¿Superaremos el Sanchismo?

La debacle del Partido Socialista en las elecciones gallegas ha sido incluso más dura de lo esperado. Ni siquiera los intensos “esfuerzos” de última hora del líder de los Populares por desmovilizar a sus votantes han suavizado la derrota de los socialistas.

En estos momentos, el PSOE ha perdido su poder regional (con las contadas excepciones de Asturias, Navarra y Castilla-La Mancha) y en el Parlamento nacional depende del veleidoso pulgar de un político fugado de la justicia y que tiene por única agenda conocida asegurar su futuro penal y (en un segundo plano) separar a Cataluña de España.

Y la verdad es que el Sanchismo se encuentra en una difícil encrucijada: sólo puede alcanzar el gobierno de la nación apoyándose en los partidos nacionalistas (entre los que crecen los separatistas) y el pacto con tales partidos le pasa una factura cada vez mayor en las Comunidades no nacionalistas. Por poner un ejemplo, al PSOE le va a resultar difícil explicar en sus feudos tradicionales, como Andalucía o Extremadura, las discriminatorias concesiones a las regiones nacionalistas más ricas, que, sin embargo, garantizan los apoyos necesarios para la subsistencia del gobierno de Sánchez.

Pero tampoco el PP está como para sacar pecho. En el actual mapa electoral, tiene un enorme poder regional, pero está desaparecido en las Comunidades más nacionalistas y, en el plano nacional, la incómoda presencia de Vox le complica alcanzar las mayorías necesarias para formar Gobierno en solitario o con Vox o para llegar a acuerdos con los nacionalistas (como hizo, por ejemplo, el primer Gobierno de Aznar en 1996).

Y es que hace tiempo que a nuestro régimen político se le ven las costuras. Como quiera que las mayorías absolutas en el Congreso son difíciles de lograr, los gobiernos en minoría de derechas y de izquierdas han necesitado del apoyo de partidos nacionalistas. Conscientes de su poder, estos han ido subiendo el precio de sus apoyos hasta niveles hoy insoportables.

En ese difícil tablero, el expresidente Zapatero diseñó una estrategia que ha sido seguida y amplificada por Sánchez, basada en dos grandes líneas de acción política: la memoria democrática y el establecimiento de alianzas estables con los partidos nacionalistas.

La llamada memoria democrática tenía por finalidad recuperar como baza electoral la guerra civil y el franquismo. Aunque no puedan negársele actuaciones positivas, no creo que tuviera una verdadera intención de recuperar ninguna memoria. Primero, porque no se había perdido, teniendo en cuenta las ingentes investigaciones que los historiadores han realizado en los últimos 40 años sobre la República, la guerra o el franquismo. Segundo, porque la historia escrita desde el poder tiene un tufillo insoportable a propaganda política. Más bien parece que se trataba de identificar a unos buenos impolutos y otros malos de solemnidad, para, a continuación, presentar como sucesores naturales de los primeros a las izquierdas y los nacionalistas y de los segundos a las derechas.

Este sencillo esquema facilitaba alianzas estables entre los buenos (izquierdas y nacionalismos) en una reedición del no pasarán (para el que la presencia de un Vox cada vez más falangista es agua bendita). Pero, además, como los nacionalistas no son tontos, había que hacer ofertas imbatibles que les fidelizaran. Y de ahí vino el desafortunado aprobaré todo lo que venga de Cataluña del expresidente Zapatero que Sánchez ha reeditado en forma de una cada vez más insoportable amnistía.

Entretanto, el espíritu de la Transición, tan admirado fuera como malbaratado dentro, languidece en el frentismo PP-PSOE, sin reparar en que cada vez es más evidente que este país sólo funciona con un partido de centroderecha y otro de centroizquierda que se alternen en el poder y que se pongan de acuerdo en las líneas maestras del Estado: política exterior, nivel de descentralización del Estado, Poder Judicial, ¿educación?…

Y es verdad que hay que cambiar la ley electoral para reducir la sobrerrepresentación de los partidos nacionalistas, pero también esto requiere del previo acuerdo de los dos grandes partidos. Por cierto, es verdad el argumento de los partidos regionales de que ellos sólo reciben los escaños que en estricta proporción les corresponden. Pero el caso es que son los únicos, ya que nuestro sistema electoral no es proporcional estricto, sino proporcional mayoritario. Y funciona de manera mayoritaria para todos los partidos salvo para los que concentran regionalmente sus votos, como son los partidos nacionalistas. Esto hace que sean enormemente rentables esos partidos.

En fin, el PSOE superará el Sanchismo y quizás entonces pueda haber un acercamiento entre los dos grandes partidos que, por ejemplo, evite una imagen tan lamentable como la de dos españoles negociando en inglés ante un mediador belga la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Y, por cierto, cuando dos no se entienden, la responsabilidad es de ambos. Ni de los hunos ni de los hotros (que diría el admirado Unamuno), que todos tienen responsabilidad en el lío en el que estamos.

3 comentarios

3 Respuestas a “¿Superaremos el Sanchismo?”

  1. pasmao dice:

    Buenas tardes Don Isaac

    ¿Superar el Sanchismo?

    Mi no comprender.

    El Sanchismo no es algo que haya aparecido por generación espontánea. El Sanchismo es producto de eso que llaman superar ¿el franquismo? .. que en la práctica supone ignorar lo que se pretende superar, evitar que quien quiera saberlo pueda conocerlo, y hacer de ello causa de división social.

    Cuando nos hablan de la Constitución del 78 el personal cree que la referencia es la Constitución aprobada en 1978, virginal toda ella, incluso con sus taras como ese Título VIII o la escasa separación de poderes, sobre todo el Judicial. Pero en la práctica esa Constitución no existe.

    Lo que existe son todas lo que el Tribunal Constitucional ha aceptado como Constitucional con posterioridad, y que en numerosas ocasiones NO tiene nada de Constitucional, y que NO se podrá modificar, salvo que se votara una nueva Constitución, con nuevo gobierno ad hoc; algo que veo imposible.

    Por ejemplo, la «solución» que encontró el TC para el nombramiento de los jueces del CGPJ, o el OK a la Ley VIOGEN de Zapatero, o al Estatut de Zapatero (que era del todo, no solo en parte inconstitucional), etc, etc y que el PP se apresuró a asumir con entusiasmo.

    Siempre a costa de crear división en la sociedad.

    El Sanchismo no es sino la enésima versión de ver como nos saltamos los mecanismos constitucionales para reformar algo por la puerta de atrás, para que luego el PP lo consolide con la excusa de no crispar.. hasta que vuelve el PSOE a las andadas. Y después el PP.

    Por supuesto, a esa Constitución ya no la reconoce ni la madre que la parió (los padres putativos de la Constitución, los que quedan, así lo han manifestado mas de una vez) pero el Régimen del 78 es santo laico y no se puede discutir. Ni siquiera VOX se atreve a enmendarlo.

    Todo con la excusa de superar un franquismo que a la muerte de Franco, en la sociedad, no creaba enfrentamiento alguno entre los «unos» y los «otros». Familias de ambos bandos llevaban conviviendo desde décadas atrás sin problemas.

    Muchos criticarán a Putin y Rusia. Pero no se atreven a reconocer que la manera en que el ha faclitado la superación del comunismo, logrando que convivan símbolos zaristas, comunistas, para no dividir y enfrentar a la población; es algo que si hubiéramos copiado aquí en su momento (1975-78) nos habría evitado acabar dependiendo de personajes cómo Sánchez.

    Y habría sido posible, porque en el pueblo (en España) esa reconciliación era mas que obvia.

    Sería conveniente ahondar en quienes y por qué soplaron para que la división volviera. Porque posiblemente no hayan dejado de hacerlo en éstos últimos mas de 40 años.

    Un cordial saludo

    PS respecto al poder que tienen los partidos separatistas y la Ley electoral, yo estý convencido de que su poder no se debe a la posiblidad de sumar para dar mayorías en le Congreso, sino por que sirven de excusa para que las prebendas que se les dan luego se puedan «transponer» a otras Taifas.

    Véase el caso de lo que exigían los de Junts respecto los Cercanías y lo rápido que estuvo Moreno Bonilla para exigir lo mismo para su Taifa.

    El poder centrifugo de las Tifas separatistas se ha catalizado hasta lo que vemos ahora gracias a que su know how de como exprimir a los españoles ha sido implementado con gran éxito en las otras Taifas. La excepción en algunas ocasiones, lo fiscal por ejemplo, ha sido Madrid. De ahí que sea tan odiada, incluso por otras del PP.

  2. O'farrill dice:

    El «sanchismo» es un vulgar constructo en el imaginario social `por quienes pretenden manejarlo en su beneficio.
    Como ocurre con el resto de países occidentales donde sus líderes artificiales han salido de las mismas manos, fundaciones, foros, etc. que son los que de verdad mandan. Como es el caso de los gobiernos (hay que recordar a Spengler y su «decadencia de occidente hacia el año 2000»).
    En la cumbre de la pirámide están los verdaderos poderes, bien económicos (dinero), bien políticos (geopolítica), bien sociales (gramscianos) que dominan (o tratan de dominar) las riquezas de las naciones y someter a estas a los caprichos veleidosos de quien juega en realidad en el tablero mundial. Nuevos dioses de un panteón distópico y aberrante en sus teorías, donde la Ciencia (salvo excepciones) se pone al lado del dinero y se manipula a su antojo. Como ocurre con el llamado «cambio climático» (antes «calentamiento global») desmontado documentalmente por nuestro amigo y compañero José Ramón Ferrandis en su magnífico libro «Crimen de Estado».
    Por debajo están los mandados. Los elegidos por los poderes para ser peones de brega en cada lugar, en cada nación soberana e incluso en organizaciones transnacionales. Pueden renunciar y denunciar el «apaño» desde la ética y la honestidad personal, pero siempre habrá quien los sustituya desde una aparente oposición. No hace falta citar ejemplos que ya se citan en el artículo.
    La base de la pirámide se ensancha con los cipayos cómplices (por dinero) donde se aglutinan organizaciones de todo tipo y pelaje. Casi todas ellas con alguna motivación emocional que transmitir a una sociedad que se considera culpable de todo. Esa «culpabilidad» es otro sistema de construcción de posibles formas de redención a base de pagos de cuotas, impuestos vacuos, información «engrasada», etc. etc.
    El llamado Nuevo Orden Mundial que se impone como una religión totalitaria y despótica desde edificios catedralicios en su magnitud y foros de sesudos pensadores, es simplemente un cambio de paradigma, perfectamente definido en el «no tendrás nada, pero serás más feliz…» en el imaginario colectivo ya suficientemente «gregarizado» y destruído intelectualmente para aceptar sumisamente cualquier cosa.
    Por eso el «sanchismo» es simplemente una pieza más del juego y no tiene nada que ver con el llamado PSOE ya desde Suresnes en 1974. El actual presidente de gobierno sabe que todavía le quedan tiempo y recursos para seguir adelante y, en el caso de que se acabe su tiempo, será sustituído por otro peón similar -aunque lleve distinta camiseta- que continuará la faena exigida: agendas, programas, teorías y sobre todo, leyes. Muchas leyes.
    Un saludo.

  3. R. Estévez dice:

    Vienen malos tiempos. Es decir, peores.
    No me sorprendería nada que nos encontrásemos en Europa con una guerra de los EEUU contra Rusia en nuestro territorio. Una guerra obedientemente buscada por Von der Leyen y sus Scholtz’s y sus Macron’s siempre sumisos al Anglo. Evitarlo es ya y de largo la principal prioridad.

    Como de costumbre el Imperio hace sus guerras ffuera de casa y a cuenta de la sangre de otros gobernados por sus lacayos.
    Y el lacayo mayor, Von der Leyen, dice que quiere seguir otros cinco años. O los que sean.
    Menuda democracia. Justo cuando Zelensky cancela elecciones y Putin las convoca.

    ¿Superar el Sanchismo? No lo creo. A ver qué haría diferente Feijóo. A ver.
    Mucho antes de la llegada de Rajoy, Zapatero invitó a unos buenos amigos y críticos suyos a Moncloa. Gente del Centro Cristiano. Zapatero les dijo, «ya veréis cómo cuando gobierne el PP no cambia ninguna de mis leyes».
    Vino Rajoy, y no lo hizo.

    Sánchez es nuestra creación colectiva. Un engendro nombrado para el cargo porque es el mejor de los candidatos para el Imperio y sus lacayos.
    Grandes posts y excelentes apuntes de Pasmao y O’Farrill. Como de costumbre.
    Saludos

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