¿Nos conviene que Europa salga de la tutela militar de Estados Unidos?

Parece que la Unión Europea se está empezando a plantear en serio dejar de depender, en el ámbito militar, del paraguas protector de Estados Unidos, para crear su propio ejército. De las declaraciones de Trump, Macron o Merkel, podría pensarse que estamos ante una decisión provocada por las medidas unilaterales que ha venido tomando el presidente americano, sin contar con sus aliados europeos.

Lo cierto, sin embargo, es que este asunto viene de lejos y tiene más calado. Si bien la creación de la OTAN, en 1949, estuvo claramente motivada por la amenaza que representaba la Unión Soviética, pronto surgieron voces alertando de que una organización como esta, dominada por Estados Unidos, también implicaba una pérdida de autonomía por parte de Europa para definir la estrategia de seguridad que más le convenía. El general De Gaulle, sin ir más lejos, recelaba de la lealtad del gigante americano y estaba convencido de que abandonaría a su suerte a sus socios europeos si su apuesta europea dejase de convenirle. De hecho, pese a ser uno de sus fundadores, Francia se retiró de la estructura militar de la OTAN en 1966 (si bien volvió a ella en 2009).

Más allá de la unión económica, solo tendría sentido hablar de una unión política de Europa si ésta fuera realmente independiente en materia de defensa.

Desde el fin de la Guerra Fría, con la disolución de la Unión Soviética, pareció que la amenaza militar para Europa desaparecía del horizonte. Sin embargo, en los años posteriores fueron tomando cuerpo nuevas amenazas. Desde la radicalización islámica de los países árabes –y su deriva yihadista- hasta la activa revitalización del poderío ruso, sin perder de vista el imparable crecimiento, y expansión, del liderazgo de China, con su lógica vertiente militar. Amenazas todas ellas de las que, obviamente, Europa no puede desentenderse.

Todo esto adquiere unos tintes mucho más complicados si lo analizamos a la luz de la conversión de la UE en una unión política. Porque, quienes vienen sosteniendo desde hace tiempo que hay que avanzar hacia ese objetivo, saben que, más allá de la unión económica, solo tendría sentido hablar de una unión política de Europa si ésta fuera realmente independiente en materia de defensa. Ya que, la autonomía política de Europa dejaría mucho que desear si, ante cualquier amenaza para su seguridad, tuviera que seguir pidiéndole a Estados Unidos que la protegiera. Puede decirse, por tanto, que la creación de su propio ejército es condición necesaria (aunque no suficiente) para que se alcance el sueño de tantos europeístas de que la actual UE llegue a constituir una unión política, con plena autonomía y soberanía.

La cuestión, en pocas palabras, es si los principales países de la UE tienen capacidad para seguir financiando el Estado de Bienestar (las pensiones, principalmente) y también el sustancial aumento que requerirían los presupuestos de Defensa para llegar a tener ese ejército que requeriría la UE.

Desde este punto de vista, tanto el nacionalismo de Trump como la salida del Reino Unido –siempre opuesto a esa unión política de la UE-, estarían brindando la oportunidad para dar el salto definitivo hacía ese objetivo de autonomía militar.

Sin embargo, esta decisión, tan susceptible de ser aplaudida desde la perspectiva europeísta, conlleva un serio problema desde el punto de vista de su coste y de su compatibilidad con las prioridades del gasto público. La cuestión, en pocas palabras, es si los principales países de la UE tienen capacidad para seguir financiando el Estado de Bienestar (las pensiones, principalmente) y también el sustancial aumento que requerirían los presupuestos de Defensa para llegar a tener ese ejército que requeriría la UE.

Naturalmente, un debate como este está lleno de consideraciones, que juegan a favor y en contra. Desde concretar las formas que podrían adoptar en el futuro las amenazas más verosímiles para la seguridad de Europa; los requerimientos técnicos, operativos y estratégicos que caracterizarían la respuesta de una defensa moderna ante tales amenazas; los ahorros que se podrían obtener a medida que se fuesen eliminando las duplicidades existentes entre los ejércitos de unos países y otros de la UE, al ir pasando de una concepción de la defensa básicamente nacional a otra europea; el grado en que se decidiese –y se pudiese llevar a cabo- desarrollar una industria militar suficientemente autónoma; y así hasta llegar al grado de apoyo social y político que, en sí mismo, pudiera tener el sobreesfuerzo económico de tener unas fuerzas armadas más europeas (y, en nuestro caso, menos españolas).

Ante un abanico tan amplio de variables es muy difícil calcular el coste que tendría, para el bolsillo de los contribuyentes, que la UE se hiciese plenamente cargo de su defensa. Pero, al menos, se ha estimado lo que le supondría que todos sus miembros aumentaran sus presupuestos en esta materia hasta el 2% del PIB, tal como acordaron los miembros de la OTAN en 2014. Según una de estas estimaciones, los países de la UE gastaron en defensa en 2016 un 1,46% del PIB, de media (España, un 0.93% en 2018), lo que en total asciende a 287.000 M€. Llegar a ese 2% del PIB les obligaría gastar 393.000 M€. Un aumento de más de 100.000 millones de euros.

¿Preferirían los europeos mantener sus prestaciones sociales, aunque ello conllevase mantener una dependencia militar (y, por tanto, política) de los Estados Unidos?

No obstante, si se analiza la contribución que han hecho en el pasado los distintos países europeos a la OTAN, se concluye que, salvo Francia y Gran Bretaña, las de los demás han sido bastante menores de lo que habría tenido que ser de no haber estado bajo el paraguas de esa organización y, sobre todo, de Estados Unidos. Si no solo se tratase de llegar al 2% del PIB, sino de gastar lo necesario para no tener que depender del socio americano, probablemente el gasto sería bastante mayor.

El debate, por tanto, es sustancial para el futuro de Europa y gira, básicamente, en torno a dos preguntas: ¿pueden los países de la Unión Europea (y España, en particular) financiar su plena autonomía, en el plano militar, sin reducir significativamente sus prestaciones sociales? ¿Preferirían los europeos mantener sus prestaciones sociales, aunque ello conllevase mantener una dependencia militar (y, por tanto, política) de los Estados Unidos?

6 comentarios

6 Respuestas a “¿Nos conviene que Europa salga de la tutela militar de Estados Unidos?”

  1. EB dice:

    La Unión Europea es una gran mentira y si hay algo que lo prueba es la defensa de la UE. Jamás los estados miembros –cualquiera sean sus gobernantes pero mucho si son los típicos gobernantes europeos de los últimos mil años– renunciarán a una alianza con otro gobierno, sea o no miembro de la UE, para hacer frente a la amenaza de otro estado miembro. Dado que los estados-miembros seguirán siendo tan desiguales como siempre lo han sido por razones históricas (algo que además se evidencia en el alto costo interno que deban pagar para mantenerse como un estado-nación, siendo el caso español el más grotesco), la probabilidad de conflicto entre estados miembros es positiva y no puede ignorarse. DeGaulle lo sabía y lo practicaba, los demás mienten y fingen y no lo practican. Ni la vejez de Europa ya es garantía de menos conflicto porque la mayoría de sus jóvenes no son europeos –peor son anti-europeos— y además los nuevos políticos son más mentirosos e hipócritas que sus predecesores ya que no tienen problema alguno en dejar claro que solo les importa acceder al poder por donde se pueda y gozarlo todo lo que se pueda.

    Respecto a los datos citados en el post, recomiendo estudiar la ley de Goodhart (ver wikipedia en inglés). No solo son falsos porque nadie los podría verificar si quisiera (y nadie es tan idiota para quererlo) sino que además están marcados por las reacciones posteriores para evadir el objetivo.

    Nota aparte. Hoy que tantos argentinos y latinoamericanos lloran porque la gran final River-Boca va a jugarse en Madrid, me pregunto donde están los españoles que lloran por Andalucía cuna de los políticos más podridos de España en los últimos 40 años.

    1. EB dice:

      Gracias Andalucía. Hay algunos que ya están aprendiendo lo que es la democracia:

      https://www.elmundo.es/cronica/2018/12/03/5c057855fdddff8c998b47af.html

      Sí, ahora los Sánchez, los Iglesias y todos los demás que han sido rechazados buscarán formas de aferrarse al poder que todavía tienen, y los demás sufrirán las consecuencias. Pero es cuestión de tiempo como lo prueba lo que está ocurriendo en Francia. Por supuesto, los medios españoles –hoy más podridos que nunca– han optado por mininizar lo que ha estado ocurriendo en Francia. Y que no quepa duda, con Francia revuelta, no hay UE. Y luego de doña Angela –tendrá que irse antes de lo anunciado– Alemania se replanteará seriamente para qué le sirve la UE.

  2. O'farrill dice:

    La cuestión que se plantea por el autor está resumida en el «coste» económico para los europeos de un sistema de defensa propio, contrastándolo con el supuesto (es una falacia) «estado de bienestar» que padecemos.
    Para empezar, una cosa es la prevención de conflictos (política) y otra diferente la existencia real de los mismos y la necesidad de combatirlos (defensa). Si no hay conflictos, no es necesario combatirlos. Dicho de otra forma, si la política es efectiva, no habrá enemigos que nos ataquen.
    Es curioso como siempre el «poder» ha necesitado crear un clima de miedo y de inseguridad en los ciudadanos, para justificar su existencia. Las llamadas «operaciones de falsa bandera» han sido habituales para crear conflictos donde no los hay habitualmente. No es necesario extenderse sobre casos de sobra conocidos.
    Hoy por hoy, mientras la UE no sea una «unidad» política real (un solo gobierno, un solo parlamento y una sola jurisdicción) se dice que no es factible un sistema de defensa común. Puede ser, pero no tiene nada que ver con presupuestos diferentes a los existentes. Más bien podría tener que ver con una industria europea de armamento, cuyo rendimiento económico y social quedase en casa. Los ejércitos actuales y sus dotaciones son más que suficientes para que un supuesto agresor se lo piense dos veces.
    Con respecto a la amenaza islámica, es un tema a debatir en profundidad. Una cosa son los desgraciados atentados que cualquier descerebrado pueda acometer y otra muy diferente pensar en el avance de fuerzas invasoras militares islámicas para la conquista de occidente. Tienen mucho más difícil ponerse de acuerdo entre ellas que avanzar un solo paso fuera de sus territorios.
    Un saludo.

  3. loli dice:

    Del artículo de Manuel deduzco algo en lo que parece que se tiene poca consciencia a nivel ciudadano, la ignorancia, bastante grande, sobre la situación que ocupamos, no ya a nivel de funcionamiento político y social local, sino a nivel macropolítico también.

    Un desinterés, quizás inflado por las situaciones de deterioro del nivel de vida percibido y sufrido desde comienzos de la “crisis económica” sobrevenida (aunque no por ello inesperada, más bien al contrario), que parece arrastra nuestras percepciones ciudadanas y sociales, cada vez más, hacia unos acotamientos estrechos de reflexión y pensamiento centrados en buscar una fórmula mágica para que no se nos deshaga todo entre las manos, aunque sea a base planteamientos, que se ve bien a las claras, no se soportarán en plazos cada vez más cortos de tiempo, mientras el algoritmo implacable del actual “modelo” de Bienestar tutelado, parece avanzar en el contundente despliegue de su lógica.

    Y sin embargo, no solo es que el actual modelo no pueda sostenerse en algunas de sus elementos definitorios, sino que además, aun pudiendo mantener, a base de remedos, y con “alfileres”, durante un poco más de tiempo, algo semejante a lo que se pensaba inamovible, resulta que la amenaza puede llegar de fuera, y resulta, también, que blindarse contra los vaivenes que sacuden el resto del mundo es prácticamente imposible.

    Pero lo que quizás sea más inquietante: que tratar, aunque solo sea, de asegurar en parte una cierta protección que permita una posible estabilidad para recomponer un poco el sistema ya bastante agujereado, requiere inversiones en aspectos que, de algún modo, tienen que sustraerse al mantenimiento de las prebendas o de aquellos que creíamos derechos conquistados e irrenunciables.

    También, y eso me resulta tremendamente paradójico, se me ocurre que la necesidad de protección desde un punto de vista, y entiendo que hoy por hoy tiene que ser así, y por qué no denominarlo por su nombre: militar, requiere…gente, población…joven, que Europa evita desde sus políticas locales.

    Ejércitos que, como viene siendo ya una constante de los países en el primer mundo, son abastecidos con poblaciones foráneas, migrantes, esas mismas que aún llegando a nuestras fronteras como cuentagotas, nos es terriblemente dificultoso admitirlas dentro de ellas, y asumir que el mundo siempre se ha movido, porque los hombres que lo pueblan también lo han hecho.

    Sin nacimientos, sin incentivación hacia la aventura, con una población en caída libre hacia envejecimientos brutales, (y digo brutales, porque el viejo, en esta moderna Europa, es un elemento que se contempla en razón de gasto público, y votos,…y esa visión está llevando a políticas estremecedoras disfrazadas de un supuesto “respeto” a la necesidad-imposición de una “calidad de vida” sometida, parece, a “derechos de autor”, no dejando nada claro quién será el susodicho), nos encontramos, sin embargo, que quien puede defendernos, asegurar un espacio de cierto sosiego para poder recomponernos, tienen que venir de “fuera”, porque, aquí, hemos cerrado las fuentes que favorecen la alegría de los nacimientos, porque aquí, hemos asumido que el nacimiento de un ternero es riqueza, y el de un niño, es sinónimo de empobrecimiento.

    ¿Qué nos está fallando?¿Por qué no somos capaces realizar un análisis global de lo que está ocurriendo, e incorporarlo, como ejercicio ciudadano, con más valor, a nuestro día a día?, ¿Por qué nos da tanto miedo asumir las pequeñas cuotas de verdad que, a pesar de todo y de muchos, se desprenden de los mensajes y de los canales que todo poder, que se precia de serlo, intenta controlar?.

  4. pasmao dice:

    Buenos días

    Una cosa son las necesidades de defensa, otra los gastos de defensa y otra las empresas de defensa.

    Obviamente mientras no se sepa que hay que defender y por qué, las otras dos no se sabe muy bien para que están. Pero conviene tener muy en cuenta esta última, tanto que que en USA son el poder fáctico por naturaleza. Y es quien define el gasto y quien es el enmigo y el amigo, en ese claro ejemplo de poner el carro delante de los bueyes, error que no está cometiendo China, por ejemplo.

    Nosotros tenemos a los separatistas vascos y catalanes, y ellos tienen el «Consorcio Industrial» o cómo se llame, identificado precisamente por un Presidente USA en su discurso de despedida.

    No es algo de entonces (¿los 50?). Busquen «Smedley Butler» en Google. Y no era precisamete una antipatriota USA, o Podemita de entonces, finales de los años 30.

    «He servido durante 30 años y cuatro meses en las unidades más combativas de las Fuerzas Armadas estadounidenses: en los Marines. Tengo el sentimiento de haber actuado durante todo ese tiempo de bandido altamente calificado al servicio de las grandes empresas de Wall Street y sus banqueros.

    «Nos ha ido bastante bien con Luisiana, Florida, Texas, Hawai y California, y el Tío Sam puede tragarse a México y Centroamérica, con Cuba y las islas de las Indias Occidentales como postres y sin intoxicarse».

    En una palabra, he sido un pandillero al servicio del capitalismo. De tal manera, en 1914 afirmé la seguridad de los intereses petroleros en México, Tampico en particular. Contribuí a transformar a Cuba en un país donde la gente del National City Bank podía birlar tranquilamente los beneficios. Participé en la «limpieza» de Nicaragua, de 1902 a 1912, por cuenta de la firma bancaria internacional Brown Brothers Harriman. En 1916, por cuenta de los grandes azucareros estadounidenses, aporté a la República Dominicana la «civilización». En 1923 «enderecé» los asuntos en Honduras en interés de las compañías fruteras estadounidenses. En 1927, en China, afiancé los intereses de la Standard Oil.

    Fui premiado con honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás considero que podría haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como gángster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como Marine, operé en tres continentes. El problema es que cuando el dólar estadounidense gana apenas el 6 por ciento, aquí se ponen impacientes y van al extranjero para ganarse el ciento por ciento. La bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera.»

    de su libro: La guerra es un latrocinio.

    La diferencia con los años 30 era que entonces trabajaba para el S&P de entonces, ahora trabajan directamente para si mismos, las propias empresas empresas de armamento, exhimo ejemplo de integración vertical, con la ventaja añadida de que al hacerse por contratas privadas, que paga el cotribuyente, no está el problema de que los cadáveres se tengan que envolver en bandera alguna.

    Aunque los muertos, y el arrase del territorio .. sigan.

    Respecto a Uropa.. y su defensa. Si creen que dejarnos fuera de la NATO a Ceuta y Melilla, que se arrasara Yugoeslavia o lo que pasa en Ucrania es porque le convenía a Uropa, ustedes (no me refiero a Don Manuel) no tienen ni idea.

    Cómo entretenimento final les dejo este link, para que vean como se quieren y lo bien que se llevan franceses y alemanes y que reflexionen con que se nos ha predido ahí. Aunque al Sr Valls, ése que considera que sólo él sabe donde hay un facha, nos quiera seguir engañando con Uropa, y Rivera siga con su banderita (la de quienes nos traicionado con Gibraltar) con el corazoncito ridículo ese.

    https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/Berlin-pide-a-Paris-ceder-su-lugar-de-Consejo-de-Seguridad-20181128-0135.html

    un cordial saludo

  5. Manu Oquendo dice:

    El acertadísimo, moderado y oportuno artículo así como los estupendos comentarios a los que me adhiero nos plantean quizás el principal problema de naturaleza estratégica que tenemos los ciudadanos de la UE: ¿Es posible «ser algo» si eres una colonia y tus ciudadanos son plenamente conscientes de ello?

    Por ejemplo, todos vemos que nuestros «liderazgos» son los peores que hemos tenido en nuestra historia y que van a peor. Que nuestras «Estrategias» no pasan de ser Acciones Tácticas teledirigidas y cortoplacistas. Como lo son nuestras políticas públicas. Siempre malos paliativos obligatorios financiados con dinero a calderadas y una explotación fiscal brutal. Vean Francia y vean el Silencio Español y el de otros. Tendrá consecuencias.

    Vemos que la cosa no se sostiene y que el sistema de poder, que emana del imperio de modo visible –hasta en sus menores detalles y políticas concretas–, no tiene soluciones. No las tiene.

    En Canadá acaban de detener a la Directora Financiera de Huawei. Se la detiene por una petición de extradición USA relacionada con posibles ventas a Irán de productos con software o patentes USA. Esta situación no es sostenible en un mundo que se proclama «libre» pero al que resulta imposible mantener dicha pretensión bajo un mínimo criterio de lo que es libertad y soberanía ante un imperio que reniega de sus propios tratados cuando le da la gana.

    Cuando las leyes de un Agente, su poder de Coacción y su no adhesión a Tratado Internacional alguno en cuanto deja de interesarle (es la prerrogativa de cualquier imperio) solo es posible en una dictadura global, pero no en una civilización basada en el Derecho y en la Soberanía personal y colectiva.
    ¿Que otros están peor? Ya lo sabemos. Pero esto no es razón para que pasemos a estar como esos otros. Al contrario.

    Lo dejo aquí pero sería la oportunidad de crear grupos multidisciplinares de análisis de la extensión de nuestra dependencia pera a partir de ello ver la viabilidad de plantearse la decisión que nos pregunta D. Manuel. Hoy es imposible como estamos viendo. Brzezinski muchos años antes de morir se aseguró de que no habría «Colusión entre Estados Vasallos».

    Mi opinión es que, como creen muchos militares europeos comenzando por los alemanes, la UE no podrá resistir la confrontación con su realidad colonial y por tanto se irá «disolviendo» entre tensiones muy duras y muy complejas en un momento histórico sin líderes que sean capaces de entender el problema.

    Un momento muy peligroso y que trasciende, de largo, el tiempo de nuestras vidas. Un problema que se va a abordar obligatoriamente pero del cual la ciudadanía no participará. Como de costumbre. Pero no nos engañemos. Este escenario afecta incluso al argumentario implícito en nuestra nacionalismos periféricos. Todos ellos ayudados desde hace décadas por políticas activas de los Virreyes de la UE.

    En fin, enhorabuena al autor y a los comentaristas.

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