¿Será necesario un nacionalismo europeo para construir Europa?

En 1870, al poco de haberse completado la unidad italiana, el ministro Massimo D´Azeglio hizo un comentario célebre: “ya tenemos Italia; ahora hay que crear italianos”.

Estamos tan acostumbrados a referenciarnos en nuestras respectivas naciones que nos cuesta contemplar nuestro pasado histórico, y más aún nuestro futuro, abstrayéndonos de esas referencias nacionales

Teniendo en cuenta que gran parte de los Estados nación que hoy existen en Europa se han construido en los últimos 200 años, y que los procesos que siguieron para ello no fueron en absoluto naturales, este comentario se podría haber aplicado en casi todos esos casos. Estamos tan acostumbrados a referenciarnos en nuestras respectivas naciones que nos cuesta contemplar nuestro pasado histórico, y más aún nuestro futuro, abstrayéndonos de esas referencias nacionales.

Cuando observamos el estado actual de la Unión Europea vemos que se sustenta en un conjunto de instituciones y normas que pretenden promover la integración política, empleando la económica como palanca principal. Y, por otra parte, se apoya en un cierto consenso de que el proyecto de construcción de la UE no solo es positivo para evitar las constantes guerras que han jalonado nuestra historia, sino también para afrontar los enormes desafíos que nos presenta el futuro. En otras palabras, que seguramente el coste de que cada nación fuese por libre (el coste de la “no UE”) sería muy superior al coste de ir juntos.

Ahora bien, que sea mejor ir juntos que separados no significa que tengamos la fórmula adecuada para seguir avanzando y culminar con éxito la construcción de la UE. Para ello, habría que plantearse si será suficiente con aumentar la dosis de integración económica, además de transferir más poder de los Estados miembros a las instituciones europeas, o si será necesario añadir algún ingrediente adicional como, por ejemplo, un sentimiento de afectividad y orgullo de pertenencia a Europa similar al que muchos sentimos cuando recorremos nuestros países. Y ya puestos, habría que preguntarse si este sentimiento tendría que ser necesariamente como el que alimenta a los nacionalismos que existen en sus Estados miembro, o si podría encontrarse alguna otra fórmula menos excluyente.

¿Cómo surgieron los nacionalismos y las naciones actuales en Europa? Los estudiosos no acaban de ponerse de acuerdo en cuáles fueron los factores determinantes. El historiador José Álvarez Junco lo ha tratado de explicar en su libro “Dioses útiles. Naciones y nacionalismos”, mediante un breve repaso de las diferentes interpretaciones que se han ido dando a lo largo del siglo XX, así como de su evolución y síntesis.

Se ha debatido mucho sobre la importancia que han tenido, en la conformación de las naciones actuales, factores tales como el idioma, la religión, el pasado histórico, la “raza” o “etnia”, el territorio, la educación, los valores cívicos y/o políticos, la reacción frente a un enemigo común y hasta el servicio militar obligatorio

Hay una gran coincidencia en que una cosa es el Estado y otra la Nación; y mientras el primero es claramente un artificio basado en una serie de instituciones y leyes, hay más dudas y controversias en cuanto al origen de la segunda. Se ha debatido mucho sobre la importancia que han tenido, en la conformación de las naciones actuales, factores tales como el idioma, la religión, el pasado histórico, la “raza” o “etnia”, el territorio, la educación, los valores cívicos y/o políticos, la reacción frente a un enemigo común y hasta el servicio militar obligatorio. Se discute, en definitiva, cuánto de natural y “objetivos” tienen estos factores y cuánto de manipulados desde el poder por una minoría.

Según Álvarez Junco, los estudios modernos sobre naciones y nacionalismos nos llevan a unas conclusiones claras. En sus propias palabras:

 “Pertenecer a una nación no es un rasgo permanente ni esencial a la especie humana. Durante la inmensa mayoría del tiempo pretérito sobre el que poseemos datos, nuestros antecesores han vivido dentro de las más diversas organizaciones políticas (desde las pequeñas unidades tribales hasta los imperios burocráticos centralizados, pasando por el feudalismo, las ciudades-Estado o las monarquías patrimoniales), todas ellas con un rasgo común: que sus fronteras no coincidían con “naciones”, en el sentido actual del término. (…). Las identidades nacionales no son, pues, eternas. No son hechos naturales, objetivos, estables, como los ríos o las montañas, sino construcciones de carácter contingente (…) y han acabado, o acabarán algún día, por desaparecer (pues nada es eterno en la historia, y menos aún las identidades colectivas, contra lo que tienden a creer los creyentes o militantes de cualquiera de ellas). La segunda conclusión que se deduce de estos estudios recientes se relaciona con la artificialidad y la instrumentalización política de las identidades nacionales.”

Dentro de la complejidad que rodea a este asunto, este autor reconoce, sin embargo, una peculiaridad como propia de la nación frente a otras identidades colectivas, y es que su nacimiento se produce en momentos históricos en que se ampliaba la participación popular en el poder. Obviamente, este es un aspecto esencial en el momento actual pues, y volviendo al proyecto de la Unión Europea, es impensable avanzar en su construcción sin solucionar, al mismo tiempo, las aspiraciones de mayor (y mejor) democracia que reclama la ciudadanía.

Desde luego, no parece que hoy en día sea posible crear un sentimiento afectivo de adhesión ciudadana a una Europa políticamente unida recurriendo a muchos de los factores que dieron lugar a los actuales Estados nación. Ni la lengua, ni la religión ni la supuesta homogeneidad étnica, podrían utilizarse ya para estos fines. Ni siquiera podría recurrirse a una determinada versión de la Historia (por mucho que se la manipulase) impartida desde una hipotética educación “europeísta”. Incluso el recurso a una amenaza exterior, tantas veces utilizado en el pasado, tendría hoy suficientes visos de realidad como para surtir el efecto del que hablamos.

Desde luego, no parece que hoy en día sea posible crear un sentimiento afectivo de adhesión ciudadana a una Europa políticamente unida recurriendo a muchos de los factores que dieron lugar a los actuales Estados nación

En mi opinión, tendríamos que asumir dos hechos como punto de partida: por una parte, que el envejecimiento de la población europea, fruto de la caída de la natalidad, unido a una creciente inmigración, nos va a llevar a una sociedad cada vez más multicultural y heterogénea; y, por otra parte, que la revitalización de los sentimientos nacionalistas en el seno de los Estados miembro (debido en parte a lo anterior), es difícilmente compatible con el crecimiento del sentimiento europeísta.

Así pues, ¿será posible desarrollar un sentimiento de adhesión ciudadana a una Europa unida políticamente sobre la base de una mayor democracia y de una sociedad crecientemente multicultural y menos homogénea? ¿Y será posible que, ante tantos desafíos que tenemos por delante, los europeos superemos la tentación de replegarnos hacia nuestros clásicos referentes patrios y estemos dispuestos a avanzar en una relativización de nuestros sentimientos nacionalistas tradicionales?

 

19 comentarios

19 Respuestas a “¿Será necesario un nacionalismo europeo para construir Europa?”

  1. Ligur dice:

    Vaya pregunta Manuel; ¿y tu que crees que haría falta para ello, un nazionalismo o no?

    ¿Orgullo de pertenecer a esta Europa?, para ello ya tenemos a Manolo el del bombo, uno de los mayores exponentes patrios en España en todos los eventos futbolísticos.
    Creo que no es muy bueno estar orgulloso del lugar donde se nace ni de ningún lugar del mundo, y si, de lo que se hace en ese lugar donde se nace o en cualquier lugar del mundo.

    Veo difícil que haya en la mayoría (o minoría) de la ciudadanía europea, un nexo de unión y adhesión a este proyecto europeo por que es falso, por que se construyó desde la mentira por los de siempre.
    Y la mayoría o minoría que si están de acuerdo, suelen estar aborregados, que solo se dejan conducir por los pastores que siempre les han conducido como a ganado.
    Esto ya estaba programado tiempo ah, y ya se sabe, lo que mal empieza, mal acaba.

    Y sobre el porque del descenso de la natalidad, habría que preguntárselo a los que dirigen los designios de los países y a sus cúpulas, los Sres. X, ¿por que interesa que no nazcan humanos en Europa (en particular en España) y si que nazcan más cabezas de ganado?; Porque estos mismos, promueven o consienten el aborto, la prostitución y el embarazo subrogado, cuando en España hay casi 20.000 niños a la espera de ser adoptados.
    Si la pareja que contrata un vientre de alquiler, recibe un niño con deformidad o enfermo, no lo coge. Este niño irá a parar a un orfanato.
    Así están las cosas.
    Y es que eso de dejar la semilla personal en la descendencia, cual macho alfa de cualquier manada, siempre ha tenido y tiene mucho tirón.

    Y en cuanto a las sociedades multiculturales, (suena a panfleto psoe-podemita)
    que convivan en paz y bien avenidas, sin guetos en las ciudades, sin religiones que adoctrinen y no promuevan lo negativo que las mismas tienen, probablemente será, cuando los grupos sanguíneos, sean compatibles todos con todos. (esto me ha venido así de sopetón), no se si será posible en un futuro. Quiero decir, que harto difícil que eso ocurra sin que el ser humano cambie esencialmente.

    Ahora, si crees que es necesario para que esa sociedad multicultural se consolide, pasar por ello como por un sarampión revolucionario …, pues se apuntarán al carro los que se apunten; y pasarán decenios, hasta que los que reniegan de ello palmen (o los palmen) como hicieron los que estuvieron por el desierto del Sinaí dando vueltas durante 40 años para llegar a la tierra prometida solamente los fetén. (no es comparable , pero para que se me entienda).

    Alguien dijo, que la sociedad cambiaría (y por ende, la desaparición de los nazionalismos y todas las corruptelas), cuando la gente tuviera más en cuenta y se encargara del que tienen al lado.
    No nos comportemos como los japos-chinos y demás, que solo piensan en coger-captar por donde van; cuando lo que se tendríamos que hacer es DAR por donde viajamos, intentando emular aunque sea un poco al buen samaritano.

    Si, me gustaría un mundo unido y sin frontera alguna, ni física ni mental. A eso me apunto, aunque para ello yo también tengo que cambiar.

    Saludos

  2. pasmao dice:

    Pues no estoy muy seguro Don Manuel

    ¿Que Europa se iba a construir? (Uropa lo llamo yo, por que es ese imaginario ante el cual el lanar se riende pensando que por el hecho de existir sus problemas, de manera taumaturgica, mágica, todo lse va a arreglar)

    Uropa/europa lleva en una huida adelante ya tiempo. Quizá desde 73, cuando desde USA se obligó a unos UK a entrar y a unos franceses que no querían a esa UK a tragar..

    Patada adelante ante cualqueir problema, en vez de enfrentar, tirando de ampliación de de miembros, de unidad forzada, .. que el «poblema» se disuelva por arte de birlibirloque en unas economías de escala a la medida de unso pocos. Porque hay que competir en un mundo globalizado que previamente esos pocos han promocionado.

    Yo miraría cómo ha evolucionado la composicion del PIB mundial y que parte representan sobre ese PIB los presuntamentes paises demorcráticos (¿OCDE?) .. y cómo esa globalización y himogeinización que se plantean cómo hechos consumados hacen que esas nuevas comundades suprancionales sean mucho menos democráticas que las partes que la componen.

    La «antiholisticidad» democráctica, y perdóneseme el palabro.

    Por otro lado en España, tendríamos que hacernos mirar hasta que punto en un mundo globalizado, donde los aspectos culturales van a pesar tanto, si nos conviene ligar nuestro futuro a una comundiad que desprecia profundamente los hispano, o ibérico.. cuando con los del otro lado del Atlántico tenemos unas afinidades que jamás tendremos al norte de los Pirineos.

    Aunque debiendo, cómo debemos, ese 150% de deuda respecto PIB, lo que queramos decidir aquí sea irrelevante. Pero por favor, que no lo llamen entonces democracia.

    Un cordial saludo

  3. Remedios dice:

    Simplemente los nacionalismos (de cualquier dimensión) son exactamente las antipodas de lo valores que erigieron a Europa. De lo que nació Europa y es su fin mitológico, el nacionalismo es su principal y actual perversión. Unas sociedades enfermas, unos políticos enfermos, y unos ciudadanos enfermos.

  4. O'farrill dice:

    Suscribo en gran parte los comentarios anteriores. Pasé de una cierta confianza en la UE «de los ciudadanos» a una decepción motivada por lo que no es ni una organización política y administrativa común (aquel proyecto de constitución europea que se fue al traste) ni, como es lógico, una nación. Es un extraño «refrito» de intereses donde se concilian cosas positivas como la libre circulación de personas, con otras negativas como las burocracias generadas, la confusión normativa y el hecho de que los gobiernos sigan «haciendo de su capa un sayo».
    Personalmente me siento más ciudadano del mundo y solidario con el resto de las personas que lo pueblan, que «nacionalista», pero no puedo olvidar que no todos comparten este planteamiento, donde la «nación» es el lugar en que se nace, así de simple. Ese lugar tiene una cultura, unas costumbres y tradiciones que se consideran comunes. Pero la convivencia social implica la existencia del «constructo» que llamados «Estado»: una organización política y administrativa basada en el consenso social.
    El problema es que hay «X» que se meten siempre a enredar en algo ajeno y, cuando la gente vive tranquila y feliz, conviviendo en paz incluso con culturas y religiones diferentes, alguien decide que hay que crear conflicto o, como en el caso de Europa, tutelar, colonizar, imponer, etc. otros modelos más acordes con sus intereses.
    De todas formas, una Europa de verdad supondría una potencia con ideas propias y eso no conviene. Sobre todo si se incorpora, como sería natural, Rusia. El gran tablero de juego está diseñado de otra forma y a Europa y los europeos nos han designado el papel de «mandados». Luego, dentro de Europa, España es el «eurovegas» nacional dedicada a eso que llaman turismo pero que no lo es.

  5. Paz dice:

    Las cosas basadas en mentiras no prosperan. Las cosas basadas en la Verdad, aun con dificultades, sobreviven.
    O Europa reconoce y asume su historia y entiende que solo puede seguir si no destruye sus cimientos o desaparecera. Sera otra cosa, no Europa.
    Por la parte que nos toca a España, hariamos bien en retomar nuestras Españas. Para mi si que ha sido un descubrimiento, me ha hecho ver todo desde otra perspectiva, ha puesto patas arriba mi vision del mundo y ha hecho que me cuadraran muchas cosas que antes carecian de sentido.

  6. RBCJ dice:

    Sería necesario pero es imposible. La tendencia va más hacia la división de Europa . Al contrario lo que crecen son nacionalismos minúsculos o con alguna tradición histórica. No es el caso de Europa…hemos estado juntos por la geografía pero muy peleados…porque Asia nos pillaba lejos.
    Quizás cuando todos hablemos un mismo idioma..el inglés..y nos comuniquemos mejor…podamos empezar a pensar en ello.Aunque siempre reconozcamos que nuestra visión es corta y 100 años pasan muy rápido. Veremos.

    1. O'farrill dice:

      Seguimos creyendo en el patrón único, en la uniformidad social y cultural…… de verdad ¿estamos pensando en ser todavía más una colonia americana? Pues ya somos todos «americanos». Al menos en los patrones culturales y sociales. El pluralismo, la diversidad cultural e incluso religiosa, no han sido problema de convivencia en la población civil. Las lenguas son una riqueza que no se puede perder, igual que las ideas o tantas otras cosas que conforman esa diversidad.
      No. No estoy de acuerdo con su eliminación ¡para hablar inglés! solamente. ¿No es mucho mejor tener la posibilidad de aprender libremente de los demás sus lenguas propias, su cultura, sus tradiciones…. Eso enriquece. La uniformidad es «orwelliana». Conmigo que no cuenten.

  7. Manu Oquendo dice:

    Para responder a la pregunta del artículo es fundamental recordar cómo nace la actual UE y cómo hemos llegado a la situación de «estados vasallos» que describe Brzezinski en su obra de 1997 «The Grand Chessboard».

    Recordemos que Z. Brzezinski ya en 1975 estaba al frente de la Trilateral y que desde poco después nunca dejó de estar, en una u otra capacidad, en la poderosísima NSA. La Agencia Estatal de Seguridad Nacional Norteamericana.

    Fue sin duda una de las cinco o seis personalidades más discretamente influyentes en el comportamiento geopolítico del Imperio USA cuyos efectos, buenos y malos, nos conviene no perder de vista.

    Por tanto si en realidad somos «estados vasallos» –«vassal states»–, es imposible construir un sentimiento nacional europeo porque la construcción de un nacionalismo exige un relato mítico creíble por al menos una parte significativa de la población.

    Basta ver el grado de dependencias de todo tipo que tenemos de los deseos de cualquier congresista o embajador USA para ver que el estatus colonial solo sirve como acicate para apreciar la independencia. No sirve para estar orgulloso de él. Recordemos igualmente que, con datos de Eurostat en la mano, los 28 países suspenden su sistema político y judicial. 3.5 y 4.6 sobre 10 respectivamente.

    Una prueba patética de ello es la última ocurrencia de Juncker y de la Comisión: Tras cien años de vendernos los grandes ahorros energéticos de los horarios de verano e invierno ahora les da por otra falacia: mudar de verdad.
    Como ha sucedido con los Diésel y con el Calentamiento Global hoy Reconvertido a toda prisa en «Cambio Climático» y como nos está sucediendo con las Dictaduras de Género implantadas desde la Comisión como instrumento de Ingeniería Social dictado por el Imperio para mejor fragmentar y dominar.

    La vieja receta de la casa de Habsburgo conviene siempre a los emperadores. «Un emperador, muchos mini principados».

    En este sentido tenemos que preguntarnos quién ha promovido y sigue promoviendo la fragmentación de los Estados Nación Europeos rotos internamente por los emergentes «Principaditos». No hace falta ser un lince para ver la mano que mece la cuna y quiénes son sus partidos cooperantes.

    Esta Europa no tiene mucho sentido. Es más, cada ves es más evidente que es inviable y que cada día lo será más. Para pertenecer emocionalmente a algo uno tiene que estar orgulloso de ese algo que, además, debe ofrecer un futuro mejor. Y la UE lo que ofrece es justo lo contrario y por ende sin autonomía y con reducción objetiva de libertades. De momento parece que nos prefieren musulmanes.

    ¿Es otra Europa posible?

    Creo que sin desmontar esta UE no es posible. Entre otras cosas porque cada vez es más claro que no solo es la UE una colonia sino que España es una «subcolonia» de quienes dominan la UE.

    Saludos cordiales
    Es un proceso lento pero que se está acelerando.

    Vean por ejemplo cómo es nuestra dependencia en cuestiones como los sistemas de pago bancarios.

    https://www.youtube.com/watch?v=MhplAyIZ0i0

    https://www.youtube.com/watch?v=2-qfyL9FbYM

    Saludos

    1. Paz dice:

      Muy de acuerdo con usted, sr. Oquendo, excepto en una cosa. El imperio Habsburgo pudo haber creado una Europa significativamente unida de no haber sido por Lutero , que les dio a los principes alemanes la excusa para zafarse de Carlos, al tiempo que robaban las riquezas de la Iglesia y de los catolicos, y buscaron la prolongacion del feudalismo…justo como esta pasando ahora. Pero ahora es el propio «imperio» UE, quien lo promueve

    2. pasmao dice:

      Interesante apunte Manu

      Por otro lado hemos olvidado en nuestros comentarios el componente militar. Por desgracia haría falta una ejercito Uropeo que defendiera los intereses Uropeos (que a saber cuales son). Y no los de terceros.

      Eso nos lleva al tema NATO.

      Y si realmente una Uropa puede existir y pase a ser Europa, mientras exista esa losa llamada NATO.

      Muchos dicen que la CEE/CECA nació para que Alemania y Francia dejaran de peleararse, con 2 GM habá sido mas que suficiente. Yo añadiría que si se promocionó al CECA/CEE fue para dar un músculo económico suficiente a la que había a éste lado del muro, de tal manera que que sus excedentes permitieran tener esos cañones (en la NATO) y mantequilla (toda la cosa «social» asociada a la CEE y sus socialdemocracias), desafiando la paradoja de Samuelson, y enfrentar a la URSS y satélites.

      Que luego nos cuenten la historia de Schuman… pues vale. Para los que siguen creyendo en los regalos de Navidad los traen Santa o los Reyes muy bien. Pero sin otras motivaciones ni CECA, ni CEE y ni leches.

      Ha habido recientes declaraciones de Merkell y Macrón, que si no se han repetido en los medios masivos de forma masiva ha sido por algo, declarando que estaban, digamos que un poco hartos, del tema militar y de cómo USA lo manejaba. Y que si había que aumentar el gasto militar lo harían como ellos estimasen y no cómo USA dijera.

      Interesantes sus links, menos mal que la amenaza viene de los que se pregonan cómo garantes de la seguridad jurídica, la idea desde luego parece diseñada por un Maduro o un Monedero cualquiera, paradojas y sorpresas que nos da la vida. Por otro lado revela la debilidad del atacante. Muy interesante el final de la entrevista de su primer link. Si eso es lo que hay, cuando la tecnología Blockchain está en pleno despegue, no se con que se les ocurrirá amenazar en 2-3 años. Cuando el SWIFT empiece a ser cómo el telex frente al fax.

      El problema de Uropa se llama Francia y Alemania. Y sus egos.

      Por otro lado el traidor de Uropa, desde la Guerra de los 100 años ha sido así, es UK.

      Y el bicho raro España/Portugal. Por nuestra historia aparte y por tener la pontencia cultural (sobre todo España) que tenemos.

      Yo insisto en que España/Portugal podríamos vivir con Uropa, pero no lo necesitaríamos, y sólo en la medida en que la otra Uropa nos ayudara a mantener nuestra posición cultural en América, sin tocar las narices con sus soberbias habituales, podría llevarnos a una realción equilabrada con ellos de la que deviniera poco a poc una mayor integración.

      un muy cordial saludo

  8. Manuel Bautista dice:

    Siento discrepar con buena parte de los comentarios que se han expuesto, porque yo sí creo que el proyecto encarnado por la actual Unión Europea, de construcción de una unión política, merece la pena, y mucho.

    Es más, creo que es el proyecto político más interesante y ambicioso que hay en marcha en este mundo globalizado.
    Lo que pasa es que lucha contra muchos y grandes obstáculos.

    El primero de ellos es su propia novedad: no hay ningún precedente histórico (que yo conozca) en que varios pueblos/países, acostumbrados a competir durísimamente entre sí durante cientos (y quizás miles) de años para hacerse con la hegemonía del mundo conocido, decidan ponerse a construir una soberanía y una estructura política común, intentando superar viejos recelos y desconfianzas.

    El segundo obstáculo es la mediocridad de la propia clase política europea que impulsa este proyecto. Mediocridad intelectual y mediocridad por su falta de ideales y de audacia para llevar a cabo un proyecto de semejante envergadura. ¡No se puede empujar un proyecto gigantesco con líderes enanos!

    Tampoco ayuda en nada, como es evidente, el envejecimiento y conservadurismo de una parte considerable de la población europea, que en cuanto no ven despejado el horizonte (el suyo, naturalmente) por los diversos desafíos que ensombrecen la evolución de nuestra economía, y en cuanto llegan unos cuantos miles de inmigrantes (que, por otra parte, los vamos a necesitar cada vez más), se echan en brazos de todo tipo de populismos simplistas y nacionalismos decimonónicos.

    Para colmo, tenemos una Alemania fuertemente tentada de aprovechar las circunstancias para hacer su proyecto de construir una Europa alemana. Y nadie, o casi nadie, capaz de frenarla.

    Eso, por no hablar de las maniobras que se están evidenciando desde nuestro gran “socio y amigo” norteamericano.

    En fin, la UE puede terminar descarrilando por múltiples motivos. Pero, en mi opinión, si eso llega a suceder, muchos lo sentiremos como una gran oportunidad histórica perdida. Y no creo que, entonces, nos sirva de consuelo y alternativa volvernos a referenciar en esta España, tan desorientada y desmoralizada como la que tenemos hoy en día.

    Sinceramente, si no existiera la Unión Europea, habría que inventarla de nuevo.

    En cualquier caso, agradezco y mucho los comentarios de todos. Un saludo.

  9. pasmao dice:

    Apreciado Manuel

    Yo creo que el principal obstáculo es el segundo que ha puesto. La mediocridad de los mandantes.

    Pero es que no ha sido algo casual.

    Lo primero que que hay que hacerse a la idea es que Uropa se tiene que construir con estados nación fuertes. Los estados nación son las piedras con las que hay que contruir Uropa, para que pase a ser Europa. Si los deshacemos y convertimos en arenilla y guijarros lo que se cosntrulla con ello, por mucho cemento que se eche, no aguantará.

    Y no es casual que haya habido líderes fuertes y no esta pandilla de burócratas idiotas cuando ha sido necesario que existieran. Había un enemigo rojo al otro lado del telón y se necesitaba de una épica (como dice Manu) acompañada de una econmía para contenerlos.

    Tampoco creo que el envejecieminto de la población Uropea haya sido casual, los incentivos para que nuestra pirámide de población sea lo que es han sido muchos, y es mucho mas fácil revertir esos incentivos que dedicarnos a asumir una población que NO se integrará, porque básicamente los incentivos que se le ofrecen son ese vivir del cuento que tanto se han promocionado desde arriba, en vez de integrarse de verdad en una sociedad que quiera tener un futuro.

    Un muy cordial saludo

    1. Manuel Bautista dice:

      Estimado Pasmao,

      Estoy de acuerdo con usted en que la única forma de construir Europa es a partir de Estados fuertes.

      Bien es cierto que, cuando los principales Estados europeos se sienten fuertes, sus dirigentes políticos (económicos, intelectuales, etc.) pueden caer en la tentación de conducir el proceso de construcción europea en beneficio de sus propios países, en lugar de seguir transfiriendo poder y soberanía a Bruselas.

      Y algo de esto creo que está pasando actualmente con Alemania.

      En cuanto a la crisis demográfica y la inmigración, estoy de acuerdo en que todo sería más fácil si se revirtiera la caída de la natalidad y tuviéramos población autóctona suficiente. Pero me da la impresión de que ya no llegamos a tiempo.

      Creo, como usted, que habría que hacer todo lo posible para intentarlo, pero temo que son tantos los palillos que habría que tocar para que las familias de 3 o 4 hijos volvieran a dominar el paisaje de nuestra juventud en este país, que creo que por la vía de los hechos nos estamos yendo al otro escenario: aquél en el que la inmigración irá modificando nuestra composición social.

      Un cordial saludo y muchas gracias por su activa participación en este blog.

      1. pasmao dice:

        Apreciado Manuel

        El problema de los estados fuertes, es que se quieren hacer aún mas fuertes debilitando a los otros, y usando precisamente a Bruselas cómo herramienta. Eso es lo que está desacreditando a al UE, mas que la falta de transferencia de soberanía o el que se haga muy lentamente.

        Bruselas, a jugado mas a ser un catalizador de la política alemana, y ahí entramos en oscuros intereses en los que me parece que no está solo Alemania, que un freno a su expansión. La decisión de ampliación hacia el Éste, a mayor gloria de UK (sólo para fastidiar a Rusia y justificar el ingreso de esos pises en la NATO) y de Alemania (que veía así como los fondos FEDER se irián a hacia su éste y no hacia al suroeste, incrementando de rebote su presencia en esos paises, cuasifronterizos muchos de ellos, y posicionando Berlín en el centro geografico de Uropa, no ha sido neutral.

        Por lo demás es sobre todo la falta de confianza en un futuro cultural común lo que hace que precisamente la tasa de natalidad de las familias que se puedan sentir mas ligadas al sentimiento tradicional en Uropa lo que ha hecho que baje la natalidad.

        Si mi cultura y mis valores no representan nada y no se van a tener en cuenta, porque además a los hijos que tenga me los van a educar otros por decreto, mejor vivo la vida y que a Uropa la rellenen de gente quienes ni saben cómo se originó ni porqué a llegado a ser o que ha sido, total yo seré gusanos y punto pelota.

        Se ha alentado el nihilismo a exprofeso. Pero para revertirlo, y yo creo que aún es posible, hay que reconocer que se ha ido en la direcciñon opuesta, que nos hemos equivocado y que quien dió ese rumbo debe de ser sustituido y sus políticas también, dando las explicaciones suficientes.

        Y eso no mola, porque eso es lo realmente difícil.

        Respecto si vienen mas o menos emigrantes después.. es posible que incluso vienendo mas, si nuestra pirámide de población fuera otra porque nuestra confianza en nosotros mismos fuera otra no representaran ningún problama, y su integración sería muchomas fácil.

        ¿Por que quien se va a integrar en una cultura que se desprecia a si msima hasta el punto de renunciar a tener hijos? Eso no hay africano, árabe, chino que lo entienda; y es mas, jamás se querran integrar en eso. Y cierta razón no les falta.

        Muchas gracias por contestar y un muy cordial saludo

  10. Ligur dice:

    No has contestado Manuel, y si no puede ser factible la verdadera EU que tu crees que tendría que haber sido desde sus orígenes, ¿apoyarías una Unión Europea Nacionalista?.
    Saludos

    1. Manuel Bautista dice:

      Estimado Ligur,

      Aunque, desde un punto de vista intelectual y ético, estoy en contra de los nacionalismos, reconozco que, como casi todo en la vida, este es un tema con muchos grises.

      ¿Llamaríamos “nacionalismos” a los sentimientos de cariño por tu tierra, sus raíces culturales, sus gentes, etc.? Si ese sentimiento no generase animadversión ni exclusión de ningún tipo hacia los “de fuera”, ni impidiese tener sentimientos similares hacia otras tierras y gentes, yo no lo etiquetaría como “nacionalismos”. No sabría cómo llamarlo, pero no nacionalismo.

      Yendo al tema europeo, y contestando a tu pregunta, yo no estaría de acuerdo con un nacionalismo europeo agresivo y excluyente. Pero creo que estamos muy muy lejos de que en Europa brote algo parecido a este nacionalismo.

      En realidad, estamos mucho más cerca del otro extremo: de que los europeos no tengan ningún sentimiento mínimamente afectivo hacia Europa como un todo.

      Reconozco que el término “nacionalismo europeo” que he elegido para el título del artículo es excesivamente provocativo, pero lo que estoy planteando no es crear un nacionalismo europeo, sino algo parecido a un “orgullo de pertenencia”. Y Europa tiene mucho de lo que podamos enorgullecernos.

      Un cordial saludo y gracias por tus comentarios

  11. Ligur dice:

    Gracias Manuel por tu contestación;
    Es evidente que esos sentimientos por un lugar, costumbres, gentes e historia etc.
    no lo llamaría nazionalismo, si nos quedáramos ahí.
    Pero el nazionalismo creciente en toda Europa y el de España en particular, es el preocupante, aunque tu crees que no va a tener mucho recorrido, Dios te oiga.
    Como dije el otro día, creo que es más importante que haces en la tierra donde vives, que el orgullo de pertenecer a ella.

    Saludos

  12. Manu Oquendo dice:

    Supongo que todos los que hemos reaccionado por escrito al artículo de D. Manuel Bautista nos sentimos europeos además de españoles y que lo hacemos con un «nacionalismo» cívico moderado. Es decir, sin imposiciones y desde el respeto a otras identidades.

    Esto es algo que desde luego no practican, en absoluto, los Nacionalismos Exacerbados de las tres provincias vascas y de las provincias de la vieja Tarraconensis Hipanorum. Todo lo contrario: te obligan a adoptar su identidad e, incluso así, eres ciudadano de segunda si no ostentas sus símbolos identitarios comenzando por las raíces familiares. Y la UE mira hacia otro lado y además exige formalmente a los estados «avances constantes» en la implantación de la Babel que medra en el odio. Auditorías constantes de la UE. ¿No saben que Babel fue un Castigo Bíblico?

    Tampoco es muy conocido que la UE rechazó en su día que la Constitución común de Europa reflejase nuestras Raíces Judeo-Cristianas, Griegas y Romanas. En el Tratado de Lisboa –que cocinaron a toda prisa tras los Referendos negativos de Holanda y Francia en 2005– tampoco aparecen estas raíces y sin embargo, al hablar de libertades Religiosas, incluyen junto a las religiones formales conocidas, como si fuera una más, a las «Sociedades Filosóficas», es decir a la Masonería. Pues vaya.
    Sus políticas fiscales, leyes de familia, jurisprudencia y la presión del poder por implantar prácticas abortivas desmesuradas propician sin la menor duda el decrecimiento de la población autóctona mientras se financia con fruición y sin límite el desarrollo familiar de otras culturas en nuestro suelo.
    Es evidente que, simplemente observando los desincentivos a los nativos y los incentivos a los inmigrantes de otras culturas –que no manifiestan la menor intención de integrarse– lo que se busca es la SUSTITUCIÓN a CORTO plaza de una Población por Otra. Lo anunciaron Toynbee y Brecht a mediados del siglo XX y ESTÁ PASANDO:

    En estas condiciones a nadie debe extrañar que el Latín –lengua Común en la primera mitad del Siglo XX para los Doctorados europeos– haya desaparecido del sistema educativo y que se haya incentivado la inclusión obligatoria de «neolenguas» reconstruidas a toda prisa para ser IMPUESTAS OBLIGATORIAMENTE sabiendo que con ello se propiciaría la FRAGMENTACIÓN social y la destrucción de viejas naciones.

    ¿Por qué las Políticas Europeas hacen todo lo posible por destruir lo común y lo único que ha avanzado es la «lengua del imperio»?

    Por otra parte estos mismos grupos e instituciones de la UE nos meten con calzador y en plan directamente faccioso, Ideologías como la de Género cómo si tuviésemos «Ciencia Obligatoria» y la Ciencia pudiera ser falsa si conviene al poder.
    Si Galileo levantara la cabeza vería que poco ha cambiado en esto la mentalidad del Poder Europeo. Hoy se obliga en toda la UE, so pretextos diversos, a una inmersión total de la infancia en dicha ideología llegando algunos países (UK entre ellos) a retirar la Patria Potestad a los padres cristianos que se oponen a ello. De momento con los musulmanes ni se atreven.

    Es decir, vivimos ya de facto en un lugar que comparte muchos rasgos de un TOTALITARISMO que, francamente, no creo que pueda despertar el menor entusiasmo «nacional». Todo lo contrario.

    Por esto creo que, por muy europeos que nos sintamos, y nos sentimos europeos, esta UE ha comenzado muy mal y, si esto no se reconoce y cambia profundamente, yo no veo ninguna razón moral o política que me justifique pertenecer a un entorno que ya ejerce prácticas AUTODESTRUCTIVAS y TOTALITARIAS.

    Lo peor es que esta desafección está creciendo y la Casta que nos lleva en dicha dirección no da señales de corregir el rumbo. Lo siguiente será un crecimiento de lo que, FALSEANDO la VERDAD, llaman «Extremistas Varios».

    Por lo tanto, bajo estas élites totalitarias y destructivas, querido Manuel, prefiero no caminar. Que otros estén peor, no me parece un argumento suficiente para aceptar el «mal menor».

    Hay que cambiar el rumbo –y mucho– para que podamos sentir un mínimo entusiasmo.

    Un saludo cordial y enhorabuena por el artículo y la oportunidad de hablar claro.

  13. Ligur dice:

    Muy deacuerdo con Manu;

    No se puede crear una UE fuerte, justa y representativa para los europeos y para el resto del mundo, cuando entre las filas de quienes la componen (sálvese el que pueda), hay un “atajo” de sinvergüenzas y corruptos, que su único fin, quizá impuesto, es el de obedecer y servir a saber a quien …

    La catadura de los políticos, ciudadanos incluidos de una nación que componen la deseable UE que se quiere construir, están reflejando la UE que tenemos en este momento.
    Saludos

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