Siete desafíos que plantea la robotización

La mayoría de los estudios publicados apuntan a que, cuando la robotización se generalice, el número de los empleos perdidos será muy superior al de los nuevos creados. Lo más lógico, por tanto, es partir de la base de que eso es lo que va a suceder y poner en marcha las medidas adecuadas.

Hay quienes confían en que la evolución demográfica, con la pérdida de población que se augura, nos va a resolver el problema. Pero no parece que los datos avalen esa suposición porque, según el INE, entre el 2017 y el 2029 los españoles en edad de trabajar (16 a 65 años) pasarán de 30,9 a 28,9 millones. Una reducción que quizás ni se note si tenemos en cuenta que solo trabajan 18,4 millones. Por otra parte, la inmigración durante esos años probablemente compense con creces la reducción demográfica prevista.

Así que, si somos realistas deberíamos asumir que el futuro escenario al que nos llevará este proceso de robotización conllevará, probablemente, una reducción neta de empleo considerable. ¿Qué desafíos plantea, entonces, este escenario?

El impacto en las cuentas públicas

Es evidente que si la población ocupada se reduce significativamente, los ingresos públicos disminuirán. Tanto por la caída en la recaudación del IRPF como en la del IVA, puesto que esa reducción afectará también al consumo. Sólo estos dos impuestos aportan el 70% de lo que ingresan las arcas del Estado por vía fiscal. Y, como hemos comentado en otra ocasión, no es fácil suplir con otros impuestos este agujero.

En cuanto a los gastos, también es evidente que quienes pierdan su empleo (y no encuentren otro) tendrán que recibir una ayuda del Estado que les permita subsistir. Da igual que se le llame renta básica, prestación por desempleo o como se quiera, el caso es que eso supondrá un aumento del gasto público.

Todo esto se menciona poco; pero, si se perdiesen muchos puestos de trabajo en términos netos, el agujero en las cuentas públicas puede llegar a ser considerable.

Cambiar el modelo educativo

Para aspirar a que en España se cree el mayor número posible de nuevos empleos como consecuencia de la robotización es necesario que en el mercado laboral haya gente cualificada para desempeñarlos y esto implica que el sistema educativo ha sido capaz de prepararla. El problema es que según diversos estudios, como El futuro de los trabajos del Foro Económico Mundial (2016), el 65% de los niños que estudian Primaria acabarán trabajando en empleos que hoy no existen.

Si eso fuera así, nos encontraríamos con que cualquier plan educativo que quisiera formar a los alumnos para que puedan llegar a acceder a esos empleos, toparía con la dificultad de no saber los perfiles profesionales hacia los que debería apuntar. Así que, más que aumentar las horas escolares de tal o cual materia, lo que habría que hacer es enseñar a los chavales a ser autodidactas, creativos y emprendedores, a saber cómo poner en marcha sus propios proyectos y, en definitiva, a ser capaces de reinventarse profesionalmente cada dos por tres.

Esto está en las antípodas de lo que se enseña en la mayoría de nuestras escuelas y universidades. Por tanto, es necesario que las autoridades y profesionales de este país se pongan en serio a definir e implantar los cambios que requiere el sistema educativo para que contribuya eficazmente al cambio que se avecina.

Una política industrial adecuada

Para que las empresas generen el mayor número posible de empleos al hilo de la robotización es necesario crearles un ambiente favorable, en el que se reduzcan (o eliminen) los obstáculos y se establezcan los incentivos apropiados. Desde los trámites administrativos, la fiscalidad, el acceso a la financiación o al I+D, por decir algo, son muchas las variables en las que las Administraciones Públicas tendrían que actuar.

De todos modos, no es lo mismo que el empleo que se cree proceda de empresas dedicadas al diseño y fabricación de robots, o de las diversas aplicaciones de la inteligencia artificial, que proceda de empresas que compran esos robots o esas aplicaciones para automatizar sus actividades. Obviamente, sin menospreciar lo segundo, a este país le interesa lo primero, porque la calidad de sus empleos es mayor. Y eso es lo que requiere de una política de apoyo especialmente afinada.

Adecuar el marco legal

El pasado 27 de enero, el Parlamento Europeo aprobó un informe destinado a la Comisión en el que apuntaba a esta necesidad. El mayor problema citado es el de la responsabilidad jurídica por los daños que puedan ocasionar los robots. Concretamente dice: “Considerando que, cuanto más autónomos sean los robots, más difícil será considerarlos simples instrumentos en manos de otros agentes (como el fabricante, el operador, el propietario, el usuario, etc.); que esta circunstancia, a su vez, suscita la cuestión de si la normativa general sobre responsabilidad es suficiente o si se requieren normas y principios específicos que aporten claridad sobre la responsabilidad jurídica de los distintos agentes y su responsabilidad por los actos y omisiones de los robots cuya causa no pueda atribuirse a un agente humano concreto, y de si los actos u omisiones de los robots que han causado daños podrían haberse evitado.”

Si el legislador no fuera capaz de elaborar las normas y principios específicos a que se refiere este Informe y optase por generalidades y ambigüedades, sucederá lo que ya se ha comentado en este blog (en el artículo anterior, sin ir más lejos): que tendrán que ser los jueces quienes, según el criterio de cada uno, irán saliendo del paso como puedan, con el riesgo de que acaben creando entre unos y otros un marco legal aún más confuso.

El impacto psicosociológico

Si fuese elevado el número de personas que perdiese su empleo, con muchos años de vida laboral por delante y con dificultad para encontrar otro, ¿cómo les afectaría quedarse fuera del mercado y en situación de precariedad económica? ¿Cómo incidiría eso en el conjunto de la sociedad? Como señalábamos en otro artículo, la pérdida de trabajo con carácter definitivo acarreará graves problemas psicológicos (depresiones, soledad, etc.) a mucha gente, con efectos indudables y perniciosos en sus respectivos entornos.

Un segundo aspecto, también analizado en este artículo, es el de cómo se empleará el tiempo libre por esas personas. No es lo mismo que, por ejemplo, lo dedicasen a su enriquecimiento personal o actividades de solidaridad con los demás, que a aburrirse o a elementalizarse viendo programas de televisión basura. Y tampoco sería lo mismo para el conjunto de la sociedad.

¿Podremos adaptarnos?

La velocidad de este proceso de robotización ¿nos permitirá adaptarnos a los cambios que se produzcan? Sería muy distinto que este proceso durase 8 o 10 años a que se prolongase durante 30 o 40 años. En el primer supuesto casi no habría tiempo para prepararnos, mientras que en el segundo quizás sí. Pero, en cualquier caso, dependería de que el Gobierno (en mayor medida) abordara este asunto en serio y tomase las medidas oportunas cuanto antes.

Los impactos políticos

Si los gobiernos y los principales partidos políticos se mostrasen incapaces de manejar los desafíos mencionados, ¿cómo afectaría a su credibilidad, a la de las propias instituciones, a la estabilidad política y, en definitiva, a la democracia?

Probablemente, muchos de estos cambios serán difíciles de prever y traerán inestabilidad per se. Pero otros serían perfectamente previsibles y se podrían prevenir. Si la sociedad llegase a creer que apenas se ha hecho nada para gestionar adecuadamente este segundo tipo de cambios, porque los partidos no le han prestado la debida atención, el deterioro político sería lógicamente mucho mayor.

Pero tampoco es una responsabilidad exclusiva de los políticos. Las empresas que están protagonizando estos cambios también tendrían que explicar las medidas que, desde su punto de vista, se necesitan. Y los medios de comunicación deberían profundizar mucho más en ello. En definitiva, como tantas veces hemos señalado en este blog, la sociedad civil tendría que desempeñar un papel mucho más activo porque, si las previsiones más pesimistas se hicieran realidad, el cambio podría ser dramático.

22 comentarios

22 Respuestas a “Siete desafíos que plantea la robotización”

  1. Estimado Manuel,

    Me parece interesante, no sólo abordar el impacto de la robotización, sino el hecho de que como sociedad, estamos ya actuando de manera muy mecanizada, automática, o robótica.

    La robotización en un inicio, sería benéficiosa para la humanidad. Nos evitaría los trabajos arduos y peligrosos. Sin embargo, ahora resulta ser una amenaza importante a la calidad de vida y a todo el tejido sociocultural. ¿Porqué?
    Me parece que es porque nos permitirmos ser utilizados como simples herramientas, por parte de nuestras propias creaciones tecnológicas y culturales.

    No hay que olvidar que todos estos impactos negativos de la robotización, vienen a raíz de la ideología de la productividad y de la ideología del capitalismo.
    Realmente, ambas, son ideas/conceptos muy vagos, que tienen que explorarse en profundidad, porque de lo contratio, seremos arrollados por ellas.

    Simplificando, la productividad se basa, en crear más con menos (aproximadamente). ¿Menos que?, Menos de todo lo que se pueda prescindir, incluso, personas.

    ¿pero quién compra, paga? Efectivamente, son las personas quienes lo hacen. Aquí esta una contradicción sistémica.

    Pero la más importante de todas, es la concepción matemática del capitalismo, el cual busca maximizar la tasa de ganancia (%). Cualquiera que sepa algo de matemáticas, investigando un poco, verá que si una ganancia crece en cierto porcentaje proporcional respecto a si mismo (capital), al final tendrá un crecimiento exponencial.

    ¿Cómo van a crecer todos los capitales de las empresas exponencialmente en un mundo finito? Matemáticamente es una contradicción sistémica en si misma. Aquí no estamos hablando de idologías, sino de simples matemáticas de bachillerato.

    Y así podríamos seguir comentando detalles incoherentes en el socialismo, en el anarquismo, etc. ¿entonces qué hacer?

    Es urgente de que como sociedad, nos replantemos el objetivo de la actividad económica, el cual debe ser la mejora del nivel de vida y la preservación del medio ambiente; no el incremento del capital de forma proporcional, año tras año. Ni tampoco la aplicación de una idea abstracta y simplificada de igualdad, etc.

    La robotización es un síntoma importante, pero sólo un síntoma de un entramado más complejo, que parece poco abordado por miedo al rechazo, por desconocimiento o por falta de cuestionamiento hacia la cultura propia.

    Un saludo.

    1. pasmao dice:

      Efectivamente Andrés

      La robotización tiene un fácil camino porque previamente hemos abdicado de nosotros cómo humanos y nos hemos dedicado a imitar a las máquinas hasta el paroxismo.

      Y entre el original y la copia, pues ya se sabe.

      No me refiero sólo a los trabajos tayloristas, esos que ya casi no existen en occidente, se han ido a China, India.. si no a la actitud antiproactiva de muchos.

      La ambición de cualquier «ejpañolito/a» es ser un funcionario que trabaje amparado en protocolos que le inhiban de pensar, de tener criterio, de nada, y cubrir sus horitas y punto pelota. Y eso se contagia al sector privado.

      La palabra proactividad
      https://es.wikipedia.org/wiki/Proactividad
      es invisible para la juventud actual que sólo espera que el Estado les solucione. La actitud frente al trabajo actual es lo que mas está propiciando la robotización de nuestra sociedad. Estamos jugando con sus reglas y en su terreno.

      Pero eso no es lo peor. Lo peor es que al renunciar a nosotros mismos lo que lograremos es que los robots sean los peores posibles, los mas inútiles y los mas brutos. Porque antes nosotros habremos bajado nuestro umbral tanto que sustituirnos será chupao.

      Por supuesto el impacto ambiental no se contabiliza, cómo no se contabiliza cuando hacen sus cálculos estupendos sobre el coche électrico cuando haya que tirar a algún vertedero africano los millones de toneladas en baterías que supondrá su implantación.

      No se contabiliza que a pesar de que sean brutos, poco sofisticados.. los robots serán muy caros y sólo se podrán amortizar si se utilizan en un entorno donde las economías de escala pesen mucho.

      Y esas economías de escala serán una vuelta de tuerca mas en la homogeinización cultural que se nos impone.

      Y todo ello será tutelado por una IA, porque habrá sólo una, no tiene sentido que haya mas, que trabajará con los mismos parámetros que los robots.

      Y el personal dedicado a allanar el camino a esas economías de escala para luego quejarse de que han sido sustituidos (empresarios y empresas incluidas) por robots, IA.. que además nos obligarán a gastarnos la limosna que se repartirá via RBU en lo que se nos diga desde arriba, dado que no habrá dinero físico.

      en fin, es lo que habrá, menos mal que algunos no lo veremos por mucho tiempo. No se nuestros hijos.

      un cordial saludo

      1. Gracias por los comentarios pasmao,

        Me ha calado muy profundo, la última frase. Saber que algo lo verán nuestros hijos y generaciones venideras, me resulta más intenso y doloroso, que si lo viera sólo mediante mis ojos.

        Hay mucha razón en que hemos bajado el umbral. Antiguamente, se le llamaba singularidad, al momento en que la Inteligencia Artificial, superaría a la inteligencia humana. Sin embargo creo que la singularidad es el momento en el que la inteligencia humana es tan escasa, como para considerar que la IA le es superior.

        La inteligencia Artificial, por muy avanzada que sea, siempre será muy limitada en su propia arquitectura, en su propio funcionamiento sistémico inherente.
        La IA, está basada en el conocimiento previo acumulado, por lo que es predictiva, y se basa en reconocimiento de patrones.
        Puede tener mil millones de patrones, pero serán siempre limitados, con una variedad limitada.

        En cambio, la inteligencia humana, además de la cualidad de reconocimiento de patrones, tiene una cualidad sintética. En donde se reconocen nuevas relaciones funcionales entre elementos aparentemente inconexos. Allí radica la creatividad, la originalidad, la flexibilidad de trascender patrones o crear otros radicalmente nuevos.
        Eso es algo que la IA y sus tecnólogos, están a siglos de entender, pues no lo encuentran ni en sus propias mentes.

        Un saludo!

        1. pasmao dice:

          Apreciado Andrés

          El problema se da cuando renunciamos a nuestro factor «competitivo» (perdóneseme la expresión) en favor de las máquinas. Y se de lo que hablo, soy ingeniero.

          Se puede ver muy bien en esa manía que teemos de cuantivilizarlo todo, cómo si lo que no se pudiera cuantivizar no existiera.

          Otra es la renuncia a nuestro mundo espiritual, dudo mucho que las IA se planteen prblemas ontológicos.

          Hay mas, pero simplemente señao estos dos.

          Y las IA y los robots van indisolublemente unidos, aunque algunos no se quieran dar cuenta.

          Añadamos que de los 5 sentidos sólo manejan 2, vista y oido. Se les escapa el olfato, el gusto, y el tacto.

          Y todas esas renuncias para nada.

          Para dejar una amplia y asfaltada carretera para que la globalizacion y ese NOM se nos cualen hasta el paroxismo.

          un cordial saludo

          1. Estimado pasmao,

            Si, entiendo lo del factor competitivo y su medición. Al final, cualquier medición, contempla muchos aspectos, pero necesariamente ignorará otros tantos.

            Y es ahí, en donde la sociedad pierde la perspectiva global sobre las consecuencias de la IA y la robotización. Simplemente actuamos como pasajeros que nos dejamos llevar en el tren. Nos hemos subido y punto, sin cuestionamiento alguno. Erróneamente buscamos sortear las consecuencias y daños, de la mejor manera.

            Casualmente, también soy ingeniero. Más estudio con mucho interés, temas muy diversos desde hace muchos años.

            Si le interesa alguna perspectiva científica, sobre el comportamiento humano, neurología y temas de filosofía práctica, le invito a descargar gratuitamente un libro que escribí hace tiempo. También se puede conseguir en versión de papel.

            El vínculo es el siguiente: http://bit.ly/2rcuape

            Un saludo.

  2. Alicia dice:

    Todos los avances de la Ciencia – y la Tecnología creo que va dentro – han tenido, aun los más dignos de celebrar, sus inconveniente y sus detractores.
    No hay mas que ver los automóviles, que cuando salió el primero se echaron las manos a la cabeza los herreros (entre otros, imagino) porque si desaparecían los coches de caballos qué harían ellos y sin echar cuenta – un poco cortitos – de que más pronto o más tarde estarían encantados de ir en automóvil.
    Los trasplantes de órganos… Que aunque pueda parecer increíble tienen sus detractores o, para no exagerar, tal vez uno solo, o sola, porque soy yo misma. Y es que, si me parece triste que alguien se vea ante el brete de pasar por el trance de elegir entre ver morir a alguien a quien ama o desear la muerte de un desconocido (cuyo nombre se ignora y cuyo rostro no hemos visto nunca, pero desear la muerte, a fin de cuentas), elegir lo segundo me parece terrible y, me atreveré a añadir, inmoral o, como diría un buen católico (que no es mi caso), pecado mortal.
    Claro que, pensándolo bien, es posible que ni el más ferviente católico esté en contra de los trasplantes. Porque, oye, no se sabe qué se puede alguna vez necesitar…
    O eso tan moderno de que quién pone el semen, quién pone el vientre, quién es la madre o el padre biológica o biológico y cuáles a los que les corresponde ser el padre o la madre… que esos no sé cómo se llaman, naturales, legales, oficiales. Bueno, pero que ahí están y los líos que se arman entre todos y las trifulcas que organizan.
    O lo de fabricar unos cuantos embriones, queriendo nada más un hijo/a, para poder elegir el modelo que mejor conjunta con… ― una vez de oí a una periodista, aunque era hablando de adopciones, “con las cortinas” ―. Y todos los demás pues, oye, si no nos hacen falta pues se tiran.
    Y hay muchísimos más ejemplos.
    Pero, al margen de los chascarrillos en los que yo pueda incurrir, no me queda más remedio que reconocer que todo lo que sea avanzar, saber más, es en principio bueno…
    Hiroshima. Antes de Hiroshima las bombas eran mucho más, o mucho menos… Vamos, que daban menos resultao. Ahora creo que las hay inteligentes.
    ¿Pero fue lo malo inventar la bomba atómica o lo malo fue utilizarla?
    Creo, insisto, que en un principio todo descubrimiento es bueno y que puede aportar grandes beneficios a la humanidad. La utilización dependerá de los criterios del “bien” y del “mal” de cada cual.
    Y con los robots pues un poco lo mismo. Acabaremos entre todos pillándoles las vueltas y teniéndolos en el camarote contiguo en los cruceros de vacaciones (niños gratis).
    Y dándoles los buenos días en el ascensor.
    Y contestarán.
    Y una propina cuando nos corten el pelo.
    Y darán las gracias y se la guardarán.

  3. EB dice:

    Una carta con la que estoy 100% de acuerdo:

    Mr. Caleb Woolf

    Mr. Woolf:

    Thanks for your e-mail. Let me answer your question straight away: No, I don’t worry about “technology bringing forth a situation where there no longer are any jobs” for humans.

    If you show me a job, I’ll show you a human want that that job satisfies. The very existence of jobs implies the existence of human wants – human wants that are met by whatever goods and services workers produce for those people who hire them. So if we ever do achieve a condition under which technology eliminates all need for us to work, we’ll have achieved a condition under which the satisfaction of our wants is so complete that none of us will have any need for the help of others.

    I’m confident that we humans will never achieve such a state of complete want-satisfaction – which means that I’m confident that we humans will always have as-yet-unsatisfied wants that can at least potentially be satisfied by employing other humans. But if I’m mistaken and such a state of complete want-satisfaction is in our future, then, yes, there will no longer be jobs for humans. But there will also be no unsatisfied human wants. We – all of us – will be in paradise.

    Sincerely,
    Donald J. Boudreaux
    Professor of Economics
    and
    Martha and Nelson Getchell Chair for the Study of Free Market Capitalism at the Mercatus Center
    George Mason University
    Fairfax, VA 22030

    Ver http://cafehayek.com/2017/07/i-love-my-job.html

    Petición: Por favor, no pongan obstáculos adicionales en nuestro camino al paraíso. Ya hay bastantes obstáculos naturales y artificiales y el costo marginal de nuevos obstáculos es alto. Muchas gracias.

  4. Este proceso de la robotización es imparable por lo que debemos intentar estar en los primeros vagones del tren. Es muy posible que se pierdan empleos netos pero no sólo en España sino a nivel global. Los países que sean capaces de crear tecnología e industria alrededor de esto crearán empleo neto a costa del resto. Esto no es nuevo, es lo de siempre. Por ello la formación es crucial. Debemos actualizarla lo antes posible e impartir materias sobre «emprendimiento» desde el colegio y la formación profesional. ¿Seremos capaces? Nuestros políticos tienen que ponerse las pilas.
    Enhorabuena a Manuel Bautista por el artículo.

  5. Loli dice:

    Hace poco en una entrevista en televisión, el exministro socialista Miguel Sebastian, explicaba cómo, a raíz de la entrada de nuestro país en el euro, y de la bajada de tipos de interés del fue acompañado, la política de los Gobiernos de entonces fue aprovechar esta situación para pedir préstamos.

    Se produjo, entonces, un aumento de deuda pública hasta niveles abrumadores.

    Aquello fue uno de los factores que contribuyeron a la posterior y mantenida crisis que se sufre actualmente.

    Sin embargo, algo similar parece que se quiere realizar ahora, ante la “dudosa perspectiva de una relativa recuperación económica”, propagada a bombo y platillo por nuestros dirigentes, y que no contempla en esa “buena noticia” la bajada de salarios, los empleos precarios, y las falsas reducciones de jornada que terminan siendo jornadas más que completas a precios irrisorios.

    Parecen, también, no querer contemplar que todo ello trae consigo una importante pérdida de poder adquisitivo, en un sociedad de “consumo”, donde, además la educación y los cimientos de convivencia se han hecho basar en esa tendencia, y se relaciona bienestar y felicidad con uso y posesión, no con conocimiento de lo que se “usa”, y menos aún con el acceso a la cultura, o al arte.

    Así la mejoría de que se “alardea”, viene, en el fondo, traída de la mano de un nuevo y tremendo endeudamiento público externo al parecer también “bestial”, y del que no se nos informa, en general, a la ciudadanía, (tampoco es que esa ciudadanía pregunte mucho al respecto, la verdad).

    Por otro lado, ni siquiera esos préstamos, ni una parte, parece estarse empleando en políticas que puedan irse anticipando a las consecuencias de la inminente robotización en el empleo.

    Al revés, para que lo que sí que existe, por parte de la mayor parte de la clase política, es un empeño en que esos impactos que se van a producir, no sean conocidos por la opinión pública.

    De este modo, se crean empleos sin finalidad productiva, pero sí controladora y fiscalizadora ¿por qué esta tendencia?.

    No se utiliza el capital que llega de la emisión de deuda pública en políticas que consistan en ir adaptando a la sociedad a una nueva manera de organización, de funcionamiento…y a un cambio fundamental de objetivos.

    Es como sí el trabajar para el consumo fuera el cénit de nuestras posibilidades como sociedad, y por consiguiente parece que se nos vende que el concepto de “trabajo” deba seguir en esa dirección, para “realizarnos” como …¿qué?.

    El mercado no mira que las personas “crezcan” y se “desplieguen” como tales a través de la producción.

    La abstracción pura y dura de este concepto es el que, finalmente, manda en las gentes y en los pueblos.

    Sin embargo, la robotización, que parece ser también una consecuencia del desarrollo frío y calculador del concepto “mercado”, se impone como consecuencia lógica del mismo, y a la vez proporciona, a lo mejor sin quererlo, la posibilidad de replantearnos nuestro modelo de sociedad, y buscar elementos de “realización” que estén más en consonancia con nuestra verdadero desarrollo como personas.

    Es una oportunidad para la reflexión y para que vean la luz nuevas maneras de enfocar las relaciones y los objetivos de las sociedades….., a la vez que una necesidad imperiosa, pues los escenarios en los que habíamos basado nuestro “bienestar” y la vida “ideal”, están empezando a desaparecer….si alguna vez estuvieron vigentes.

  6. Juande dice:

    Hola, Manuel

    La robotización es una parte vital muy importante en nuestra evolución como especie.
    Los problemas vienen del modo de implantarla (a través de un salvaje capitalismo); del rechazo al cambio; de la falta de conocimiento sobre el tema; de la falta de cultura social sobre nuestro propio futuro; de la politización y comercialización de la educación; etc., etc.

    En este artículo, me quedo también con las palabras en el comentario de Andrés, con referencia: Andres Andres 6 Julio, 2017 at 8:28 #

    Dice así el compañero Andrés:

    “Es urgente de que como sociedad, nos replantemos el objetivo de la actividad económica, el cual debe ser la mejora del nivel de vida y la preservación del medio ambiente; no el incremento del capital de forma proporcional, año tras año.”

    Creo que ahí se encuentra gran parte sustancial en la solución de los mayores problemas que tenemos en la sociedad actual.

    Gracias. No conocía este foro y me ha gustado.

    Un saludo.

  7. Manu Oquendo dice:

    No son horas de entrar en estos asuntos pero la carta que trae nuestro colega EB de dos profesores de un Centro de Estudios dedicado al avance del Capitalismo y del Mercado Libre olvida, como tantos economistas políticos, la definición física del trabajo.

    Trabajo es igual a fuerza por desplazamiento.
    En la determinación del «Desplazamiento» es crucial el Coseno de Alfa. Es decir hay desplazamiento cero y desplazamiento negativo.

    Recuerden los lectores que la función coseno oscila entre 1 y -1 pasando, naturalmente, por el Cero.

    Por lo tanto hay trabajo que no solo no cumple ninguna necesidad humana sino que destruye lo construido por otros.

    Y ello por no hablar de las necesidades humanas que no son tales.
    Una parte de esto son costes incurridos por el sector público que resultan entrópicos y destructivos.
    En general los defensores del sistema económico vigente no andan muy lucidos. Vamos, que necesitan mejorar.

    Cómo será la cosa que para explicarnos que todo está bien –incluso cuando nosotros estamos peor– es que……….»bueno, vale, pero hay mil millones de chinos que están mejor». Evidente.

    Sobre el tema general deberíamos reflexionar acerca del motor de la robótica. Especialización, maquinismo, etc.

    ¿Por qué nacen las máquinas en general y los robots en particular?

    Una de las razones importantes es que el «factor trabajo humano» en nuestro modo de producción suele ser un incordio debido a las leyes que dictan cómo debe ser, cómo debe ser pagado, regulado, etc.

    Y, claro, nadie hace lo mismo con las máquinas.

    Es un poco como lo de los Taxistas y Uber. Si Uber tuviera que competir en las condiciones y en la fiscalidad que exigimos de los taxistas seguro que no era negocio.

    En la vida lo difícil de verdad es mantener el equilibrio sin caernos. Solemos irnos instintivamente a los extremos.

    Tiendo a creer que la globalización entra en un ciclo de retroceso y muy probable reversión.
    Un Ciclo que era ya perceptible hace unos años cuando se pensaba a fondo en las dinámicas y sus efectos en la realidad. Rodrik, Reinert, Harold James y muchos otros se mostraban inquietos.

    En opinión del gobierno chino (China Daily) una de las razones de la histeria sobre el clima es la pretensión europea de «dictar la división Internacional del Trabajo».
    Es decir, hacer de barrera a sus mercados para productos construidos con tecnologías alternativas a la ortodoxa según la define la UE.

    Otra sería sustentar una divisa en la cual se comercia con el Gas de la Vida (el pobre CO2). China exigía que el Remimbi fuese una moneda con los mismos privilegios. En otras palabras, «yo también quiero un trozo».

    Hay muchas otras por el estilo.

    En este momento nuestro mayor problema es el Poder.

    Esta semana he pagado a robots en varios peajes. La concesionaria del servicio público ha eliminado todos los empleos hace ya como poco tres años y han seguido subiendo las tarifas.

    Esto no es culpa de la concesionaria. Es otra cosa.

    1. EB dice:

      Hola Manu, ojalá tenga la paciencia para leer mis comentarios críticos de sus ideas. Para empezar, en el análisis económico el concepto de trabajo se refiere a la decisión individual sobre el uso del tiempo entendido como recurso escaso, lo que no implica desconocer la perspectiva de la física sobre el trabajo (sin embargo, los pocos economistas que se atrevieron a centrarse en esta perspectiva no tuvieron éxito). El hecho de las decisiones de los adultos sobre el uso de su tiempo se de principalmente en un contexto familiar se refleja en las grandes contribuciones al análisis económico a partir de la investigación inicial de Gary Becker (vea https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4439835/ ). Usted como lector de NeG sabe bien que nada es gratis y eso es porque siempre debemos sacrificar algo para conseguir lo que queremos. Cuando sacrificamos parte de nuestro tiempo hablamos de trabajo y para una humanidad que aprendió pronto el valor del intercambio eso implica trabajo para otros para satisfacer nuestros deseos, como muy bien dice Don Boudreaux en su carta.

      Sí, yo celebro cualquier cosa que reemplace trabajo humano para satisfacer nuestros deseos. Ojalá que nuestra imaginación y creatividad permita acelerar ese reemplazo. Usted parece argumentar que muchos dedican parte de su tiempo para satisfacer sus deseos pero usando coerción y que por lo tanto su trabajo no debe celebrarse. Sí, usted tiene razón, pero los únicos economistas que conozco que sí lo celebran son aquellos que promueven una mayor intervención de los gobiernos, es decir, que recurren al poder coercitivo de los gobiernos, por lo menos en la medida en que abusan de este poder. Además, usted cuestiona nuestros deseos porque serían simples excusas para que los gobiernos abusen de ese poder. Sí, todos recurrimos a excusas para ocultar nuestros verdaderos deseos, pero sólo aquellos con poder coercitivo pueden usarlas para satisfacer sus deseos personales.

      Nada de lo anterior implica una defensa del sistema vigente. Sólo intenta aportar a entender qué pasa y ojalá también a mejorar nuestras especulaciones sobre lo que podría pasar y sobre cómo podría mejorarse. El hecho de que no pueda explicar bien todo lo que pasa no es suficiente para rechazar el análisis económico, mucho más cuando uno mira las alternativas –y si me fijo en las alternativas que se presentan en este blog, no se extrañe que me reafirme en la utilidad del análisis económico.

      1. EB dice:

        Manu, usted termina el punto anterior sobre los economistas diciendo que pretenden consolar diciendo que mil millones de chinos están mejor. Sí algunos países están peor y otros mejor en relación a 10 o 20 o 30 años atrás. Afirmaciones como esa no ayudan en nada, pero lo cierto es que algunos están mejor y otros peor. El asunto es por qué y sobre esto podemos discutir largamente. En algunos casos es clarísimo por qué están peor (por ejemplo, Cuba y Venezuela) y en otros mejor (China, India, Vietnam), pero en muchos no está claro si están peor o mejor y por qué estamos confundidos. Por ejemplo, la variedad de experiencias que uno puede observar entre los países de la UE debiera llamar la atención sobre las diferencias en las políticas que los gobiernos nacionales han seguido por décadas a pesar de ser parte de una unión que pretendía la convergencia hacia políticas comunes (lo mismo puede decirse en relación a EEUU por las diferencias en políticas y experiencias a nivel de sus 50 estados). Uno puede reclamar a los economistas su poca disposición a considerar seriamente la política y el gobierno en el análisis económico, pero este reclamo sólo deja en evidencia lo poco que los politólogos pueden aportar. Peor, este vacío lo intentan ocupar charlatanes en los medios masivos tradicionales y también en los nuevos.

        Nota. Hoy JFV cuelga un post en NeG basado en una investigación conjunta con Tano Santos donde pretenden explicar cambios estructurales en la oferta política de cada país como respuesta a la crisis en tiempos del euro. No he revisado en detalle el documento de investigación y por ahora me reservo mi opinión.

      2. EB dice:

        Manu, luego usted salta al cambio tecnológico y nos dice que la preferencia por las máquinas se debe a las regulaciones del trabajo humano. Yo creo que las preferencias por recurrir a animales y máquinas en lugar de humanos se ha debido siempre a la intención de reducir el costo de lograr un determinado nivel de bienestar, y esta reducción necesaria y felizmente implica un menor uso de trabajo humano (esto último jamás debe interpretarse como que uno está a favor de imponer una jornada laboral de 30 minutos diarios, un día por semana, una semana por mes y un mes por año). Sin duda, en los últimos 100 años ha habido una protección creciente al trabajo dependiente y un rechazo creciente al trabajo independiente, lo que ha aumentado mucho el costo relativo del trabajo humano aunque no necesariamente el ingreso monetario neto de impuestos y contribuciones que se recibe por este trabajo. En todo caso, me parece necesario distinguir entre ambos tipos de trabajo. Sí, una mayoría absoluta se desempeña como trabajador dependiente y sus sindicatos son importantes, pero no puede ignorarse que la protección extrema de estos trabajadores ha implicado altas tasas de desempleo entre los adultos jóvenes. Tan importante como esa protección es el rechazo al trabajo independiente a través de todo tipo de requisitos para entrar en una actividad y ejercerla. Sí, bien se puede decir que en las economías más avanzadas se está dando una “guerra contra el trabajo”. Uno puede reclamar a muchos economistas (no a todos) su complicidad con los políticos y grupos de intereses varios por dar esa guerra. Algunos economistas, sin embargo, todavía insisten en reformas profundas para promover la producción y el empleo pero todo hace suponer que no tendrán éxito. Hoy la defensa del estatus quo está en manos de hipócritas que se disfrazan de moralistas y protectores pero sin coraje para enfrentar a quienes consiguieron privilegios (sí, los taxistas compraron sus privilegios, como antes algunos compraban títulos de nobleza) o peor con coraje para venderse a los privilegiados.

        Nueva evidencia: el retorno de las cabras. Leer https://mishtalk.com/2017/07/10/public-union-files-grievance-against-poison-ivy-eating-goats-for-stealing-jobs/

        1. EB dice:

          Manu, en relación al último comentario acabo de leer este artículo de D. McCloskey recién publicado

          http://reason.com/archives/2017/07/11/the-myth-of-technological-unem

    2. EB dice:

      Hola Manu, usted luego se lamenta de que nos vamos instintivamente a los extremos. No. Mi experiencia personal en muchas actividades es que las partes en conflictos sobre valores y conocimientos raramente llegan a la violencia. Sí, algunos me dirán ¿y las cruzadas? Mi respuesta es que los profundos conflictos aparentemente religiosos que degeneran en violencia se deben a que por lo menos una de las partes está vinculada a un gobierno (recuérdese que el Papa era jefe de gobierno). Por cierto, esa idea vale hoy tanto como antes. Los conflictos que amenazan con degenerar en violencia son (a) aquellos en que ambas partes pretenden algo que sólo una puede tener —por ejemplo, un territorio, o una persona— pero los conflictos por intereses generalmente se resuelven por medios pacíficos porque las partes pueden compensarse con dinero; y (b) aquellos en que las partes se extorsionan mutuamente (es decir, cada una amenaza a la otra si no cumple con alguna condición y ambas amenazas son creíbles). Vivimos tiempos difíciles porque muchos hacen ruido para agravar conflictos para beneficio personal —algo que siempre han hecho los grupos “revolucionarios” que amenazan el estatus quo y también los grupos “paramilitares” que defienden el estatus quo. Ya me he referido a lo que está ocurriendo en EEUU donde la oposición a Trump —presidente elegido de acuerdo con la Constitución— pretende crear condiciones para un “golpe de estado” porque perdió y quizás siga perdiendo (aquí en Chile se está dando la situación inversa: la fracasada coalición gobernante parece condenada a perder la elección de noviembre/diciembre pero hará “lo imposible” para que eso no ocurra).

      Pero supongamos que usted se refiere sólo a la manipulación de masas propensas a pasar de un extremo al otro. Sí, todos hemos visto por lo menos una vez espectáculos en que primero se aplaude a rabiar y luego se pifia fuerte a alguien, o viceversa, o espectáculos en que la indignación da lugar al linchamiento para luego pasar fácil al arrepentimiento, o viceversa. Sí, esas manipulaciones ocurren, pero no son frecuentes porque los casos conocidos se habrían dado en contextos “muy emotivos”. Difícilmente eso pasa en un contexto académico o en reuniones de comités, donde los cambios son más lentos porque responden a argumentos y evidencia que requiere tiempo en ser apreciados.

      Lo anterior es sólo una introducción a su sospecha de que la globalización se ha frenado pero más importante que se estaría revirtiendo.

      1. EB dice:

        ¿Qué está pasando con la globalización? A mi juicio hay tres formas de describir la globalización de los últimos 30 años —inclusión de países; integración de mercados; y proliferación de acuerdos multilaterales de cooperación en actividades específicas. La inclusión de nuevos países en la economía mundial de principios de los años 80 es consecuencia directa del fracaso del comunismo y el socialismo (hoy por lo menos el 80% de la población mundial vive en países incluidos en la economía mundial, pero más importante esa inclusión implicó duplicar la población de la economía mundial globalizada y cuando se habla de shock el punto crítico es esa duplicación). La integración de mercados se refiere primero a la extensión de esa integración a bienes intermedios y finales hasta niveles comparables a los alcanzados mucho tiempo atrás en “commodities” y segundo a la expansión de los mercados financieros hasta niveles jamás sospechados antes de 1970 (yo lo atribuyo primero y ante todo al extraordinario aumento del ahorro a nivel mundial, pero como se vio luego de 1973 también hay otros factores). La proliferación de acuerdos multilaterales se refiere a los acuerdos poco conocidos en que dos o más países sin mucho ruido deciden cooperar para establecer procedimientos, infraestructuras o servicios que faciliten las transacciones internacionales y protejan los intereses de sus nacionales en esas transacciones.

        Si bien la primera descripción de la globalización se ha frenado (pasar del 40 al 80% de la población mundial en 30 años fue extraordinario, pero llegar a 99% será un milagro), no me cabe duda de que en gran medida la desaceleración en la integración de mercados y la proliferación de acuerdos multilaterales se debe al ajuste político a la inclusión de nuevos países (o si se prefiere al nuevo orden internacional asociado con esa inclusión). Por cierto, este ajuste político está lejos de haberse terminado —lo que nos dificulta entenderlo— y más importante ha estado condicionado por otros factores, en particular por la rebelión de grupos “revolucionarios” que usan el Islam como excusa para conseguir el poder político en cualquier lugar.

        Explícitamente no incluyo a las migraciones entre países como parte de la globalización porque la integración de los mercados laborales está condicionada por la existencia de estados-nación en una medida que varía mucho entre países (fíjese que en los últimos 30 años la mayor migración de la historia de la humanidad ha pasado casi desapercibida —sí, me refiero a los cientos de millones de chinos que emigraron del campo a la ciudad— porque ha estado ocurriendo dentro de las fronteras de un estado-nación). Sí, a muchos economistas les gusta decir que las migraciones y la libre movilidad del trabajo son elementos esenciales de la globalización, pero yo discrepo de esa posición porque reconozco que históricamente el orden político mundial basado en estados-nación es un obstáculo enorme para las migraciones y la integración de los mercados laborales.

        Por lo tanto, si usted quiso decir que nos pasaremos del extremo de la globalización al extremo del nacionalismo, yo discrepo profundamente. No está ocurriendo, y más importante no ocurrirá porque cualquier gobierno —comenzando por el gobierno chino— sabe que el bienestar económico logrado por sus poblaciones caería mucho, muchísimo, y estaría arriesgando sus intereses. El circo de los políticos nos entretiene pero ya es demasiado tarde para que vuelvan atrás. Esto, sin embargo, puede cambiar si las amenazas “externas” a la economía global (comenzando por las amenazas de los grupos que usan el Islam como excusa para acceder al poder en territorios que primero deben conquistar) se agravan a niveles que hoy parecen imposibles.

        1. EB dice:

          Para completar mi respuesta a su comentario sobre la globalización, ahora me refiero al último documento de investigación circulado por Dani Rodrik, uno de los economistas de su preferencia (no le quepa duda, no está en mi lista):

          https://drodrik.scholar.harvard.edu/files/dani-rodrik/files/populism_and_the_economics_of_globalization.pdf

          En pocas palabras, Rodrik sostiene que (1) tanto la historia como la teoría económica implicaban que en algún momento la globalización llevaría a un rebrote del populismo político, (2) ya hemos observado ese rebrote y se ha dado en dos variedades con preferencias geográficas claras, la variedad de derecha en Europa y EEUU-Trump y la de izquierda en Latinoamérica y EEUU-Sanders, y (3) esa distribución geográfica del populismo se explica por diferencias en los efectos de la globalización (Rodrik habla de tipos diferentes de shocks de la globalización).

          Ya en 1997, Rodrik se preguntaba si la globalización había ido muy lejos apuntando a las tensiones internas de algunos países (ver su Has Globalization Gone Too Far?). Pero quienes conocemos sus investigaciones anteriores a 1997, sabemos que siempre ha rechazado los procesos de liberalización del comercio porque generan tensiones sociales difíciles de manejar por los gobiernos pero en especial porque él está a favor de la intervención estatal, no importa cómo disfrace su preferencia. Por eso no debe sorprender que Rodrik haya estado repitiendo las mismas ideas por más de 30 años. Luego de la liberalización del comercio en algunos países en desarrollo, Rodrik se centró en la globalización y su publicación de 1997 ya aceptaba —en nota de pie de página— que habría una reacción política contra la globalización. Yo he vivido esas tensiones en Argentina y otros países por más de 60 años y no necesito relacionarlas con la liberalización o la globalización porque pronto aprendí que en los estados-nación pequeños (es decir, todos menos los 10 más grandes) la autosuficiencia es imposible y por lo tanto los gobiernos deben decidir y gestionar cómo insertar su país en la economía mundial (sea global o no). El problema es que esta inserción —sea limitada y controlada, o en el otro extremo sea inclusiva— siempre está condicionada por los vaivenes de la economía mundial y más importante por los vaivenes de la política interna (el ejemplo de Argentina luego de la SGM es clarísimo y concluyente, debiendo recordarse que hacia 1930 para algunos economistas Argentina estaba por sobre Canadá y Australia en inclusión en la limitada economía global de ese tiempo). Si bien la política y el gobierno de un estado-nación responden a los vaivenes de la economía mundial, las políticas económicas cambian en respuesta a fuerzas internas aunque no haya habido vaivén alguno en la economía mundial. El análisis de la política y el gobierno no puede limitarse a hipótesis simplistas sobre las respuestas a esos vaivenes. Ese análisis requiere extender los modelos teóricos del análisis económico para incluir las interacciones de los agentes privados con políticos, gobernantes y burócratas, pero esta extensión hasta ahora no está disponible y la investigación de Rodrik nada aporta a lograrlo.

          El nuevo documento de Rodrik incorpora al populismo para sumarse a la moda del momento. Pero Rodrik se saca fácilmente de encima la definición de populismo político: cuando nace una nueva fuerza política dentro o fuera de las fuerzas existentes eso es populismo.Y luego pretende distinguir entre un populismo de derecha y otro de izquierda en base a etiquetas puestas por otros pero sin dejar claro un criterio. La referencia al populismo nada agrega a lo que ha venido insistiendo por 20 años sobre la globalización. Uno habría esperado que a esta altura Rodrik hubiera propuesto una explicación del gran shock de la globalización —esto es, la duplicación de la economía global por la inclusión de China y otros países que salieron del comunismo y el socialismo— y que por lo menos hubiera especulado sobre lo que habría pasado si China, India y URSS (para nombrar los tres países de mayor tamaño absoluto) hubieran liberalizado sus economías pero sólo internamente, esto es, protegiendo a la producción nacional de la competencia externa. Mejor todavía, si hubiera especulado sobre lo que habría pasado si EEUU y demás países de la OECD hubieran rechazado la inclusión de China, India y URSS en la economía global, o si EEUU y demás países de la OECD hubieran optado por políticas que facilitaran el ajuste de sus estructuras productivas a esa inclusión. Esas especulaciones requieren tener bien claro cómo funcionan la política y el gobierno en todos los países involucrados, y por eso uno insiste en que políticos, gobernantes y burócratas deben ser considerados actores principales de lo que ha estado ocurriendo.

          La última sección del documento de investigación deja bien claro que Rodrik no tiene nada nuevo que decir. Aunque uno pueda estar de acuerdo en que “In a world divided politically, markets face strong centrifugal forces as well.” (o dicho de otra manera “en un mundo dividido en estados-nación, las fuerzas que dificultan la centralización del poder coercitivo legítimo en una única organización también dificultan la integración de los mercados nacionales en un mercado global”), esa división en estados-nación puede continuar indefinidamente y por lo tanto su última línea (Today the big challenge facing policy makers is to rebalance globalization so to maintain a reasonably open world economy while curbing its excesses.) es sólo un simple saludo de despedida.

          No es difícil criticar a Rodrik porque sabemos poco e insistimos en fingir que sabemos más de lo que realmente sabemos. Pero también es cierto que usamos mal lo poco que sabemos. Por mucho que el análisis económico pueda ayudarnos a entender la globalización de los últimos 30 años, todavía estamos lejos de una explicación clara que nos deje tranquilos y la tarea de encontrarla se dificulta si además condicionamos su búsqueda a la utilidad para avanzar agendas personales.

          1. EB dice:

            Hola Manu, hay un punto que no recuerdo que otros hayan hecho respecto del comercio libre y más generalmente sobre el análisis económico neoclásico (ese que le valió un premio Nobel a Samuelson, Arrow, Hicks, Stiglitz, y otros más). Si el problema que uno quiere analizar es la elección de un sistema económico —digamos economía de mercado vs. economía centralizada— el análisis neoclásico probó que bajo ciertas condiciones la economía de mercado produce resultados “óptimos”. Pero ese no es el problema que se discute cuando se habla de liberalización o de globalización. Como dije en mi comentario el problema de todo gobierno de un estado-nación es cómo insertarse en la economía mundial, decisión que obviamente depende de las circunstancias y no de las condiciones requeridas por el análisis teórico para obtener resultados. La decisión puede estar guiada por los principios que uno usaría para elegir entre sistemas económicos pero se toma en un momento y en un lugar, y por lo tanto las circunstancias no pueden ignorarse, en particular los derechos y los intereses de las personas afectadas por la decisión.

            Como usted gusta hacer referencia a Rawls, me permito comparar el punto anterior con la propuesta teórica de Rawls sobre la posición original —esto es, su velo de la ignorancia— para derivar principios de justicia. Si el problema que uno quiere analizar es la elección de un sistema jurídico cada uno definido por un conjunto de principios de justicia, uno podría probar que bajo ciertas condiciones un sistema derivado tras el velo de la ignorancia es mejor que otros. Pero ese no es el problema de una Asamblea Constituyente que debe aprobar un “contrato social” en circunstancias que no pueden ignorarse. Un ejemplo de este punto es lo que ocurrió en Chile durante Pinochet. Cuando en julio 1980 propuso un referéndum sobre una constitución preparada por una comisión de expertos, lo que en realidad pedía era que se aprobaran dos constituciones —una permanente preparada por los expertos, y una transitoria que regiría por 16 años a partir de marzo 1981 en que Pinochet sería presidente y varias de las normas de la permanente no se aplicarían (por supuesto, la segunda no fue preparada por los expertos sino por gente que tuvo que sacarle a Pinochet su aprobación de la permanente).

            Sí, uno debe insistir en los principios cuando debate sobre el Orden Universal (o Multiversal?). Pero cuando se toman decisiones, uno no debe ignorar las circunstancias.

      2. Manu Oquendo dice:

        Estimado EB,

        Muchas gracias por sus sabias reflexiones. Creo que estamos de acuerdo en que hay trabajos destructivos de valor –por decirlo en términos empresariales y estratégicos–aunque a efectos de flujos –y especialmente de flujos recaudatorios– resulten interesantes para que determinadas formas de desgobierno puedan pasar desapercibidas.

        Sobre la cuestión de que a Occidente (sus ciudadanos de clase media trabajadora) les va mal es un asunto que no necesita grandes discusiones. Tanto es así que hace ya ocho años que un miembro de la Cúpula de la UE, en una cena privada y reducida creyó oportuno hacer una confidencia a un pequeño grupo de gente de empresa en una ciudad europea.
        La confidencia fue esta. Literalmente: «La gente ya se irá dando cuenta de que va a vivir cada vez peor».

        Le ruego piense sobre lo que esta frase significa viniendo de la 2ª o 3ª persona de más peso de la UE y, en mi opinión, de un nivel muy infrecuente entre la clase política europea. Que, francamente, da miedo verlos, escucharlos y observar sus obras.

        Mientras tanto mi diagnóstico es el que se destila de los comentarios que suelo hacer. Me temo que por aquí va siendo confirmado por los hechos cada día y si algo lamento es la inmensa dificultad de revertir la tendencia al menos en el sur de Europa.

        Sobre las cuestiones relativas al mantra del Free Trade creo recordar que nuestros libros de texto explicaban que la propuesta Ricardiana funcionaba siempre y cuando el intercambio fuera limitado a bienes de contenidos homogéneos de mano de obra. Homogéneos en cantidad y cualidad.

        Desde entonces los libros de texto de Económicas se escabullen de la cuestión en cuanto llegan al tema. Por ejemplo el Mochon español.

        Gracias por el enlace a MaCloskey. conozco personalmente al autor, –ya como Deirdre– y tengo su obra en casa.

        Estos días estoy con poco tiempo libre pero le prometo responder al resto de las cuestiones que suscita y que a todos enriquecen.

        Un muy cordial saludo.

  8. pasmao dice:

    Muchas gracias por tu link Andrés

    Es una ventaja ser ingeniero cuando se discuten estos temas. Porque hay quienes creen que las sóluciones técnicas son las soluciones de TODO, cuando simplemente son soluciones técnicas.

    Abdicar de entender la totalidad de un problema para convertirlo en sólo un problema técnico es el mayor de los errores.

    En cuanto a las nuevas generaciones tienen una posibilidad si hacen algo muy simple, PRESCINDIR DEL SMARTPHONE.

    Si quieren consultar facebook, instagram.. que se pasen por un computador, pero que no lo lleven consigo (el smartphone) y si necesitan comunicarse cuando van de A a B .. que usen el celular tradicional.

    No se tratan de un ludismo extremo ni de que tieren cocoteles a la poli.. ni de que se sometan a dietas extremas y entrenamientos militares. es algo relativamente fácil de hacer.

    Si un 30- 40 % de las personas menores de 30 años, las mas afectadas por lo que se nos viene encima siguieran este consejo, los Google, Facebook, Amazon, Monsanto, Pfeizer… así como conglomerados varios de industrias militares…. de turno. Los verdaderos ganadores/señores feudales del mundo globalizado que nos amenaza y que tienen en IA y en los robots sus peones quedarían desarmados.

    Su status quo quedaría expuesto y se vería que el rey está desnudo.

    un cordial saludo

    1. Insu dice:

      Ojalá, me encanta su último párrafo.
      Como persona que se plantea tener descendencia, ojalá al menos yo sepa controlar (no prohibir, sólo controlar) el uso que hagan mis futuribles de esos medios (más que el uso, mantener a raya la dependencia)

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