¡Haz el amor y no la guerra!

Este fue el eslogan principal de la generación hippie, que sucedió a la de la guerra mundial y la postguerra. Era toda una declaración de intenciones, tras la barbarie, quizás la mayor de la historia de la humanidad, que resumía el credo principal de los jóvenes que la representaban. Ese brevísimo mensaje ha calado con profundidad en las conciencias del colectivo social, hasta el punto de que, desde entonces, el pensamiento antibelicista y antimilitarista está ampliamente generalizado entre la población occidental.

Ese movimiento fue en realidad el intento de digestión de unos sucesos terribles que afectaron a cientos de millones de personas al unísono. Se entiende que se reclamara la paz como objetivo social a compartir, tras medio siglo en el que la guerra fue la manera en que los poderes, las potencias y las naciones dirimieron sus profundas diferencias. De aquel escenario destacan tanto la necesidad de una primera globalización, que dio lugar al nacimiento de las multinacionales en la dimensión que hoy conocemos en un mundo postcolonial,  junto con las graves tensiones que todo ello provocaba, así como la instrumentación de sociedades que estaban dejando atrás la antigua estructuración en clases.

Más allá de que muchos interpretaran demasiado literalmente lo de “haz el amor”, en el seno de las comunas que nacieron por doquier especialmente en los Estados Unidos, conviene hacer una reflexión sobre los conceptos que encierra esta proclama.

Hacer un antagonismo entre el amor y la guerra parece que es una reducción simplista, de las que tanto gustan al populismo actual, que obedeció a la necesidad de olvidar aquellos dramáticos episodios. Porque ni el amor se puede asemejar a la paz, ni la guerra necesariamente al odio.

La etiología y génesis de los conflictos, según los expertos, proceden en buena medida de las diferencias personales o colectivas sobre los espacios a compartir. Es decir, son consecuencia lógica de formas de pensar y sentir diferentes sobre realidades vividas como propias. Desde territorios hasta herencias, desde bienes hasta vínculos de pareja. El conflicto y el enfrentamiento están servidos en cuanto dos instancias establezcan al tiempo la percepción de que aquello es mío y me pertenece, o lo que se le parece que es: me es asequible y lo deseo.

Si el amor, entendido como energía o fuerza, supone principalmente una alta capacidad de apertura hacia lo externo amado, y la consecuencia lógica es una cierta desestructuración interna –protegida por estados sobrevenidos de alineación transitoria– seguramente poco o nada tendrá que ver con esa paz deseada, sino con un periodo de abierta inestabilidad.

La contradicción se hace más evidente cuando se analiza la reivindicación de la paz como fin, pues implícitamente supone la prevalencia de la estructura en la que se inserta; ya sea de tipo social o en la esfera personal. Y frecuentemente en ellas son necesarios cambios, que suponen periodos de deconstrucción, y a veces de destrucción, tratando de favorecer una nueva realidad más acorde con las potencialidades de los individuos o colectivos. Entendido así por los analistas, el amor es muchas veces una respuesta emocional positiva, a la necesidad de cambio, y al sufrimiento de que este no se produzca.

Desde diferentes perspectivas psicosociales los análisis conducen a entender los conflictos como una fase necesaria para la resolución de antagonismos, intercesora  del agonismo y vía de entrada a las posibilidades de un protagonismo más completo y sin alienaciones, de los posibles encuentros, acuerdos y alianzas. Sería mejor plantear la implantación de culturas “sobre el conflicto”, que permitieran afianzar cauces para conducir las tensiones emocionales hacia derroteros de encuentro y entendimiento. Algo así podría entenderse si lo anunciado hubiera sido “evita la guerra si buscas el amor”, o “cuida el amor, no vayas a entrar en guerra?

Un movimiento por la paz se entiende en periodos bélicos, pero ¿cómo se puede entender en cualquier otra situación no bélica? ¿Se hubiera podido parar la escalada violenta del nazismo? ¿Las prácticas asesinas del estalinismo? ¿La limpieza ideológica criminal del maoísmo o de los jemeres? ¿Es que todos aquellos que dieron hasta su vida por defender los principios democráticos y de libertad, frente al nazismo o el fascismo, no amaban? ¿Es que todos aquellos republicanos españoles antifascistas simplemente les gustaba la guerra, y eran incapaces de otra cosa que no fuera odiar?

La teoría triangular del amor del psicólogo Robert Sternberg, desarrollada a partir de innumerables análisis, refleja los complejos equilibrios internos que las personas deben establecer en sus relaciones amorosas para evitar periodos que conduzcan a la desestabilización y resulten destructivas, y pone en evidencia la asociación de las ideas de amor y paz. Más bien se podría decir que el amor, o conduce a la lucha o conduce al encuentro, pero nunca a la paz.

Claro que las claves que subyacen a los conflictos supranacionales no son lo mismo de los conflictos de pareja, y las diferencias pueden llevar conclusiones muy distintas. Pero desde la perspectiva expresada, la forma de entender los episodios de violencia, sea cual sea esta, dan un giro de 180º, y tendría como consecuencia necesaria que las sociedades se preocuparan de gestionar mejor los conflictos, y no quedarse en la mera crítica inútil, el adjetivo descalificador y la recopilación en el curriculum de “minutos de silencio”.

Por eso los principios de Paz y amor suenan a sumisión o suenan a “que me dejen en paz”.

26 comentarios

26 Respuestas a “¡Haz el amor y no la guerra!”

  1. Inés dice:

    ¿Que puedo decirte Carlos?
    Que comparto y agradezco esta gran reflexión.
    Precisamente andaba cabilando y comentando de temas parecidos estos días respecto a la cultura de las filosofías budistas que occidente ha «occidentalizado». ..
    El ahora, el aquí, el yo.. El vivir el momento presente…
    Creo que se entiende sin entrar en detalles, que la práctica del mí, llevada a los extremos, esconde un nihilismo que nada tiene que ver con la vida de los que a través de alguna de estas filosofías, y/o religiones tuvieron tanto amor que dedicaron su vida a las luchas por un entorno más justo: Gandhi y su marcha de la sal, o San francisco y su voto de pobreza y amor a las criaturas, o tantos otros anónimos que entendieron que el Amor es una forma de lucha, que puede ser muy poderosa ya que aunque no utiliza bombas de racimo, usa una bomba, la más potente, con fecha de caducidad, pero que tiene un ritmo infinito y poderoso, porque bombea sangre desde el suelo hacia el cielo, y la llevamos puesta, desafiando la gravedad desde que nuestra madre nos trajo al mundo.

    Me gustan sobremanera algunas de tus frases, permíteme que las subraye:
    «Cuida el amor, no vayas a entrar en guerra» …Cuidemos del recipiente y del contenido donde el Amor se aloja ( todo un pequeño Continente)
    Y la última frase, que la has bordao..

    No se si te he entendido, pero creo que el Amor es un acto, no sólo una palabra, y lleva dentro del significado una forma de lucha..que debemos trabajar dentro y fuera, buscando el equilibrio de la entrega a los comprmisos que nos lleguen, intentando evitar el sufrimiento ajeno y el propio.
    Las otras acepciones del término- las más personales- quizás sean cuestión azarosa pero saberlas gestionar necesita de profesionales como vosotros, que se entregan a eso: A la resolución de conflictos, a mediar, a enseñarnos el porqué, el como y el soltar.

    1. Alejandro dice:

      Como estas Inés, pienso en esto que planteas:»pero creo que el Amor es un acto, no sólo una palabra», me pregunto ¿que es primero?, ¿lenguaje o acción?

  2. Anónima. dice:

    Cómo era aquello: noche de paz, noche de amor,…ha nacido el «redentor»…
    Sí, el «redentor» nos traerá el amor y la paz que Necesitamos, porque entre Humanos, estos «asuntos» andan muy flojos.
    Aclaro que apenas entendí nada, e imagino que tendrá que ver con mi «biografía de vida, personal», nada de lo escrito.
    Está bien eso de «hacer el amor y no la guerra» antes de que te conviertan en «soldado» para el Vietnam y tengas que ventilarla imaginando a la Marylin que aunque muy guapa la mujer No deja de ser una «estafa» y «manipuleo» del «sistema».
    Se lo puede uno tomar «literal» o cómo lo vea, pero «soldado» y a la «guerra» A Beneficio Claro de quien y quienes;
    En mi opinión amor y paz, van de la mano, amar lo que se «hace» nos lleva a un registro interno de paz.
    En el Amor de pareja, que se «dice»..ocurre, a veces, que..bastantes H. «APROVECHAN» Sí aprovechan en exceso, del mundo emocional de la mujer, (Qué ingenuas y tontitas, Ciegas que somos), y…claro!!, la segunda parte si se da!!- es la guerra, para nivelar la relación si es que algo se pudiera nivelar;
    La guerra, siempre es propia interna, miedos, inseguridades, dejarse pisar, avasallar, falta de comprensión etc..
    y donde hay guerra, no hay Amor, e..imposible la «paz» con uno-otr@s;
    Los grandes miedos de las personas: a la pobreza, soledad, vejez, muerte…nos impiden «entender-nos» y relacionarnos Mejor con los demás;
    Cuánto más obremos con amor en el mundo, sin «calcular mucho»..
    Más Paz tendremos, creo yo..aunque, con inteligencia, sin dejarse pisar o avasallar por otr@s.

    1. Inés dice:

      Anónima, puedo entender perfectamente tu punto de vista hasta la mitad de tu párrafo. Cada cual interpreta las palabras como las siente.
      Pero lasmujeres no somos ni más ni menos ingénuas ni lo demás que no voy a repetir, porque a mi entender, ese comentario tuyo es bastante machista. Nuestras diferencias de género no nos hacen ni mejores ni peores. Además, en mi opinión hay bastante antropocentrismo en general. La tierra ya de por sí es una cosa ínfima comparada con el Universo y los humanos…tan todopoderosos como nos creemos no sabemos ni arreglar los afectos con aquellos a los que consideremos seres queridos…ni siquiera los afectos sobre nosotros mismos…¿cómo vamos a tener Paz si no sabemos ni siquiera de la bondad de las piedras?
      Dice alguien a quien también estimo «No somos por desgracia una tertulia filosófica charlando apaciblemente en un café ilustrado, sino náufragos braceando en medio de la Galerna» J. Riechmann.

  3. Anónima. dice:

    Por alusión contesto aunque no puedo extenderme por falta de tiempo;
    Opino igual, «algunas» mujeres no todas, somos (me incluyo), ingenuas-tontitas y algo ciegas en relaciones de pareja; y «algunos» Hombres, no todos..son auténticos «manipuladores» dada esa situación de ingenuidad de la mujer..
    Y Sí, es un comentario «machista», pero así ocurre y así pasa, a veces en el mundo de la «mujer» en relación a algunos Hombres; y esto es sólo una opinión, mi opinión..

  4. Luis dice:

    Carlos, me parecen muy válidas y oportunas las reflexiones que recoges en el artículo. En realidad, me parece que, siempre puede resultar oportuno intentar acercarse a ese término tan difícil o, quizás, imposible de definir, como es el amor. Y ello a pesar que, frente a las manipulaciones y vulgarizaciones que se hacen del mismo, los grandes hombres que la historia ha reconocido, incluyendo los de ciencia o arte en general, lo han tenido como foco de su inspiración, discurso o quehacer.
    Creo que debe considerarse uno de los grandes ideales del hombre a pesar de los diferentes tipos de dificultades que comporta intentar acercarnos a ello. Así, la educación que tenemos nos conduce a ser absolutamente categóricos en cuanto a nuestra visión de la realidad y, ello a pesar, de que todo parece estar refrendado por una ciencia que, por ser precisamente ciencia, está permanentemente cambiando esa visión de lo que nos rodea. Tampoco los valores de convivencia que nos inculcan contribuyen a facilitar las cosas; vivimos inmersos en una competitividad que nos conduce a estar permanentemente estableciendo propósitos de futuro y corriendo detrás de objetivos, llenándonos de intereses absolutamente personalistas y generando, en consecuencia, miedos a perder lo conseguido.
    Por otra parte sabemos que las contradicciones y conflictos con, nosotros mismos y los demás, están servidas y, además, nos alejan de la estaticidad. Pero siempre parece que solo somos capaces de tirar por el camino más corto, de imponer o someter, en vez de llegar a entendimientos y encuentros. Y en este punto cabe preguntarse ¿de verdad nos corresponde imponer nuestras voluntades o antojos a nadie? ¿de verdad creemos que tenemos poder para llegar a configurar el mundo que nos rodea de acuerdo a nuestros intereses o conveniencias?
    Aunque quizás debamos estar más convencidos de lo que, la evidencia histórica y la propia ciencia ya nos apunta, de ser seres en desarrollo permanente y, posiblemente ese desarrollo nos permita entender mejor este término, “el amor”, intentar acercarnos en lo que podamos no está de más.

  5. Anónima. dice:

    Quizás la madre de todas las guerras sea eso: que no «sabemos» vivir en paz ni con nosotr@s mism@s; Tampoco nos han enseñado, tampoco nadie sabe vivir, creo..aunque haya mucho list@ suelto por ahí;
    Somos seres arrojados al mundo, y, una vez aquí, cómo hacerle?-
    Cómo vivir sin meter la pata?- somos ignorantes de casi todo! : es necesario aprender, aprender de verdad (fuera errores viejos..llegarán otros).
    Estamos tan ninguneados y manipulados que la atención a lo importante «nos falla»..
    Deberíamos pensar sobre la vida, el pasado, pensar Qué Pasó?- Por qué?- comprender en su última raíz las cosas, para cambiarlas;
    Deberíamos de ir tan en «contra» de nosotr@s mism@s y, Aprender a «querernos aceptarnos» tal cual somos; Todo lo que llega de «Afuera» es para que nada de esto nos suceda o nos pase, la mayoría estamos como Absorbidos por una «mentalidad» que está como «Impuesta»..
    Hay demasiadas guerras..y..por nimiedades inclusive;
    Vivir en Paz significa quizás, todo ha pasado..encontrarse más con un@ mism@ y seguir..pero ahora más Despierto y, con otra «dirección mental» con otra fuerza espiritual..quizás!!-

    1. Afrodita dice:

      Sería bonito vivir la vida después de haber ensayado; salir a escena con el papel bien aprendido y en la seguridad de que no se va a cometer ningún error, ninguna palabra faltaría ni sobraría, el tono y los gestos serían los adecuados.
      ¿Nos aplaudiría entonces todo el mundo?
      Seguro que no. Siempre existe “el otro” con su propia idea de la perfección.
      O poder pararse y decir “un momentito, olvídenlo todo que la verdadera representación, la que va en serio, está por venir”.
      Se me acaba de encender una lucecita. Que a lo mejor es verdad que está por venir, fuera y lejos de todo orden establecido. Sin decorado ni público.
      Para el Cosmos, para la Eternidad, perfecta y nada más que porque sí.

  6. Anónima. dice:

    Algunas palabras mal escritas-
    Pero está el significado/ No puedo revisar el texto antes de enviarlo porque mi móvil es una castaña;

  7. Loli dice:

    Si el amor, como indica Carlos en su artículo, puede ser una fuerza que impele a la apertura ha lo «externo amado», ésto implicaría un conocimiento mayor de lo «externo», o al menos una mayor percepción de éllo, un menor miedo…..a percibir….a conocer a través de los sentidos.

    Poca experiencia se puede tener del amor, si tenemos miedo a conocer….no podemos ni acercarnos a esa sensación, sino es a través de disfraces múltiples, urdidos por razón, sí, pero igual necesarios, para poder abrirnos un poco.

    Enrique ya habló en uno de sus artículos, de la necesidad de educar, de enseñar, a buscar un silencio imprescindible para el estudio, para la reflexión, para armonizar todo el «alúd» de estímulos y mensajes que aturden, colapsan, saturan y desbordan, nuestros receptores sensitivos.

    Y este artículo de Carlos, me hace pensar si, esa relación entre «amor» y «paz», no esté fundada también en que es preciso un cierto estado de «sosiego», no de «atranque» o «quietud», sino de la búsqueda de un cierto «silencio».
    Momentos que faciliten desmantelar miedos, a dejar de preveer, de construir continuamente espacios ficticios en base a nuestros temores, aunque no los reconozcamos como tales.

    Aprender a «escucharnos»….en el silencio…no es fácil, es desconocido, aparece el miedo, y requiere valor … renuncia a lo que creemos haber aprendido de nosotros mismos y de lo que nos rodea.

    Y entiendo, que a lo mejor, pudiera sorprendernos que muchas de las creencias sobre cómo somos, qué creemos, qué y a quién hemos querido, qué pensamos, qué valores tenemos y defendemos…..todo aquéllo que ha sido objeto de nuestro ideario moral, social, de relación con los otros….no era realmente nuestro.

    Y no resulta un reconocimiento fácil. Y las resistencias internas a asumir realidades aparecen.

    Por eso quizás «amor» y «lucha», también tengan alguna connotación.

    El problema reside cuando, esa asimilación se hace insoportable, y se elige el camino más sencillo de la proyección, de reflejar en los «otros», lo que para nosotros se hace «intolerable».

    Aparecen las doctrinas, las creencias inquebrantables, los modelos, las fronteras, los miedos, las luchas ..y las guerras.

    Y los territorios conquistados, las ideas conquistadas, los derechos conquistados, las verdades conquistadas…..y todo….mantenido a base de ruido, de no dar tregua a los sentidos….de colapsar la sensibilidad.

    1. Carlos Peiró Ripoll dice:

      Es ampliamente evidente que el amor como realidad psicológica es una ruptura directa y poderosa del funcionamiento dual de la interioridad humana. Dado que esta dualidad interna se suele manifestar en contradicción, inconsistencia, debate y lucha, búsqueda, etc. con todo el sufrimiento que conlleva, solo existen dos posibilidades de cambiar esta dinámica. Una es «hacia abajo», en términos de apaciguar los ánimos del juego dual, que es lo que conocemos habitualmente como paz interior. Y otra es «hacia arriba», significando un salto transcendente que diluye la lucha interna, y nos sitúa en un plano abiertamente diferente, y que se asemeja mucho a un estado que conocemos como enamoramiento.

      La salida descendente es unitarista, pacífica y una solución en falso, pese a ser la más habitual.

      La ascendente es trinitarista, pese a las resistencias con las que el yo suele funcionar para garantizar lo conquistado.

    2. Carlos Peiró Ripoll dice:

      Amiga Loli, la proyección en todo lo que hacemos es bastante inevitable, pese a ser parcial e incompleta, no tiene porque ser mala si es limpia y honrada, pero hay que tomárselo como una realidad transitoria y no definitiva. Por eso, tu rebeldía con lo «conquistado» me parece muy adecuada, y quizá sea uno de los grandes problemas en nuestra cultura occidental, pues no solo colapsa la sensibilidad como dices, sino que además convierte la proyección en un hecho doctrinario y a la creencia que lo acompaña en un dogma establecido.

      En el debate sobre ese misterio que es el amor, pese la bobaliconería con la que en nuestro medio nos la ha presentado habitualmente la Iglesía Católica, y que seguirá siendo misterioso, me quedo por defecto profesional, con el hecho de que todos los procesos de cambio auténtico y de evolución interna de un individuo el amor juega un papel fundamental.

      Saludos cordiales,

  8. Anónima. dice:

    Qué fuerza tendrá el amor, que hablando de Guerra..sobresale «el amor» y, sobre este asunto, somos 4 féminas Vs 2srs o caballeros (como prefieran).
    Creo, que amar- al otr@ no va aparejado con conocer al otr@; más bien, creo, en la medida en que un@ se va conociendo más, conoce más a los demás; se puede estar cercan@ a una persona una eternidad y no conocerla casi nada, sí nada!!- y si se es una lokati-perdía más ciega que los de la ONCE Cómo la otra parte te esté «tangando»..no te enteras ni de que te la están «dando» y «conocer»..pues poco o Nada!!
    Recuerdo en la Universidad- aquello del amor propio (que NO egoísmo), o lo tienes o no «sales adelante» ni media..
    Qué importante diferenciar, quien bien te quiere de Quién te está «usando o utilizando»; qué importante entender, qué un@ tiene drcho a la vida- al amor- al progreso independiente mente de su Origen, Status, color de piel..etc;
    pero..estos drchos a mi entender es un@ quién debe trabajar sé los, todo está «preparado» para que «nada de esto pase»..ni siquiera nos Damos el Permiso de amar o querer, ni siquiera sabemos tratarnos bien: no tengo plata: no valgo nada; no soy esbelta etc..: no valgo nada; ese que yo quiero no me quiere: valgo una mierda; no tengo esta titulación..uff- me moriré de hambre…etc…
    Amor propio- fé en un@ mism@- hacer las cosas lo mejor que un@ sabe o entiende- obrar con amor, con lo mejor de un@…quizás este sea el «sentido del vivir»..porque sus antagonismos el resultado es «desintegración y muerte»;
    La gran guerra se da en el interior de cada un@..»sentirse bien»..no es tan fácil por mucho que nos lo VENDAN.
    (algunas palabras malescritas- perdón..please).
    .

  9. Remedios dice:

    ¿Y si pruebas a escribir sin @? Se te entendería mejor aunque sea menos «moderno».

  10. Anónima. dice:

    He llegado a esta conclusión: el amor es- cuidados protección conservación de la Vida//..no tanto el Dar-Darse/ querer «algo-alguien»..

    Me gusta esta frase de Eduardo Galeno que ya partió a otro espacio y otro tiempo:» En un mundo de plástico y de ruido, quisiera Ser de Silencio y Barro»..algo así creo que «decía».Fin.

  11. Dora dice:

    Increíble reflexión que me lleva a pensar, ¿porque va tan de la mano el amor y la guerra?

    “Haz el amor y no la guerra“.
    “En el amor y la guerra todo vale“.
    “El amor es como una guerra, fácil de iniciar, difícil de terminar, imposible de olvidar”
    ― Henry-Louis Mencken ―

    Un saludo

  12. El tema aparece en el mito. Recordemos la obra «Venus y Marte, alegoría de la paz» de Lagrenée. En esta pintura se puede observar cómo Marte, dios de la guerra, mira fijamente a Venus, completamente cautivado por su belleza. El amor de venus ha templado el carácter feroz de Marte, su escudo y la espada se encuentran abandonados en el suelo, olvidándose por un momento de lo exterior. Haciéndose eco de la felicidad de los amantes y un par de palomas blancas, símbolo de paz , construir un nido en el casco de Marte: paz sobre guerra. Un saludo.

  13. Rosae dice:

    Se lee por las ‘redes’ esta frase: si la espiritualidad fuera el Sol, el Amor serian sus rayos;

    Se la atribuyen al Claudio-Naranjo/ Psiquiatra Chileno.

  14. Jordi dice:

    Hola Carlos. No has entendido la frase.
    La cosa no va de si el amor y la guerra son antagónicos o no, ni de teoría de conflictos. ni nada de eso. Sólo dice: haz el amor, no la guerra. Si quieres, podemos añadir: prefiérelo, es mejor. No es ninguna teoría política, es una posición vital, una posición ante la vida y el mundo. Y si se tercia, sí, también una posición ante la política, ante la policía, ante tu vecino, con tu mujer…
    Si piensas que el amor nos puede llevar a hacer la guerra, no conoces el amor.

    1. Carlos Peiró Ripoll dice:

      Hola Jordi,

      Me sorprende el comentario que amablemente has hecho al artículo.

      Tal y como dices, la frase es toda una declaración de intenciones como posición vital, y no hace falta apelar a la teoría de conflictos para entenderla. Pero si te fijas, la frase tiene dos premisas que relaciona entre si, una en positivo que es la de que hagas el amor, y otra en negativo que es la de que no hagas la guerra. Expresado de esta forma, y entendiendo las limitaciones ideológicas que todo eslogan tiene y las de los que la hacen suya, como principio no me parece muy afortunado tal y como he querido expresar en el artículo.

      Conociendo la deconstrucción de identidad propia que supone el mayor acto de apertura al que los seres humanos tenemos acceso como es el amor, y las habituales resistencias que genera en los egos instalados por diferentes motivos, la viviencia del proceso que supone amar conlleva con frecuencia unas dinámicas de lucha interior y exterior que indican el alto grado de vulnerabilidad que supone.

      Conceptualmente se puede estar de acuerdo con la frase, pero experencialmente no lo creo, porque suponen un serio despiste para las personas que entienden del amor solo la parte sublime y romántica, desconociendo la necesidad de apertura, entrega y cambio que inevitablemente se dan. En cualquier caso, pienso que el matrimonio se inventó para que la reconstrucción de identidad posterior al maravilloso periodo de apertura con el que se inicia, no vuelva a darse más.

      Esperando con ellos haber podido aclarar términos.

      Un cordial saludo y gracias por tu participación.

  15. Rosae dice:

    Una posición con la política, con la policía, con el vecino, con TU mujer…

    el amor?- el amor es libertad plena de «quererse» » libre»..
    Si no amas libremente, serán «quereres-deseos» nunca amor..
    si «posees» te sientes dueño de (estás atado- no libre).
    Si cosificas (a TU mujer, p. e.) Te cosificas, no hay una relación libre, no hay amor, habrá otras cosas: deseos, intereses diversos etc..
    sólo puedes «amar» si es con absoluta libertad y se puede «amar» a quien quienes se quieran o NO?-
    uyyyy: que rarezas digo!
    Es mi parecer y sólo eso!!

  16. Rosae dice:

    El Matrimonio se inventó para que la reconstrucción de identidad posterior al maravilloso período de apertura con el que se inicia no vuelva a darse más!!-???

    Es una afirmación, creo que si me la dicen en chino-mandarino/ lo consigo entender..

    si alguien quisiera explicar algo más esto.. (que no tiene que ser el articulista).
    Estupendo…
    y, si nadie lo explica..bien/también.

    Escuché una vez, que la «familia» es la primera célula-terroriri (mediática) que tiene una «sociedad»..
    Por ahí lo dejo…cada cual su pensar!!

    O pesar??-

    1. Carlos Peiró Ripoll dice:

      Bueno Rosae, la interpretación sobre el matrimonio es una más de las que se pueden dar, y en el contexto de la conversación mantenida por los comentarios, me pareció que podía expresarse. Pero estaba hablando del matrimonio, no de la familia, que es algo bastante más complejo.

      Lo que he pretendido decir al hilo de la conversación, es que establecer un enlace definitivo y para el resto de los días con la misma persona, no deja de ser algo cuando menos llamativo en algo tan esencial para cualquier ser humano como la vivencia del amor. El matrimonio nace casi simultáneamente a otros dos fenómenos psico-sociales fundamentales, como son el patriarcado y la monogamia, ambos dos ligados a una interpretación vital basada en la propiedad, el linaje, y los valores de dominación física; y por lo tanto, no nos debe extrañar que esta estructura entre en colisión directa con el amor y las vivencias que lo circundan, pues como se ha afirmado, este es en una buena medida una energía deconstructora y reconstructora. Muy sivática dirían los hinduistas.

      Y, para terminar, me preguntaría si este compromiso que llamamos matrimonio en sus orígenes fue una reivindicación masculina o femenina.

      Espero haberte respondido aunque solo sea en parte. Un saludo,

  17. Rosae dice:

    Yo iba más a lo de la «reconstrucción de identidad» y, que no «se vuelve a dar más»!!??-

    En una determinada relación duradera puedes ser/sentirte una «cosa» (y casi siempre Cosa), diferente que cuando se está en otra Relación…(sentir otras «identidades» por así decirlo..);
    Y, no se vuelve a dar más!!- «aquel inicio», pueda ser…

    En lo posterior redactado de Matrimonio: patriarcado, monogamia~~propiedad/linaje/dominación física etc..
    lo de la monogamia no es que sea al 100%…en algunas personas (Hombres o mujeres),
    Y en o lo de la «propiedad» a veces se convierten en batallas campa les (ausencia de amor total)..
    Eso del «linaje- dominación física» ya me suena a los tiempos de Juana la loca y los caballeros de la orden de Calatrava o qué se yo!!!———

    Y nada, que igual las relaciones entre las personas son más sencillas/simples/ normales…de un vivir Cómo se va pudiendo queriendo en definitiva…
    porque si se «prioriza» Propiedad- linaje-dominación- quizás la «violencia» en tal relación esté asegurada…

    sin perder de vista Qué defender lo «propio» es del todo legítimo…claro!!
    Bueno, en parte me aclararte algo!
    Imagino que si se tienen otras «experiencias» largas en el tiempo la «reconstrucción de identidad» sería otra
    si hubiera erratas- no reviso texto; saludos para el «lumbreras» del Peiró! ,

  18. Alicia dice:

    Releo atentamente el artículo y no encuentro que se mencione la palabra “matrimonio”; no obstante y a raíz del comentario de Rosae ahí está, el matrimonio, aludido en negro sobre blanco e institucionalizado en nuestras sociedades occidentales – y en tantas otras, que curiosamente, creo, existe en la mayoría de las culturas – institucionalizado como pacto… “de no agresión”, se me ocurre así al pronto y un poco en plan chascarrillo.
    Un pacto que me recuerda el chiste tan conocido del paciente sentado en el sillón del dentista diciendo “¿verdad, doctor, que no vamos a hacernos daño?”.
    Seguro que, entre muchos de los que nos movemos por el blog sea escribiendo artículos sea comentando es también conocida la frase “sólo firmarás pactos con enemigos”, que no la estaré trascribiendo literal, pero nos entendemos…
    Y los pactos cercenan, inevitablemente y aun con la sincera voluntad de los firmantes de que no ocurra, la libertad entre las partes. Y cuando la libertad se siente cercenada, ella, la Libertad, por propio impulso o por su propia esencia y con independencia de que quien vive su “no presencia” acepte la coyuntura de más o menos buen grado, se rebela y reclama su derecho a su “ser”.
    Y es que, ¿o estoy siendo expeditiva, o drástica?, la libertad sólo lo es cuando lo es plena.
    Habrá que apañárselas, supongo, para dejarla respirar.

  19. Rosae dice:

    Antiguamente se decía te casas té!- la cagasté!- referido para ellos (pérdida de libertad).

    Se hablar de amor y seguidamente aparece «matrimonio» o vida en «pareja»..y es que el precio de la libertad a veces es la «soledad».

    Recuerdo en mi No-casamiento/ Sí, así fué: para siempre «pensaba yo»…paraSiempre: con mi sra: pensó el angelito estafador bendito…
    y claro, nunca más!!! Eso- aquello lo del «matrimonio» y lo del «Amor»…a saber??-

    Ni a favor ni en contra de la vida en pareja (las que sean): un ingrediente imprescindible: buen trato/ respeto/ comprensión/ amor??
    Un y y, cuánto pido?- y ellos: mujer en la casa de «obrera» sin cobrar, cocinera, limpiadora, amorosa, te trae la prole (hijos) y un largo ETC….
    no es tan antiguo, a día de hoy pasa todavía…el contrato del siglo es esto: que también hay prestación por la parienta…

    qué reivindica la mujer?- Cómo mínimo un trato digno/ razonable, y colaboración en todas las tareas posibles, yY casada, arrejuntada o en pareja: la libertad personal, yo creo, es «innegociable»..

    Ay del amor!!- eso dura lo que dura un atardecer!! Y poco más, y para todo lo demás un buen refresco Kas!!-

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