Repasando los líderes que jalonan la política nacional, esas personas que el sistema político instituido ha designado para dirigir el rumbo de todo un Estado, es difícil que no se te caiga el alma a los pies, que es una forma popular de indicar el comienzo de un estado depresivo. En realidad, el nuestro es un país plagado de ciudadanos que viven con el alma en los pies, aunque bien podría decirse que viven con el alma de cintura para abajo, y que solo los que no se detienen en los juegecillos de la entrepierna, acaban con el alma en los pies, sin que rodilla y tobillos puedan hacer nada para oponerse, por los problemas de menisco y de astrágalo que arrastramos como colectivo, con las consecuencias de movilidad reducida y rigidez característicos de estas lesiones.
La cuestión de la gobernanza es un tema que solemos soslayar cuando se trata del ámbito político, y es absolutamente crucial que quienes tienen la responsabilidad de dirigir una sociedad de 46 millones y medio de personas, y un presupuesto de casi 320 mil millones de euros, sepan gestionarlo adecuadamente. Este no es en absoluto un aspecto menor en si mismo, pues se trata de permanentes equilibrios en partidas, de cálculos certeros, de distribuciones territoriales, de ajustarse a realidades demográficas, del cumplimiento en las devoluciones de las deudas, y de asegurar objetivos puramente electorales. No digamos, pues, los avatares propios de la gestión misma de todo ello en un país plagado de administraciones de todo tipo, con las particularidades inherentes a las complicaciones de aquello que se dio en llamar la vertebración interna.
En un ejercicio cada vez más común de simplificación, al que asistimos atónitos año tras año, la ciudadanía trata los asuntos políticos centrándose en exclusiva en las cuestiones ideológicas, ese ideario creado al albur de conversaciones en bares bajo los efluvios etílicos, en soflamas escenificadas por los sentimientos de culpa tras opíparas comilonas inmerecidas, en los paseos al borde de la playa con los que se mata el tiempo libre, o en esas mañanas en las que un sistema límbico más activo nos ha hecho levantarnos en modo mesiánico con la intención de resolver los asuntos del mundo mundial.
En España el debate político e ideológico no deja de ser una variante colectiva, mediática y ociosa de terapia ocupacional. En la que el monitor es el líder de la facción política correspondiente, los ejercicios a realizar los dispensan los telediarios y las tertulias televisivas, y los usuarios son los ciudadanos ingenuos y discapacitados convencidos de la importancia de la participación y rehabilitación.
Lo sorprendente ha sido el contagio sufrido por la clase política, que parece haber olvidado aquello de la visión de estadista, para sumergirse sin reparo en esta suerte de juego de mediocridad generalizado, en la que se puede decir cualquier disparate, no solo olvidando la necesaria reflexión sobre la pertinencia, idoneidad y viabilidad de las propuestas, sino además demostrando una alta incapacidad para el control de sus mismos estados de ánimo, síntoma característico de una adolescencia no superada, y de una inmadurez cuasi infantil.
Este contagio no solo ha pervertido el sentido más sublime del ejercicio de la política por el bien colectivo, sino que además ha descendido a niveles callejeros las dinámicas con las que los líderes políticos debaten los contenidos, proyectos y propuestas, con poco más decencia que los programas de la telebasura. Sin duda tan atacados como aquellos por las dosis de egos, narcisismo y afán de protagonismo.
No es de extrañar que acabe por influirles hasta en el vestir, y esta moda generalizada, chabacana y hortera de ir en chándal, camisetas deportivas y zapatillas por la vida, inunde los escaños, los mítines y las actividades de todo orden que realicen. Aunque visto así, y entendiéndolo ya como irremediable, lo suyo sería que los representantes catalanes vistieran con camisetas del Barça, los de Podemos con las antiguas de la URSS, los andaluces con la albiceleste peronista, los del PP con la vestimenta de La Roja. Eso sí, los del PSOE siempre juegan con la opción de un buen armario plagado de vestimentas de lo más variopinto, para lo que haga falta.
Y así nos encontramos con que una buena parte de los políticos parlamentarios de todas las administraciones públicas, atienden los asuntos con la misma lógica con la que se trataría una tienda de pipas, un chiringuito de playa o un establecimiento de charcutería, o sea en clave de microcosmos elevado a la categoría municipal, autonómica o estatal, ahora con la variante asamblearia como estandarte. Por ello, se usa el microscopio para identificar los virus y las bacterias locales, también se aplica para mirar las estrellas del cosmos y las galaxias, ante la incapacidad e inutilidad de manejar los telescopios.
Cuando países más avanzados que el nuestro están olvidando los rastros del pasado, subvirtiendo el orden derecha-izquierda, en direcciones multidisciplinares en las que no cabe categorización política tradicional ni ideología dominante, nosotros seguimos erre que erre con el pasado en términos temporales y con estilos propios de principios del siglo anterior. Si lo mejor de la Transición fue la actitud generosa de todo el arco político en la cesión de puntos completamente inasumibles por el resto, lo peor fueron las políticas de borrón y cuenta nueva de lo sucedido desde la Guerra Civil hasta aquellos días, pues condenó a una buena parte de la población a mantenerse entre las obsesiones y fantasmas creados por episodios fuertemente traumáticos.
Por mi parte tengo claro no volver a ir a votar sin el chándal de los domingos.
Apreciado Carlos.
Excelente artículo.
El, «pero» proviene de la excesiva confianza que usted tienen en:
1- que los que dicen que mandan, esa espantosa clase política «chandalista» leninista y los que los votan, son lo que realmente mandan
2- que realmente el sistema electoral es represeantivo y se respetan sus reglas del juego, por poco representativas que sean.
Sinceramente si resultara que esa pandilla de lelos chandalizados que nos dicen representar fueran quienes tuvieran las manijas y resortes del Poder y mandaran, Ahora mismo ya estaríamos ya en una revolución y tiro limpio.
Pudo ser que mandaran algo, derivado de cierta valía, hace 35-30 años.. pero es obvio que cómo la situacion se ha degradado y pese a eso ha aumentado su poder. Y ello sólo es posiblemente porque ellos NO mandan.
Éllos, los chandalistas, son los testaferros, muy bien pagados y engalanados, de un Poder que si hace y deshace, con un perfil muy bajo, sin fotos, nombres y apellidos rimbombantes, muy bien favorecidos en ello por unos medios que controlan.
Y dirigen su función desde la tramoya, con su apuntador y su guión, y nostros a despotricar contra quienes tienen foto, nombre y apellidos mientras éllos se parten de risa.
El otro apaño es la forma en que «elegimos» a nuestros representantes en el guiñol.
1/Además de que sea una farsa la manera en que se hacen las listas
2/Además de que sea una estafa el modelo de representación por listas/provincias
3/Ademas de que no exista separación entre ejecutivo y legislativo. Y si no que hace Montoro en el gobierno.
Existe otra estafa aún mayor, y es el pucherazo electoral:
Quien se crea a estas alturas que a las 5:35 AM del Lunes de después de cada jornada electoral esté escrutado el 99,1823% y que en base a eso no se mueva ni un escaño; puede creer también firmenente en Santa Claus, los Reyes Magos, El Ratocinto Perez o que los niños vienen de París.
Si una semana después de las elecciones no son capaces de darnos una lista excel:
-mesa a mesa, con los datos en esa mesa y la foto PDF del Acta, para que podamos cotejar el acta con los datos si queremos.
– y la suma de todas las mesas por provincias cotejándolas con los los de ese Lunes de madrugada.
Siendo algo fácil y barato de hacer, y que despejaría muchas dudas. Es que ahí hay tomate.
Recuerdo cómo les ha ido a partidos que sacaron el pie del tiesto cómo UPyD, otros que ni siquiera tuvieron la oportunidad de meter en el pie en el tiesto, como VOX, y otros como Escaños en Blanco (que presentan la manera mas original y cabal de regenerar este estercolero) , y sin embargo cómo se ha promocionado desde bamabalinas a otros cómo Podemos.
Y si alguien cree que es casual, pues eso, que le ponga su carta a Santa, a los Reyes o al Ratoncito para que le regale el chandal que sea menester, y que sea feliz en ese mundo lisérgico de serie B que nos han vendido.
Un cordial saludo
En EEUU, existe una máxima, sobre la democracia, y es la de que cualquier ciudadano puede llegar a presidente de la nacion, y últimamente parece que la realidad lo corrobora.
Pues bién en España, yo entiendo que se ha pasado de una situación de accionar mecanismos de control a los políticos en sus decisiones, a pretender que cualquier ciudadano, pueda hacer política; con un afán de protagonismo exagerado, pretendemos que los jueces por ejemplo, sean de nuestro partido político, de la misma manera que queremos que nuestro equipo gane siempre la liga.
Como además ahora tenemos otros soportes para manifestarnos permanentemente como Internet, manifestaciones permanentes cuando cualquier decisión no responde a nuestros intereses, etc.,
Casi nos sobran los representantes, o por lo menos queremos que nos sean tan familiares que pretendemos verlos siempre en chandal.
Un abrazo
Pareciera que entre el cacharrillo averiado de la entrepierna y el as-trágalo etc.. El sentido del artículo no lo pillo…despistada que es una..
Me gustaría saber si Venezuela ya es la dieciocho comunidad de España y si las «consultas» son legales.. Porqué se las denomina ilegales según la comunidad que las haga…
Y cómo la política, para mí siempre fue un juego de trileros- troleros… Poco que añadir más,
O quizá una pregunta: el Dinero es para «beneficiar y ayudar a las personas» o es para amontonarlo a base de «Sacrificios- inhumanos» con el que Luego seguir especulando como si alimañas fuerámos?-…
Cada cual piense por sí mismo que ya semos-mayores…la mayoría..
Claro que hay una pista: cuanto peorrr- mejorrr- el suyo beneficio y ETC..
Y SÍ lo de «semos» está mal escrito a drede.. Así quiero.
Vivimos unos momentos sociales, económicos…históricos, que, por propia dinámica, inclusive de naturaleza intrínseca de los propios procesos, se están dando importantes cambios.
Cambios que seguramente sean imparables, como en toda dinámica inherente a un sistema, cuyas fuerza y leyes que rigen esas fuerzas, aún están por desvelar unas, y matizar otras.
También entiendo que esas dinámicas sociopolíticas, que afectan a las formas de convivencia, a formas de organización económica global, a la forma de desarrollar y dirimir conflictos en los pueblos, donde el término “clase social”, o bien ya no agrupa, en su clasificación, a las características decimonónicas que las caracterizaban, o están apareciendo nuevas apreciaciones, o se están incorporando otros criterios, y además de manera mucho más rápida a la que la Historia denominada Moderna y Contemporánea…nos tenía acostumbrados.
Porque no podemos olvidar, que a pesar del empecinamiento de nuestros modelos, las fronteras se mueven, y no solo por acción humana, los pueblos emprenden marchas masivas, por muy diversas razones, las guerras son una de ellas, suficientemente claras y justificantes de salida de las gentes.
A nadie se le puede reprochar, o mandar de vuelta, al lugar donde se le masacra.
Sin contar que los orígenes de los conflictos actuales, como se ha apuntado en este blog muchas veces, son bastantes “oscuros”, y nada fácil de identificar y menos de etiquetar en la dualidad en la que también nos hemos acostumbrados (buenos y malos, por ejemplo, quizás antes tampoco…pero ahora parece que salen a la luz más factores “en liza”, y eso hace que se deba “hilar más fino” a la hora de analizar y describir los “sucesos”).
Pero también las sociedades llaman a otras en su ayuda.
En nuestro caso ese llamamiento, disfrazado de lo que se quiera, es un llamada de auxilio de modelos envejecidos en su población.. y que se mueren.
Ayer leía en un periódico dos advertencias que llegaban desde Bruselas, con respecto a las políticas sociales de nuestro país.
Una de ellas aludía a la necesidad de profundizar en las “reformas laborales”, y la otra hacía referencia al aumento de la pobreza de la “exclusión social” en nuestra población, consecuencia de esas “reformas”.
Es decir una contradicción más para no decir nada nuevo o constructivo, y seguir como estamos, aparentando “normalidad institucional” inexistente, en el aparato funcionario de la UE.
Nuestras sociedades se enfrentan a cambios vertiginosos que bien podrían volverse “fascinantes” si fuéramos capaces de engancharnos a ellos con menos miedo y más afán de aprendizaje y aventura.
Necesitamos de “gestores”, de “políticos”, que en vez de alimentar nuestros temores de pérdida de lo que, quizás, nunca hayamos realmente poseído, fueran capaces de afrontar las nuevas realidades, y transmitirlas a la población, sin la rémora de falsas lealtades a doctrinas que ya no tienen, o se empieza a manifestar que no encuentran, lugar en las conformaciones de pensamiento que se están manifestando, porque los seres humanos, a pesar incluso de nosotros mismos, nos estamos abriendo a nuevas capacidades cognitivas y mentales.
Personas con la valentía suficiente como para darse cuenta de ello, y, por ejemplo, admitir su desconocimiento en los campos fuera de su dominio, y buscar a aquellos que sean los mejores preparados en otros, para enseñarles, para asesorarles.
Nos enfrentamos, también como ejemplo, actualmente, a un tremendo problema de integración de otras formas religiosas y culturales dentro de nuestros modelos occidentales.
Modelos que pueden tener muchos fallos, y también donde se han conseguido muchos logros.
Esa integración no puede venir de una condescendencia “políticamente correcta” y una “malentendida” tolerancia y libertad a otras formas culturales, que choquen de forma clara con las que reflejadas en las sociedades de acogida.
Del mismo modo que creo, fue , y es, una equivocación imponer a sociedades en una determinada fase de su propio crecimiento, sistemas sociales, como los nuestros, sin permitir a esas sociedades sus propios y matizados despliegues y desarrollos de los suyos ( podríamos haber ayudado ello, sí, pero no entrando como elefantes en una cristalería, como venimos haciendo).
Del mismo modo, repito, sería importante, creo, una labor seria de debate, interlocución….ni siquiera mediación…, con autoridades tanto sociales como religiosas de las diferentes culturas que se integran en nuestras sociedades, para una adecuación de formas, costumbres etc…que no estén continuamente suponiendo un conflicto permanente en la convivencia, y que tampoco se solventen falsamente, bajo el “slogan” facilón y vago de que cada uno ejerza sus costumbres libremente, porque eso es huir de la realidad y de los contextos sociales en los que vivimos.
Y digo esto porque, para mí, este puede ser un exponente claro del trabajo ingente, y también emocionante, que se plantea a las nuevas sociedades.
Y en particular a las “clases políticas” que aspiran a su gestión.
Trabajo que requeriría no ya de una preparación menor, o nula en el sentido ideológico, de fidelidad a una «idea concreta y predeterminada», pues el campo «mental» debería estar abierto y dispuesto a aprender y buscar a los mejores, como he dicho antes, en este reto de nuevos tiempos.
Y ¡qué narices!, eso se debería hacer elegantemente, sabiendo estar y queriendo hacer, con la prestancia que debe dar abordar, de forma seria un trabajo de este tipo, …..no se puede ir “en chándal” para ello.