Seis consideraciones sobre la invasión rusa de Ucrania

Por más que los servicios de inteligencia norteamericanos lo vinieran avisando, casi nadie se creía que Putin fuera a ordenar el ataque militar de Ucrania. Por eso, cuando el pasado 24 de febrero nos despertamos con una invasión en toda regla, entramos en una especie de shock colectivo del que vamos intentando salir mientras los gobiernos occidentales se aclaran sobre lo que procede hacer, y Putin sigue multiplicando sus amenazas. En este contexto, y aunque no se sepa cómo terminará esta historia, conviene reflexionar sobre las líneas de actuación que deberían inspirar a Occidente para reaccionar a esta crisis. Contribuir a ello en la medida de lo posible es lo que anima las siguientes consideraciones:  

Primera: La invasión militar de un país, sin causa que lo justifique y en el seno de una Europa que había superado ya esta opción, no plantea ninguna duda respecto a qué respuesta dar: Occidente tiene que hacer todo lo que esté en su mano, evitando que el conflicto militar se extienda, para conseguir que esta aventura le cueste tanto al invasor que no le queden ganas de seguir por esta vía.

Es evidente que la invasión está tropezando con muchas más dificultades de lo que había previsto el gobierno ruso. Pero, nadie se imagina a Putin retirando a sus tropas y volviéndose con las manos vacías. Ni él se lo podría permitir ni la concepción geopolítica que tiene la elite rusa para su país lo admitiría. Por tanto, se le considera capaz de hacer lo que sea antes de llegar a ese extremo.

De esto son plenamente conscientes los gobiernos occidentales. Por eso, a medida que pasan los días, y se va viendo que al ejército ruso le sigue costando avanzar y conquistar las principales ciudades, y que los ucranianos están cada vez más dispuestos a resistir, empiezan a surgir opiniones en los círculos oficiales y medios de comunicación sobre la conveniencia de que ambas partes lleguen a un acuerdo que ponga fin a la guerra y les permita “salvar la cara”. Pero, mientras eso sucede, Occidente debe seguir apoyando a Ucrania con armas y debilitando a Rusia con sanciones económicas y aislamiento diplomático.

(…) si en el futuro la UE quiere ser autónoma en el ámbito militar para poder tomar las decisiones más adecuadas a sus intereses, sin estar obligada a someterse a los de EEUU, es necesario que ponga en marcha, de una vez por todas, la creación de un ejército europeo

Segunda: Teniendo en cuenta que la defensa de Europa está en manos de la OTAN y que esta es una organización controlada por EEUU, país cuyas prioridades geoestratégicas miran cada vez más a China y menos a Europa, si en el futuro la UE quiere ser autónoma en el ámbito militar para poder tomar las decisiones más adecuadas a sus intereses, sin estar obligada a someterse a los de EEUU, es necesario que ponga en marcha, de una vez por todas, la creación de un ejército europeo con capacidad para, llegado el caso, hacer frente a un ataque ruso o de cualquier otra procedencia.

Crear un ejército moderno le costará a la UE bastantes años porque, además del esfuerzo económico, hay que unificar armamentos y protocolos de actuación, crear una avanzada industria militar y, sobre todo, poner en pie un gobierno europeo que defina una auténtica política exterior común y una política de defensa que dirija a ese ejército. La UE tiene que hacer este esfuerzo mientras, paralelamente, procede a la revitalización de la OTAN con EEUU, puesto que a corto y medio plazo es el único paraguas defensivo creíble del que dispone.

Tercera: Teniendo en cuenta que la UE importa de Rusia alrededor del 40% del gas que consume, así como el 27% del petróleo y el 46% del carbón, es evidente que en los próximos años la UE debería lograr su autonomía energética y, si eso no fuera del todo posible, al menos diversificar sus fuentes. Es incoherente que, mientras por una parte está imponiendo duras sanciones económicas a Rusia, con el objetivo de dejarla sin fondos, por otra parte, la compra del gas y del petróleo ruso esté sirviendo para financiar su maquinaria militar.

Cuarta: Más allá de los calificativos personales que merezca la actuación de Putin, la opinión pública occidental, y sobre todo la de sus dirigentes políticos y mediáticos, debería evitar caer en la tentación de caricaturizar en extremo la realidad, dividiendo el mundo entre buenos y malos, sobrevalorando las razones de unos y despreciando las de los otros, si de verdad se quiere comprender cómo se ha llegado a este punto.

Respetar el derecho que tiene la ciudadanía a recibir una información tan completa y veraz como sea posible, no significa practicar la equidistancia, sino solo cultivar uno de los pilares de la democracia que es la libertad de opinión.

Por ejemplo, situar todo el problema en que Putin “está loco” o que “no le gusta la democracia” es simplificar en exceso la situación. Hay conocedores de la realidad rusa que dicen con toda claridad que, aunque Putin desapareciera, el problema de Rusia con Ucrania seguiría existiendo, porque tiene unas raíces históricas, sentimentales y geopolíticas que comparte buena parte de la sociedad rusa y, por supuesto, de su clase dirigente.

Respetar el derecho que tiene la ciudadanía a recibir una información tan completa y veraz como sea posible, no significa practicar la equidistancia, sino solo cultivar uno de los pilares de la democracia que es la libertad de opinión.

Quinta: La UE, y por supuesto la OTAN, tendrían que revisar los errores que han cometido en el pasado y que, en parte, explican la decisión de invadir Ucrania, aunque ésta siga siendo del todo injustificable.

En estos días muchos comentaristas han hecho ver la ligereza con la que Occidente se aprovechó de la profunda crisis que atravesó Rusia en los años 90 para ampliar la OTAN con los países antes sometidos a la antigua URSS y así irse acercando a las fronteras rusas. Estos comentaristas se acuerdan ahora de las advertencias que hizo Putin en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007 sobre la amenaza que para la seguridad de Rusia representaba la continua expansión de la OTAN, una organización militar cuya razón de ser era “hacer frente” a Rusia.

En definitiva, conviene reflexionar si realmente las ventajas que aportaba a la defensa de Europa la integración en la OTAN de países como Rumanía, Bulgaria o las repúblicas bálticas, justificaban la mayor percepción de peligro que para Rusia significaba la integración de esos países. ¿De verdad, eran proporcionales esas ventajas con los riesgos que generaban? A este respecto es muy ilustrativo el análisis del coronel José Pardo de Santayana, del IEEE, el think tank del Ministerio de Defensa español, escrito meses antes de la invasión actual, bajo el expresivo título: “¿Por qué a Rusia le interesa tanto Ucrania?”

No es tan difícil entender la sensibilidad rusa ante esta expansión de la OTAN si tenemos en cuenta que esta organización se creó en abril de 1949, apenas 4 años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Una guerra en la que la URSS, antecesora en gran medida de la Rusia actual, tuvo 32 millones de muertos, casi la mitad de los que provocó esa guerra en todo el mundo y un 17% de la población que tenía aquél país cuando empezó.

Para hacernos una idea de lo que eso significa, se estima que la guerra civil española produjo unos 600.000 muertos en una población que, en 1936, tenía 25,7 millones. Es decir, los españoles perdimos un 2,3% de compatriotas en una guerra que nos dejó traumatizados. Por tanto, no es difícil comprender que a los rusos perder, en proporción, más de siete veces esa cifra les tiene que haber dejado muy sensibilizados a cualquier indicio de que la experiencia pueda repetirse. Aunque, por supuesto, eso no les justifique para invadir a un país vecino (que, además, compartió con ellos aquel sufrimiento).

Sexta: Conviene recordar que el embrión de la Unión Europea, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), se constituyó en febrero de 1951 entre Francia, Alemania, Italia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo, países que apenas seis años antes habían terminado, como enemigos irreconciliables, la guerra más cruel y sangrienta que recuerda la humanidad. Sin embargo, pese a la animadversión y desconfianza mutua, aquellos enemigos fueron capaces de establecer en un tiempo récord las bases de un proceso de integración económica que hoy en día es considerado modélico.

Teniendo presente esta experiencia, y aunque es inevitable que, tras este ataque ruso, a corto y medio plazo el rearme y la mutua desconfianza dominen las relaciones entre Rusia y la UE, es conveniente que, poco a poco, se vayan poniendo las bases para un futuro de cooperación e incluso de integración entre ambas partes. En definitiva, lo que fue posible construir seis años después de aquella guerra entre países históricamente enfrentados, debería ser posible entre la UE y Rusia. Porque no tiene ningún sentido concebir el futuro entre estas dos partes únicamente en clave militar y siempre preparando la siguiente guerra. Naturalmente, ello dependerá de cómo termine la agresión a Ucrania, del daño que genere y de que a Rusia no se le ocurra emplear armas biológicas o incluso nucleares.

Pero, mirando a medio y largo plazo, es fundamental que la UE se independice de EEUU y pueda tomar sus propias decisiones estratégicas. Y con esa intención de fondo, y recordando asimismo lo que trajo consigo la humillación que se le impuso a Alemania en 1919, con el Tratado de Versalles, el objetivo no debería ser una derrota aplastante de Rusia, como quizás acaricie EEUU, sino una derrota que permita negociar después un acuerdo que de verdad garantice la seguridad para todos los países europeos, como paso previo para niveles de cooperación progresivamente mayores en el futuro. 

7 comentarios

7 Respuestas a “Seis consideraciones sobre la invasión rusa de Ucrania”

  1. Gracias amigos. Me agrada coincidir suficiente con la exposición de la actual crisis. En la esencia sólo discrepo en el punto que se refiere al rearme europeo. Resulta oneroso dedicar ingentes cantidades monetarias a armamento para el que no se dispone de personal cualificado siendo que hay multitud de necesidades esenciales prioritarias como restaurar la naturaleza y recursos no renovables por otros de nueva generación y creación. Natural y obviamente, para eliminar todo el armamento se requiere de un profundo cambio de paradigma en que se establezca como esencial a la humanidad. Dicho ésto, entiendo que la solución está en la economía. Es decir, la mejor arma definitiva contra la barbarie de cualquier naturaleza es acabar de una vez con la dictadura y tiranía del dinero, como se publicó aquí con el título: «Brotes verdes»…que no dejan ver el bosque http://cort.as/2rsI En esencia se trataría de acordar establecer por los dirigentes del mundo una «Moneda Social Universal» que permitiría la independencia y libertad económica de la humanidad, salvando los valores comunes de libertad y equidad. De este modo, cada ser humano sería su propia fuente de recursos monetarios y riqueza allá donde fuere siendo bien recibidos. Esta nueva moneda se puede integrar perfectamente en el actual modelo económico productivo y los plazos transitorios por parte de todos, y los diferentes sectores productivos económicos. Esta moneda «Social Soberana», sería equivalente en base al tiempo de un año de cada ser humano. Se emitirían para cada persona sin distinción de edad, género…lugar de nacimiento, residencia y discriminación alguna. Va siendo hora que todos los dirigentes se aunen en bien de la humanidad.

  2. Añadir que se empiezan a percibir signos de las prisas por pasar página del incidente de Ucrania y afrontar la profunda crisis existente desde hace décadas…

  3. pasmao dice:

    Buenas tardes Don Manuel

    Se agradece el tono sosegado de su columna. He dejado de leer medios mainstream porque ver a personas con cierto ascendiente social perder los papeles como lo han hecho da vergüenza y pena.

    Por lo visto George F Kennan en su artículo en New York Times el 5/2/1997, «A Fatefull Error» ya alertaba de muchas de las cosas con las que nos hemos sorprendido este 24/2/2022.

    https://www.nytimes.com/1997/02/05/opinion/a-fateful-error.html

    Dicho artículo tiene muro de pago. Pero tengan ustedes la convicción de que si justificara la actitud de occidente en general, en estos últimos años, sería de libre acceso y además estaría traducido a muchos idiomas. Si no lo está es porque nos deja muy mal parados. Recordar que Kennan no fue precisamente una palomita. pero se permitió diferenciar entre lo ruso y lo soviético sin dejarse llevar por fobias personales y su prestigio es/fue incuestionable.

    En resumidas cuentas el artículo dice que si ponemos en el disparadero a Rusia antes o después acabará aliándose con China y entonces si que nos podemos despedir de nuestra hegemonía occidental. Algo que la guerra de Ucrania tiene toda la pinta de haber conseguido.

    Respecto al tema de un ejercito europeo, yo añadiría que continental, que responda a intereses de las potencias continentales y con tecnología propia. Pero si no ha existido ya es porque precisamente su existencia ha sido saboteada desde tiempo atrás por la propia OTAN. Que se lo pregunten a De Gaulle. Por lo que lo veo complicado.

    Conviene recordar que si UK entró en la CEE, contra natura, fue en la idea de que USA tuviera ahí a un socio fiable (para dar por saco si fuera necesario, añado yo) y que si luego se incorporaron muchos países del Este (fuera de toda lógica económica) fue porque antes se habían incorporado a la OTAN con el señuelo de que si lo hacían entrarían también en la UE.

    Y los polacos ahora cumplen el papel que antes tuvo UK en la UE.

    No se cómo acabará todo esto, pero el castigo económico a Rusia es mas un pegarnos un tiro en el pie los europeos, a mayor gloria de los USA, que una manera de reconducir la situación en Ucrania. Donde es de reseñar la ahora famosa frase de «Fuck the European Union» de la Sra. Nuland (USA).

    Les dejo un par de links

    El primero es de Rafael Poch, un ex corresponsal por 35 años de la Vanguardia en Rusia, China, Alemania… que tiene una web que procura informar y no enredar. Tiene artículos de tiempo atrás muy reveladores.

    https://rafaelpoch.com/
    Y el segundo es de un link a un artículo que para algunos supongo que será muy polémico de

    https://elmanifiesto.com/mundo-y-poder/575674285/Las-razones-y-detalles-de-la-guerra-de-Ucrania.html

    de Jackes Baud, un coronel suizo especializado en inteligencia ..

    También se están haciendo buenos análisis en el blog de Fernando del Pino
    https://www.fpcs.es/

    Recemos para que esa guerra acaba cuanto antes y se imponga el sentido común.

    Un cordial saludo

  4. O'farrill dice:

    Hay que volver a los «clásicos» como Bzerzinski, Kissinger o el propio Eisenhoover, para entender el porqué de la situación en Ucrania, al igual que las «primaveras árabes»y las intervenciones USA en el mundo. El fundamentalismo USA (de su clase dirigente) que denunciaba John Galtung, les sigue haciendo creer que están para salvar al mundo (ellos son los buenos) e imponer el modelo propio a los que son diferentes (los malos).
    La captura y colonización cultural y social de Europa hizo posible crear una UE ajena a los europeos y servil a EE.UU. y los intereses de sus élites. Nos convertimos en colonizados política, económica y socialmente. Si somos incapaces de defender nuestra historia y nuestros valores europeos de los que, por cierto, participan Rusia y Ucrania ¿cómo vamos a tener un ejército que responda a ellos? El manido porcentaje del 2% del PIB para defensa lo único que esconde es negocio de la industria militar.
    Sobre el poder de la industria militar en EE.UU. ya advirtió Eisenhoover en su despedida de la presidencia. Una industria que precisa que sus armas se vendan y se utilicen. El destruir primero para ocuparse de construir después (Irak) ya es un clásico y, sobre todo, produce dinero. Lo mismo ocurre con esa filantropía donde habría que delimitar donde termina el altruismo y la generosidad y donde empieza el negocio (ver «L’argent de l’influence» de Ludovic Tournée)desde la 1ª G.M.
    Como muy bien se dice en el artículo, los intereses imperialistas de EE.UU a través de la OTAN, hicieron pensar en una Rusia débil a la que se podían apretar las tuercas. El pulso expansivo hacia el Este de Europa y los países bálticos, ponían a Rusia (no a Putin) en una situación comprometida. El golpe de estado en la plaza del Maidán para deponer al presidente electo Yanukovich pro ruso (no hay que olvidar de donde proviene en el siglo IX la Rusia actual), siempre se ha considerado una operación encubierta de EE.UU. para colocar un gobierno títere (como los que conocemos) que permitiera la expansión de la OTAN a través de la UE, creó una situación de enfrentamiento civil y social inexistente antes en el pueblo ucraniano con sus víctimas anónimas para los medios de comunicación.
    Europa vuelve a equivocarse (se parece al PP) cuando hace seguidismo USA (hace unos días se planteaba en el IEEE por una ponente) con las sanciones y envío de armas que sólo pueden atizar el conflicto y el odio, así como un gol en porteria propia. Europa puede y debe ser ese gran continente de naciones unias por la Historia y la Cultura donde se incluya Rusia (¿porqué no?) con sus enormes recursos que tanta falta nos van a hacer. Europa debe saber qué ha sido, qué es y qué puede ser en un futuro lleno de sombras para la Humanidad.
    Pero para eso hacen falta estadistas de verdad, no lo que tenemos.
    Un saludo.

  5. Manu Oquendo dice:

    Tengo algunos comentarios sobre el artículo pero en este momento solo quiero felicitar al blog por el extraordinario y equilibrado trabajo y a los comentaristas que han sido igual de brillantes.
    Junto a los enlaces y el comentario que ha traído nuestro compañero Pasmao, buenísimos, como el de O’Farrill, recomiendo a los lectores que visiten las anteriores entregas en este blog citadas tras el artículo principal –los llamados «Artículos Relacionados»–y entre ellos el titulado: «¿Nos conviene que Europa salga de la tutela militar de Estados Unidos?».

    Hemos de dedicar tiempo a esta cuestión porque «nos va a afectar mucho más que a Rusia», en palabras de uno de los arquitectos de la expansión de la OTAN después de la caída de la URSS, y va a estar con nosotros, nuestros hijos, nietos y bisnietos como mínimo. Lamentablemente, claro.

    Muchas gracias y buenos días

  6. Mario Sanchez dice:

    Buenos dias,
    no entiendo por que solo se piensa en un conflicto armado. Creo, de verdad, que ni a Rusia ni a Europa, ni a OTAN les importa el pueblo ucraniano.
    Naci en el 83 en Rumania, comunista hasta el 89. En diciembre del 89 en las celebraciones de navidad estaban las profesoras euforicas de alegria, quitando los cuadros de Ceausescu de la pared. No sabian que nos esperaba a todos. Llego la democracia, la libertad y el capitalismo. Pasamos poco a poco de dormir calentitos a pasar mucho frio; de tener alimentos en la mesa a no tenerlos por la inflacion. Llagaron las inversiones de Europa, encontraron una mano de obra muy barata y casi nos matan de hambre;
    No entiendo por que ahora tienen que pasar frio los ucranianos, teniendo energia para calentarse; pasando hambre siendo el granero de Europa. Por que tanto Rusia como Europa quieren sus recursos. Europa los quiere baratos y Rusia venderlo caro, y ellos muertos.
    No me gusta que se construya tanta democracia, modernidad, progreso sobre el sufrimiento de otros. No quiero pagar ni un centimo de mis impuestos para prepararse para la guerra.
    Poneros tambien en el lugar del otro, que no todo vale en el nuevo orden mundial.
    Que tengais un buen fin de semana

  7. Mª del Mar dice:

    Muy buen artículo. Me ha gustado. Sintético y claro. Está por ver si en el orden diplomático y estrictamente político sería una ocasión de oro para tratar de equilibrar el aspecto defensivo y, por tanto, armamentístico con ese aumento de porcentaje que tanto beneficiaría a Estados Unidos o si, por el contrario, desde el boicot económico y desde las sanciones cada vez mayores, sería la ocasión para establecer una nueva reestructuración, un nuevo orden en el que, como dice el autor, se fueran acercando posturas, bien convenidas, paulatinamente y poco a poco desbrozadas en pos de un entendimiento, de una disuasión, no por un entendimiento buenista sino dado el marco natural geográfico en el que se encuentra Europa respecto a Rusia, y debido también a toda esa globalización de la que tanto se nos habla y a la compartimentación de tantas materias primas, la elaboración de industrias, etc. etc.

    Parece que el sentido común lleva en esa dirección, luego los egos, las prepotencias y los individualismos desgraciadamente parecen que gozan de más privilegios y mayor protagonismo. Veremos en qué queda esto.

    Un saludo

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