoritaria en el mercado, que solo son suyas 70 de las 1,7 millones de aplicaciones que albergan y que las comisiones que cobran están en línea con las de otras plataformas. Amazon afirma que hay distribuidores (Walmart) con mayor cuota de mercado que ellos y que, igual que en los supermercados se venden marcas blancas junto a las de otras marcas, ¿por qué no lo van a poder hacer ellos?

Las autoridades han empezado a tomar conciencia de los problemas que estos nuevos tipos de prácticas monopolísticas pueden suponer para la libre competencia y la innovación, y esto se ha hecho en la forma de demandas millonarias y de nuevas leyes. Es el caso de los EE.UU. en donde, en los últimos meses, se han sucedido las demandas antimonopolio dirigidas hacia estas empresas. Es de resaltar el demoledor informe del Congreso del pasado octubre titulado “Investigación sobre competencia en los mercados digitales”.

La comisión Europea presentó el pasado mes de diciembre la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la ley de Mercados Digitales (DMA) con las que se pretende dar respuesta a estos desafíos. Con estas normas se quieren cambiar las prácticas comerciales de estas empresas en Europa bajo multa de entre el 6% y el 10% de su facturación global. También se contempla la posibilidad de forzar la venta o segregación de activos si se incumplen las recomendaciones de forma reiterada (como medida de último recurso).

La ley de Mercados Digitales permite activar medidas de forma preventiva (por ejemplo requiere la autorización anterior a la compra de otras empresas para evitar la adquisición de pequeños rivales con el solo objetivo de cerrarlos). Con ello se quiere evitar el desarrollo de empresas dominantes anticompetitivas.

La Ley de Servicios Digitales exige eliminar rápidamente el contenido ilegal de sus webs (incitaciones al odio, violación de derechos de autor, anuncios de productos falsificados o campañas de desinformación). Igualmente se les obliga a ser más transparentes en sus políticas de publicidad.

Estas normas deberán recibir el visto bueno del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE por lo que su puesta en vigor tardará unos meses. Tal y como están redactadas constituyen una de las normas más estrictas en este tema del mundo.

Podemos estar de enhorabuena por pertenecer a un bloque político como la U.E. en el que se establecen normativas serias sobre este tema y capacidad suficiente, por su volumen económico, para hacerlas cumplir.

Hay que destacar que las empresas concernidas utilizarán toda su capacidad de influencia, tanto en Europa como en EE.UU., para hacer que la redacción final de las leyes y la resolución de las demandas se incline hacia sus intereses.

En lo que parece que coinciden todos los analistas es en que las regulaciones antimonopolio existentes en la actualidad no son suficientes y no están adaptadas a la realidad de las nuevas tecnologías.

Algunos como Enrique Dans opinan que, aunque existen prácticas monopolísticas a corregir, tampoco hay que demonizar a estas compañías ya que su éxito se debe a que han investigado más que otros y han generado una gran cantidad de valor muy apreciado por todos los ciudadanos.

Otros como Alex Stapp, en el MIT Technology Review, critican el informe del Congreso de EE.UU. antes mencionado y señalan que el posible troceamiento de estas empresas las llevaría a la quiebra.

Otro tema en el trasfondo de toda esta polémica es la lucha de las grandes naciones por ser dominantes en el ámbito tecnológico y, en particular, la intención de EE.UU. de no perder esta batalla frente a China. La partición de estas grandes compañías las dejaría con menos capacidad de competir frente a grandes conglomerados de China, donde presumiblemente tendrán menos remilgos ante la defensa de la competencia y los derechos del consumidor.

En mi opinión habrá que hilar muy fino con la legislación y las demandas judiciales. No se trata tanto de evitar que una empresa consiga una cuota de mercado alta, sino que esa compañía que ha sido exitosa no ponga impedimentos a sus competidores empleando prácticas abusivas. Se debe incentivar el éxito empresarial y la innovación pero protegiendo los derechos de los consumidores y posibilitando la competencia.

Además del tema tratado, las empresas tecnológicas tienen otras facetas de su actuación no menos importantes. Una de ellas es la difusión de noticias falsas y el uso de la información del usuario para fines comerciales, que ya traté en un artículo anterior. Otro tema es el de si estas compañías tributan lo que deberían donde realizan sus negocios, pero esto lo dejamos para otro día.

9 comentarios

9 Respuestas a “Monopolios tecnológicos”

  1. pasmao dice:

    Buenas noches Don Francisco

    El gran monopolio que mas me preocupa es la «trusterización» discúlpeme el palabro que tienen esas compañías, mas otras mas cómo los medios de comunicación, Twiter y demás capaz de conformarnos una verdad a la medida de sus intereses.

    No sólo para controlar el «mercado» si no y hasta para poner y quitar presidentes, cómo hemos visto hace poco.

    El tema de Twiter y Parler (un Twiter si censura) es claro y meridano al respecto:

    El President (aún) Trump quiere usar Parler para sortear la censura de Twiter y de repente se confabulan Google, Apple y Amazon (que en teoría cada una va por libre y se dedican a diferentes business) y le dan un ceneque a Parler, para que no pueda ponerse a reclutar a seguidores de Trump en masa, de muy señor mío y todo el mundo calladito que así estamos mas guapos.

    Y luego presumimos de libertad de expresión y de lo altos, guapos que somos.

    El que esas empresas puedan conseguir eso, sin despeinarse, gracias a su monopolio de hecho es muy preocupante. Amen de los datos que consiguen de los usuarios.. cuantos se van a pasar de Whatsapp a Telegram éste Febrero. A mi e están llegando noticias de personas a la que jamás pensé ver en Telegram que dicen que a partir de Febrero si quiero algo de ellos que las busque ahí.

    Y no es un tema de Trump si o no. Es un tema de PODER. Y de hasta que punto los monopolios ahora no lo son para simplemente controlar un mercado, si no para algo mucho mas peligroso.

    ¿Nos deberemos de creer, visto lo visto, que el escándalo de Cambridge Analytica realmente fue organizado por Trumpistas para que facilitar su llegada a la presidencia USA, visto lo que vemos ahora?

    Muy interesantes las últimas aportaciones en los comentarios acerca del tema de la Youtuber china (la diferencia con el Rubius y con los Rubius de nuestro mundo occidental es abismal y abisal), lo que comentan sobre la educación concertada y el comentario de MANU sobre las vacunas (recuerdo el caso chino de los bebés alterados genéticamente para no tener SIDA, y si eso es lo que sabemos que será lo que no).

    Un cordial saludo y felicitaciones extras a Doña Greta por acertar con ese calentamiento global que estamos experimentando de manera drástica en la España mesetaria estos días.

  2. Manu Oquendo dice:

    El artículo es muy oportuno porque ya es universal el clamor de todas las personas con preocupación por la libertad de expresión y de pensamiento. Han cerrado el paso a Trump, y ya van a por el resto de disidentes.

    Quisiera equivocarme pero creo que hoy han cerrado la difusión del Video de Actualidad de César Vidal. Se había ido a USA para ser más libre y no ser censurado. Ironías de la vida.
    A su vez ya han comenzado a quejarse de estos abusos –propios de Stalin o Mao– personas tan distantes como el Presidente de México, Sr. López Obrador y la Sra. Merkel. Los callarán pronto.

    Tiempo tendremos en los días venideros para hablar de esta cuestión de la Censura sin Decisión Judicial por los Monopolios Creados en torno a Internet.

    Europa, colonia al fin y al cabo, no tiene poder ni autonomía para plantar cara porque para ello debería haber mantenido sus leyes frente al ataque del Imperio hace ya muchas décadas. Cuando aceptamos la exigencia de que nuestros datos personales fueran procesados fuera de nuestras fronteras respectivas. Cuando fuimos desmantelando todos nuestros ordenadores europeos para caer en las manos de un par de Oligopolios USA. Cuando fuimos incapaces de crear nuestras Redes Sociales y todos los medios de Comunicación corrieron obedientes a apuntarse a los «Facebook» y su WhatsApp, sus Servicios de Mailing, en lugar de que nuestras operadoras fuesen los proveedores, etc, etc, etc. Cuando como papanatas corrimos como «fashion victims» a comprar lo «ultimo» de Apple y a pedir «por Amazon» en cuya nube han prohibido que se procesen aplicaciones alternativas a las de los Autonombrados como Inquisidores del Santo Oficio Siglo XXI.

    Europa necesita recuperar el control cibernético y detener su terrible dependencia.

    Lo que nos temíamos ha sucedido y empeorará en términos de control social y despotismo. Era previsible que así sucediese..

    Un poco de historia.

    La gente, en general, desconoce que Internet nació como uno de tantos proyectos militares diseñados en Darpa, una agencia de Pentágono y del Gobierno USA, para promover armamento e instrumentos de guerra no solo física sino híbrida y de control de la población para prevenir insurrecciones o fomentar subversiones o golpes de Estado y controlar la opinión pública y a cada persona concreta.

    Los elementos conceptuales son de los años 60 y desde entonces los desarrollos técnicos sucesivos, las transferencias de parte de las operaciones al sector privado o las asociaciones entre Clientes Públicos y Proveedores Privados están hoy muy bien engrasadas tras 60 años.

    Hay tres libros cuya lectura es hoy necesaria antes de que entreguemos nuestra vida a la Red en manos que no son nuestras.

    «Surveillance Valley». Internet’s secret military History. Yasha Levine. 2018. Ed. Public Affairs
    «The Imagineers of war» Sharon Weinberger. 2017. Vintage Books
    «Mundo Orwell» Ángel Gómez de Ágreda. 2019. Ariel

    El primer autor es un periodista especializado, el segundo es una brillante tesis de doctorado en Harvard, –muy bien escrita por cierto–. El tercero es de un militar profesional español especializado en ciberseguridad y guerra ciber.

    Los tres son muy buenos en mi opinión.

    El caso es que esto es como es y que cada uno de nosotros debe decidir cómo gestiona su comportamiento ante esta situación.

    Lo que yo observo es que las personas con mayores responsabilidades y necesitados de discreción y respeto a su privacidad, operan lo más desvinculadas que pueden de estos medios electrónicos.
    Muchos ni siquiera usan un smart phone.

    Saludos cordiales

  3. O'farrill dice:

    Por fin nos vamos dando cuenta de que existen otros relatos más reales y peligrosos que los que nos están suministrando. Enhorabuena al autor por entrar en el mundo de los «poderes» reales y empezar a explicar cómo funcionan. El dinero maneja la política decididamente porque con nuestra ingenuidad y nuestro dinero hemos dejado crecer un monstruo que nos tiene capturados y a su disposición. Recordemos que todo empezó con la artimaña de «más libertad».
    Como es bueno recordar que Trump tumbó el discutible tratado TTIP, donde la globalización era otro ardid para deslocalizar producción, evadir impuestos y pagar miseria a la mano de obra, aprovechando la colonización previa de una Europa en decadencia, sin líderes, sin ambiciones propias y destrozada tras la 2ª guerra mundial. Es algo que no le podían perdonar, al igual que no le perdonaron que evitase la llegada masiva de mano de obra barata inmigrante. Estaban tan acostumbrados a «mandar» que cuando la política los puso firmes, emplearon todo tipo de descalificaciones políticas y personales hasta tumbarlo con trampas electorales. Son los «poderes salvajes» a que alude Ferrajoli (no sujetos a norma porque ellos las dictan). Por eso pretendían eludir las leyes nacionales para imponer «su» ley mundial. Por eso ahora pretenden quedar exentos de responsabilidad alguna (se creen inviolables) por las consecuencias de las vacunas. Por eso están cubriendo el mundo de redes filantrópicas y ONGs con más influencia que los propios estados.
    La tecnología en sí misma es neutra y hasta proporciona algún que otro beneficio como herramienta, pero el riesgo está en quienes manejan los algoritmos, quienes programan para obtener resultados determinados, quienes se han creído los nuevos dioses de una religión pagana inyectada en sociedades ignorantes. Por eso es preciso despertar del letargo de las «apps» (banalidades en su mayoría) y del adoctrinamiento mediático y audiovisual.
    Por cierto, de nuevo los comentarios de Pasmao y Manu resultan un complemento valioso al artículo (muy acertada la felicitación a Greta por su pronóstico del clima). Y pensar que hay todo un «panel» de rica miel (de dinero) dedicado a la «lucha contrael cambio climático…»
    Un saludo.

  4. Loli dice:

    La tormenta de hielo y nieve que ha cruzado la península y se ha cebado en la Comunidad de Madrid, además de, al menos en unas cuantas décadas, si no hablamos a lo mejor de algún siglo, bastante inédita, pese a las previsiones, a mi entender está poniendo de manifiesto una actitud sorprendentemente silenciosa en cuanto a las explicaciones sobre las circunstancias metereológicas, geográficas y físicas que la han propiciado.

    La tendencia hasta ahora ha sido significar todo acontecimiento de este tipo aunándolo de todas las manera posibles con el “cambio climático”, de tal forma que dicho cambio resulta que justifica cualquier fenómeno natural, al que estamos acostumbrados, el que se desvía algo de los modelos, y el extremo.

    La aparición de la crisis del coronavirus desplazó de la noche a la mañana a la criatura Greta.

    Y parece que también a la necesidad de explicar los fenómenos metereológicos, al menos de la forma en que se hacía antes.

    Simplemente con asociarlo de forma vaga y generalista a que son un ejemplo más del “cambio…”, ya parece bastar.

    La niña Greta, con un problema de relación y sentimiento hacia sus entornos, fue lanzada, utilizando sobre todo las redes sociales, como baluarte de lo que debían ser los niños, aislados, autistas y sin criterio propio, bravo por los papás de Greta.

    Existe un factor en todo esto que entiendo es el que se está tratando de probar, ensayar e implantar.

    El juego con los sentimientos.

    A través de nuestros sentidos…sentimos el exterior, lo que identificamos como externo a nosotros, lo que, también es vital para mantenernos con vida.

    Solos, con nosotros mismos, con nuestro “mundo interior”, seguramente moriríamos, o no nos podríamos considerar seres humanos.

    El mundo de los sentimientos se basa en sentir al otro.

    El mundo de la tecnología manipulada y centrada, parece, en oligopolios ebrios de poder, nos está preparando para asegurarnos de que sin sentimientos es posible vivir…

    No puedo dejar de pensar que el último modelo que se pregonó a seguir y con el que indentificarse fue el de una niña autista, una sociedad infantil, aislada aún no siendo consciente de ello, creyendo que siente, pero con los sentidos dormidos, individuos solos, pequeños….indiferenciados contranatura.

    1. O'farrill dice:

      Estimada Loli: existen ya programas operativos en más de 50 países del mundo para modificar artificialmente el tiempo. Lo llaman «siembra de nubes» o «siembra glaciogénica», producida con sales de plata. Hay por ahí un informe de la Organización Meteorológica Mundial que advierte sobre los riesgos que suponen tales prácticas, sobre las que hay un silencio mediático total.
      ¿Quienes están detrás de estos proyectos….? No es difícil adivinarlo…….
      Sobre el llamado «cambio climático» que todos hemos estudiado en Bachillerato (algunos que tienen títulos dudosos parece que no) hay un interesante libro de Isidoro Martínez: «Termodinámica de la atmósfera» que explica el fenómeno con más claridad y conocimiento que los «luchadores contra el cambio climático». En el fondo es como el timo de la estampita: una forma de encubrir negocios por quienes en realidad gobiernan el mundo. El gran obstáculo era Trump y lo han liquidado.
      Un saludo.

    2. Francisco Díaz-Andreu dice:

      Hola Loli.
      Es claro que el ser humano es un ser sociable, está en nuestra esencia y necesitamos comunicarnos e interrelacionarnos con otros seres humanos para seguir siendo y progresar como personas. El tema de los sentimientos a los que aludes creo que está muy relacionado con este concepto de la sociabilidad.

      Para mí las redes sociales no son más que un medio de comunicación más, al igual que son los periódicos, las conversaciones con otras personas, el cotilleo, etc. Evidentemente, cada uno de estos medios tiene sus particularidades ya que un mensaje de whatsapp es más pobre (desde el punto de vista comunicativo y de relación) que una llamada telefónica y ésta que un conversación en directo.
      Las redes sociales tienen al menos algunas características que las hacen muy particulares:
      = La libertad con la que se pueden propagar bulos, pero también la posibilidad de dar a conocer noticias sin la intermediación / autorización de los poderes.
      = En aparente contradicción con lo indicado en el párrafo anterior, las grandes posibilidades de manipulación que conllevan, al poder “colocar” mensajes con apariencia de verosimilitud, y la tendencia humana a dar más credibilidad a lo negativo y escandaloso
      = El anonimato en el que se apoyan muchos de los autores. Esto hace que se saque aquello que uno no se atrevería a decir a cara descubierta. En algunos casos puede ser necesario como defensa de la integridad de uno, pero me temo que en la mayoría de los casos es una manera de sacar a pasear los bajos instintos o el mal humor.

      1. Loli dice:

        Hola Francisco, en realidad, el tema de los sentimientos creo que abarca mucho más que un instrumento más de sociabilidad.

        Alude a los sentidos, a las ventanas con las que nos relacionamos con el «exterior», con lo que percibimos como externo, y también con nuestro mundo interno.

        Sentidos mediatizados, aún ni siquiera descubiertos en su totalidad, por ejemplo, la vista, considerada para ver «lo de fuera», también está habilitada para mirar «hacia dentro», porque sin esa doble «mirada», no podríamos vivir, es decir, si los ojos no actuaran durante la fase REM del sueño…a lo mejor este no se produciría, y sin soñar, no se podría mantener la vida mucho tiempo, parece ser.

        Quiero decir con ello que si los sentidos que utilizamos y nos animan a utilizar, no nos damos cuenta de que están no solo infrautilizados, sino que son desconocidos, y nos quedamos colgados en esa infrautilización y menosprecio de lo que verdaderamente suponen, entiendo que esa percepción nos va a mantener en un estado de falta de «sentimiento», de falta de «sentir» y de querer hacerlo, al «otro», que es fatal para el hombre, pues no ha nacido para eso.

        Entiendo que ha nacido para «vibrar», en todo caso, «con el otro», y que hay todo un camino, a través primero de los sentidos, por recorrer, y que cuando se empieza a realizar ese trabajo, enseguida viene una tecnología más «avanzada» que nos coloca ante un montón de filtros para la capacidad total de esos sentidos, y nos convence de que los estamos utilizando a tope, de que eso es la realidad, la verdadera sociabilidad, el verdadero sentimiento, y nos encierra en una mentira de la que cada vez parece más difícil salir.

        Un saludo

        1. Francisco Díaz-Andreu dice:

          Hola Loli.
          Totalmente de acuerdo. Los sentimientos, efectivamente, van más allá de la comunicación.
          En mi respuesta comentaba que internet y las redes sociales suponen una comunicación imperfecta. Con mayor razón estas redes nos alejan de los sentimientos.

  5. Ligur dice:

    A ver D. Francisco, no es la primera vez que saca a relucir esto de los pseudónimos, vamos, que no le gustan.
    Ud. sabe de mi, como yo de Ud., eso no quiere decir que tengamos conocimiento uno del otro,
    ¿Es más creíble que firme los post, como Fernando Gutiérrez, que firme como Ligur?, dígame que diferencia hay.
    Ligur viene de lejos y no le consiento que me trate de cobarde y ocultadizo por firmar los post así.
    Tampoco afirmar que quien firma de esa manera, saca a pasear los bajos instintos o el mal humor. Eso lo diría “Marta”.
    Es un auténtico insulto a la dignidad y libertad de las personas, que además les mantienen la página.
    Y si cree que no hay atrevimiento a decir como Ud. dice, a cara descubierta las cosas, ya habrá ocasión y momento de hacerlo.

    PD:
    = La libertad con la que se pueden propagar bulos, pero también la posibilidad de dar a conocer noticias sin la intermediación / autorización de los poderes.
    Eso no es así y lo sabe, ya estamos viendo lo que el globalismo está haciendo con los que disienten, anularlos de las redes.

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